?ngela, la omnipresente guardiana de las malas citas de Tinder
En los ¨²ltimos a?os, iniciativas y productos para la protecci¨®n de mujeres se ha multiplicado y diversificado, pero no todas sus implicaciones son positivas
Un bar lleno la noche de un viernes, una cita de Tinder que se est¨¢ torciendo o un hombre al que se acaba de conocer y que se acerca m¨¢s de lo que la mujer que tiene enfrente quiere o que toca m¨¢s de lo que ella le permite. Podr¨ªa ser cualquier pub cualquier noche, pero si ocurre en determinados locales de Reino Unido, Francia, Estados Unidos, Portugal, Australia o Espa?a esa mujer puede ir a la barra y preguntar por ?ngela, que no es alguien sino algo, un c¨®digo para que los camareros sepan que la cosa va mal, ayuden a la mujer a salir de all¨ª e identifiquen a la persona en cuesti¨®n. Funciona de la misma forma ¡ªcon un cartel en el ba?o que explica la iniciativa, Ask For Angela [Pregunta por ?ngela, en espa?ol]¡ª en establecimientos de varios continentes desde que la campa?a, nacida en Reino Unido en 2016, se hizo viral.
En Espa?a funciona en discotecas de Barcelona, Ibiza y Tenerife, como explic¨® la patronal del ocio nocturno el a?o pasado, Spain Nightlife, cuando publicaron un informe sobre las agresiones en los locales. Dijeron que eran ¡°residuales¡± y, seg¨²n sus datos, conclu¨ªan que el acoso hab¨ªa ca¨ªdo un 11,84% en el ¨²ltimo a?o, de 2017 a 2018. ¡°Evidentemente, trabajaremos para que no se produzca acoso contra las mujeres cuando se est¨¦n divirtiendo, pero, por suerte, estos casos constituyen algo aislado¡±, afirm¨® Jos¨¦ Luis Ben¨ªtez, presidente de la patronal el pasado marzo, consciente de que el ¨¢mbito nocturno est¨¢ asociado a una mayor probabilidad de que las mujeres sufran alg¨²n tipo de violencia sexual. En 2018, que es del ¨²ltimo a?o que hay datos consolidados, los delitos en torno a la violencia sexual fueron los que m¨¢s crecieron: un 23,2%, seg¨²n la Fiscal¨ªa; los datos de Interior cifran en 1.702 los delitos de violaci¨®n y en 12.109 las agresiones y abusos sin penetraci¨®n.
Esta realidad le es familiar a Adela Mart¨ªn, una profesora del madrile?o barrio de Carabanchel a punto de cumplir 34 a?os. Para ella, ¡°el mensaje de 'ya he llegado a casa¡± no es opcional. Lo env¨ªa siempre. Se crio en un pueblo de ?vila y recuerda a su madre con la cantinela constante de ¡°no vuelvas sola, ten cuidado¡±; lleva en Madrid desde hace m¨¢s de una d¨¦cada y cree que su miedo a ir sola por la noche viene de aquella educaci¨®n y tambi¨¦n de la conciencia creciente de lo que sucede. Piensa, por ejemplo, en el aumento de las violaciones grupales, algo que el ministerio fiscal marc¨® el pasado a?o como una tendencia "preocupante" junto a los datos de delitos contra la libertad sexual cometidos por menores, no por los n¨²meros absolutos (648 casos) sino por el crecimiento, un 43% m¨¢s que en 2017. Aunque en Madrid no est¨¢ extendida la iniciativa Pregunta por ?ngela ¡ªque pretende ser un c¨®digo internacional para el ¨¢mbito del ocio nocturno¡ª, Mart¨ªn recuerda que los protocolos contra el acoso en discotecas y fiestas est¨¢n muy extendidos en la ciudad. Pero no solo en Madrid.
En Espa?a, desde hace varios a?os, los locales se acogen a la prevenci¨®n y denuncia de la violencia sexual y se definen como ¡°libres de acoso sexista¡±; las fiestas tienen puntos violeta, que sirven como medida de prevenci¨®n, vigilancia y ayuda a las mujeres; han empezado a circular por capitales como Bilbao o Madrid autobuses municipales con paradas a demanda para mujeres; crecen los cursos de defensa personal y autodefensa y hay decenas de aplicaciones para m¨®vil que localizan y env¨ªan ubicaci¨®n o sirven para alertar de que algo est¨¢ sucediendo, algunas creadas por los propios Ayuntamientos, como en Durango (Bilbao) o Manzanares (Ciudad Real).
A Mart¨ªn, que camina cuando va de vuelta a casa con las llaves colgando de un largo llavero que mover en c¨ªrculos r¨¢pidos si algo sucediese, estos proyectos le parecen bien, ¡°pero hay que ir al fondo, a solucionar el problema¡±. Asegura que en las charlas con amigas, en alg¨²n momento, siempre, acaba saliendo un ¡°ayer me pas¨® esto o me pas¨® lo otro¡±, relacionado con alg¨²n episodio de acoso en la calle o en alg¨²n bar o pub. ¡°Cuando no es algo peor¡±, espeta. Por eso camina con su llavero en la mu?eca, por eso aprendi¨® algo de defensa personal, por eso insisti¨® en las reuniones de su comunidad de vecinos para que dejaran luces fijas encendidas en el portal de entrada y, tambi¨¦n por eso, sabe que es mejor coger un taxi del centro hasta su barrio si empieza a ser tarde.
En todo este ideario recala Yolanda Besteiro, la presidenta de la Federaci¨®n de Mujeres Progresistas, para la que estas ideas tienen dos sentidos. Uno positivo, el de que haya ¡°ido calando en la sociedad la importancia y la conciencia de esta realidad, de la magnitud del problema, sobre todo en cuanto a violencia sexual¡±. Y otro negativo: ¡°Que se vuelve a poner el foco en las v¨ªctimas, se las responsabiliza a ellas de su propia protecci¨®n y se dejan de lado otro tipo de medidas como la sensibilizaci¨®n, importante ahora que est¨¢ creciendo el discurso negacionista de la violencia machista¡±.
Cree Besteiro que la soluci¨®n es tomar un doble camino en el que converjan este tipo de iniciativas y no olvidar la ra¨ªz: ¡°Nos olvidamos un poco del car¨¢cter de la Ley integral contra la violencia de g¨¦nero, que adem¨¢s de castigar a los culpables trataba de combatir el ideario que hace que exista esta violencia¡±. Y ese discurso es tambi¨¦n el del jurista feminista Octavio Salazar, que asegura que ¡°salir a la calle con miedo, con esa sensaci¨®n que limita y coarta, hace que las mujeres no vivan en un espacio de libertad. Y estas acciones no contribuyen a acabar con ese miedo, sino que lo refuerzan en cierto sentido¡±. Y asegura que ¡°es una losa, y es una losa a retirar, entre todos y todas y ya¡±.
Otros pa¨ªses
Desde hace varios a?os, ideas como Pregunta por ?ngela y productos como los llaveros largos de la profesora Adela Mart¨ªn para la protecci¨®n y autoprotecci¨®n de las mujeres se han multiplicado y amoldado a la problem¨¢tica y las necesidades espec¨ªficas de cada lugar. Una de las derivadas que se extendieron r¨¢pido fue el chupito ?ngel, en Estados Unidos. Un cartel, tambi¨¦n en el ba?o de mujeres de los bares, especifica que en caso de necesitar ayuda hay que ir a la barra y pedirlo. Si se pide solo, el camarero sabe que tiene que acompa?ar a la mujer al coche, si es con hielo, que tiene que pedirle un taxi, y, con lima, que tiene que llamar a la polic¨ªa.
En M¨¦xico, uno de los pa¨ªses donde la violencia contra las mujeres est¨¢ m¨¢s extendida, el chupito Diana Doble hace la misma funci¨®n en la capital; #Micasaestucasahermana sirve para avisar por redes sociales de que las puertas de la casa de quien utiliza el hashtag est¨¢ abierta para cualquier mujer que no se sienta segura al volver a casa en taxi o Uber, algo frecuente entre las mexicanas, sobre todo tras el asesinato en 2017 de Mara Castilla, en Puebla, por un conductor de Cabify; y por todo el pa¨ªs funcionan distintas aplicaciones de m¨®vil que registran la actividad de la usuaria, mandan alertas a los contactos favoritos cuando llega al destino e, incluso, permiten enviar denuncias al ministerio p¨²blico de forma virtual si ocurre algo.
Qui¨¦n es ?ngela
Ask for Angela [Pregunta por ?ngela] es el nombre de una iniciativa que naci¨® en 2016, enmarcada en la campa?a No More del condado de Lincolnshire, al Este de Inglaterra, contra la violencia sexual y el abuso. Se le ocurri¨® hace cuatro a?os a Hayley Child, la coordinadora de ese programa, cuando pens¨® en c¨®mo pod¨ªan hacer prevenci¨®n desde la industria del ocio, sobre todo por la noche, y record¨® su adolescencia y sus citas a ciegas, a las que iba acompa?ada de alguna amiga que la observaba desde la otra punta del local. Lo explic¨® hace unos a?os en varias entrevistas, cuando se puso en marcha la idea.
Child, que ya no trabaja para el condado, se pregunt¨® qu¨¦ pasaba con quienes no pod¨ªan arrastrar a esas citas a alguien, perge?¨® la idea y le puso el nombre de Angela Crompton, una mujer a la que conoc¨ªa y a la que su marido golpe¨® con un martillo hasta dejarla inconsciente, muri¨® dos d¨ªas despu¨¦s en el hospital, el 13 de junio de 2012. El cartel en cuesti¨®n dice: "Hola, soy ?ngela. ?Est¨¢s en una cita que no est¨¢ yendo muy bien? ?Sientes que no est¨¢s en una situaci¨®n segura? ?Tu cita de Tinder o Plenty of Fish [otra app para liga] no es como dec¨ªa en su perfil? ?Parece todo un poco raro? Si vas a la barra y preguntas por ?ngela, los camareros sabran que necesitas ayuda para salir de esa situaci¨®n y llamar¨¢n a un taxi o te ayudar¨¢n con discreci¨®n, sin mucho alboroto".
Se viraliz¨® aquel oto?o tras un tuit con 34.800 retuits y m¨¢s de 50.000 me gusta y despu¨¦s de que el actor Ashton Kutcher escribiera en Facebook "esto es una magn¨ªfica idea". Y la iniciativa comenz¨® a replicarse
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