Matilde Hidalgo de Procel, pionera del voto femenino en Hispanoam¨¦rica
Ni?a precoz en el aprendizaje, rompi¨® barreras acad¨¦micas y sociales prohibidas para las mujeres al decidir seguir estudiando y ejercer el voto en unas presidenciales
Matilde Hidalgo Navarro se adelant¨® un siglo a su tiempo para luchar, con constancia, tenacidad y sobre todo inteligencia, contra las desigualdades y las imposiciones clasistas y extremadamente conservadoras de su ¨¦poca. Fue una revolucionaria y una pionera silenciosa que vio con claridad que la igualdad y los derechos de las mujeres se pod¨ªan conquistar desde el sentido com¨²n y con los hechos, no solo con las palabras.
Entusiasmada por el aprendizaje, demostr¨® que para lograr la igualdad primero hay que conquistar las oportunidades, y de esta forma se convirti¨® en la primera joven ecuatoriana en continuar los estudios de Secundaria hasta llegar a convertirse en la primera bachiller en Ecuador y, posteriormente, en la primera mujer en doctorarse en Medicina.
Su mayor logro, sin embargo, fue conseguir forzar a las autoridades nacionales a que le permitieran votar en unas elecciones presidenciales, abriendo as¨ª la posibilidad del voto femenino por primera vez en los pa¨ªses hispanoamericanos.
M¨¦dico, poeta y activista por los derechos y las libertades de las mujeres, Matilde Hidalgo Navarro naci¨® en Loja (Ecuador), el 29 de septiembre de 1889. Fue la menor de seis hermanos en una familia de origen venezolano con un ambiente siempre fue propicio para el aprendizaje y la cultura.
Sin embargo, su mundo se derrumb¨® cuando su padre falleci¨® siendo ella a¨²n una ni?a, y su madre tuvo que empezar a trabajar como costurera para mantener a toda la prole. Estudi¨® Primaria con las Hermanas de la Caridad y al mismo tiempo ayudaba de manera voluntaria en el hospital que ten¨ªan las religiosas, lo que a buen seguro despert¨® en ella la vocaci¨®n por la medicina y estar siempre pendiente de los m¨¢s necesitados y vulnerables.
Quienes la conocieron destacan que apuntaba maneras de ni?a prodigio, ya que antes de cumplir cuatro a?os ya sab¨ªa leer, escribir, tocar el piano y recitaba poemas cl¨¢sicos.
Al acabar la educaci¨®n Primaria, que era cuando el sistema ¡®condenaba¡¯ a las mujeres a dejar de estudiar para prepararse a ser madres y amas de casa, Matilde ten¨ªa claras sus intenciones de seguir estudiando Secundaria, y as¨ª se lo manifest¨® a su hermano Antonio, que fue un gran apoyo siempre para ella.
La solicitud creaba un precedente para la ¨¦poca, pero el director del colegio, tras pensarlo durante un mes, acept¨® el ingreso de Matilde Hidalgo en la educaci¨®n Secundaria. A pesar de esa gran victoria, la joven sufri¨® el rechazo de gran parte de la sociedad de su localidad, con muchas madres que prohibieron a sus hijas relacionarse con ella y hasta el sacerdote local le neg¨® la posibilidad de entrar en la iglesia para escuchar misa.
Sin embargo, el car¨¢cter de Matilde pudo con todo, y el 8 de octubre de 1913 se gradu¨® con honores en Secundaria, convirti¨¦ndose en la primera mujer bachiller de Ecuador. Su triunfo, personal y social, lejos de ser algo anecd¨®tico para los libros de historia, sirvi¨® de acicate para que perseverara en su vocaci¨®n y se sintiera m¨¢s cerca de conseguir su prop¨®sito de continuar rompiendo barreras acad¨¦micas.
La parte menos conocida de Hidalgo es la vertiente literaria que comenz¨® a cultivar en esta ¨¦poca de estudios en Secundaria. Sus temas m¨¢s habituales eran el culto a la ciencia, la admiraci¨®n por la naturaleza, elogio a personajes o fechas, devoci¨®n mariana, y el tema de la mujer. Veinte de sus poemas fueron recogidos m¨¢s tarde en un libro titulado ¡®Matilde Hidalgo de Procel. Biograf¨ªa y Poemario¡¯.
La brillante bachiller intent¨® matricularse primero en la Universidad Central de Quito, pero el decano de Medicina rechaz¨® su petici¨®n con la respuesta de que deb¨ªa centrarse en su destino de formar un hogar y cuidar de sus futuros hijos como todas las mujeres ecuatorianas, a la vez que intent¨® convencerla de que estudiase otras disciplinas, como Farmacia u Obstetricia, ya que consideraba que Medicina estaba reservada a los hombres.
Pero Matilde Hidalgo de Procel, una vez m¨¢s, no se dio por vencida y volvi¨® a recurrir a su hermano Antonio. Fue a la Universidad de Azuay, en la actualidad Cuenca, y realiz¨® all¨ª la matr¨ªcula. El rector, tras consultar con el decano de la Facultad de Medicina, decidi¨® admitir su solicitud. Matilde logr¨® un nuevo triunfo y el apoyo del rector siempre fue refrendado por los resultados acad¨¦micos de una joven voraz de conocimiento y con una actitud encomiable.
En junio de 1919 consigui¨® la licenciatura en Medicina con las mejores notas de la promoci¨®n, y tan s¨®lo la argentina Alicia Moureau logr¨® esa gesta por delante de ella en un pa¨ªs sudamericano. El 21 de noviembre de 1921, Matilde Hidalgo logro el doctorado en Medicina y se convirti¨® en la primera mujer ecuatoriana en conseguirlo.
Dos a?os despu¨¦s, y habiendo logrado su sue?o acad¨¦mico, se cas¨® con el abogado Fernando Procel, quien, como ella, tambi¨¦n era defensor de la causa feminista. La pareja tuvo dos hijos y Matilde pas¨® a tener el apellido de su marido y a ser conocida como Matilde Hidalgo de Procel.
La estabilidad laboral y personal de Matilde Hidalgo no la detuvo en sus pretensiones de lucha por la igualdad, y su perseverancia la llev¨® a romper otro l¨ªmite social que se hab¨ªa impuesto a las mujeres: la doctora anunci¨® su pretensi¨®n de votar en las elecciones presidenciales, algo que estaba prohibido para las mujeres en la ¨¦poca.
Cuando era presidente del Gobierno de Ecuador Jos¨¦ Luis Tamayo, Matilde Hidalgo empez¨® a cuestionar que las mujeres no pudieran ejercer el derecho al voto en las elecciones, y para cambiar la situaci¨®n se propuso votar ella misma. Para ello, en 1924 se acerc¨® a inscribirse en el padr¨®n para las elecciones al Congreso y al Senado que se iban a celebrar, siendo la ¨²nica mujer en intentarlo. En un primer momento, la Junta Electoral se neg¨® a tramitar su inscripci¨®n, y la respuesta de Matilde Hidalgo de Pr¨®cel a esta negativa fue leer, delante de los miembros del ¨®rgano electoral, el art¨ªculo de la Constituci¨®n ecuatoriana que regulaba el derecho al voto, y que dec¨ªa que ¡°para ser ciudadano ecuatoriano y poder ejercer el derecho al voto el ¨²nico requisito era ser mayor de 21 a?os y saber leer y escribir¡±.
Hidalgo recalc¨® que en dicho art¨ªculo no se especificaba el g¨¦nero de la persona, por lo que una mujer ten¨ªa el mismo derecho constitucional que los hombres. Su solicitud fue llevada al Consejo de Estado, que la acept¨® por unanimidad. Por extensi¨®n, qued¨® aprobado el sufragio para todas las mujeres del pa¨ªs.
Una vez m¨¢s, y gracias a su empe?o, logr¨® ejercer su derecho al sufragio en Loja, haciendo que Ecuador fuera el primer pa¨ªs hispanoamericano en permitir, durante la presidencia de Jos¨¦ Luis Tamayo, el voto femenino.
Hidalgo tambi¨¦n hizo carrera pol¨ªtica y fue candidata del Partido Liberal a diputada por Loja, pero aunque su candidatura fue la vencedora, un ama?o en las papeletas para que ella apareciera como suplente y que apareciese primero un candidato masculino la relev¨® del puesto, aunque a pesar de todo tambi¨¦n fue la primera mujer en ocupar un cargo electo en el pa¨ªs ecuatoriano, adem¨¢s de desempe?ar cargos municipales, como una concejal¨ªa y la vicepresidencia de un Ayuntamiento.
Pero la verdadera vocaci¨®n de Matilde Hidalgo de Procel fue la medicina y el servicio a los dem¨¢s, aunque la compaginara con la pol¨ªtica durante alg¨²n tiempo. La ejerci¨® en Guayaquil hasta 1949, a?o en el que consigui¨® una beca de especializaci¨®n en Pediatr¨ªa, Neurolog¨ªa y Diet¨¦tica en Argentina.
Al terminar esta formaci¨®n regres¨® a su pa¨ªs y se dedic¨® a llevar a cabo obras sociales. En aquel tiempo, su fama, su profesionalidad y su personalidad arrolladora le dieron la popularidad necesaria para ser nombrada vicepresidenta de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, presidenta vitalicia de Cruz Roja y recibir la Medalla al M¨¦rito de Salud P¨²blica.
Matilde Hidalgo de Procel falleci¨® en Guayaquil el 20 de febrero de 1974, a la edad de 84 a?os, v¨ªctima de una apoplej¨ªa cerebral y tras una vida plena de retos y logros que han hecho historia no solo en Ecuador, ya que han servido tambi¨¦n de modelo para el resto del mundo.
El Gobierno de Ecuador le otorg¨®, entre otros galardones, la Medalla al M¨¦rito en el grado de Gran Oficial en 1956 y, a petici¨®n de la Cruz Roja de Ecuador, le fue concedida la Medalla de Servicios en 1959.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.