Los militares argentinos se suman a la lucha contra el coronavirus
El Ej¨¦rcito monta un moderno hospital de campa?a en Campo de Mayo, un predio donde hace 44 a?os funcionaron tres centros ilegales de detenci¨®n y tortura
Campo de Mayo, a 30 kil¨®metros de Buenos Aires, es el mayor predio militar de Argentina. En sus 5.000 hect¨¢reas alberga escuelas del Ej¨¦rcito, una pista de aterrizaje, una prisi¨®n militar y hasta un hospital. En los a?os setenta, la dictadura ocult¨® all¨ª tres centros de detenci¨®n, donde murieron m¨¢s de 4.000 personas y decenas de prisioneras parieron hijos que nunca volvieron a ver. Los partos se realizaban en el hospital, un edificio de color crema y techo a dos aguas que a¨²n est¨¢ all¨ª. El mismo d¨ªa en que los argentinos conmemoran el 44 aniversario del golpe que dio inicio a la dictadura, el Ej¨¦rcito ha terminado de montar frente al hospital un centro m¨®vil de atenci¨®n m¨¦dica. Espera recibir a parte de los miles de enfermos de Covid-19 que se esperan en el pico de la pandemia, previsto para finales de abril.
Las Fuerzas Armadas argentinas alimentan a los argentinos los peores recuerdos. Cada 24 de marzo, multitudes salen a las calles de las grandes ciudades a repudiar la asonada que dio inicio a la m¨¢s sangrienta dictadura de Am¨¦rica Latina. Este a?o no habr¨¢ marchas, por primera vez desde el regreso a la democracia, en 1983. La culpa la tiene el coronavirus, que mantiene a 45 millones de argentinos en cuarentena. Pero la pandemia tambi¨¦n ha dado a los militares motivos para mostrarse lo m¨¢s lejos posible de aquel pasado oscuro.
El Ej¨¦rcito suspendi¨® d¨ªas atr¨¢s la confecci¨®n de uniformes para dedicar su sastrer¨ªa al armado de barbijos y s¨¢banas de hospital. La Fuerza A¨¦rea puso sus aviones H¨¦rcules a trabajar en la repatriaci¨®n de argentinos varados en el exterior, con un primer viaje exitoso el pasado domingo desde Lima, Per¨². La Armada mont¨® salas de emergencia cerca de las ciudades portuarias donde opera. El Gobierno dividi¨® el pa¨ªs en 14 zonas de emergencia y las reparti¨® entre las distintas fuerzas. ¡°Cada una aporta lo que tiene¡±, dice una fuente de la Armada.
D¨ªas atr¨¢s, el presidente Alberto Fern¨¢ndez dijo durante un acto castrense que todos los militares que hoy est¨¢n en actividad ¡°fueron formados en democracia¡±. Cab¨ªa, agreg¨®, ¡°dar vuelta la p¨¢gina¡± de la dictadura. Sus palabras hicieron ruido en algunas organizaciones de Derechos Humanos, que lo tildaron de ¡°negacionista¡±. Finalmente hubo paz: Fern¨¢ndez reafirm¨® su compromiso con los Derechos Humanos y los cr¨ªticos m¨¢s duros dijeron que la sensibilidad del tema hab¨ªa alimentado algunos exabruptos. Los preparativos para la pandemia que viene terminaron por sepultar el tema.
El kirchnerismo nunca se ha llevado bien con los militares. En 2006, el presidente N¨¦stor Kirchner (2003-2007) firm¨® un decreto que prohib¨ªa a las Fuerzas Armadas participar de la seguridad interior. El presidente Mauricio Macri lo anul¨® en 2018, con un texto que por su ambig¨¹edad dej¨® abierta la puerta a operaciones dentro del territorio. La posibilidad de anular la norma macrista circul¨® en la Casa Rosada desde el primer d¨ªa del nuevo Gobierno, pero la urgencia de la pandemia alter¨® el orden de prioridades pol¨ªticas. Hoy, Fern¨¢ndez est¨¢ enfrascado en prepararse para la una ola de contagios que teme no poder contener. Y ha sumado en esa pelea a los uniformados.
Frente al Hospital Militar de Campo de Mayo, contenedores y carpas blancas con grandes cruces rojas recibir¨¢n a cientos de posibles positivos de coronavirus. Los equipos llegaron al pa¨ªs en 2017, provenientes de China, y parte de las carpas de campa?a sirvieron de hospital en la misi¨®n de paz que los casos azules de Argentina cumplen en Hait¨ª. ¡°El hospital m¨®vil tiene una central de ox¨ªgeno medicinal, una planta potabilizadora de agua, energ¨ªa propia, centro de esterilizaci¨®n, laboratorio, 28 camas de internaci¨®n y una peque?a terapia intensiva¡±, explica el coronel m¨¦dico Fabio Monserrat, a cargo de todo el operativo.
Las instalaciones se quedar¨¢n por ahora en ese sitio rodeado de campo verde, frente al hospital. Una carpa para 200 personas recibir¨¢ los casos que lleguen de esa zona del conurbano de Buenos Aires, donde se agrupan algunos de los barrios m¨¢s pobres. Los m¨¦dicos militares har¨¢n diagn¨®sticos r¨¢pidos y los casos que necesiten ox¨ªgeno ser¨¢n atendidos en las tiendas de campa?a, previa derivaci¨®n a alg¨²n centro de mayor complejidad. ¡°Soy m¨¦dico, hago actividades humanitarias. Estoy a favor de la salud y de la vida, por eso me incorpor¨¦ al Ej¨¦rcito. Creo en que hay una forma de cambiar al Ej¨¦rcito desde adentro¡±, responde Monserrat cuando se le pregunta por la coincidencia con el aniversario del golpe de 1976.
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