Un acuerdo internacional para proteger las islas Gal¨¢pagos
El tratado de alta mar, que se negocia en la ONU, podr¨ªa ayudar a pa¨ªses como Ecuador a protegerse de las actividades da?inas que tienen lugar fuera de sus zonas mar¨ªtimas
Recientemente, una enorme flota pesquera industrial de m¨¢s de 330 embarcaciones ha estado operando en aguas internacionales cerca de la mundialmente famosa Reserva Marina de las Islas Gal¨¢pagos de Ecuador, lo que gener¨® preocupaci¨®n internacional sobre el impacto en la extraordinaria vida marina de la reserva y la econom¨ªa local, que depende de la pesca y el turismo.
En julio se descubri¨® una ¡°miniciudad¡± de embarcaciones pesqueras, as¨ª como embarcaciones de transporte, almacenamiento y de suministro, a lo largo de la frontera de la zona econ¨®mica exclusiva de Ecuador. El presidente de Ecuador, Lenin Moreno, ha convocado consultas con otros pa¨ªses latinoamericanos, incluidos Colombia, Per¨², Chile, Panam¨¢ y Costa Rica, con el fin de desarrollar una estrategia regional conjunta en respuesta a la amenaza.
?C¨®mo podr¨ªa el nuevo tratado global de alta mar ayudar a los pa¨ªses a protegerse contra este problema creciente? Ecuador tiene pocas opciones bajo el derecho internacional actual para abordar la enorme operaci¨®n industrial acumulada justo afuera de sus aguas jurisdiccionales. Esto se debe a que el r¨¦gimen legal que rige las actividades humanas en aguas internacionales consiste en un mosaico inconsistente, anticuado e ineficaz de acuerdos y arreglos que no se encuentran a la altura de abordar eficazmente los desaf¨ªos modernos que plantean las flotas pesqueras industriales itinerantes, las enormes islas de desechos pl¨¢sticos, el aumento del tr¨¢fico mar¨ªtimo, la miner¨ªa de los fondos marinos, la contaminaci¨®n ac¨²stica y qu¨ªmica y, por supuesto, el calentamiento, la desoxigenaci¨®n y la acidificaci¨®n de los oc¨¦anos relacionados con el cambio clim¨¢tico.
Un nuevo tratado para modernizar y fortalecer la conservaci¨®n y la gesti¨®n de las actividades humanas en las aguas internacionales del alta mar, que constituyen casi dos tercios del oc¨¦ano global y cubren casi la mitad de la superficie de nuestro planeta, se encuentra actualmente en negociaciones en las Naciones Unidas. Este nuevo tratado, adecuadamente elaborado, podr¨ªa contribuir en gran medida a mejorar la salud y la resiliencia del oc¨¦ano, y podr¨ªa brindar a pa¨ªses como el megadiverso Ecuador, mejores herramientas para protegerse de las actividades que tienen lugar fuera de sus zonas mar¨ªtimas y que podr¨ªan impactar y afectar significativamente la salud, la seguridad y la resiliencia de sus aguas jurisdiccionales y las personas cuyo sustento depende de ellas.
Espec¨ªficamente, el tratado podr¨ªa establecer requisitos b¨¢sicos uniformes para evaluar y gestionar los impactos da?inos de las actividades humanas en aguas internacionales, crear ¨¢reas marinas protegidas que complementen los esfuerzos de conservaci¨®n de los pa¨ªses vecinos, y crear capacidad para empoderar a los pa¨ªses en desarrollo para proteger mejor y utilizar de manera sostenible el alta mar.
En la situaci¨®n de Ecuador, el nuevo tratado podr¨ªa requerir que un pa¨ªs patrocinador de una actividad eval¨²e los efectos probables de una operaci¨®n de pesca masiva en el oc¨¦ano, su vida silvestre y pesquer¨ªas tanto en las aguas de Ecuador como en los mares internacionales adyacentes. Podr¨ªa requerir que dicha operaci¨®n se gestione para evitar efectos adversos importantes en los espacios marinos de Ecuador o en el oc¨¦ano en general, o inclusive, que no se le permita continuar. Finalmente, podr¨ªa establecer un mecanismo que le permita a Ecuador, u otros pa¨ªses potencialmente afectados como Costa Rica, Panam¨¢, Colombia, Per¨² y Chile, solicitar una revisi¨®n internacional de la operaci¨®n.
El alta mar se enfrenta a presiones crecientes relacionadas con el cambio clim¨¢tico, la expansi¨®n de las flotas pesqueras industriales para satisfacer la creciente demanda de pescado, la perspectiva inminente de la miner¨ªa a gran escala en el fondo del oc¨¦ano en busca de minerales de tierras raras, junto con la contaminaci¨®n s¨®nica, petr¨®leo, contaminaci¨®n qu¨ªmica y pl¨¢stica. Todas estas actividades tienen el potencial de causar efectos adversos significativos en los intereses de los pa¨ªses y comunidades afectados, as¨ª como del oc¨¦ano en su conjunto.
A medida que aumenta la presi¨®n, el nuevo tratado de alta mar podr¨ªa brindar a los pa¨ªses nuevas importantes herramientas para garantizar que sus intereses est¨¦n protegidos contra actividades potencialmente da?inas fuera de sus fronteras en aguas internacionales. Trabajando juntos, los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina podr¨ªan liderar el camino para garantizar que el nuevo tratado proporcione requisitos s¨®lidos para la notificaci¨®n, evaluaci¨®n y gesti¨®n de las actividades humanas para proteger los intereses de todos.
Firman este art¨ªculo Maximiliano Bello (Mission Blue), Sandra Bessudo (Fundaci¨®n Malpelo), Mauricio Hoyos (Pelagios Kakunja), Milko Schvartzman (C¨ªrculo de Pol¨ªticas Ambientales), Gustavo Redin (CEDENMA), Bruno Monteferri (Sociedad Peruana de Derecho Ambiental), Manuel Morales (Asociaci¨®n Interamericana para la Defensa del Ambiente), Rosario ?lvarez (Migramar), Jorge V¨¢zquez (Fundaci¨®n Franz Weber), Virginia Portilla (Fundaci¨®n Franz Weber) y Jos¨¦ Mar¨ªa Musmeci (Fundaci¨®n Patagonia Natural).
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