En la cocina de la cumbre alternativa
Las organizaciones ecologistas se preparan para la "contra cumbre" en la antigua sede de la UGT
La antigua sede de UGT en Madrid no tiene nada que ver con lo que era hace apenas siete d¨ªas. Varias decenas de voluntarios han limpiado y organizado "en tiempo r¨¦cord", una especie de Ifema paralelo, es decir, el centro neur¨¢lgico de la cumbre social por el clima que se celebrar¨¢ del 7 al 13 de diciembre. Del polvo y el silencio al caos organizado. Hoy sus paredes est¨¢n repletas de fotos de desastres naturales y carteles sobre la biodiversidad en el mundo. "La naturaleza hace habitable la Tierra", se lee en uno de ellos. "?Est¨¢s libre?", dice una joven con un peto naranja y las manos manchadas de pintura. "Vente conmigo que tengo que recoger una cosa de fuera".
En la sala de manualidades huele a pintura. Abi, voluntaria de 40 a?os, del colectivo Climaccio, pinta una de las pancartas de la manifestaci¨®n por el clima que se celebra esta tarde. "Lo bonito est¨¢ aqu¨ª y lo feo dentro de Ifema. Porque llevan 25 a?os reuni¨¦ndose y no han hecho nada", dice la francesa. "Yo vengo del lado oscuro porque he trabajado para la industria de los refrescos. Y me he dado cuenta de que este sistema nos lleva a la cat¨¢strofe".
Rub¨¦n Guti¨¦rrez, miembro de Fridays for Future Madrid, fue de los que ayud¨® en la organizaci¨®n de la cumbre social por el clima "desde el minuto uno". "Lo primero que hicimos fue ponernos en contacto con las organizaciones que iban a preparar la cumbre en Chile para ver c¨®mo pod¨ªamos traer la voz de esos movimientos aqu¨ª". El activista canario, graduado en relaciones internacionales, se alegra de formar parte de estas acciones. "Ha sido un reto log¨ªstico preparar una cumbre en menos de un mes. Una cumbre que ya cuenta con m¨¢s de 800 organizaciones adheridas a nivel internacional y alrededor de 300 propuestas de actividades de varias tem¨¢ticas. Todos estamos trabajando mucho", a?ade.
Minutos m¨¢s tarde vuelve la chica del peto naranja con una estanter¨ªa entre las manos y varios colegas detr¨¢s de ella con bolsas cargadas de materiales y alg¨²n otro mueble. Se hace camino entre un ir y venir constante de gente de todas las nacionalidades. El espacio es tan plural como la gente que lo llena. Aqu¨ª dentro, las banderas parecen desaparecer. Los representantes del colectivo Minga Ind¨ªgena lucen sus trajes aut¨®ctonos, los activistas de Extinction Rebellion llevan camisetas con su popular logo, los ni?os corretean entre la gente, mujeres de pelo afro atienden las innumerables conferencias... El denominador com¨²n de esta vor¨¢gine es la lucha contra el cambio clim¨¢tico.
¡°Son de Granada, acaban de llegar y quer¨ªan saber d¨®nde se quedan¡±, dice una mujer con gafas en la entrada. Desde hace unos d¨ªas este centro tambi¨¦n se ha convertido en un dormitorio de los que vinieron a Madrid para asistir a la cumbre, despu¨¦s de que se cambiara su sede de Santiago de Chile. Cloe Salmer¨®n, de 22 a?os, es una de las voluntarias que se ha encargado de organizar el alojamiento desde el martes. ¡°Lo hago porque creo en la causa. Para m¨ª la lucha contra el cambio clim¨¢tico es vital¡±, narra con los ojos puestos en los que siguen llegando. Tom Kucharz, de 42 a?os, es otro de los organizadores de esta alternativa a la COP 25 y calcula que han dormido aqu¨ª unas 160 personas. ¡°Estamos muy felices porque ha venido mucha gente a pesar del poco tiempo con el que cont¨¢bamos. Muchos han ayudado limpiando, planeando¡ y otros han tra¨ªdo mantas y s¨¢banas para los que pasan aqu¨ª la noche¡±, narra en la entrada de la sede.
En el interior, gente de todos los rincones del planeta se re¨²ne en salas de trabajo nombradas en honor a los l¨ªderes que iniciaron los movimientos que hoy contin¨²an estos j¨®venes. Como la brasile?a Marielle Franco,?la hondure?a Berta C¨¢ceres o la kurdo-siria Hervim Khalaf. Ellas ya no est¨¢n, pero los activistas est¨¢n preparados para que su eco inunde Madrid durante toda la semana que viene.
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