La pandemia obstaculiza a¨²n m¨¢s el aborto seguro en Am¨¦rica Latina

Disminuyeron las llamadas, pero aumentaron los mensajes de texto. No pueden hablar porque las escuchan. No pueden decir delante de sus familias que buscan ayuda, que necesitan abortar. Las Comadres, una red feminista de Ecuador que ofrece informaci¨®n a las mujeres que quieren interrumpir sus embarazos con f¨¢rmacos, ha tenido que cambiar en las ¨²ltimas semanas sus canales de comunicaci¨®n. Las llamadas por tel¨¦fono se hacen cada vez m¨¢s dif¨ªciles. El aislamiento, impuesto como medida de mitigaci¨®n por el Covid-19, ha limitado la libertad de quienes buscan acceder a un aborto, pero no la determinaci¨®n de quienes est¨¢n decididas a hacerlo.

Ver¨®nica Vera, una de las sesenta ecuatorianas que responde los pedidos de acompa?amiento, ahora a trav¨¦s de plataformas como Telegram, cuenta que en marzo aumentaron en un 25% las solicitudes en busca de apoyo. Las mujeres que quieren abortar lo har¨¢n incluso viviendo una emergencia sanitaria y el sistema de salud p¨²blica en Am¨¦rica Latina parece no estar listo para responder. ¡°La dificultad de movilizarse debido a las medidas adoptadas por la pandemia, los servicios m¨¦dicos colapsados y la falta de privacidad dentro de prolongados encierros podr¨ªa llevar a un retroceso en Am¨¦rica Latina¡±, advierte.

La interrupci¨®n del embarazo con medicamentos, avalado y recomendado por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, requiere poner en marcha un modelo que permita hacer seguimiento sanitario a distancia. ¡°Garantizar el acceso a las pastillas y ofrecer acompa?amiento m¨¦dico de forma remota evitar¨ªa que las mujeres vuelvan a recurrir a m¨¦todos inseguros que ponen en riesgo su vida¡±, dice Vera. Se refiere al uso de hierbas como la ruda o el perejil o de objetos como agujas de tejer, vidrios o perchas. Pr¨¢cticas peligrosas y de las que no se deber¨ªa estar hablando como opci¨®n para abortar.

Argentina, el pa¨ªs de la regi¨®n que est¨¢ m¨¢s cerca a dar un paso hacia el aborto libre tambi¨¦n ha sentido los efectos de las medidas tomadas por el Covid-19. El nuevo proyecto de ley para legalizar la interrupci¨®n voluntaria que presentar¨ªa ante la C¨¢mara de Diputados el presidente Alberto Fern¨¢ndez ha quedado, por ahora, pospuesto. ¡°Iba a ser entregado el 13 de marzo, pero coincidi¨® con el momento en que se dejaron de reunir los cuerpos legislativos ante la emergencia sanitaria. Confiamos en que m¨¢s adelante se pueda retomar¡±, dice Nelly Minyersky, abogada y una de las defensoras de los derechos de las mujeres m¨¢s reconocidas de Argentina. ¡°Ante la emergencia que atraviesa el mundo no podemos protestar, pero lo que s¨ª podemos hacer es mantener viva la campa?a por el aborto libre, seguro y legal. Esa lucha no se va a cuarentena¡±.

Celeste Mac Dougall, activista y especialista en educaci¨®n sexual integral, afirma que mientras el Ejecutivo logra presentar el proyecto, que ante la incertidumbre de estos d¨ªas no se sabe cu¨¢ndo ser¨¢, la marea verde contin¨²a promoviendo el cumplimiento de lo que ya permite la ley. ¡°Los antiderechos siempre est¨¢n alerta para que no se garantice ning¨²n derecho en ning¨²n contexto, por eso en esta crisis sanitaria es cuando m¨¢s se debe asegurar el aborto sin demoras, sin trabas".

Para Selene Soto, abogada de la organizaci¨®n Women's Link, lo que est¨¢ ocurriendo a ra¨ªz de la pandemia suma nuevas barreras a las que ya enfrentaban las mujeres en Am¨¦rica Latina. En Colombia, por ejemplo, aunque el Ministerio de Salud emiti¨® directrices sobre los servicios de salud materna, que incluye la interrupci¨®n del embarazo, no est¨¢ claro c¨®mo se cumplir¨¢. ¡°Hay que pensar en las m¨¢s empobrecidas, en las que viven lejos de la ciudad. Se requieren medidas excepcionales en el contexto actual, cuando se agravan todas las dificultades que viven las mujeres¡±.

Ahora que en el mundo se pide actuar desde el aislamiento pero en comunidad para salvar vidas, las redes de feministas que lo han venido haciendo desde hace tiempo apoyando a trav¨¦s de internet a las que necesitan abortar, aprovechan su experiencia para actuar en esta contingencia. Di Ramona, una red de psic¨®logas mexicanas con base en Hidalgo, ha abierto un curso en l¨ªnea para orientar y acompa?ar a quienes no pueden acceder a los servicios m¨¦dicos. Daniela Tellez, directora de la organizaci¨®n, cuenta que lo m¨¢s dif¨ªcil durante estas semanas ha sido que las mujeres puedan salir de sus casas o tratar de ocultarse dentro de estas para usar los medicamentos como m¨¦todo de interrupci¨®n. Aunque en M¨¦xico, a diferencia de Ecuador, no es indispensable una receta m¨¦dica para acceder al Misoprostol, el f¨¢rmaco recomendado por la OMS, muchas no tienen el dinero ni la privacidad para llevar a cabo el procedimiento.

Mar¨ªa Antonieta Alcalde, directora de Ipas para Centroam¨¦rica y M¨¦xico, destaca el factor tiempo como clave cuando se quiere acceder a un proceso seguro. La atenci¨®n a mujeres no puede aplazarse significativamente sin consecuencias profundas para su bienestar. ¡°Las medidas deben ser inmediatas y los ministerios de salud deben se?alar expl¨ªcitamente el aborto como un servicio esencial, que se pueda ofrecer de manera ambulatoria, con medicamento¡±. Tambi¨¦n ve con preocupaci¨®n como movimientos antiaborto han encontrado una oportunidad para negar este derecho, mientras los Estados concentran sus esfuerzos en el Covid-19. ¡°Los sectores m¨¢s conservadores ven la interrupci¨®n del embarazo como un lujo y no como una necesidad. La pandemia no puede ser una excusa para limitar su acceso¡±.

Catalina Mart¨ªnez Coral, directora regional del Centro de Derechos Reproductivos para Am¨¦rica Latina y el Caribe, asegura que en pa¨ªses como Brasil ya est¨¢n sufriendo las consecuencias de la pandemia negando servicios al no considerarlos indispensables. ¡°Los Estados de la regi¨®n deben permitir el aborto a trav¨¦s de m¨¦todos como el farmacol¨®gico con apoyo de la telemedicina¡±. Aunque no hay cifras exactas de la interrupci¨®n del embarazo en la clandestinidad, Catalina recuerda los datos del Instituto Guttmacher que se?alan que al menos 760,000 mujeres en la regi¨®n reciben anualmente tratamiento por complicaciones tras procedimientos inseguros.

Las mujeres seguir¨¢n abortando a pesar de la pandemia y, como el Covid-19, un aborto clandestino e inseguro tambi¨¦n puede ser mortal.

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