Jeanne Baret, la primera mujer en circunnavegar el mundo en el siglo XVIII por su amor a la bot¨¢nica

Jeanne Baret representa la m¨¢xima expresi¨®n de la sencillez, del conocimiento, de la aventura y tambi¨¦n del enga?o. Criada en un ambiente rural y analfabeto del centro de Francia, se convirti¨® en una experta de las plantas y de sus propiedades curativas.

Naci¨® en la peque?a localidad de La Comelle tal d¨ªa como hoy, 27 de julio, de hace 280 a?os, en 1740. Sus padres eran humildes jornaleros que trabajaban en su granja y a la vez cuidaban las tierras y el ganado de otros terratenientes. Ellos le ense?aron a identificar las plantas por sus propiedades curativas y as¨ª Jeanne se convirti¨® en una experta en plantas, una campesina educada en medicina bot¨¢nica.

Al fallecer sus padres abandon¨® el campo y comenz¨® a trabajar como institutriz del hijo del famoso naturalista y bot¨¢nico Philibert Commerson. El cambio de vida le report¨® seguir ampliando sus conocimientos de bot¨¢nica y la convirti¨® en ayudante y amante de Commerson, con quien empez¨® a viajar por Europa.

Pocos a?os despu¨¦s, y cuando ella a¨²n era muy joven, Commerson fue nombrado bot¨¢nico del rey Luis XVI. Su fama fue creciendo y la joven Jeanne continu¨® aprendiendo. Un nuevo giro en su vida, ya de novela, lleg¨® cuando el bot¨¢nico sueco Carl Linnaeus, que ide¨® el sistema para nombrar especies vegetales que la ciencia todav¨ªa utiliza hoy, recomend¨® a Commerson como bot¨¢nico en el viaje alrededor del mundo en busca de territorios desconocidos que organiz¨® la naci¨®n francesa, y que zarp¨® en 1766 comandado por Louis de Bougainville.

Commerson quer¨ªa que Baret viajara con ¨¦l y que lo ayudara a identificar y recolectar especies de plantas debido a su amplio conocimiento bot¨¢nico, pero en aquel momento las mujeres ten¨ªan prohibido navegar a bordo de barcos la Armada francesa. Baret y Commerson idearon un plan para que ella pudiera unirse a la expedici¨®n, que consisti¨® en disfrazarse de hombre y pasar a llamarse Jean, envolviendo su pecho con vendas y visti¨¦ndose con ropa holgada para ocultar su g¨¦nero.

Conseguido el objetivo, durante el viaje Baret tuvo que realizar trabajos exigentes como cualquier otro integrante de la expedici¨®n, incluido el transporte de las pesadas y engorrosas prensas de plantas de madera utilizadas para preservar las especias bot¨¢nicas. El viaje tuvo escalas en lugares paradis¨ªacos como Tierra del Fuego, Tahit¨ª y Mauricio, donde la joven Baret particip¨® junto a Commerson en la recolecci¨®n de m¨¢s de 6.000 espec¨ªmenes de plantas.

En muchos momentos del viaje Commerson sufri¨® problemas de salud y fue Baret quien dirigi¨® la expedici¨®n como bot¨¢nico principal. Ella realiz¨® algunas de las colecciones m¨¢s notables de la expedici¨®n, aunque el reconocimiento siempre fue para el bot¨¢nico titular. De hecho, Jeanne probablemente merece el m¨¦rito del mayor hallazgo, Bougainvillea brasiliensis, una vid con flores brillantes y hermosas originaria de Am¨¦rica del Sur.

Sin embargo, no todo en la expedici¨®n fue el t¨®pico ¡°viento en popa a toda vela¡±, ya que a los dos a?os de viaje, en 1768, la verdadera identidad de Baret fue descubierta por una tribu ind¨ªgena en Tahit¨ª. Sin embargo, tanto hab¨ªa impresionado su trabajo f¨ªsico como un miembro m¨¢s de la tripulaci¨®n, y tan grande hab¨ªa sido la contribuci¨®n en su campo por el material recogido, que el comandante de la expedici¨®n, Bougainville, decidi¨® no procesarla ni detenerla.

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A cambio, Ella y Commerson se vieron obligados a abandonar la expedici¨®n en la colonia francesa de Isla Mauricio, donde Commerson muri¨® en 1773 por sus graves problemas de salud. Sola y sin recursos, Jeanne abri¨® un cabaret en Port Louis para ganarse la vida, y all¨ª conoci¨® a un oficial naval franc¨¦s, Jean Dubernat, con quien se cas¨® el 17 de mayo de 1774. La pareja emprendi¨® el regreso a Francia, completando as¨ª la vuelta al mundo en 1776.

Jeanne Baret lleg¨® a Par¨ªs con una colecci¨®n de m¨¢s de 6.000 especies de plantas y el propio rey Luis XVI la felicit¨® y le concedi¨® una renta vitalicia. Sin embargo, a pesar de la gesta lograda, su figura cay¨® r¨¢pido en el olvido.

Un reconocimiento tard¨ªo para Jeanne Baret

Al igual que le ocurri¨® a otras mujeres francesas modernas que tambi¨¦n fueron pioneras en diversas especialidades, Jeanne Baret vivi¨® en una sociedad en la que los hombres ejerc¨ªan su poder sin miramientos y las mujeres eran excluidas de los registros hist¨®ricos. Baret fue muy capaz como bot¨¢nica, pero posiblemente tambi¨¦n fue analfabeta, por lo que su historia se ha conservado solo a trav¨¦s del testimonio de hombres como Commerson y Bougainville, que escribieron sobre ella junto a los registros del diario de navegaci¨®n y bot¨¢nica.

El pr¨ªncipe de Nassau-Siegen, un noble que tambi¨¦n form¨® parte de la expedici¨®n de Bougainville, fue otra de las personas que escribi¨® sobre los logros de Baret. ¡°Quiero darle todo el cr¨¦dito por su valent¨ªa¡±, destac¨® en sus memorias. ¡°Ella se atrevi¨® a enfrentar el estr¨¦s, los peligros y todo lo que sucedi¨® que uno podr¨ªa esperar de manera realista en tal viaje. Creo que su aventura deber¨ªa incluirse en una historia de mujeres famosas¡±.

Durante el viaje, Commerson le dedic¨® a su asistente un arbusto de la familia Meliaceae, Baretia bonnafidia. Sin embargo, la planta cambiar¨ªa m¨¢s tarde su nombre por el de Turraea heterophylla, que ser¨ªa sin¨®nimo de Turraea floribunda. Desde ese momento, solo las plantas descubiertas por Commerson siguen siendo reconocidas por la taxonom¨ªa.

Aunque Baret no recibi¨® menciones por sus hallazgos en aquel momento, finalmente recibi¨® el reconocimiento que merec¨ªa cuando una nueva especie sudamericana de la familia de la patata y el tomate, Solanum baretiae, fue nombrada en su honor en 2012.

Jeanne Baret falleci¨® el 5 de agosto de 1807, a los 67 a?os, en la peque?a comuna de Saint-Aulaye, en la regi¨®n de Nueva Aquitania, con el ¨²nico reconocimiento p¨²blico de haber sido la amante del naturalista y bot¨¢nico Philibert Commerson. Tuvieron que pasar dos siglos para que el reconocimiento mundial a su gesta de circunnavegar el mundo y a sus descubrimientos le diera la justa fama que nunca tuvo en vida. Fue la publicaci¨®n del libro El descubrimiento de Jeanne Baret (2010), de la escritora Glynis Ridley, la que sac¨® del anonimato la vida aventurera y el legado de una gran mujer de ciencia.