La Albufera de Valencia, para¨ªso e infierno
La falta de agua, la contaminaci¨®n por vertidos urbanos y agr¨ªcolas, la caza descontrolada y el cambio clim¨¢tico se ciernen sobre el parque natural de la laguna
El para¨ªso y el infierno de los ambient¨®logos se encuentran en un lago situado a 10 kil¨®metros al sur de la Ciudad de las Artes y las Ciencias. La Albufera de Valencia es un lugar de alto valor ambiental y una joya paisaj¨ªstica, su biodiversidad, solo en aves, abarca 280 especies, y act¨²a como pulm¨®n verde y amortiguador de avenidas torrenciales, entre otros servicios ecosist¨¦micos. Pero, al mismo tiempo, presenta todos los impactos que pueden degradar un espacio natural: contaminaci¨®n, escasez de agua, caza descontrolada, la presi¨®n de m¨¢s de un mill¨®n de personas que viven a sus puertas y un c¨®ctel de intereses humanos contrapuestos.
En el horizonte aparecen, adem¨¢s, nuevas amenazas vinculadas al cambio clim¨¢tico: todav¨ªa menos agua, subida del nivel del mar, intrusi¨®n salina y el riesgo de que el lago pase de ser sumidero de gases de efecto invernadero a emisor debido al descenso de calidad de sus aguas. Javier Jim¨¦nez Romo, uno de los mayores especialistas en el parque natural, lo explica junto a la orilla, en una de las dos reservas del Ministerio de Transici¨®n Ecol¨®gica que ¨¦l gestiona en este humedal costero mediterr¨¢neo.
Dos datos resumen la situaci¨®n de la Albufera. El primero: la entrada de agua al lago se ha reducido a la mitad desde los a?os setenta (en 2018 no lleg¨® a 200 hect¨®metros c¨²bicos). El aumento de la poblaci¨®n, la agricultura y la industria ha absorbido todas las aportaciones que recib¨ªa del r¨ªo Turia y buena parte de las del J¨²car. Y solo ahora la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del J¨²car ha empezado a adoptar t¨ªmidas medidas para corregirlo: este a?o el humedal recibir¨¢ cuatro hect¨®metros c¨²bicos procedentes del J¨²car, y a partir de 2021, ocho.
El segundo dato alarmante es que el n¨²mero de aves acu¨¢ticas se ha reducido un 30% desde 2009, seg¨²n el censo que elabora la ONG ornitol¨®gica SEO/BirdLife. Hace una d¨¦cada se estimaba que hab¨ªa 130.000 y en 2019, tan solo 90.000, se?ala Pablo Vera, t¨¦cnico de la organizaci¨®n. A pesar de ello, en el parque natural se cazan de media 11.319 patos al a?o, seg¨²n datos oficiales, que muchos observadores, desde las organizaciones ecologistas a la Fiscal¨ªa de Medio Ambiente de Valencia, consideran poco fiables al basarse en declaraciones de los cazadores. El presidente de la Federaci¨®n de Caza valenciana, Ra¨²l Esteban, no se cree los datos de SEO/BirdLife y dice que los cazadores van a empezar elaborar sus propios censos.
El agua de la Albufera tambi¨¦n presenta un grave problema de calidad. ¡°No hay ni 10 cent¨ªmetros de transparencia. Pero, aunque en el fondo haya metales pesados, la contaminaci¨®n aqu¨ª no es como la que se produjo en el T¨¢mesis o la r¨ªa de Bilbao por vertidos t¨®xicos industriales. El color verde de la Albufera se debe a que est¨¢ llena de fitoplancton, lo que implica casi los mismos malos ¨ªndices de calidad ambiental¡±, afirma el bi¨®logo Jim¨¦nez Romo. El proceso se llama hipereutrofizaci¨®n y se debe a las cantidades masivas de nutrientes que desde los a?os sesenta ha recibido el lago. Sobre todo nitr¨®geno y f¨®sforo, procedentes de la mala depuraci¨®n de las aguas residuales, de vertidos industriales y de los fertilizantes qu¨ªmicos usados en los arrozales, que ocupan 14.500 de las 21.000 hect¨¢reas del parque natural. El exceso de abono gener¨® una explosi¨®n de fitoplancton, volvi¨® el agua opaca e impidi¨® que la luz del sol llegara al fondo, provocando la muerte de las plantas acu¨¢ticas y desencadenando el desequilibrio medioambiental. ¡°Hubo peces y aves que desaparecieron, y se perdi¨® la resistencia que las plantas ejerc¨ªan contra las olas, inici¨¢ndose un desgaste de las orillas y de las peque?as islas de la Albufera¡±, indica Jim¨¦nez Romo.
Los nuevos sistemas de depuraci¨®n de aguas residuales empiezan a dar resultados. ¡°Preve¨ªamos alcanzar el umbral de 90 microgramos por litro de clorofila, que es un indicador del grado tr¨®fico del agua, en 2021, y ya estamos por debajo. Las plantas acu¨¢ticas est¨¢n reapareciendo en ciertas zonas y ha habido algunas transparencias¡±, afirma Teodoro Estrella, jefe de planificaci¨®n de la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del J¨²car.
El ec¨®logo Andreu Escriv¨¤ cree que la gesti¨®n del espacio ha mejorado en los ¨²ltimos a?os. Pero ve urgente decidir ¡°qu¨¦ queremos que sea la Albufera¡±. Y pone dos ejemplos. Por un lado la carretera CV-500, en parte una autov¨ªa construida por el franquismo, que atraviesa el parque natural. La Generalitat quiere adecuarla a los est¨¢ndares ambientales, pero se ha topado con la oposici¨®n de los residentes que prefieren poder circular r¨¢pido. Y, por otro, la macroampliaci¨®n que el Puerto de Valencia est¨¢ tratando de ejecutar sin una declaraci¨®n de impacto ambiental actualizada (la que dispone es de 2007). La obra alterar¨¢ la corriente marina y agravar¨¢, advierte, el peligroso retroceso que ya sufren las playas del parque natural (que forman parte de la delgada l¨ªnea de tierra que separa el lago del Mediterr¨¢neo), lo que aumentar¨¢ el riesgo de salinizaci¨®n que plantea el probable aumento del nivel del mar por el cambio clim¨¢tico.
Los arroceros deciden cu¨¢ndo entra y sale el agua del lago
La Albufera presenta la peculiaridad de que su r¨¦gimen h¨ªdrico est¨¢ en manos de los arroceros, que lo regulan en funci¨®n de sus necesidades de producci¨®n y no del ecosistema del parque. Realizan el control del nivel de agua a trav¨¦s de la Junta de Desag¨¹e, un organismo que se rige por una normativa de la dictadura de Primo de Rivera y decide cu¨¢ndo se abren las compuertas que conectan el lago con el mar. El gran desag¨¹e que realizaron en julio llev¨® a la Fiscal¨ªa a abrir diligencias por posible delito ambiental. Los arroceros deciden tambi¨¦n cu¨¢nto inundan los campos en invierno con el agua que reciben del J¨²car. Los agricultores plantan el arroz en primavera, cosechan en oto?o, y tienden a dejar los campos secos en invierno, guardando el agua para la temporada siguiente. Pero estos meses son cruciales para las aves, que tienen en los arrozales su principal despensa y, dice SEO/BirdLife, acusan la falta de inundaci¨®n invernal. Garantizar la biodiversidad en invierno es, adem¨¢s, una de las razones por la que los arroceros de la Albufera reciben ayudas europeas de la PAC, hasta 1.400 euros al a?o por hect¨¢rea.
Jos¨¦ Fortea, presidente de la Junta de Desag¨¹e y de la Comunidad de Regantes de Sueca rechaza que el lago sufra escasez de agua y niega el uso excesivo de fertilizantes. Al ser preguntado por el cumplimiento de los requisitos ambientales para cobrar las ayudas europeas, advierte: ¡°El agua es de las comunidades de regantes. La Albufera no tiene ninguna concesi¨®n. Y tenemos que cobrar las ayudas europeas. El d¨ªa que no las recibamos ser¨¢ peor, porque cuando queramos podemos tirar al mar el agua que nos llega¡±. La Generalitat, encargada de supervisar las ayudas de la UE, tampoco tiene previstas medidas al respecto.
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