Condenadas a criar al fruto de su vientre (de alquiler)
Decenas de mujeres son forzadas en Camboya a quedarse con los beb¨¦s que gestaban para terceros tras la prohibici¨®n de la maternidad subrogada
Sreyoun (nombre ficticio) mira con ternura al risue?o beb¨¦ de 10 meses que se revuelve en sus brazos. ¡°Hemos pasado mucho juntos¡±, confiesa, se dir¨ªa que justificando su apego por el peque?o, esta camboyana de 24 a?os. ¡°Mucho¡± no hace justicia a su inconcebible historia: forma parte de un grupo de 43 mujeres detenidas en Camboya por hacer de vientres de alquiler para familias extranjeras, algunas de ellas chinas, quedando en libertad provisional bajo la condici¨®n de quedarse con los beb¨¦s que gestaban. Si no lo hacen, podr¨ªan ser condenadas a penas de hasta 20 a?os de c¨¢rcel por tr¨¢fico de menores.
¡°Antes de dar a luz no esperaba que me iba a sentir tan unida a ¨¦l. Pero realmente le quiero como a un hijo, siento mucha l¨¢stima por ¨¦l¡±, asegura Sreyoun, mientras el peque?o Li (un pseud¨®nimo) juguetea con los cachivaches que quedan a su alcance, ambos sentados en una vetusta tarima de madera junto a su caba?a de bamb¨² en la provincia de Kampong Speu (Camboya). No comparten gen¨¦tica: a Sreyoun le implantaron el embri¨®n, fruto de una fertilizaci¨®n in vitro previa, en una cl¨ªnica de la capital, Phnom Penh, y solo sabe que la pareja que la contrat¨® es china. El aspecto del inquieto Li as¨ª lo evidencia.
Sreyoun no habr¨ªa imaginado ni de lejos que este ser¨ªa su destino hace casi dos a?os, cuando un compa?ero en la f¨¢brica textil donde trabajaba ¨Cuna industria clave de la econom¨ªa camboyana- le habl¨® de la posibilidad de hacer de vientre de alquiler a cambio de un estipendio de unos 10.000 d¨®lares (8.800 euros). Con un sueldo mensual de alrededor de 160 d¨®lares (141 euros), la mujer hizo c¨¢lculos y pens¨® que as¨ª podr¨ªa comprar una casa y ahorrar algo de dinero. Y dijo que s¨ª.
T¨ªmidamente, afirma que desconoc¨ªa que Camboya prohibi¨® por decreto las gestaciones subrogadas en 2016. Lo hizo un a?o despu¨¦s de que Tailandia prohibiera el alquiler de ¨²teros a los extranjeros, momento en el que Camboya, uno de los pa¨ªses m¨¢s pobres del sureste asi¨¢tico, se convirti¨® en el principal foco de vientres de alquiler de la regi¨®n. Mientras su Ejecutivo debate un borrador de ley al respecto, ¡°lo considera tr¨¢fico de menores¡±, asegura Sam Everingham, de la ONG australiana Familias a trav¨¦s de la Gestaci¨®n Subrogada.
¡°Es la primera vez en el mundo que gestantes sin v¨ªnculo gen¨¦tico con los beb¨¦s son obligadas a qued¨¢rselos¡±, enfatiza. Hasta la detenci¨®n, todo transcurri¨® con relativa calma para Sreyoun; una vez se qued¨® embarazada, fue trasladada a una vivienda de Phnom Penh junto a una docena de mujeres en su misma situaci¨®n. El ambiente en la casa era distendido, ten¨ªan un cocinero, no pagaban gastos y se hizo amiga de otras gestantes, entre ellas Sreya (nombre ficticio). La joven, que afirma tener 21 a?os pero no aparenta ser m¨¢s que una adolescente, se suma a la conversaci¨®n con un beb¨¦ de cuatro meses, tambi¨¦n de origen chino, amarrado a su cintura.
Pero todo cambi¨® un d¨ªa de junio de 2018. Entonces varios agentes de polic¨ªa irrumpieron violentamente en la vivienda, al tiempo que otros tantos hac¨ªan lo mismo en un apartamento cercano. En total, 32 mujeres fueron detenidas. Sreyoun, madre de una ni?a de 5 a?os, estaba embarazada de ocho meses. Sreya, reci¨¦n casada y sin hijos, acababa de quedarse. ¡°Sent¨ª p¨¢nico, no supe lo serio que era todo hasta que nos dijeron que nos acusaban de tr¨¢fico de menores¡±, apunta Sreya. Cada una fue trasladada a un hospital capitalino: Sreyoun al Royal y Sreya al Central. Y all¨ª, bajo supervisi¨®n policial y en ocasiones esposada a la camilla ¨C¡°un agente se compadeci¨® de m¨ª y me las quit¨® cuando di a luz¡±, narra Sreyoun-, naci¨® Li. Sreya alumbrar¨ªa ya fuera de cautiverio.
Libertad provisional
El pasado diciembre, un tribunal camboyano concedi¨® a las 32 la libertad provisional si se quedaban con los peque?os. ¡°Me sent¨ª feliz de volver a casa juntos¡±, dice Sreyoun, que para entonces hab¨ªa pasado seis meses retenida con el beb¨¦ en el hospital, un tiempo en el que asegura que se encari?¨® de ¨¦l. No le qued¨® m¨¢s remedio: durante esas semanas era visitada con frecuencia por Chou Bun Eng, vicepresidenta de la Comisi¨®n contra el Tr¨¢fico de Menores de Camboya, quien la recordaba que si daba la espalda al peque?o ser¨ªa enviada a prisi¨®n. En noviembre otras 11 gestantes eran detenidas, liberadas bajo fianza en mayo tambi¨¦n bajo condici¨®n de quedarse con los beb¨¦s.
Todas est¨¢n a la espera de juicio, mientras los padres biol¨®gicos carecen, por ahora, de acceso a los peque?os. ¡°Pienso en lo que deben estar sufriendo, pero no quiero que nos encuentren¡±, afirma Sreyoun. Ambas hablan con miedo; a que los ni?os se ¡°pierdan¡±, dicen, a acabar siendo encarceladas. ¡°No quiero que sus padres me contacten. Si eso ocurre, luchar¨¦ por ¨¦l¡±, a?ade Sreya, repudiada por su familia por lo sucedido y m¨¢s pobre a¨²n que antes. Ninguna ha recibido el dinero acordado, tienen una boca m¨¢s que alimentar y no pueden trabajar, pues su documentaci¨®n est¨¢ confiscada hasta que acabe el juicio.
Ajenos a¨²n al drama, los peque?os sestean en brazos de las mujeres, protegidos del abrasador sol del mediod¨ªa por el precario tejado de uralita que cubre el inesperado hogar camboyano de Li. ¡°Si un d¨ªa me pregunta por su origen, le dir¨¦ la verdad. No puedo mentirle, todos los vecinos conocen su historia¡±, afirma, afligida, Sreyoun.
Los padres biol¨®gicos, en silencio
Mientras las 43 mujeres esperan que se celebre su juicio, cuya fecha est¨¢ a¨²n por determinar, los padres biol¨®gicos ¨Co los ¡°solicitantes¡±, pues se desconoce si recurrieron a donantes para el embri¨®n- mantienen un perfil bajo. Seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas de Phnom Penh que hablan desde el anonimato, podr¨ªan haber sido recomendados por sus Embajadas en Camboya que as¨ª lo hagan mientras interceden por ellos. Las mismas fuentes a?aden que tambi¨¦n habr¨ªa beb¨¦s occidentales entre los nacidos. La Embajada de Espa?a en Tailandia, de la que depende Camboya, no tiene constancia de que haya espa?oles implicados. Everingham, por su parte, apunta que la mayor¨ªa son de origen chino. ¡°Es una situaci¨®n muy dif¨ªcil para los padres, no hay marco legal para llev¨¢rselos de vuelta¡±, alerta el australiano. Dos grupos de progenitores intentaron sin ¨¦xito ver a las mujeres cuando estaban bajo arresto en los hospitales, y al menos uno de los padres estar¨ªa intentando iniciar tr¨¢mites de adopci¨®n de uno de los beb¨¦s, cuyo n¨²mero exacto se desconoce. Un reci¨¦n nacido falleci¨® a las pocas horas del alumbramiento, y cuatro mujeres sufrieron abortos despu¨¦s del arresto, apuntan las citadas fuentes.
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