Dos sentencias reavivan el debate sobre el machismo en la justicia
El tribunal de La Manada condena por maltrato a un hombre que casi estrangula a su expareja delante de sus hijos y otro de Lleida ve abuso en una doble agresi¨®n con penetraci¨®n
Dos nuevas sentencias que traen recuerdos del caso de La Manada han indignado a la opini¨®n p¨²blica en los ¨²ltimos d¨ªas. Una es de la Audiencia de Lleida, que condena a cuatro a?os y seis meses, por abuso y no por agresi¨®n sexual, a dos hombres que violaron a una joven en Vielha en agosto de 2017, porque no chill¨® ni ofreci¨® resistencia f¨ªsica, aunque dijo ¡°repetidamente y llorando ¡®no¡¯ y ¡®por favor, para¡¯ agarr¨¢ndose fuertemente a los barrotes¡± de una ventana. Los magistrados entienden que no hubo violencia e intimidaci¨®n como para considerarlo violaci¨®n, tal y como dicta la ley.
La segunda, de la Audiencia de Pamplona, la misma sala que sentenci¨® a La Manada, condena a 10 meses y 15 d¨ªas por ¡°maltrato ocasional¡± a un hombre que acuchill¨® a su mujer e intent¨® asfixiarla delante de sus hijos, de 3 y 6 a?os. Uno de ellos, al menos en una ocasi¨®n, grit¨®: ¡°?D¨¦jala, no la mates!¡±. El hombre le solt¨® el cuello cuando vio que se ahogaba. Los magistrados consideran que el acusado dej¨® de estrangularla voluntariamente, por lo que no proced¨ªa el delito de homicidio en grado de tentativa.
El consentimiento de la v¨ªctima parece ser la clave en este asunto. Para no consentir ?hace falta liarse a patadas, arriesgarse a una agresi¨®n o a perder la vida? ?Debe dejar el C¨®digo Penal de diferenciar entre abuso y agresi¨®n para tratar de esta ¨²ltima forma cualquier ataque a la libertad sexual? ?Por qu¨¦ los jueces no ven intimidaci¨®n?
Las principales razones que dan juristas, abogadas, colectivos feministas y expertas en violencia de g¨¦nero para explicar estas sentencias se pueden resumir en una falta de formaci¨®n de la magistratura sobre los ataques a la libertad sexual que impide una interpretaci¨®n correcta de los hechos.
Luc¨ªa Avil¨¦s, magistrada y portavoz de la Asociaci¨®n de Mujeres Juezas, apunta que en el caso de la joven a la que violaron en el pueblo leridano se est¨¢ calificando el delito ajustado al C¨®digo Penal y por eso es conveniente que ¡°las valoraciones jur¨ªdicas tengan en cuenta el Convenio de Estambul¡±. Este acuerdo del Consejo de Europa sellado en 2011 sobre prevenci¨®n y lucha contra la violencia sobre las mujeres sit¨²a el consentimiento como eje y penaliza cualquier acto sexual realizado sin ¨¦l. En Espa?a el acuerdo se ratific¨® en 2014 pero no se aplica de forma efectiva, aunque los ¨²ltimos acuerdos de la comisi¨®n de expertos que prepara la modificaci¨®n del C¨®digo Penal proponen unificar las figuras de abuso y agresi¨®n en un solo tipo: agresi¨®n, una adecuaci¨®n jur¨ªdica al concepto social de violaci¨®n que para Avil¨¦s es ¡°importante¡±: ¡°Las sentencias no concuerdan en ocasiones con la idea que tenemos las mujeres de qu¨¦ es atentar contra nuestra libertad sexual¡±. En estos delitos el componente de superioridad f¨ªsica y emocional del hombre sobre la mujer ha de leerse en clave de g¨¦nero.
La intimidaci¨®n, apunta Susana Gisbert, fiscal especializada en violencia de g¨¦nero y portavoz de la Fiscal¨ªa Provincial de Valencia, no se consigue solo poniendo una navaja en el cuello: ¡°A veces basta una mirada para someter a una v¨ªctima. No har¨ªa falta ni cambiar el C¨®digo Penal si los jueces modificasen su interpretaci¨®n de lo que ocurre. Hay que ponerse las gafas violetas¡±.
Para eso hace ¡°falta formaci¨®n, formaci¨®n y formaci¨®n¡±, repite Elena Ocejo, presidenta de Abogadas por la Igualdad. Formaci¨®n que previsiblemente se convertir¨¢ en una especialidad jur¨ªdica como Menores o Mercantil, tal y como se acord¨® el pasado 11 de octubre por unanimidad en el Congreso; hasta ahora, esa especializaci¨®n sobre violencia machista se despachaba con un cursillo on line y 10 d¨ªas de pr¨¢cticas.
Legalidad y claridad
¡°Lo que estamos pidiendo es esa perspectiva de g¨¦nero que es de obligado cumplimiento seg¨²n la ONU, la Comisi¨®n Europea, el Consejo de Europa y nuestras leyes nacionales¡±, dice Ocejo. Explica que desde que en Espa?a existe la Ley de Igualdad (2007), la obligaci¨®n es interpretar y aplicar las leyes seg¨²n ese principio. ¡°Y sentencias como estas lo vulneran por completo. Luego dicen que las feministas radicales exigen¡ S¨ª, exigen legalidad¡±. Para Ignacio Gonz¨¢lez, portavoz de Juezas y Jueces para la Democracia, la cuesti¨®n ser¨ªa la ¡°claridad¡± legal. ¡°Las normas deber¨ªan ser m¨¢s claras para que no haya dudas sobre lo que hay que aplicar¡±.
Estefanny Molina, abogada de Women¡¯s Link, entiende que la interpretaci¨®n de los jueces ¡°trivializa la violencia contra las mujeres porque no tienen claro c¨®mo funciona la din¨¢mica de esa clase de violencia¡±. Para los colectivos feministas esta forma de interpretar es un ¡°crimen judicial¡±, como lo calific¨® ayer Ana Mar¨ªa P¨¦rez del Campo, presidenta de la Federaci¨®n de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas.
Yolanda Besteiro, presidenta de la Federaci¨®n de Mujeres Progresistas, lament¨® el efecto que estas sentencias pueden tener sobre las siguientes v¨ªctimas: ¡°Pedimos a las mujeres que conf¨ªen en las instituciones y luego los que tienen que interpretar la ley para protegerlas la aplican de esa manera. ?C¨®mo van a confiar?¡±.
En el ¨¢mbito de la psicolog¨ªa alertan de las consecuencias que pueden acarrear estas decisiones judiciales: ¡°Revictimizaci¨®n, indefensi¨®n y ansiedad¡±. Laura Asensi, psic¨®loga cl¨ªnica y forense y profesora de la Universidad de Alicante, explica que estas mujeres se convierten en nuevas v¨ªctimas: ¡°Lo que debe ser protecci¨®n y restauraci¨®n del da?o es un nuevo maltrato. Las mujeres devienen v¨ªctimas del delito y de la incomprensi¨®n del sistema¡±. Estr¨¦s, ansiedad, depresi¨®n, trastornos del sue?o¡ Las patolog¨ªas se multiplican o se intensifican e, incluso, pueden llegar a generarse nuevas, seg¨²n la experta. Otra psic¨®loga, Marisol Rojas, experta en violencia de g¨¦nero, menciona la indefensi¨®n aprendida: ¡°Es ese sentimiento que se produce en las mujeres cuando perciben que, hagan lo que hagan, da igual. Que aunque den el paso de denunciar y pasar por todas las exploraciones m¨¦dicas y psicol¨®gicas necesarias, luego no las creen y al final el proceso las hace sufrir m¨¢s que solventar su problema¡±.
Nuria Coronado, feminista y experta en este ¨¢mbito, dice que es ¡°una segunda pu?alada¡± en un sistema que ¡°no es tuerto sino ciego¡±. ¡°Mientras que los hombres no se pongan en el lugar de la v¨ªctima, entiendan y empaticen con ella, no habr¨¢ verdadera justicia¡±. ¡°Lastres¡± los llama el jurista experto en materia de g¨¦nero Octavio Salazar: ¡°El problema es el mismo de siempre, una cultura jur¨ªdica machista en la que sigue teniendo much¨ªsima capacidad de acci¨®n los estereotipos de g¨¦nero, hay que evolucionar hacia otra en la que el paradigma no sea el hombre y donde las mujeres sean reconocidas como sujeto equivalente¡±. Salazar aboga por desterrar los sesgos definitivamente. Mientras, asegura, ¡°seguiremos encontrando sentencias como estas¡±.
El ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, declar¨® ayer que ¡°unos cuantos elementos f¨¢cticos (no en el sentido de personas) y unas resoluciones concretas no pueden generar desconfianza ante el sistema judicial¡±. y anim¨® a las v¨ªctimas a seguir denunciando.
"Las mujeres tienen miedo del que debe protegerlas"
Amnist¨ªa Internacional (AI) ha presentado este jueves un informe en el que se?ala que las mujeres que sufren violencia machista en Espa?a se enfrentan a un "camino de obst¨¢culos en la asistencia, la obtenci¨®n de justicia y en la reparaci¨®n integral del da?o", seg¨²n cuenta B¨¢rbara Tard¨®n, una de las autoras, quien a?ade que "tenemos un sistema judicial que no est¨¢ especializado en casos de violencia de sexual". Algo que, seg¨²n la investigadora, "provoca que las mujeres tengan miedo del sistema institucional que debe protegerlas". La organizaci¨®n no gubernamental, que ha dedicado dos a?os de estudio a esta epidemia, denuncia "la inexistencia de pol¨ªticas p¨²blicas espec¨ªficas para prevenir, combatir y asistir a las v¨ªctimas y a las supervivientes de violencia sexual". Tard¨®n advierte de que "en ninguna comunidad existen centros de crisis con profesionales preparados y abiertos 24 horas para acompa?ar y asistir a las v¨ªctimas". En el propio informe, bajo el t¨ªtulo Ya es hora de que me creas, se apunta que solo siete autonom¨ªas "disponen de un alg¨²n servicio de atenci¨®n especializado en violencia sexual", y que, en algunos casos, "est¨¢n a cargo de ONG".
La organizaci¨®n asegura que hay dos cuestiones que han quedado fuera de las 212 medidas del Pacto de Estado contra la Violencia de G¨¦nero: ¡°El desarrollo de una pol¨ªtica p¨²blica para combatir la violencia sexual, y medidas para reparar a todas las v¨ªctimas¡±. AI alerta de que ni hay campa?as de informaci¨®n dirigidas a las mujeres para que sepan qu¨¦ pasos seguir a la hora de denunciar, ¡°ni de sensibilizaci¨®n y prevenci¨®n frente a las distintas formas de violencia sexual en todos los ¨¢mbitos, con especial atenci¨®n al ¨¢mbito educativo¡±.
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