El hombre que venci¨® en el Supremo: ¡°Quiero lo mejor para mis hijos: no los dejo sin casa¡±
El divorciado que ha logrado que el alto tribunal le d¨¦ la raz¨®n en la disputa por el uso de la vivienda familiar relata su peripecia vital y judicial desde 2014
Cuando M. cort¨® la llamada, lloraba. ¡°Me derrumb¨¦. Mi mujer no sab¨ªa si el fallo hab¨ªa sido positivo o negativo¡±, cuenta por tel¨¦fono. Acababan de comunicarle que el Tribunal Supremo le hab¨ªa dado la raz¨®n. La Sala Primera hab¨ªa dictaminado que su exesposa, que tiene la custodia de sus dos hijos, perd¨ªa el derecho a vivir en el domicilio familiar porque conviv¨ªa all¨ª con una nueva pareja de forma estable. Una sentencia pionera en derecho de familia. M., que tiene 45 a?os, insiste en preservar su intimidad. No quiere que se sepa su nombre, ni su profesi¨®n, ni d¨®nde vive: ¡°No soy yo lo importante, sino lo que implica esta decisi¨®n judicial, y no quiero problemas¡±.
Esta historia, que comenz¨® en 2014, ¡°no ha sido f¨¢cil, ha ido acompa?ada de un proceso de desgaste¡±, dice ¨¦l. M. se separ¨® en 2013, cuando sus hijos ten¨ªan cinco y ocho a?os. El acuerdo de divorcio se firm¨® en enero del a?o siguiente. Su exmujer se qued¨® con la custodia. ?l paga la mitad de la hipoteca del domicilio familiar, en Valladolid, y una pensi¨®n de 250 euros por cada ni?o. ¡°En julio de 2014 me enter¨¦ de que la nueva pareja de ella se hab¨ªa mudado a la casa¡±, recuerda. ¡°Los dos tienen trabajo estable. ?l se hab¨ªa separado, hab¨ªa vendido su vivienda e iniciado una relaci¨®n aprovech¨¢ndose del domicilio que est¨¢ pagando un tercero, que soy yo¡±. As¨ª que decidi¨® recurrir a un abogado.
¡°Lo primero que me dijeron es que ten¨ªa que probar que viv¨ªa all¨ª. Me toc¨® espiar mi propia casa. Una vez comprobado, me pidieron que contratara a un detective. Prepar¨® un dosier con fotos que demostraban que llevaba una vida marital: entrando y saliendo con su propia llave; llevando a los ni?os a las actividades...¡±, cuenta M.
La pareja de mi exmujer vendi¨® su casa y se mud¨® a la que pago yo
En 2015 llev¨® las pruebas a un abogado. ¡°Los tr¨¢mites se alargaron y decid¨ª cambiar de letrado¡±. Fue en marzo de 2016, con una demanda de modificaci¨®n de medidas en el Juzgado de Primera Instancia n¨²mero 3 de Valladolid, cuando comenz¨® el periplo judicial. ¡°En 2017 se dict¨® que ella seguir¨ªa teniendo derecho al uso de la vivienda, pero que se rebajaba en 50 euros la pensi¨®n de cada ni?o para compensar lo que supuestamente ser¨ªa el alquiler de la pareja de mi exmujer por vivir all¨ª¡±, se?ala. ¡°Me pareci¨® que se vulneraban los derechos de mis hijos. ?Por qu¨¦ tienen que perder poder adquisitivo para que se beneficie alguien que est¨¢ en esa casa por el morro?¡± Recurri¨®.
Demandas cruzadas
La Audiencia Provincial de Valladolid le dio la raz¨®n en enero de 2018. Restituy¨® la pensi¨®n alimenticia y consider¨® que el derecho al uso de la vivienda familiar se extingu¨ªa, en tanto esta perd¨ªa su antigua naturaleza por servir a una familia diferente. ¡°No establec¨ªa que de un d¨ªa para otro tuvieran que irse de casa, sino que me autorizaba a proceder a liquidar la sociedad de bienes gananciales¡±, indica M. En esta ocasi¨®n fue la fiscal¨ªa la que recurri¨® en casaci¨®n al Supremo, en aras del inter¨¦s del menor. El 20 de noviembre se dict¨® sentencia. A esta andadura judicial es preciso a?adir, adem¨¢s, toda una serie de demandas cruzadas, ¡°por incumplimiento del r¨¦gimen de visitas; gastos extraordinarios,...¡±, se?ala.
Tuve que pedir un pr¨¦stamo. Los costes del proceso son muy elevados
¡°Nos sentimos reconfortados al pensar que todo el sufrimiento por el que hemos pasado va a servir para ayudar a que otros tengan a qu¨¦ agarrarse, para que no les pase lo mismo que a m¨ª¡±, dice. ¡°Yo quiero lo mejor para mis hijos¡±, a?ade, y asegura que la relaci¨®n con ellos es muy buena, que se ven los fines de semana alternos y que no lo hacen m¨¢s porque viven en ciudades diferentes. ¡°En ning¨²n momento les estoy haciendo de menos. No se est¨¢ vulnerando su derecho a tener una vivienda porque su madre y su pareja disponen de medios econ¨®micos, como dice la sentencia¡±, explica.
¡°Mi sueldo no llega a los 2.000 euros. Pago mensualmente unos 220 euros de la hipoteca y 500 de la pensi¨®n de mis hijos. Adem¨¢s, est¨¢ el IBI, que este a?o ha sido de 207, y los gastos extraordinarios, como el f¨²tbol de los ni?os, que me supone unos 250 euros al a?o¡±, enumera. ¡°El alquiler de la casa en la que vivo son unos 400 euros. No puedo comprar porque ning¨²n banco me dar¨ªa una hipoteca, ya tengo una¡±, dice. ¡°Adem¨¢s, estoy pagando un coche que adquir¨ª para poder ir a ver a mis hijos. Tambi¨¦n tuve que pedir un pr¨¦stamo de 10.000 euros para afrontar los gastos. Mi familia me ha ayudado, pero los costes del proceso han sido muy elevados¡±, cuenta. Y lo que le queda: ¡°Como m¨ªnimo, s¨¦ que a¨²n falta otro a?o en el que tendr¨¦ que pagar la hipoteca, hasta que se liquide la sociedad de gananciales¡±.
En enero, tras la sentencia de la Audiencia de Valladolid, su abogado inici¨® los tr¨¢mites. ¡°Present¨¦ una demanda de formaci¨®n de inventario. Ya hemos terminado esta primera fase. Pero quedan otras dos. Despu¨¦s se solicita una valoraci¨®n de los bienes, y el ¨²ltimo paso es la liquidaci¨®n, que puede terminar con una parte comprando la otra mitad o vendiendo toda la propiedad¡±, expone el letrado, Felipe Fernando Mateo Bueno. En el peor de los casos, si no se llega a un acuerdo, la vivienda puede acabar en subasta p¨²blica, ¡°pero normalmente no se llega hasta aqu¨ª¡±. La duraci¨®n del proceso depende del caso: ¡°A M. otro a?o no se lo quita nadie. Pero si una de las partes va poniendo trabas, puede llegar a durar incluso tres¡±.
¡°Cualquiera que se meta en este berenjenal tiene que saber que el proceso es largo. Yo empec¨¦ a moverme en 2014 y estamos ya casi en 2019¡±, se queja M. ¡°Se dice que la justicia es lenta, y tanto que lo es¡±, concluye su abogado.
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