¡°Se minti¨® para preservar el buen nombre de la Iglesia¡±
El espa?ol Celestino A¨®s, obispo a quien el Papa ha confiado la reestructuraci¨®n de la Iglesia chilena, cree que se deber¨¢n pagar los errores hasta las ¨²ltimas consecuencias
La crisis que azota a la Iglesia cat¨®lica causada por los abusos a menores podr¨ªa llegar a sintetizarse en el caso de Chile. El ocultamiento masivo de las agresiones sexuales del sacerdote Fernando Karadima, el maltrato a las v¨ªctimas o la negligencia del nuncio apost¨®lico en su misi¨®n de informar a Roma desembocaron en la renuncia en pleno de todos los obispos y la imputaci¨®n de parte de la c¨²pula, empezando por el presidente de la Conferencia Episcopal, Santiago Silva. Tambi¨¦n en la toma de conciencia definitiva del problema por parte del Papa, que ya ha aceptado cinco de esas dimisiones y ha nombrado como administrador apost¨®lico en Santiago al obispo navarro Celestino A¨®s (Unciti, 1945). Un capuchino austero y directo llamado a ser la referencia moral de la Iglesia en Chile. La dif¨ªcil reconstrucci¨®n, creen en Roma, girar¨¢ en torno a ¨¦l.
Pregunta. Aterriza en el terreno m¨¢s pantanoso de la Iglesia cat¨®lica en el mundo. ?C¨®mo piensa afrontarlo?
Respuesta. Me nombraron hace una semana y todav¨ªa no conozco Santiago y a su curia. Cuando vuelva empezar¨¦ a encontrarme con los distintos grupos. He visto a sacerdotes, tambi¨¦n a algunos de la comunidad de El Bosque [la comunidad donde ejerc¨ªa el sacerdote Fernando Karadima, epicentro del esc¨¢ndalo de abusos]. Ahora cuando vuelva me encontrar¨¦ con v¨ªctimas como Pedro Hamilton, Juan Carlos Cruz y Jos¨¦ Andr¨¦s Murillo. Es una tarea muy grande.
P. La Iglesia chilena atraviesa una situaci¨®n cr¨ªtica, sin precedentes. El presidente de la Conferencia Episcopal, monse?or Silva, se encuentra imputado y el Papa ha aceptado ya la renuncia de cinco obispos. Usted es el hombre de confianza de Francisco ah¨ª. ?Deber¨¢ ser la referencia moral?
R. Bueno¡ Yo no esperaba que me nombraran obispo a mi edad en Copiap¨® y tampoco que pudieran fijarse en m¨ª para este puesto. Pero el Papa consider¨® que yo soy la persona que puede ayudarle en esta tarea. Lo har¨¦ sabiendo que esto no es un asunto de un obispo, sino que tiene que haber transformaciones profundas que impliquen a todos. Si no, no avanzaremos y ser¨¢ un puro maquillaje. Lo importante es asumir la situaci¨®n.
P. ?C¨®mo la definir¨ªa?
R. Nunca pens¨¦ que hab¨ªan pasado esas cosas, especialmente con esa brutalidad. Ha supuesto mucho dolor, a veces oculto en las v¨ªctimas que lo soportaron. Pero tambi¨¦n luego al revelarse en el resto de la poblaci¨®n. Mucha gente se pregunta ahora qu¨¦ hace en la Iglesia cat¨®lica. Hay hermanos que dudan, otros incluso decidieron marcharse. Las preguntas que me hago son para entender la dimensi¨®n real de los hechos. Reconocerlos y mirar a la verdad de frente, solo eso nos liberar¨¢. Hay que preguntarse c¨®mo es posible que hayamos llegado a esta situaci¨®n sin justificaci¨®n, aunque sea un ejercicio que en el pasado se hiciese con mentiras para tratar de preservar el buen nombre de la Iglesia.
P.?Usted estar¨ªa dispuesto a sustituir al presidente de la Conferencia Episcopal?
R. No depende de m¨ª, hace falta que los obispos lo consideren oportuno. Pero si me pidieran que prestase ese servicio, no veo razones para decir que no. Pero es una hip¨®tesis imaginaria, no me quita la tranquilidad.
P. ?Cu¨¢l ser¨¢ el eje de su gobierno?
"Hay hermanos que dudan, otros decidieron marcharse"
R. Pasa por una confesi¨®n interior. No bastan cambios de obispos y decretos. En este momento en que mucha gente se va, mi criterio y mi gobierno ser¨¢ cuidar de los hermanos que son v¨ªctimas, que est¨¢n dolidos.
P. Se han aceptado ya cinco dimisiones. Pero muchos m¨¢s, como monse?or Vargas o monse?or Koljatic, obispo de Linares, tienen acusaciones muy graves. ?Deber¨ªa continuar el proceso de remplazo?
R. Creo que seguir¨¢n acept¨¢ndose renuncias. El Santo Padre juzgar¨¢ seg¨²n la informaci¨®n que tenga. Si ¨¦l cree que hay obispos que est¨¢ siendo un factor de divisi¨®n en una comunidad, podr¨ªa cambiarlo. No me extra?ar¨ªa que hubiera m¨¢s cambios. Como se van unos, vendr¨¢n otros. El Papa tiene una decisi¨®n firme de encarar la verdad.
P. ?Usted ha pedido nuevos auxiliares?
R. S¨ª, tres. Hab¨ªa unos seis, y ahora¡ Santiago es una di¨®cesis enorme, ser¨ªa absurdo pensar que puedo llevarla solo. Ojal¨¢ me los den pronto para evaluar juntos los problemas. Los anteriores est¨¢n en otros puestos.
P. El nuncio apost¨®lico Ivo Scapolo fue incapaz de informar debidamente al Papa sobre los problemas de Chile e hizo que Francisco no se moviese de la manera adecuada. ?Deber¨ªa ser relevado?
R. Las nunciaturas son servicios de tiempo breve. Aunque no hubiera habido este problema, el se?or nuncio tendr¨ªa el tiempo cumplido. No me extra?ar¨ªa que pronto hubiese otro. No s¨¦ si se juntar¨¢n los dos factores.
P. ?Ya no existe ese problema?
R. La informaci¨®n oficial m¨¢s directa que recibe el Vaticano es la del nuncio, que tiene obligaci¨®n de transmitir. Si yo escribo un informe, el nuncio tiene que mandarlo. Y en este momento consta que lo hace, porque apenas la env¨ªa nos transmite una notificaci¨®n conforme lo ha hecho. Y eso no exist¨ªa antes. Pero el Papa se quej¨® de que no hab¨ªa recibido la informaci¨®n correcta, y eso puede causar da?o. Se producir¨¢ un reemplazo pronto.
P. Usted mismo fue acusado de encubrir abusos en Valpara¨ªso y en Copiap¨®.
"Si tenemos que vender propiedades para pagar a las v¨ªctimas, se har¨¢"
R. En el caso de Valpara¨ªso no entiendo c¨®mo un promotor de justicia, como era yo, puede encubrir. Hay que entender que en un tribunal hay distintos actores y cada uno tiene su misi¨®n. Quien toma la decisi¨®n es el juez, y a m¨ª me toc¨® ser promotor de justicia, que no es quien decide ni dicta sentencia. Por consiguiente, ni encubre ni deja de encubrir. Es una acusaci¨®n bien extra?a, yo no decid¨ªa. Y en el otro, apenas hubo alguna noticia, se habl¨®. No hubo una denuncia formal y consult¨¦ a la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe para ver qu¨¦ hacer. No encubr¨ª nada ni jam¨¢s he tenido ninguna voluntad de hacerlo.
P. ?Ha encontrado un clima de guerra sucia en Santiago? ?Cree que le recibir¨¢n bien?
R. No lo s¨¦, no he visto todav¨ªa a los dem¨¢s obispos. En abril nos reuniremos y ver¨¦ a los dem¨¢s, a los que imagino que debi¨® sorprender mi nombramiento. Pero no tanto como a m¨ª. Quiero pensar que nadie ser¨¢ desleal. Espero que colaboremos todos. Porque este problema no es solo de Santiago. Pero nunca puedes caerle bien a todo el mundo.
P. El otro d¨ªa vio al Papa. ?Qu¨¦ le pidi¨®?
R. El Papa no es el gerente de una multinacional. Es el sucesor de Pedro y punto de referencia. Vine a ver c¨®mo deb¨ªamos encarar la situaci¨®n. Le hice ver la necesidad de contar pronto con obispos auxiliares, pero no depende solo de ¨¦l. ?l me pidi¨® que sigamos buscando la verdad.
P. Tambi¨¦n se vio con los fiscales chilenos antes de venir. ?Les proporcionar¨¢ toda la informaci¨®n que piden, incluyendo el Informe Scicluna [la investigaci¨®n realizada por el arzobispo de Malta, Charles Scicluna, y el monse?or espa?ol Jordi Bertomeu que sirvi¨® para descubrir la verdad]?
R. Tratamos de seguir avanzando en la colaboraci¨®n. No queremos ocultar nada, buscamos que se sancionen los delitos. La colaboraci¨®n pasa por animar a las v¨ªctimas a denunciar a la fiscal¨ªa. Pero se produc¨ªa cuando la v¨ªctima no pida confidencialidad. Pero ahora, si hay un delito, deberemos advertirle de que informaremos. El informe Scicluna fue hecho expresamente para el Santo Padre con el compromiso de confidencialidad. Nosotros colaboraremos si nos piden caso por caso, pero pensar que yo iba a volver a Chile con el informe bajo el brazo es desconocer c¨®mo funcionan los procesos.
P. Entonces, ?compartir¨¢n la informaci¨®n o no?
R. Si los casos que ha pedido la Fiscal¨ªa son delitos, hay que compartirlos. Estamos en un Estado de derecho. Pero la fiscal¨ªa tiene que respetar tambi¨¦n la confidencialidad.
P. ?Ser¨ªa partidario de una gran investigaci¨®n para revisar el pasado, como en Alemania o Irlanda?
R. Podr¨ªa ser, pero cada pa¨ªs resuelve las cosas de manera distinta. Algunos, por ejemplo, pasaron la p¨¢gina de un r¨¦gimen a otro de manera distinta. Las Iglesias tambi¨¦n pueden inspirarse en otros lugares para ver lo que es mejor. Lo importante es conocer la verdad.
P. La Iglesia de Santiago ya ha sido condenada a pagar las primeras indemnizaciones los abusos de Karadima. ?Est¨¢ preparada para asumir financieramente todos sus pecados?
R. Si tiene que pagar, pagar¨¢. La justicia lo determinar¨¢. Pero habr¨¢ que ver caso por caso. Si tiene que empobrecerse y vender propiedades, como hizo en Boston, lo har¨¢.
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