Desafiar a la l¨®gica para cosechar votos
El alcalde de Madrid deroga medidas anticontaminaci¨®n alegando que su plan en m¨¢s verde y ambicioso
El alcalde de Madrid, Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez-Almeida, asegur¨® este lunes que quiere convertir a la capital en ¡°referencia mundial¡± en la lucha contra la contaminaci¨®n. Curioso reclamo para poner en marcha un plan que promete lo contrario. Su proyecto Madrid 360 sustituye al de su antecesora en el cargo Manuela Carmena. La promesa electoral obligaba a hacerlo, pero es dif¨ªcil de aceptar tanta ambici¨®n verde relajando las normas que hab¨ªan logrado reducir la contaminaci¨®n en el cogollo urbano, el llamado Madrid Central de Carmena.
El desaf¨ªo a la l¨®gica es evidente; e irritante. La Comisi¨®n Europea dio su visto bueno a Madrid Central, pero ha retomado el expediente contra Espa?a a la vista de los planes de Almeida. Ahora este alcalde al que apoya la ultraderecha espera que Bruselas avale su nueva propuesta. Si ya ten¨ªa el pl¨¢cet la anterior, ?por qu¨¦ volver a empezar? Este hombre tambi¨¦n desaf¨ªa a la ciencia. Esta insiste en que es urgente combatir la crisis clim¨¢tica, pero ¨¦l lamina el Madrid Central en el corto plazo, aplaza sus medidas anticontaminaci¨®n para ¡°el primer semestre¡± del a?o que viene y deja las m¨¢s dr¨¢sticas contra el tr¨¢fico rodado para m¨¢s adelante todav¨ªa. As¨ª, con suerte, ser¨¢n otros los que apechuguen con las restricciones m¨¢s impopulares.
Todo este dislate se ha presentado revestido de modernidad. Camisa remangada, micro inal¨¢mbrico, un logo bonito y paseos sobre el escenario al estilo de los ejecutivos de vanguardia. En un par de meses, una auditora elegida a dedo le ha facilitado la puesta en escena, que aqu¨ª parece lo esencial porque, adem¨¢s, permite discursos que retuercen la realidad, como esa afirmaci¨®n no cre¨ªble que expres¨® el pol¨ªtico madrile?o sin pesta?ear: ¡°Aqu¨ª no hay banderas ni discursos partidistas¡±.
Pero Almeida no est¨¢ solo en este arte de desafiar la l¨®gica. Concretamente, en 42 a?os de democracia, son muchos los que han impedido que el sistema educativo espa?ol desarrolle todo su potencial a base de ejercer el mismo principio. En cuatro d¨¦cadas, siete leyes y/o reformas sin consenso. No se ha dejado espacio siquiera para evaluar los efectos de cada nueva norma. As¨ª que la Comisi¨®n Europea ha dado un toque a Espa?a criticando debilidades del sistema bien identificadas desde hace tiempo pero que siguen ah¨ª, enquistadas. Se impone el discurso partidista que Almeida dice evitar.
Los espa?oles manifiestan su hartura con los pol¨ªticos mientras se preparan, con cierto sentimiento de frustraci¨®n e impotencia, a acudir a las urnas por tercera vez en ocho meses. Ahora aseguran los partidos de la izquierda que hay que votar para frenar a la derecha. Pero lo cierto es que los espa?oles ya la frenaron en abril. Y el presidente en funciones, Pedro S¨¢nchez, incapaz de pactar para gobernar, se presenta ahora como el garante de la gobernabilidad.
L¨®gica y pol¨ªtica se dan hoy la espalda.
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