Un hospital patas arriba para contener el virus

Un inmenso arco¨ªris custodia la entrada a la Unidad de Vigilancia Intensiva Respiratoria del hospital Cl¨ªnic de Barcelona. ¡°Todo saldr¨¢ bien¡±, reza la pancarta. Detr¨¢s de esa puerta, una decena de pacientes con covid-19 batallan contra el virus a vida o muerte. Unos de tantos ingresados en un hospital volcado en atender la pandemia. El aluvi¨®n de casos ¡ªm¨¢s de 2.000 atendidos en las ¨²ltimas semanas¡ª ha puesto al Cl¨ªnic patas arriba. ¡°Nadie lo reconocer¨ªa¡±, admite el director m¨¦dico del centro, Antoni Castells. Hospitales de d¨ªa y quir¨®fanos reconvertidos en unidades de cuidados intensivos (UCI), bibliotecas que funcionan como almacenes y hasta un hotel habilitado con tomas de ox¨ªgeno en las habitaciones para ingresar m¨¢s enfermos. Todo para evitar el colapso.

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La transformaci¨®n del Cl¨ªnic de Barcelona para detener el coronavirus, en im¨¢genes

Ya ha llovido desde aquel 20 de febrero que entr¨® por las puertas del Cl¨ªnic el primer caso importado con s¨ªntomas leves, una joven italiana residente en Barcelona que hab¨ªa estado en Mil¨¢n. El d¨ªa 25 se notific¨® el positivo, el cuarto de Espa?a. El Cl¨ªnic era el centro de referencia de Catalu?a para acoger los positivos por coronavirus y, entonces, se hospitalizaban todos los casos, aunque estuviesen leves. Por si acaso. ¡°Cuando lleg¨® esa paciente, nadie se imaginaba lo que ocurrir¨ªa unas semanas m¨¢s tarde¡±, recuerda el director m¨¦dico del hospital, Antoni Castells. El por si acaso se esfum¨® en cuesti¨®n de d¨ªas, las Urgencias empezaron a saturarse y las camas de hospitalizaci¨®n de UCI se quedaron muy cortas.

Hab¨ªa que buscar espacios para hospitalizaci¨®n hasta debajo de las piedras. Sobre todo, plazas para pacientes cr¨ªticos, con monitores, ox¨ªgeno y respiradores a pie de cama. Las estructuras se convirtieron en ¡°chicles¡± y los quir¨®fanos, salas de di¨¢lisis y hospitales de d¨ªa se reconvirtieron en UCI. ¡°Un d¨ªa abrimos tres unidades de hospitalizaci¨®n para atender pacientes que llegaban a Urgencias y tuvimos que poner pacientes en los pasillos con bombonas de ox¨ªgeno¡±, relata Castells.

Apenas dos meses despu¨¦s de ese primer caso, el trasiego en la Unidad de Vigilancia Intensiva Respiratoria contin¨²a como el primer d¨ªa. Todas las camas ocupadas, sanitarios a paso ligero que vienen y van. Dentro de uno de los boxes, un m¨¦dico asiste a un paciente cr¨ªtico. Al facultativo apenas se le ven los ojos bajo las gafas y el traje de protecci¨®n que le cubre el cuerpo. Un enfermero le da indicaciones desde fuera a trav¨¦s de un walkie talkie. Las puertas del box se abren lo justo para evitar que salgan aerosoles que contaminen las zonas comunes.

¡°Esta era una unidad de 10 camas de cr¨ªticos y cuidados intermedios en la que habitualmente ten¨ªamos neumon¨ªas, operados de cirug¨ªa tor¨¢cica, hemorragias pulmonares. Pero todo el servicio lo hemos tenido que abocar a estos pacientes graves con covid-19. Ahora tenemos 10 camas de cr¨ªticos y 26 de intermedios repartidas en otras unidades de las que nos hemos ido apropiando¡±, explica el neum¨®logo Joan Ramon Badia, coordinador de la unidad. Una sala de traumatolog¨ªa e incluso las camas de Barnacl¨ªnic, el brazo privado del hospital, se han convertido en plazas para enfermos con coronavirus. Los m¨¦dicos de guardia se han duplicado (cuatro ahora) y han rescatado residentes y estudiantes de medicina para reforzar los equipos m¨¦dicos. ¡°Ha sido una avalancha en la que hemos tenido que combinar el atender lo mejor posible a los pacientes, generar conocimiento, aprender sobre la marcha, cambiar nuestros roles, pasar a ser peones de una estructura superior y enfocarnos todos a tratar a estos pacientes. Es una experiencia muy intensa¡±, agrega el especialista.

Los sillones tambi¨¦n han desaparecido del hospital de d¨ªa de cardiolog¨ªa. All¨ª donde los enfermos card¨ªacos se recuperaban de intervenciones ambulatorias, como un cateterismo, ahora hay pacientes graves ingresados 24 horas. El coronavirus rob¨® las UCI de cardiolog¨ªa y hubo que buscar otros espacios a las dolencias que no entienden de pandemias. Como los infartos o las insuficiencias card¨ªacas. En apenas 48 horas, las camas y los equipos de monitorizaci¨®n sustituyeron a las butacas y unos biombos separan ahora entre s¨ª las ocho camas de este hospital de d¨ªa reconvertido en UCI no covid-19. ¡°Un equipo de mantenimiento trabaja ahora en instalar una l¨ªnea el¨¦ctrica solo para un paciente que ha sufrido un shock cardiog¨¦nico y va a necesitar una asistencia ventricular que sustituye al coraz¨®n. Tenemos dos horas, el tiempo que el paciente est¨¢ en quir¨®fano, para adaptar ese box a sus necesidades¡±, explica la cardi¨®loga Ana Garc¨ªa.

El gran cambio del Cl¨ªnic, sin embargo, est¨¢ a dos kil¨®metros del propio hospital. En la plaza de Espanya, el centro sanitario ha reconvertido un hotel en una extensi¨®n de sus plantas de hospitalizaci¨®n. Con capacidad para 300 camas, ya hay 150 ocupadas con pacientes con covid-19. ¡°El hotel Salut lo planteamos inicialmente para pacientes que estaban de salida, que llevaban unos d¨ªas recuper¨¢ndose y no requer¨ªan una monitorizaci¨®n tan estricta pero que ten¨ªan que estar hospitalizados para continuar con la medicaci¨®n¡±, explica Castells.

En el hotel se han creado circuitos limpios y contaminados para contener la circulaci¨®n de part¨ªculas virales. Por varios pasillos discurre una improvisada instalaci¨®n de ox¨ªgeno que abastece, a trav¨¦s de un dep¨®sito de 20.000 litros pegado a la fachada, las habitaciones de dos plantas del hotel. ¡°En el momento en el que ya no ten¨ªamos m¨¢s capacidad en el hospital, han ido pacientes con un grado de severidad mayor¡±, se?ala Castells. El hotel Salut dispone de una farmacia propia y un radi¨®grafo para hacer pruebas diagn¨®sticas in situ.

El miedo al colapso ha motivado cada vuelta de tuerca al hospital. ¡°Cuando empezamos a abrir unidades y la gente ven¨ªa en tromba, hubo miedo, s¨ª. La ola fue tan grande, que las salas de medicina interna e infecciosas, se saturaron. En 48 horas llenamos dos UCI con 24 y 18 camas¡±, admite Badia. Castells coincide: ¡°En tres ocasiones, llegu¨¦ a casa tras muchas horas en el hospital y les dije: ¡°Creo que ma?ana vamos a colapsar¡±. Eso no ha ocurrido porque se han desplegado unos recursos que eran inimaginables. No ha habido un colapso gracias a los profesionales de primera l¨ªnea y a toda la estructura de soporte porque han sido capaces de crear m¨¢s plazas¡±. El hospital, que ha triplicado las camas de UCI, tiene unos 900 pacientes con covid-19 monitorizados: alrededor de 600 hospitalizados en el centro o en el hotel ¡ª110 en la UCI¡ª y unos 300 en seguimiento domiciliario.

"En tres ocasiones, llegu¨¦ a casa del hospital y dije: Creo que ma?ana vamos a colapsar

Antoni Castells, director m¨¦dico del Clinic

Con la vista puesta en la desescalada, el Cl¨ªnic empieza a estudiar c¨®mo devolver el hospital a la normalidad. Tal vez rehabilitar alg¨²n quir¨®fano o la sala de hemodi¨¢lisis, que tambi¨¦n cambi¨® los sillones por las camas. ¡°Lo transformamos en zona covid, para pacientes infectados que necesitaban di¨¢lisis. En cuatro d¨ªas le dimos la vuelta al hospital. Y los profesionales hemos aprendido dos cosas: a reinventarnos y a frotarnos¡±, apostilla el nefr¨®logo Manel Vera.

El Cl¨ªnic, asegura Castells, volver¨¢ a ser el mismo, pero el proceso de retorno a la normalidad ser¨¢ m¨¢s lento que la escalada que lo puso patas arriba. ¡°Las necesidades de los pacientes con covid-19 han sido imperiosas y no hemos podido dilatarlas, pero evidentemente ahora debemos pensar en el resto de pacientes que atendemos normalmente en los hospitales. El hotel Salut ser¨¢ el dispositivo que nos permitir¨¢ ir desplazando pacientes con covid-19, que ya est¨¦n en fase de recuperaci¨®n, y poder iniciar el proceso de desinfectado de las unidades para volver a acoger a los pacientes sin covid-19. Es una fase crucial y ser¨¢ lenta¡±, advierte Castells.

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