Las semanas lectivas de cuatro d¨ªas avanzan en los colegios de Estados Unidos
En 600 distritos los escolares van un d¨ªa menos a clase para ahorrar costes y atraer a maestros desencantados
Desde los a?os treinta son muchos en Estados Unidos los que piensan que para ahorrar costes en los colegios y atraer maestros hay que impulsar las semanas escolares de cuatro d¨ªas. Y ya es un hecho. Cerca de 600 distritos en 25 Estados han distribuido las horas lectivas del quinto d¨ªa entre los otros cuatro. La locomotora ech¨® a andar en 2008, con la crisis econ¨®mica.
En Colorado o Nuevo M¨¦xico la mitad de los centros educativos funcionan as¨ª. Hace una d¨¦cada la cifra era seis veces menor. Las caracter¨ªsticas ¨²nicas de cada territorio impiden hacer una estimaci¨®n del ahorro para las escuelas, pero no supera el 5,43%, seg¨²n la Comisi¨®n de Educaci¨®n de los Estados (ECS).
Funciona con redes de apoyo
Los esfuerzos para atraer al profesorado a las zonas rurales afecta, entre otros, a los padres de los alumnos. A los investigadores les preocupaba que la semana corta tuviera un impacto negativo en los padres que trabajan, pero no ha sido as¨ª. ¡°No hemos visto que esto sea un problema, para ser honesta¡±, apunta la experta Georgia Heyward.
Las soluciones van desde dejar a los menores en casa de alg¨²n familiar, hasta llevarlos a una guarder¨ªa o la iglesia. ¡°Me preocupa lo que suceda cuando el programa se implemente en ¨¢reas m¨¢s grandes, donde no escuchar¨¢n todas las voces antes de adoptar el cambio y donde no siempre hay redes informales de apoyo¡±, sostiene la experta. En el caso del Condado de Grayson, Virginia, una de las trabas para implementar el sistema es que no hay centros de recreaci¨®n o de cuidado de ni?os, explica Wilmore.
¡°A pesar de que las cifras no son necesariamente altas, la perspectiva de ahorrar una peque?a cantidad es atractiva para los distritos por lo que pueden hacer con ese dinero¡±, afirma Julie Rowland Woods, analista de pol¨ªticas de la comisi¨®n. Por ejemplo, Duva (Florida) redujo sus gastos en un 0,7%, lo que se tradujo en siete millones de d¨®lares (6,18 millones de euros). Ese monto le permit¨ªa contratar a 70 maestros.
Este boom se ha instalado en un a?o marcado por las huelgas en marzo y abril de los profesores por los progresivos recortes en educaci¨®n p¨²blica. Ganan de promedio menos que en 2000, seg¨²n datos del Departamento de Educaci¨®n ajustados por la inflaci¨®n. Por eso se han convertido en pluriempleados para enfrentar, entre otras subidas, el aumento del coste del seguro m¨¦dico. Resulta atractivo contar con un d¨ªa para dedicarse a otro empleo o para preparar las clases.
¡°Cuando comenzamos a analizar la semana de cuatro d¨ªas en 2015, la raz¨®n principal era financiera o para que los maestros tuvieran m¨¢s tiempo para capacitarse. Ahora, los distritos est¨¢n principalmente preocupados por atraer a los profesores¡±, explica Georgia Heyward, responsable del estudio ?Qu¨¦ sabemos realmente de la semana escolar de cuatro d¨ªas?, del Centro de Reinvenci¨®n de la Educaci¨®n P¨²blica.
La mayor¨ªa de los distritos pertenecen a Estados del oeste, principalmente rurales. Sin embargo, la tendencia est¨¢ contagiando a grandes ciudades y seduciendo al este. Kelly Wilmore, superintendente de los centros del condado de Grayson, est¨¢ trabajando por reducir la semana en Virginia: ¡°Sobre todo creemos que nos dar¨¢ una ventaja tremenda al reclutar y retener profesores que prefieren trabajar cuatro d¨ªas¡±.
El salario de los profesores y sus beneficios no var¨ªa, porque las horas que no imparten son repartidas en los otros cuatro d¨ªas. El ahorro est¨¢ en los maestros suplentes que no son requeridos. Eso se traduce en un 0,3% del presupuesto total. Se gasta menos en mantenimiento, gastos administrativos, apoyo estudiantil, transporte y comida. Como muchas ¨¢reas rurales son pobres, el alimento gratis que ofrece el colegio es clave. Algunos env¨ªan a los ni?os a casa con comida para el d¨ªa libre
?Qu¨¦ pasa con los ni?os y los padres?
Los esfuerzos para atraer al profesorado a las zonas rurales afecta, entre otros, a los padres de los alumnos. A los investigadores les preocupaba que la semana corta tuviera un impacto negativo en los padres que trabajan, pero no ha sido as¨ª. ¡°No hemos visto que esto sea un problema, para ser honesta¡±, apunta Heyward. Las soluciones van desde dejar a los menores en casa de alg¨²n familiar, hasta llevarlos a una guarder¨ªa o la iglesia. ¡°Me preocupa lo que suceda cuando el programa se implemente en ¨¢reas m¨¢s grandes, donde no escuchar¨¢n todas las voces antes de adoptar el cambio y donde no siempre hay redes informales de apoyo¡±, sostiene la experta. En el caso del Condado de Grayson, Virginia, una de las trabas para implementar el sistema es que no hay centros de recreaci¨®n o de cuidado de ni?os, explica Wilmore.
Todav¨ªa no se ha publicado un estudio general sobre la repercusi¨®n de esta tendencia en los alumnos. Colorado, donde el 55% de los distritos ya funciona con semanas cortas, investig¨® los efectos bas¨¢ndose en el examen nacional de matem¨¢ticas que realizan los alumnos de primaria: las notas mejoraron los dos primeros a?os y despu¨¦s se mantuvieron. ¡°Algunas investigaciones preliminares sugieren que como el cambio de horario aumenta la asistencia de los alumnos a clases, eso puede contribuir a mejorar su rendimiento¡±, plantean los acad¨¦micos Mark Anderson y Mary Beth Walke en su investigaci¨®n ?Acortar la semana escolar afecta el rendimiento de los estudiantes? de 2015. Un caso opuesto al de Minnesota, que tras haber acortado la semana en 2014 y 2015, el Departamento de Educaci¨®n exigi¨® que siete de los once distritos regresaran al calendario escolar normal porque los resultados acad¨¦micos ¡°no fueron los adecuados¡±.
Deb Henton, premiada como la mejor superintendente de Minnesota en 2018, asegura que la prioridad n¨²mero uno al momento del cambio fue retener a los profesores. En un a?o, North Branch, el ¨¢rea que dirige la maestra, ahorr¨® 300.000 d¨®lares. ¡°Ahora que volvimos a los cinco d¨ªas la situaci¨®n docente es desafiante¡±, reconoce, ya que los problemas de presupuesto contin¨²an. Seg¨²n su testimonio, a los ni?os les gustaba ir de martes a viernes (eliminaron el lunes porque muchos son fiesta). ¡°Ellos estaban felices, la reacci¨®n dispar fue la de los padres¡±.
El Centro de Reinvenci¨®n de la Educaci¨®n P¨²blica reconoce que adoptar este sistema sin saber c¨®mo impacta en los estudiantes es un riesgo. Para eso recomienda a los Estados mitigar los peligros desde tres frentes: implementar una pol¨ªtica que requiera que los distritos presenten un plan establecido, como garantizar que regresar¨¢n a los cinco d¨ªas escolares si los resultados estudiantiles disminuyen. Es el caso de Washington, California y Minnesota. Segundo, que hagan p¨²blicos los distritos que tienen el sistema alternativo para que otros interesados puedan acudir a ellos en busca de orientaci¨®n. Por ¨²ltimo, que los Estados ofrezcan una lista de sus recursos disponibles para que los distritos hagan uso de ellos y puedan aplacar ciertos problemas financieros en los colegios y la escasez de maestros.
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