¡®ADN online¡¯ para encontrar a la familia biol¨®gica
El caso de una mujer que ha hallado a su hermano gracias a un laboratorio de EE UU da esperanzas a quienes creen que fueron beb¨¦s robados
Cristina Garc¨ªa comenz¨® a saber qui¨¦n era el pasado 9 de febrero. A los 50 a?os. Un correo electr¨®nico lo cambi¨® todo. Un d¨ªa compr¨® un kit de ADN por Internet, envi¨® la muestra a un laboratorio en Estados Unidos y seis a?os despu¨¦s¡ ?bingo! Recibi¨® un mensaje de una mujer que se identificaba como su prima segunda y que tambi¨¦n hab¨ªa enviado su muestra. El cruce de datos revelaba el parentesco. Cristina, que sospecha que fue un beb¨¦ robado y llevaba a?os persiguiendo sus or¨ªgenes, supo que ten¨ªa un hermano y que la hab¨ªa estado buscando. Lo llam¨®. Cuenta que sinti¨® fr¨ªo y calor a la vez. ¡°Fue de infarto¡±, dice. ?l se hizo las pruebas. Comparten madre, el 28,2% del ADN y muchas dudas que tratan de resolver.
Cada caso de ¨¦xito da esperanzas a quienes buscan a familiares. Aunque sean pocos ¡ªa dos asociaciones consultadas les constan seis ¡°por el momento¡±¡ª. Aunque se desconozca el n¨²mero exacto de espa?oles que han recurrido a bancos de ADN internacionales para intentar hallar la aguja en el pajar. Estas empresas, que permiten averiguar los or¨ªgenes ¨¦tnicos o realizar ¨¢rboles geneal¨®gicos, cruzan las muestras gen¨¦ticas de las que disponen. El mercado de estas compa?¨ªas no tiene tanta presencia en Espa?a como en el mundo anglosaj¨®n. Los afectados dicen que aqu¨ª se conoce fundamentalmente a dos ¡ªMyHeritage y 23andMe¡ª, que analizan m¨¢s marcadores que los laboratorios espa?oles, lo que permite detectar parentescos de hasta cuarto grado. Algo que puede resultar ¨²til a los adoptados que quieran ir desenredando la madeja hasta encontrar, por fin, respuestas.
Fuentes de MyHeritage, empresa de israel¨ª pero con laboratorio en Houston (EE UU), afirman que tienen unos 80 millones de usuarios en todo el mundo y 2,5 millones de perfiles de ADN. En Espa?a son 1,5 millones de usuarios, pero no precisan cu¨¢ntos perfiles. El an¨¢lisis de ADN en esta empresa cuesta entre 59 y 79 euros.
La familia adoptiva de Cristina le cont¨® que la hab¨ªan abandonado y pas¨® 15 d¨ªas en la inclusa de Madrid. Ten¨ªa seis meses. En sus papeles figura como Cristina Ben¨ªtez y se recoge que hab¨ªa sido vacunada y pas¨® una bronquitis. Nada sobre una operaci¨®n, pese a que tiene una cicatriz bajo el pecho. No supo qu¨¦ le ocurri¨® hasta que habl¨® con su hermano. ¡°Lo primero que me pregunt¨® es si me hab¨ªan intervenido del est¨®mago, se lo hab¨ªa contado nuestra madre¡±, relata esta mujer, de Cadalso de los Vidrios, un pueblo de Madrid a unos 500 kil¨®metros de su familia biol¨®gica, en Sevilla.
¡°Ya hab¨ªa recurrido a un laboratorio privado espa?ol. Pero all¨ª solo cruzan tus datos con los perfiles que tengan. Cada laboratorio lo hace de forma individual. Deber¨ªan compartirlos. Tambi¨¦n acud¨ª, sin ¨¦xito, al banco de ADN que depende del Ministerio de Justicia¡±, dice Cristina.
En Espa?a, el fichero p¨²blico de perfiles de ADN naci¨® en 2012 y lo gestiona el Instituto Nacional de Toxicolog¨ªa y Ciencias Forenses. Los an¨¢lisis son gratuitos cuando lo ordena un juez o fiscal. Pero son una minor¨ªa de casos, 73 de los 590 perfiles, seg¨²n cifras del propio instituto. La mayor¨ªa proceden de laboratorios privados. No se ha producido ning¨²n reencuentro derivado del cotejo de estos datos, en un 74% de padres y madres biol¨®gicos, en un 12% de hermanos y en un 14% de hijos adoptivos que buscan a sus familiares.
¡°En 2012 realizamos una encuesta y vimos que hab¨ªa unos 2.000 perfiles en laboratorios privados. Ser¨ªa ¨²til que se incluyeran en el fichero y que los an¨¢lisis fueran gratuitos para todos¡±, explica Antonio Alonso, experto en gen¨¦tica forense y director del instituto. ?Por qu¨¦ hay tan poca participaci¨®n en el banco? ¡°Por desconfianza de algunas asociaciones¡±, responde. En el 90% de restos ¨®seos estudiados tras haber sido exhumados, los cient¨ªficos determinaron que los beb¨¦s s¨ª murieron. ¡°Hay que ponerse en el lugar de los padres. S¨¦ que hemos dado paz a muchos de ellos. Pero otros no lo aceptan¡±, a?ade Alonso.
¡°En el instituto analizamos unos 20 marcadores de ADN. Pero en los laboratorios privados tienen distintos kits. Por lo que en ocasiones no se comparten los mismos par¨¢metros. Imaginemos que solo coinciden 13. Si esos ya no arrojan resultados, ?para qu¨¦ buscar m¨¢s? En caso de que s¨ª lo hagan, realizamos nuevas pruebas, para asegurarnos de que la coincidencia no es fortuita¡±.
¡°An¨¢lisis potent¨ªsimos¡±
¡°Usan marcadores insuficientes, solo permiten conectar a padres con hijos o, como mucho, a hermanos. Si hay coincidencias, realizan nuevos an¨¢lisis que pagan los afectados¡±, lamenta Jos¨¦ Manuel Iglesias, que busca a una hermana y preside la Plataforma de afectados PADAR, en Badalona. ¡°Compa?¨ªas como MyHeritage o 23andMe realizan an¨¢lisis potent¨ªsimos. Los resultados permiten seguir investigando, seguir tirando del hilo hasta ir completando el ¨¢rbol geneal¨®gico¡±, explica Pedro Centeno, gestor de Hacienda navarro que busca a una hermana, que ha estudiado este m¨¦todo y es miembro de la asociaci¨®n Sin identidad biol¨®gica. Se queja de la ¡°alta burocracia¡±, de que ¡°la mayor¨ªa de las denuncias se archivan¡±.
Alonso defiende que el modelo espa?ol s¨ª funciona, aunque coincide en la pertinencia de extender la gratuidad para que la base de datos crezca. Y reconoce que las empresas internacionales analizan m¨¢s marcadores que en Espa?a. ¡°Son muy resolutivas, tienen un poder de discriminaci¨®n tremendo. Pero, ojo, porque no hay regulaci¨®n. Hay compa?¨ªas que ceden datos a terceros¡±, apunta.
Soledad Luque, presidenta de la asociaci¨®n Todos los ni?os robados son tambi¨¦n mis ni?os, con unos 300 socios, coincide. La organizaci¨®n no recomienda ni recurrir a estas empresas ni dejar de hacerlo. ¡°Que cada cual decida¡±. Lo que s¨ª reclama es un ¡°banco de datos voluntario, gratuito y nacional¡±, algo que se recoge, seg¨²n explica, en la proposici¨®n de ley sobre ni?os robados, aprobada en el Congreso en la pasada legislatura y cuya tramitaci¨®n se par¨® por el adelanto electoral.
Cristina tambi¨¦n lo reclama. Asegura que seguir¨¢ investigando. ¡°Sospecho que fui una ni?a robada, pero no lo puedo asegurar al 100%, ni tampoco descartar que me dieran en adopci¨®n. Seg¨²n me han contado, me llevaron al hospital para operarme y mi madre dijo que le aseguraron que hab¨ªa muerto. Nunca quiso decir nada m¨¢s. Ya ha fallecido, por lo que no podemos preguntarle¡±, cuenta. A?ade que en la partida de nacimiento que le ha ense?ado su hermano ella se llama Mar¨ªa del ?guila. ¡°No entiendo por qu¨¦ me cambiaron el nombre en la inclusa, a no ser que fuera para que no pudieran buscarme¡±, prosigue.
Ahora est¨¢ a la espera de recibir los documentos bajo esa identidad. Despu¨¦s ir¨¢ al juzgado, para que se "compruebe el parentesco" y se ¡°depuren responsabilidades¡±. Y, sobre todo, arreglar su documentaci¨®n para dejar de ser Cristina y volver a ser Mar¨ªa del ?guila.
La conveniencia de regular un mercado en auge
Antonio Alonso, director del Instituto Nacional de Toxicolog¨ªa y Ciencias Forenses, reconoce el potencial de estas empresas, pero apunta la conveniencia de regular el mercado. ¡°Se ha creado un debate en el ¨¢mbito forense porque hay compa?¨ªas que ceden los datos para investigaciones penales, por ejemplo¡±, cuenta. ¡°Algunas comercializan con ellos. El a?o pasado, 23andMe lleg¨® a un acuerdo con la farmac¨¦utica GlaxoSmithKline¡±, cuenta Jos¨¦ Manuel Iglesias, de la Plataforma PADAR.
Fuentes de MyHeritage aseguran que son la ¡°¨²nica empresa¡± que ¡°no comparte los datos con terceros¡± con fines policiales o comerciales. Reconocen que s¨ª pueden usarlos para investigaciones internas o cient¨ªficas. Este diario ha tratado, sin ¨¦xito, de recabar la versi¨®n de 23andMe.
Cristina Garc¨ªa, que ha encontrado a su hermano gracias a estas compa?¨ªas, recurri¨® primero a 23andMe y, posteriormente, incorpor¨® sus datos a MyHeritage. Fue all¨ª donde obtuvo resultados. A su prima segunda una hija le hab¨ªa regalado el kit de ADN para que fuera completando su ¨¢rbol geneal¨®gico. Entonces salt¨® la coincidencia. Asegura que no le importa para qu¨¦ usen los datos. ¡°Yo solo quer¨ªa averiguar mis or¨ªgenes. No tengo nada que esconder. Ni he robado ni he matado. Lo importante para m¨ª era saber¡±, dice.
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