Instrucciones para volver a hacer respirables las ciudades en seis pasos

Xavier Querol, investigador del CSIC en Barcelona, premio Jaime I de Medio Ambiente y especialista en calidad del aire, lleva a?os visitando China por trabajo. Y en sus ¨²ltimos viajes lo que m¨¢s le ha impresionado es el rapid¨ªsimo aumento de los veh¨ªculos el¨¦ctricos, ¡°sobre todo ciclomotores¡±, en las ciudades de un pa¨ªs que ha simbolizado la contaminaci¨®n urbana y ahora vive una transici¨®n hacia la movilidad sin combustibles f¨®siles.

El cient¨ªfico del Instituto de Diagn¨®stico Ambiental y Estudios del Agua, nacido en Morella (Castell¨®n) hace 56 a?os, ha analizado las estrategias de 200 ciudades europeas para mejorar la calidad del aire. Un trabajo llamado AirUse que la Comisi¨®n Europea eligi¨® en 2018 como mejor proyecto Life en la categor¨ªa Ciudades Verdes. Sus conclusiones son un manual de instrucciones para volver a hacer respirables las ciudades. Un camino que, afirma, pasa por reducir dr¨¢sticamente los autom¨®viles convencionales que circulan por sus calles.

La idea parec¨ªa ut¨®pica en Espa?a hace una d¨¦cada. Pero ya no lo es, comenta, como prueban los cambios que est¨¢n experimentando sus grandes ciudades, a pesar de retrocesos puntuales como el de Madrid. ¡°Est¨¢ pasando porque una parte cada vez mayor de la sociedad lo pide. Es un cambio de mentalidad. Cuando yo era ni?o, todos los pueblos quer¨ªan que la carretera nacional pasara por en medio porque si no, no eran nada. Y despu¨¦s fueron los vecinos quienes exigieron variantes para sacar todos esos veh¨ªculos del n¨²cleo urbano. Esto no es una cuesti¨®n de ecologismo, sino de salud p¨²blica¡±. Estas son las seis medidas que propone Querol:

Enfoque metropolitano. Es necesario elaborar planes estrat¨¦gicos metropolitanos de mejora de la calidad del aire, porque la pol¨ªtica de movilidad tiene que involucrar a la ciudad y su ¨¢rea de influencia, afirma Querol. Londres, Par¨ªs, Barcelona y otras grandes conurbaciones dise?an ya la pol¨ªtica de emisiones a esa escala.

El gran olvidado. En comparaci¨®n con el centro y el norte de Europa, Espa?a ha invertido poco en transporte p¨²blico. Pese a ello, los sistemas p¨²blicos dentro de las grandes ciudades son buenos, y en ocasiones excelentes. El transporte metropolitano requiere, en cambio, grandes inversiones, porque es muy pobre y esa debilidad supone para Querol ¡°el mayor obst¨¢culo¡± que hoy tiene el pa¨ªs para mejorar la calidad del aire de las ciudades. El desarrollo alcanzado en Flandes (B¨¦lgica) representa, seg¨²n el investigador, un modelo de referencia.

Peaje de entrada. Es impopular, pero inevitable, seg¨²n el cient¨ªfico, para reducir la contaminaci¨®n. El peaje urbano es la ¨²nica medida capaz de reducir por si sola un 30% el n¨²mero de coches. Ese porcentaje se alcanz¨® en Estocolmo, donde se implant¨® en 2006. Mil¨¢n lo hizo en 2015 y el tr¨¢fico disminuy¨® un 20%. Londres lo limit¨® a un ¨¢rea peque?a y apenas ha obtenido resultados. La eficacia aumenta si, en paralelo, se proh¨ªbe aparcar en el centro a los no residentes y se construyen zonas de estacionamiento en los accesos de la ciudad conectados con la red de transporte p¨²blico y sistemas de bicicletas o patinetes el¨¦ctricos p¨²blicos.

Los veh¨ªculos antiguos, prohibidos. Unas 300 ciudades europeas impiden la entrada a los veh¨ªculos m¨¢s viejos utilizando un sistema de etiquetas ambientales. La medida es imperfecta por el gran fraude de las emisiones de los veh¨ªculos di¨¦sel, que ha provocado que los ¨²ltimos modelos con este tipo de motor emitan mucho di¨®xido de nitr¨®geno, pero Querol la considera a¨²n as¨ª importante. ¡°Permite eliminar los que contaminan m¨¢s en part¨ªculas en suspensi¨®n. Un coche de 1998 contamina hasta 35 veces m¨¢s en part¨ªculas que uno actual¡±.

Taxis y furgonetas. Una investigaci¨®n en Marsella revel¨® que los veh¨ªculos de reparto urbano de mercanc¨ªas eran responsables de casi un tercio de la concentraci¨®n de di¨®xido de nitr¨®geno, ya que circulan muchas horas, hasta 12 al d¨ªa. Sustituir los veh¨ªculos tradicionales de furgonetas y taxis por modelos el¨¦ctricos o h¨ªbridos es prioritario, asegura Querol.

Redise?ar las calles. Las ciudades deben aprovechar el espacio que ganar¨¢n con la desaparici¨®n de miles de coches para lanzar ambiciosos proyectos de aumento de carriles bici, zonas peatonales y verdes, subraya el investigador. Holanda y Copenhague son ejemplos. El tr¨¢fico, a?ade Querol, debe alejarse de forma prioritaria de colegios y centros sanitarios porque los ni?os y los enfermos son m¨¢s sensibles a la contaminaci¨®n. Reino Unido proh¨ªbe construir escuelas a menos de 100 metros de calles con tr¨¢fico intenso (m¨¢s de 10.000 coches al d¨ªa).