La crisis de las vacunas inflama la tensi¨®n entre Londres y Bruselas
La UE se echa atr¨¢s en su intento de imponer control de exportaciones entre la Rep¨²blica de Irlanda e Irlanda del Norte. La medida pon¨ªa en riesgo uno de los puntos m¨¢s delicados durante las negociaciones del Brexit
La templanza mantenida hasta ahora por el Gobierno de Johnson en el conflicto desatado entre Bruselas y la farmac¨¦utica AstraZeneca ha desaparecido este viernes. La UE ha tenido que dar marcha atr¨¢s a ¨²ltima hora a una medida que habr¨ªa resucitado la peor cara del Brexit apenas un mes despu¨¦s de la finalizaci¨®n del periodo de transici¨®n. Boris Johnson ha llamado expresamente a la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, para exigirle explicaciones ante la decisi¨®n de activar el art¨ªculo 16 del Protocolo para Irlanda del Norte, uno de los documentos m¨¢s delicados y complejos del Acuerdo de Retirada del Reino Unido de la UE.
Bruselas ha puesto en marcha un mecanismo para controlar las exportaciones de vacunas fabricadas en territorio comunitario ante la sospecha de que parte de la producci¨®n de AstraZeneca se habr¨ªa desviado a suelo brit¨¢nico. La compa?¨ªa ha desatado la ira de los 27 al anunciar una rebaja del 60% de las dosis que se hab¨ªa comprometido entregar a la UE. De los 80 millones previstos (con posibilidad de llegar a 100), la empresa anglo-sueca asegura ahora que no podr¨¢ llegar a m¨¢s de 31 en febrero. Achacan el retraso a fallos imprevistos en la fabricaci¨®n de la sustancia farmacol¨®gica, la base del medicamento. Producida en grandes cisternas de 1.000 ¨® 2.000 litros que contienen el caldo de cultivo, las destinadas al suministro de la UE han obtenido un rendimiento mucho menor que las plantas brit¨¢nicas.
Bruselas reclama que se cumpla el contrato, en el que se dispuso ¨Dcomo se ha podido comprobar este viernes al publicarse el texto legal¨D que AstraZeneca deber¨ªa echar mano, de ser necesario, de la producci¨®n localizada en el Reino Unido para ser fiel a su compromiso.
Despu¨¦s de a?os de arduas negociaciones en los que la UE achacaba constantemente al Gobierno brit¨¢nico que estaba poniendo en riesgo los Acuerdos de Viernes Santo al imponer una nueva frontera dura entre las dos Irlandas, que se convertir¨ªa en un reclamo de nueva violencia, Londres y Bruselas firmaron un protocolo que manten¨ªa a Irlanda del Norte dentro del espacio aduanero comunitario y trasladaba los controles al mar de Irlanda. De este modo, seguir¨ªa habiendo una l¨ªnea invisible de demarcaci¨®n entre las dos partes de la isla.
Al activar la Comisi¨®n Europea el art¨ªculo 16, que permite a las partes ¡°imponer unilateralmente medidas de salvaguarda ante dificultades econ¨®micas, sociales o medioambientales [...] o desviaci¨®n de comercio¡±, han saltado las alarmas. Se ha concebido apresuradamente como un paso necesario para que los controles a las exportaciones de vacunas pudieran llevarse tambi¨¦n a cabo en la Rep¨²blica de Irlanda y no se utilizara su facilidad de conexi¨®n con Irlanda del Norte, territorio brit¨¢nico, como v¨ªa de escape a las nuevas restricciones. No solamente se creaban con urgencia controles donde nunca se quiso que hubiera, sino que se hac¨ªa sin dar aviso previo a la otra parte, como exige el citado art¨ªculo del protocolo.
El jefe de gabinete de Johnson (con rango ministerial), Michael Gove, llam¨® al vicepresidente de la Comisi¨®n Europea, Maros Sefcovic, para expresarle su protesta y anunci¨® que el Reino Unido ¡°estudiar¨ªa los siguientes pasos a adoptar¡±. El primer ministro irland¨¦s, Miche¨¢l Martin, elev¨® tambi¨¦n el tono de su preocupaci¨®n directamente a Von der Leyen. Los unionistas del DUP, al frente del Gobierno aut¨®nomo norirland¨¦s, cargaron las tintas con un tono beligerante. Arlene Foster, la primera ministra del territorio, defini¨® la medida de la UE como un ¡°acto de una incre¨ªble hostilidad¡±.
Finalmente, Bruselas se ech¨® atr¨¢s en un comunicado que ten¨ªa un tono de humillaci¨®n y prometi¨® que el nuevo mecanismo de control de las exportaciones de vacunas ¡°asegurar¨ªa que el Protocolo de Irlanda del Norte no se viera afectado¡±. ¡°Si se detectara un abuso para esquivar el sistema de autorizaci¨®n previa en el tr¨¢nsito de vacunas y sustancias activas hacia terceros pa¨ªses, la UE tomar¨¢ en consideraci¨®n todos los instrumentos legales a su disposici¨®n¡±, advirti¨® de todos modos.
El Gobierno de Johnson ha pretendido hasta el momento esquivar el conflicto de las vacunas y considerarlo un problema a resolver entre la Comisi¨®n Europea y AstraZeneca. Fuentes de Downing Street consideran que los compromisos adquiridos con la farmac¨¦utica tienen fuerza legal para sostenerse. El primer ministro y su equipo han insistido durante estos d¨ªas en que el suministro al Reino Unido est¨¢ asegurado. Con m¨¢s de ocho millones de personas ya vacunadas, el Gobierno se aferra al ¨¦xito alcanzado en la campa?a de vacunaci¨®n como la ¨²nica salida posible a una pandemia que, en la actualidad, est¨¢ haciendo estragos en el pa¨ªs.
La prensa tabloide lleva d¨ªas hablando de ¡°guerra de las vacunas¡± e inflamando el ambiente, pero ha sido el movimiento de Bruselas respecto a Irlanda del Norte lo que ha logrado que estallen las costuras y se enardezca la tensi¨®n diplom¨¢tica. La Rep¨²blica de Irlanda es una potencia farmac¨¦utica mundial, y Pfizer, por ejemplo, dispone en la localidad de Grange Castle, en las afueras de Dubl¨ªn, de una enorme planta biotecnol¨®gica que constituye pieza clave en la cadena de suministro de las vacunas. All¨ª se somete a un ¨²ltimo control al producto destinado al mercado europeo.
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