Cuando es la mujer maltratada quien rompe la orden de alejamiento
Un hombre fue detenido la semana pasada despu¨¦s de abrir la puerta a su expareja, que fue hasta su casa. Es sobre quien pesa la medida quien tiene la obligaci¨®n de cumplirla
Ella llam¨® a la puerta de madrugada, el pasado mi¨¦rcoles, cuando todav¨ªa no hab¨ªa amanecido en Avil¨¦s. Dentro de aquella casa estaba su expareja, un hombre con una orden de alejamiento en vigor, y la mujer con la que actualmente tiene una relaci¨®n. Le abri¨® la puerta y ella entr¨®. Cuentan fuentes policiales que se produjo una discusi¨®n, tambi¨¦n entre ambas mujeres, que tras una presunta agresi¨®n entre ellas la novia de ahora termin¨® en la calle y fue quien llam¨® a la Polic¨ªa Local, que detuvo al avilesino, de 45 a?os. ?Es raro que acabe detenido ¨¦l cuando fue ella quien acudi¨® a su vivienda? Seg¨²n esas mismas fuentes, no tanto.
¡°El error¡±, explican desde la comisar¨ªa de Polic¨ªa Nacional de Oviedo, que se ocup¨® de las diligencias, fue abrir esa puerta. La Ley de Medidas de Protecci¨®n Integral contra la Violencia de G¨¦nero especifica que "el juez podr¨¢ prohibir al inculpado que se aproxime a la persona protegida, lo que le impide acercarse a la misma en cualquier lugar donde se encuentre, as¨ª como acercarse a su domicilio, a su lugar de trabajo o a cualquier otro que sea frecuentado por ella" y que "fijar¨¢ una distancia m¨ªnima entre el inculpado y la persona protegida que no se podr¨¢ rebasar, bajo apercibimiento de incurrir en responsabilidad penal". Incluso si, como en este caso, es la v¨ªctima la que acude al domicilio de quien tiene dicha orden.
Desde la polic¨ªa asturiana recuerdan tambi¨¦n que ¡°la jurisprudencia del Tribunal Supremo al respecto es clara en este aspecto: cuando un juez interpone una orden de alejamiento es la persona sobre la que pesa quien tiene la obligaci¨®n de mantenerse alejado, si no se cumple es un quebrantamiento y por lo tanto, como en este caso, procede la detenci¨®n¡±. Decenas de sentencias fijan que no hay lugar a la confusi¨®n. "No puede ser admitido tal error ante una prohibici¨®n tan elementalmente comprensible como lo es la de contravenir una orden expresa del Juez relativa a su obligaci¨®n de no aproxi?marse a la mujer maltratada", falla una de 2004 (la 519); y en otra de 2009, el Supremo dict¨® que "el consentimiento de la mujer no excluye la punibilidad". El magistrado Julio Mart¨ªnez, del Juzgado N¨²mero 5 y de Violencia de G¨¦nero de Avil¨¦s, coincide y a?ade que en estos casos ¡°siempre se avisa y pide que se evite el contacto, porque por algo se toman medidas y as¨ª est¨¢ recogido en la Ley¡±.
En este se dieron una serie de factores que se tuvieron en cuenta para dicha detenci¨®n, ¡°y el hombre sali¨® a las pocas horas en libertad con cargos¡±, cuentan desde Oviedo. No dan detalles de cu¨¢les fueron aquellos factores ¡°porque est¨¢ todo judicializado¡±, pero s¨ª apuntan a que esto es m¨¢s habitual de lo que pudiera parecer, ¡°mujeres que acuden a las viviendas o los puestos de trabajo de sus ex" despu¨¦s de haber denunciado por violencia machista o con ¨®rdenes en vigor. El pasado a?o se incoaron en Espa?a 39.176 ¨®rdenes, 847 de ellas en Asturias (615 fueron adoptadas, 230 denegadas y 3 fueron inadmitidas); y en lo que va de 2019 son 9.530, 215 en el Principado (149 adoptadas y 66 denegadas).
Para Marisol Rojas, psic¨®loga experta en violencia de g¨¦nero, ¡°salt¨¢rselas es bastante m¨¢s habitual de lo que deber¨ªa¡±. Que lo hagan ellos es m¨¢s frecuente: ¡°El maltratador intenta ponerse en contacto con la mujer a trav¨¦s de otras personas y no de forma directa, como los hijos si tienen o amigos comunes. ?l entra en el victimismo, pone en marcha mecanismos para que ella sienta culpa o pena y acaba cayendo en la manipulaci¨®n, algo en lo que es experto quien ejerce la violencia machista¡±. Rojas pone como ejemplo apelar a ¡°temas pendientes, asuntos sobre los hijos, conversaciones que solo durar¨¢n cinco minutos¡¡±. Eso, asegura, puede convertirse en una ¡°trampa mortal¡±, y recuerda algunas de las mujeres asesinadas por sus parejas y exparejas en momentos en los que se estaba quebrantando una de esas ¨®rdenes. De las 40 mujeres asesinadas en lo que va de a?o, ocho ten¨ªan denuncias previas y en tres casos hubo un quebrantamiento de una orden de alejamiento.
?Por qu¨¦ se arriesgan entonces las v¨ªctimas acerc¨¢ndose ellas? La psic¨®loga arguye que esto responde al comportamiento habitual dentro del c¨ªrculo de la violencia machista, ya sea como respuesta a una demanda del maltratador o por voluntad propia. ¡°Muchas veces hay una falta de conciencia. Si hay una orden es porque se ha valorado que hay un peligro real, pero el v¨ªnculo emocional, y la dependencia, que las v¨ªctimas tienen con sus agresores, reduce esa sensaci¨®n de peligro, pueden acabar rompiendo ellas mismas ese alejamiento sin percibir realmente que puede ir la vida en ello¡±. Adem¨¢s, a?ade, cuando un maltratador apela a esa pena o esa culpa da a la mujer una falsa sensaci¨®n de control: ¡°Y en una relaci¨®n de maltrato la v¨ªctima nunca tiene el control, por eso hay que evitar la cercan¨ªa por todos los medios, para que no haya la m¨¢s m¨ªnima oportunidad de que vuelva a existir un episodio de violencia o se llegue al extremo del asesinato¡±.
Solo si ocurre, el dato se registra y adem¨¢s se comparte de forma p¨²blica: no se dan cifras sobre quebrantamientos de ¨®rdenes de alejamiento por condenas de violencia machista. Sobre ello pregunt¨® en abril del pasado a?o en el Congreso ?ngeles ?lvarez, la entonces portavoz socialista de igualdad. La respuesta del Gobierno fue que era imposible dar ese dato porque el Registro Central para la protecci¨®n de las V¨ªctimas de la Violencia Dom¨¦stica y de G¨¦nero no tiene informaci¨®n desagregada sobre esto. Contestaron que estas ¨®rdenes no solo se imponen en casos de violencia machista, sino tambi¨¦n en casos de violencia dom¨¦stica y que "las causas grabadas por este delito no indican si lo son por el quebrantamiento de una medida cautelar, pena, o porque el condenado se ha fugado de un centro penitenciario. Mucho menos se puede distinguir si el quebrantamiento lo es por una medida civil o penal".
Esta es una cifra m¨¢s que se suma a la petici¨®n constante de datos lo m¨¢s completos y actualizados posible de todo lo que envuelve a la violencia machista por parte de expertas en distintas ¨¢reas, el ¨¢mbito educativo y de investigaci¨®n y los medios de comunicaci¨®n.
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