Rebeli¨®n contra Zuckerberg en colegios de EE UU
Padres de alumnos piden la retirada de un programa de la fundaci¨®n del creador de Facebook basado en las pantallas sin casi presencia del profesor
La protesta empez¨® en Cheshire, (Connecticut, Estados Unidos) uno de esos condados residenciales que atraen a las familias por la calidad de sus escuelas p¨²blicas. La oferta era golosa. Un nuevo modelo para las clases, la ¨²ltima tendencia en educaci¨®n. Ser¨ªan pioneros. Habr¨ªa ordenadores gratis para todos. Lecciones a la medida de cada alumno, ense?anza personalizada para maximizar cada potencial. Silicon Valley llegaba a las escuelas de este tranquilo distrito de la costa Este. Pero no tardar¨ªa en irse por donde hab¨ªa venido.
¡°Era un programa piloto llamado Summit Learning. Cuando empezamos a ver c¨®mo funcionaba, nos rebelamos. Comenz¨® en grupos de padres y pronto se convirti¨® en un movimiento en toda la ciudad. Apenas hab¨ªa interacci¨®n entre profesores y alumnos. Los padres se empezaron a preocupar por qu¨¦ pasaba con la informaci¨®n de los ni?os que se met¨ªa en el sistema¡±, recuerda Mary Burnham, educadora, que fue una de las l¨ªderes de la movilizaci¨®n. ¡°Recogimos firmas, pero al principio los colegios no nos escuchaban. Entonces un padre vio que los ni?os hab¨ªan tenido acceso a contenido inapropiado, expl¨ªcitamente sexual. En un d¨ªa, se sumaron 500 firmas. El distrito escolar ya no pod¨ªa ignorarlo m¨¢s. Al volver de Navidad, ya hab¨ªan quitado el programa¡±, prosigue.
La educaci¨®n est¨¢ desde hace a?os en el punto de mira de Silicon Valley, que ya ha transformado los sectores del comercio minorista, el entretenimiento, la comunicaci¨®n, la industria editorial, la m¨²sica o el periodismo. La idea es que la tecnolog¨ªa puede hacer cumplir el viejo sue?o de la educaci¨®n personalizada, inaccesible de otra manera por falta de recursos. Y Summit Learning est¨¢ en la vanguardia de esos intentos.
En 2014, Priscilla Chan, esposa del fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, con quien tiene una fundaci¨®n, visit¨® una escuela secundaria en California que formaba parte de una peque?a red llamada Summit, atra¨ªda por el acreditado ¨¦xito acad¨¦mico del proyecto. Utilizaban una herramienta online para proporcionar educaci¨®n a medida. B¨¢sicamente, la plataforma muestra a los alumnos todas las lecciones que deben aprender en el curso, y estos las abordan en el orden que deseen. En lugar de tener al profesor en pie ante la clase, la idea es fomentar el trabajo entre los alumnos, y los docentes mantienen tutor¨ªas semanales individualizadas.
Chan comparti¨® el hallazgo con Zuckerberg, que qued¨® impresionado y ofreci¨® un equipo de ingenieros de Facebook para seguir desarrollando la herramienta y extenderla de manera gratuita por todo el pa¨ªs. ¡°Cuando visitas una escuela as¨ª, parece el futuro, parece una start-up¡±, dijo Zuckerberg en una charla en Lima en 2016. Confiaba, a?adi¨®, en ¡°modernizar¡± la mayor¨ªa de las escuelas del pa¨ªs en una d¨¦cada y despu¨¦s llevar el modelo al extranjero.
Desde entonces, seg¨²n The New York Times, la Chan Zuckerberg Iniciative ha destinado casi cien millones de d¨®lares (unos 88 millones de euros) a Summit. Hoy, seg¨²n sus propios datos, Summit funciona en 380 escuelas del pa¨ªs. M¨¢s de 72.000 alumnos estudian con la plataforma. Pero las protestas han ido en paralelo a su expansi¨®n.
Cheshire fue solo el principio. En un centro de Brooklyn, Nueva York, el pasado noviembre, los alumnos abandonaron las clases en se?al de protesta y escribieron una carta a Zuckerberg en la que le dec¨ªan que el programa ¡°requiere demasiadas horas de clase sentados ante el ordenador¡± y ¡°elimina gran parte de la interacci¨®n humana¡±. En el condado de Indiana, Pensilvania, despu¨¦s de que un estudio de la universidad revelara que el 70% de los alumnos no quer¨ªa el Summit, el distrito escolar dio marcha atr¨¢s. En Kansas, hace apenas unos meses, alumnos y padres organizaron protestas que llegaron a la primera p¨¢gina de The New York Times.
Compartir estrategias
¡°Casi cada semana hay padres que se ponen en contacto conmigo, de diferentes partes del pa¨ªs, para ver si les puedo ayudar a escribir una petici¨®n, o compartir con ellos estrategias¡±, asegura Leonie Haimson, copresidenta de la Coalici¨®n de Padres por la Privacidad de los Estudiantes. ¡°Tenemos un grupo de discusi¨®n de padres de 19 Estados que lo est¨¢n peleando, aparte de los que ya lo han hecho en el pasado. Claramente es un problema enorme¡±.
Los padres descontentos se quejan tanto de la calidad del curr¨ªculo que ofrece como de la cantidad de tiempo que los ni?os deben pasar ante las pantallas, y no escuchando al profesor. ¡°Cuando mi hijo ven¨ªa a casa, yo miraba su ordenador y me daba cuenta de que hab¨ªa estado horas en YouTube, Facebook o Vine. Se pasaba el d¨ªa ante la pantalla. Se reun¨ªa con su tutor solo una vez a la semana. Al principio los alumnos estaban muy emocionados, pero al final del curso mi hijo, que era de los mejores en Matem¨¢ticas, estaba llorando porque no sab¨ªa hacer los ejercicios¡±, asegura Bethany Berry, una madre de un alumno del condado de Lincoln, en Kentucky, que introdujo este curso Summit en las escuelas y se enfrenta a una contestaci¨®n creciente de los padres.
Tambi¨¦n hay preocupaci¨®n por la gesti¨®n de la privacidad de la informaci¨®n que proporcionan los alumnos, teniendo en cuenta que el principal financiador de la plataforma ha creado un imperio a base de recoger y capitalizar econ¨®micamente datos de sus usuarios. Desde Summit aseguran que la privacidad es una de sus ¡°m¨¢s altas prioridades¡±. ¡°Estamos profundamente comprometidos con la privacidad¡±, explica Catherine Madden, portavoz de Summit Learning.?¡°Los datos de los alumnos no se venden y se usan solo para prop¨®sitos educativos. Cero excepciones¡±.
La rebeli¨®n, defiende Madden, se ha magnificado. ¡°Estamos en m¨¢s de 380 escuelas y solo en unas pocas ha habido protestas¡±, sostiene. En los ¡°casos aislados¡± en que los alumnos han tenido acceso a ¡°contenido inapropiado¡±, asegura la portavoz, este ¡°ha sido retirado¡±. Tambi¨¦n relativiza las quejas sobre el excesivo tiempo de pantalla: ¡°La tecnolog¨ªa es solo una herramienta, y los estudiantes no deber¨ªan pasar mucho tiempo ante la pantalla. Si lo hacen, es que el sistema no est¨¢ bien implementado¡±.
¡°No estamos aqu¨ª para hacer dinero¡±
Los cr¨ªticos desconf¨ªan de las supuestas intenciones altruistas de Zuckerberg y Summit Learning. Este oto?o se separar¨¢ jur¨ªdicamente de la red de escuelas de California y adoptar¨¢ la forma de una organizaci¨®n si ¨¢nimo de lucro, en cuyo consejo se sentar¨¢ Priscilla Chan, operaci¨®n que, seg¨²n sus opositores, redundar¨¢ en la falta de transparencia de la que se quejan y que Summit rechaza. "No hay un modelo de negocio", insiste Catherine Madden, portavoz de Summit Learning, quien niega que haya planes de que sea de otra manera. "No estamos aqu¨ª para hacer dinero, estamos para apoyar a los estudiantes y los educadores. Los colegios vienen a nosotros para apuntarse al programa, as¨ª que obviamente hay necesidad de ese apoyo".
Madden atribuye las protestas a que ¡°el cambio es dif¨ªcil, especialmente en la educaci¨®n¡±. ¡°Hemos aprendido varias lecciones sobre lo que hace falta para apoyar a los colegios¡±, reconoce. ¡°En el futuro, no solo daremos apoyo general a las escuelas, sino apoyo personalizado en funci¨®n de sus necesidades. Tambi¨¦n vamos a dar oportunidades a los padres para trasladar sus comentarios, directamente y en persona, a nuestro equipo. Queremos seguir asegurando que los padres sean aliados en este trabajo¡±.
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