Gritar ¡°?fuego!¡± no ¡°?socorro!¡± y otros trucos de autodefensa feminista
Cada vez m¨¢s municipios ofrecen talleres gratuitos para que las mujeres aprendan a protegerse de posibles agresiones
J¨®venes temerosas de volver a casa de noche. Octogenarias que se niegan a ser la presa f¨¢cil del agresor. V¨ªctimas de violaciones y acoso callejero. El perfil de las mujeres que quieren aprender a defenderse es variado, pero su miedo es el mismo. Un miedo que ha hecho proliferar los cursos municipales de autodefensa en todo el pa¨ªs. En Madrid, centenares de mujeres se acercan a los m¨¢s de 20 centros p¨²blicos donde se imparten estos talleres gratuitos desde 2016.?Hace unas semanas, en Santa Cruz de Tenerife, Francisco Javier Yanes, profesor de yudo y?jiu-jitsu, y Mar¨ªa del Pilar Mach¨ªn, psic¨®loga experta en violencia de g¨¦nero, inauguraron el primer curso en Canarias que combina defensa personal y empoderamiento femenino. En Galicia, 60 municipios ¨Cde 313¨C tienen iniciativas parecidas;?32 concellos m¨¢s que en el 2018, a?o en el que m¨¢s de 2.600 mujeres se inscribieron en este tipo de talleres solo en la Comunidad de Arag¨®n. A todas les une un ¨²nico denominador com¨²n: aprender las herramientas para vivir sin miedo.
Los datos de violencia machista justifican el aumento en la demanda.?En lo que va de a?o, 46 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas. Ya son 1.021 las v¨ªctimas mortales desde que comenz¨® el registro de los asesinatos machistas en 2003.?La violaci¨®n grupal de la Manada o el asesinato de Laura Luelmo resuenan en la memoria de estas mujeres que se apuntan a los talleres "por miedo a ser las siguientes".
Van llegando?al polideportivo de Aluche con leggins de colores y botellas de agua. Se saludan t¨ªmidas y esperan descalzas en un rinc¨®n a que ?scar S¨¢nchez (Madrid, 35 a?os), profesor de hapkido y taekwondo, empiece la clase. ?l?carga decenas de paraguas y bolsos vac¨ªos para la tem¨¢tica de hoy: los llamados "¨²tiles de fortuna". Las 23 asistentes ¨Cde las cuales nueve son menores de edad¨C, aprender¨¢n a utilizar los elementos que suelen llevar consigo para defenderse de un posible agresor: una mochila puede servir de escudo, un pintalabios puede alejar a un agresor. Todo vale para ganar tiempo.?
Laura Gonz¨¢lez Moro, madrile?a de 26 a?os, vuelve al curso por tercer a?o consecutivo. Esta vez como monitora. Graduada en psicolog¨ªa y con cinco a?os de formaci¨®n en hapkido?¨Carte marcial coreano¨C, fue v¨ªctima de violencia dom¨¦stica de peque?a por parte de su padre biol¨®gico (con el que ya no mantiene contacto). "Me dije a m¨ª misma que nadie m¨¢s me volver¨ªa a poner la mano encima", explica con la mirada firme. Gonz¨¢lez es una de las dos ¨²nicas profesoras ¨Centre los 17 del Ayuntamiento de Madrid¨C?en proceso de formaci¨®n para impartir m¨¦todos de defensa personal. "Nos dimos cuenta de que a las alumnas les chirr¨ªa que estas clases las d¨¦ un hombre", cuenta su compa?ero??scar S¨¢nchez. "Por eso estamos intentando formar a m¨¢s mujeres, aunque cuesta. No hay muchas que tengan formaci¨®n en artes marciales o autodefensa. Tambi¨¦n ah¨ª hay cosas que trabajar".
"Agarrad bien los paraguas. Por este lado de aqu¨ª para no lastimarte", explica S¨¢nchez a una de las alumnas. Todas est¨¢n separadas por parejas y se van turnando para interpretar ambos roles: el de agresor y el de v¨ªctima. La timidez inicial se disuelve y se van creyendo sus papeles. Gloria Soubrie, de 47 a?os le dice a su compa?era:?"Pero ag¨¢rrame cuando no me lo espere, a ver si me sale de manera natural". Es el segundo curso al que se apunta y cuenta sorprendida c¨®mo el viernes pasado un compa?ero de trabajo quiso gastarle una broma abalanz¨¢ndose a sus espaldas sin que ella lo esperara. "Consegu¨ª apartarle con una t¨¦cnica que aprend¨ª aqu¨ª. Me sali¨® de manera instintiva", se?ala.?
Adem¨¢s de la parte f¨ªsica, los talleres tambi¨¦n tratan la tem¨¢tica psicol¨®gica. De hecho, de las cuatro horas del seminario que imparten S¨¢nchez y Gonz¨¢lez, casi tres se dedican a hablar sobre la violencia de g¨¦nero. Ambos coinciden: "Lo importante no es dar pu?etazos. Queremos que entiendan la psicolog¨ªa del agresor y se adelanten a sus pasos". Consejos tan sencillos como gritar "?Fuego!"?en lugar de "?Socorro!"?para atraer la atenci¨®n de los dem¨¢s o d¨®nde colocarse dentro de un ascensor en caso de un intento de agresi¨®n son algunas de las claves que explican. "Tambi¨¦n tratamos los ciclos de la violencia machista para que identifiquen si est¨¢n en alguna situaci¨®n de riesgo", a?ade Gonz¨¢lez.
Se acaba la clase por hoy. Vuelven a calzarse y recogen sus botellas vac¨ªas. Salen del seminario con algo m¨¢s de seguridad aunque con un sabor agridulce. Sara Espinosa, mexicana de 34 a?os le pone palabras: "Ojal¨¢ no tuvi¨¦ramos que ser nosotras las que aprendemos a defendernos. Ojal¨¢ ellos supieran respetarnos. Pero bueno, al menos ya no me bloqueo al salir a la calle".?
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