El Gobierno vasco se mete hasta la cocina para promover la igualdad
El borrador del nuevo decreto de construcci¨®n propone redise?ar los espacios para mejorar la seguridad de las mujeres y compartir las tareas dom¨¦sticas
?Se puede dise?ar un edificio de forma deliberada para facilitar la igualdad entre hombres y mujeres, por ejemplo, en materia de corresponsabilidad y seguridad? ?Se pueden establecer normas de habitabilidad con perspectiva de g¨¦nero? El Gobierno vasco no tiene ninguna duda. Su Departamento de Vivienda est¨¢ trabajando en un decreto ¡ªtodav¨ªa en fase de borrador¡ª con las nuevas normas de construcci¨®n y de habitabilidad que analiza todos los espacios, tanto de los elementos comunes de los edificios como los de cada vivienda, para facilitar la seguridad y la integraci¨®n en las tareas dom¨¦sticas que todav¨ªa siguen separadas por sexos y que de forma mayoritaria siguen siendo asumidas por las mujeres. Las mujeres destinan 26,5 horas a la semana a cuidar a hijos o familiares, tareas dom¨¦sticas y colaboraciones sin sueldo en ONG, frente a las 14 horas de los hombres.
Para fomentar la igualdad, se mete, literalmente, hasta en la cocina: entre las medidas que se estudian, est¨¢ la de integrar este espacio en el sal¨®n, en lugar de en un extremo de la casa, o ampliarlo para que quepan al menos dos personas.? El borrador especifica, por ejemplo, que la cocina tendr¨¢ como m¨ªnimo siete metros cuadrados y la sala de estar, 14. "El espacio para cocinar tendr¨¢ preferentemente las dimensiones de cocina comedor, en su defecto el espacio se dise?ar¨¢ colindante con el comedor de forma que pueda unirse de forma directa y o tener una conexi¨®n visual directa", especifica el borrador en su Anexo III.
"De lo que se trata es de organizar la vivienda de manera vers¨¢til y de forma que facilite las tareas que se hacen en el domicilio para sostener la vida y que se hagan de manera compartida", explica la directora de la c¨¢tedra Unesco de G¨¦nero de la Escuela de Arquitectura de Madrid, In¨¦s S¨¢nchez de Madariaga, que ha participado en la elaboraci¨®n del borrador del nuevo decreto de construcci¨®n y habitabilidad del Gobierno vasco. La normativa establece las condiciones que regir¨¢n en las viviendas nuevas y en las operaciones de rehabilitaci¨®n, tanto de promoci¨®n p¨²blica como privada, y que se convertir¨¢, una vez aprobada, en el nuevo est¨¢ndar de habitabilidad y accesibilidad en Euskadi. "Se trata de la primera normativa de construcci¨®n que se elabora en Espa?a con esta perspectiva [de g¨¦nero]", explica S¨¢nchez de Madariaga, aunque recuerda que s¨ª ha habido experiencias concretas de edificaci¨®n con criterios de igualdad, por ejemplo en Barcelona.?
El borrador del decreto se impregna de criterios que buscan la igualdad en muchos de los art¨ªculos que regula, desde la construcci¨®n del edificio y sus zonas comunes, hasta la propia vivienda. En el edificio describe los elementos comunes, que ahora se analizan con perspectiva de g¨¦nero, para mejorar la seguridad. Se obligar¨¢ a evitar zonas oscuras en los portales o rellanos en los que pueda esconderse un potencial agresor, se limitar¨¢n las esquinas con un determinado ¨¢ngulo para evitar zonas ciegas, y se dar¨¢n pautas para iluminar adecuadamente esas zonas, o poner espejos y suplementos de luz si hay dificultades t¨¦cnicas para cumplir las normas.
"Espacios de verdad comunes"
Pero tambi¨¦n se mete en las viviendas. "Hay acciones que son casi de efecto psicol¨®gico", describe el viceconsejero de Vivienda del Gobierno vaso, Pedro J¨¢uregui, en referencia a la posici¨®n de la cocina. "Podemos hacer que la cocina se convierta en un espacio com¨²n, pero com¨²n de verdad, que la cocina se convierta en un espacio de la unidad convivencial, no solo de la mujer". ?C¨®mo? Promoviendo que las cocinas, que hasta ahora est¨¢n en una esquina, est¨¦n m¨¢s integradas en el sal¨®n. "Si la cocina est¨¢ en una esquina de la casa y el sal¨®n en la otra, las personas est¨¢n aisladas. Proponemos que esas dos piezas est¨¦n contiguas, que tengan dimensi¨®n suficiente como para albergar a dos personas y que adem¨¢s esos dos espacios comunes ocupen la centralidad de la casa", explica.
La presidenta de la Asociaci¨®n Clara Campoamor, Blanca Estrella, cree que la recomendaci¨®n para unir cocina y sala de estar "es una tonter¨ªa". "A m¨ª no me gusta. Hay que hacer otras cosas para que el hombre entre en la cocina", critica, "eso es asunto de cada uno". S¨ª se muestra de acuerdo, sin embargo, con la normativa que afecta a la eliminaci¨®n de espacios oscuros en el portal y en las escaleras de acceso. Sin embargo, sus prioridades son otras. "Lo que tendr¨ªan que hacer es convocar el pleno extraordinario para aprobar el Pacto de Estado contra la Violencia de G¨¦nero y, sin embargo, nos vamos a elecciones", critica con cierto enfado.
"No es una injerencia en la vida de nadie", responde J¨¢uregui, "lo que buscamos es que ambos espacios, cocina y sala, se comuniquen para facilitar que las tareas dejen de ser estancas de cada sexo, y que la propia estructura de la vivienda favorezca que se puedan compartir". Si las medidas para los espacios dentro de la vivienda, en el portal y en las zonas comunes ser¨¢n de obligado cumplimiento, la uni¨®n de cocina y sala de estar no pasar¨¢ de ser una recomendaci¨®n, conscientes precisamente de que hay gustos para todo.
S¨¢nchez de Madariaga explica que mientras en Espa?a se promocionaba desde el franquismo el concepto de "vivienda encogida" con espacios separados y compartimentados, en Viena llevaban 30 a?os d¨¢ndole vueltas a la reorganizaci¨®n de los espacios para hacerlos m¨¢s vers¨¢tiles. Estudios que han seguido Marion Roberts en la Universidad de Westminster y la arquitecta y catedr¨¢tica Dolores Hayden en la Universidad de Yale, entre otras, que investigan el urbanismo y la arquitectura en busca de la igualdad. "Ellas han inspirado construcciones m¨¢s sostenibles, m¨¢s igualitarias y m¨¢s vers¨¢tiles en busca de soluciones a las diferentes maneras de convivir y de compartir las tareas en las viviendas", asegura S¨¢nchez de Madariaga. ?
"Se trata de un paso m¨¢s en el compromiso del Gobierno vasco con la vivienda como un derecho real de todos los ciudadanos y como la base para ahondar en la igualdad", ha declarado a EL PA?S el viceconsejero J¨¢uregui. El decreto tambi¨¦n evitar¨¢ en Euskadi los pisos colmena y obligar¨¢ a una dimensi¨®n m¨ªnima de 35 metros cuadrados para que una vivienda sea habitable.?El esfuerzo inversor 2018-2020 en Euskadi en materia de vivienda de alquiler es de 1.119 millones, 48 millones m¨¢s de los que el Estado dedicar¨¢ en esos tres a?os en su plan para toda Espa?a (1.071 millones).
El decreto, que el departamento del socialista I?aki Arriola quiere tener aprobado para la segunda mitad del pr¨®ximo a?o, es el primero dise?ado con perspectiva de g¨¦nero. Esa mirada, que ya se ha aplicado para mejorar los planeamientos urban¨ªsticos municipales en busca de itinerarios m¨¢s seguros y m¨¢s iluminados, o incluso en el transporte p¨²blico, con paradas casi a demanda para acercar a las mujeres a sus casas, "la llevamos ahora a todo el articulado de las nuevas normas de la construcci¨®n", explica J¨¢uregui.
Hay otro criterio que van a aprovechar para actualizar: el de la accesibilidad universal. La norma actual dice que las nuevas obras deber¨¢n facilitar la accesibilidad hasta la entrada de la vivienda. "Nosotros nos metemos dentro y lo que decimos es que con peque?as correcciones en el interior de los pisos, aunque no se garantice la accesibilidad porque la normativa es muy exigente en medidas de puertas o radios de giro, s¨ª podemos hacer que sean f¨¢cilmente adaptables en el futuro", ha dicho el viceconsejero de Vivienda.? El Gobierno vasco va a regular una serie de par¨¢metros que faciliten, con una sencilla intervenci¨®n, que en el futuro se pueda atender a personas con diversidad funcional. "Si eso lo hacemos con car¨¢cter preventivo, desde el dise?o, estamos avanzado y adelant¨¢ndonos a una realidad que, en una sociedad cada vez m¨¢s envejecida como la nuestra, va a ser m¨¢s habitual", ha explicado J¨¢uregui.
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