¡°Si no creamos nuevos antibi¨®ticos la gente morir¨¢ a los 50 o 60 a?os, como antes¡±
La cient¨ªfica alerta de que las resistencias bacterianas provocar¨¢n muertes en las edades medias de la vida
La Nobel de Qu¨ªmica Ada Yonath se antoja especial nada m¨¢s verla. Alrededor de la silla de ruedas ¡ªel vuelo desde Israel ha maltratado su cadera de cuasi octogenaria¡ª despliega un peque?o caos integrado por un bolso, varios pa?uelos de papel, un bast¨®n plegable y una mochila atestada en la que rebusca y que no abandonar¨¢ ni cuando suba al estrado del encuentro El futuro del envejecimiento, celebrado la pasada semana en Madrid y organizado por la Fundaci¨®n Ram¨®n Areces. ¡°?Es que no est¨¢s siguiendo la jornada?¡±, espeta a la periodista, mirando de reojo el monitor donde otros Nobel analizan el gran desaf¨ªo demogr¨¢fico del siglo XXI. Sobre esta mujer de ojos de ni?a cabalga una ind¨®mita cabellera rizada gris objeto de debate nacional en su pa¨ªs ante el viaje a Estocolmo en 2009 para recoger el galard¨®n. Todo el mundo quer¨ªa mandarla a la peluquer¨ªa. Inevitable pensar en Einstein.
?Pregunta. Es usted una mujer pionera...
Respuesta. ?Puede quitar el t¨¦rmino mujer? Soy una cient¨ªfica pionera, pero podr¨ªa ser un hombre.
P. ?Ha tenido las mismas oportunidades?
R. No, pero fue porque el proyecto era dif¨ªcil, no por ser mujer. Durante los 20 a?os que dur¨® la investigaci¨®n muchas veces pensamos en dejarlo.
Yonath fue laureada con el Nobel junto a otros dos cient¨ªficos por el descubrimiento de la estructura y la funci¨®n del ribosoma, el org¨¢nulo celular que fabrica prote¨ªnas al traducir la informaci¨®n del ADN. Desnud¨® el componente mediante cristalograf¨ªa, en contra de la opini¨®n de sus colegas. Al a?o siguiente de publicar el descubrimiento, los equipos que ella dirig¨ªa revelaron c¨®mo algunos antibi¨®ticos eliminan a las bacterias uni¨¦ndose a sus ribosomas e impidiendo que fabriquen prote¨ªnas. Es una de las cinco mujeres galardonadas entre los 176 hombres premiados en el olimpo de la qu¨ªmica.
¡°Me preocupa la sociedad, que piensa que las mujeres no deben ser cient¨ªficas¡±
R. Nunca decid¨ª ser cient¨ªfica. Pas¨®. Siempre fui muy curiosa. Desde ni?a, quer¨ªa saber qu¨¦ pasaba. Deseaba convertirme en escritora pero sent¨ªa que lo que ten¨ªa dentro de m¨ª no pod¨ªa expresarlo bien, as¨ª que tir¨¦ por la ciencia. Pod¨ªa pensar y hacer. M¨¢s sencillo.
Las becas que la hicieron cient¨ªfica, cuenta con la sorna reconocible en las personas felices, fueron limpiar escaleras, hacer s¨¢ndwiches o ense?ar Matem¨¢ticas y F¨ªsica a sus compa?eros de clase en el instituto. Sus padres, inmigrantes polacos en Israel, eran extremadamente pobres.
¡°Los laboratorios no hacen antibi¨®ticos; son caros de fabricar y se usan pocos d¨ªas¡±
R. Quer¨ªa ser profesional, trabajar en una empresa qu¨ªmica o dedicarme a la ense?anza. La ciencia era una afici¨®n para m¨ª y pens¨¦ que nadie iba a pagar por una afici¨®n.
P. ?Sigue siendo una afici¨®n?
¡°Dicen que si fuese hombre hablar¨ªan de m¨ª menos desagradablemente¡±
R. Por supuesto.
P. ?Qu¨¦ hace ahora?
¡°Buscamos f¨¢rmacos que ataquen solo a las bacterias da?inas¡±
R. Lo mismo. En el auditorio dicen que hay una edad para que nos retiremos, pero en Israel hay excepciones y yo soy la excepci¨®n.
P. ?Qu¨¦ edad tiene?
R. Dentro de un mes cumplir¨¦ 21 [risas].
A sus largos 20 sigue nadando y subiendo monta?as. Sol¨ªa celebrar su cumplea?os haciendo regalos a su madre y llev¨¢ndola a cenar porque considera que era a ella a la que hab¨ªa que honrar. ¡°Ahora que no vive, no har¨¦ nada. Ser¨¢ un d¨ªa normal¡±. Sigue al frente, a punto de cumplir los 80 a?os, de un equipo de cient¨ªficos en el Instituto Weizmann de Israel.
P. ?Qu¨¦ tiene que decir sobre la longevidad?
R. La longevidad se dispar¨® gracias a los antibi¨®ticos, en la mitad del pasado siglo. Evit¨® las muertes de quienes no hab¨ªan cumplido los 50... antes de esa edad murieron Mozart o Kafka... Entonces afloraron las enfermedades relacionadas con la edad como el c¨¢ncer o el alzh¨¦imer. Luego se dan fallos de funcionamiento, como la hipertensi¨®n que pueden ser controlados. Las farmac¨¦uticas proveen a esos enfermos de medicamentos muy caros que los mantienen con vida. Lo que ocurre es que la gente muere de infecciones. Un tercio de las muertes atribuidas al c¨¢ncer en realidad se deben a una gripe normal porque la persona no puede luchar contra ella, ya que su sistema inmune est¨¢ da?ado y los antibi¨®ticos no funcionan porque hay resistencias. Los laboratorios no quieren sintetizar nuevos antibi¨®ticos, porque son muy caros de fabricar, se venden muy baratos y se utilizan pocos d¨ªas, no como otros tratamientos caros, como los del c¨¢ncer. Y hay resistencias, porque las bacterias son listas, encuentran el camino para sobrevivir.
Los microorganismos resistentes son los nuevos asesinos en serie. M¨¢s de 33.000 europeos mueren al a?o por ese hecho. Un impacto mayor que el del sida, la tuberculosis y la gripe. En casi la mitad de los casos (39%) las bacterias letales fueron inmunes a los antibi¨®ticos m¨¢s recientes.
R. Algunos laboratorios peque?os est¨¢n mejorando los antibi¨®ticos existentes, pero son muy pocos. En los ¨²ltimos 20 a?os solo se han desarrollado tres nuevos. No es nada. El ¨²ltimo de ellos, uno completamente nuevo, ya ten¨ªa resistencias al a?o de usarse. Las grandes compa?¨ªas han dejado de hacerlos, pero deben continuar en ello. La longevidad es algo fant¨¢stico, pero puede ser detenida por cosas est¨²pidas.
P. ?Qu¨¦ es lo bonito de la investigaci¨®n?
R. Que es como una afici¨®n. Un juego en el que descubres algo nuevo y se lo regalas al mundo. Existe esa monta?a de conocimiento y t¨² tienes una piedra en ella. Es fant¨¢stico.
P. ?Qu¨¦ le dir¨ªa a una ni?a que quiera seguir sus pasos?
R. ?Le preocupa la ni?a? A m¨ª, sus madres. Me preocupa la sociedad, que piensa que las mujeres no deben dedicarse a la ciencia. Tenemos que reeducar a los padres.
P. ?Se ha sentido sola?
R. No por ser mujer. Me he sentido sola en la comunidad cient¨ªfica porque no esperaban los resultados que consegu¨ª. Aunque dicen que si yo fuese un hombre hablar¨ªan de m¨ª de una manera menos desagradable. Ahora son m¨¢s respetuosos, pero todav¨ªa algunos dicen que soy una mujer est¨²pida. Pienso que hay muchos cient¨ªficos, hombres y mujeres, mejores que yo.
P. ?Por d¨®nde tendr¨ªa que ir la investigaci¨®n con antibi¨®ticos?
R. En mi laboratorio estamos buscando posiciones distintas a las habituales que ocupan los antibi¨®ticos en las bacterias. Son dianas para las que podamos dise?ar antibi¨®ticos que penetren a trav¨¦s de ellas. Antibi¨®ticos que sean muy espec¨ªficos para cada pat¨®geno, incluso para cada cepa, que sean absolutamente biodegradables, de tal manera que no contaminen. Y que sepan distinguir entre bacterias da?inas y las que no lo son, la microbiota. No es f¨¢cil. Es lo que estamos haciendo. Los laboratorios me odian. Les digo que est¨¢n tomando malas decisiones al no dise?ar nuevos antibi¨®ticos, entiendo que necesitan ganancias para sus inversores pero si m¨¢s y m¨¢s personas vuelven a morir a los 50 a?os o a los 60, ya no van a tener consumidores para los tratamientos caros.
Acaba la entrevista. Yonath va a intervenir. Contar¨¢ que su laboratorio ya ha identificado 25 puntos diana para atacar a las bacterias. El representante de la Fundaci¨®n Nobel que la acompa?a toma la silla de ruedas:
¡ª?Salimos?
¡ª?A d¨®nde, a bailar?
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