La ley portuguesa de vientres de alquiler, declarada inconstitucional por segunda vez
El tribunal estima que no se protege suficientemente el derecho al arrepentimiento
Poco m¨¢s de un mes ha necesitado el Tribunal Constitucional de Portugal para declarar por segunda vez ilegal la ley de vientres de alquiler, aprobada por el Parlamento por tres veces y que, pese a haber entrado en vigor durante unos meses, nunca ha tenido resultados pr¨¢cticos en la forma de un nacimiento.
El fallo ha sido tan r¨¢pido como esperado. El Constitucional ya hab¨ªa tumbado la ley anteriormente, en abril de 2018,?por la falta de protecci¨®n de la madre gestante a su derecho al arrepentimiento, por lo que el texto?volvi¨® al Parlamento para su correcci¨®n. Pero los diputados, en una disputa entre los partidos, han vuelto a aprobar la ley sin alterar el texto en el sentido que exig¨ªa el tribunal. En julio, en el ¨²ltimo pleno de la legislatura, la C¨¢mara la vot¨® sin enmiendas. El texto fue enviado al presidente de la Rep¨²blica como es preceptivo para su promulgaci¨®n, y este lo envi¨® el 26 de agosto al Constitucional, que ratifica su doctrina.
En apenas cuatro l¨ªneas de justificaci¨®n, el tribunal se?ala ¡°la violaci¨®n del derecho al desarrollo de la personalidad de la embarazada, interpretado de acuerdo con el principio de dignidad de la persona humana, y del derecho de constituir familia, en consecuencia, de una restricci¨®n excesiva de los mismos¡±.
El Constitucional no se pronuncia en contra de la existencia de la figura de los vientres de alquiler, pero exige que se salvaguarden mejor los derechos de la gestante, principalmente en lo que respecta al periodo de arrepentimiento, que debe llegar hasta despu¨¦s del parto y antes de la entrega a los padres adoptivos.
En el paso por la C¨¢mara, el izquierdista Bloco, parte de la mayor¨ªa parlamentaria, propuso cubrir esa laguna ampliando el periodo de arrepentimiento hasta el momento del registro civil, pero la enmienda no sali¨® adelante y el texto fue aprobado tal como entr¨® en la c¨¢mara, lo que lo convert¨ªa en una ley muerta.
El culebr¨®n de la ley portuguesa se inici¨® en 2016, cuando el Bloco de Esquerda present¨® una iniciativa en ese sentido, que fue apoyada por el Partido Socialista. Su otro socio de la mayor¨ªa parlamentaria, el Partido Comunista, no la apoy¨®, pero los votos necesarios para su aprobaci¨®n salieron del banco del Partido Social Dem¨®crata (PSD),?que dej¨® libertad de voto a sus diputados.?
Sin embargo, el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, vet¨® en un primer momento la norma. Acab¨® promulgando una segunda versi¨®n aprobada por el Parlamento que subsanaba los fallos apuntados por el jefe del Estado. Pero?diputados del PSD y el democristiano CDS llevaron el texto al Constitucional para que diera su parecer. En abril del pasado a?o, el tribunal entendi¨® que los derechos de la gestante no estaban protegidos porque no se admit¨ªa la posibilidad de arrepentimiento en el contrato establecido entre las partes.
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