La presi¨®n por la nueva ola de contagios y la aparici¨®n de la ¨®micron elevan la tensi¨®n pol¨ªtica en Europa por las restricciones
La incertidumbre asociada a la nueva variante sacude la precampa?a en Francia y tensiona al nuevo Gobierno tripartito alem¨¢n, cuyo canciller pide la vacunaci¨®n obligatoria frente a las dudas de los liberales
Nunca es buen momento para que la pandemia se recrudezca o para que aparezca, como ha ocurrido, una nueva variante del virus de la que todav¨ªa hay m¨¢s inc¨®gnitas que certezas. Pero esta vez la nueva ola de contagios¡ªcuarta o sexta, seg¨²n el pa¨ªs¡ª y la mutaci¨®n ¨®micron del coronavirus han cogido a Europa en un muy mal momento: a Alemania, con un Gobierno en funciones; a Portugal, con elecciones en poco m¨¢s de un mes; en Francia, Emmanuel Macron tiene un horizonte electoral complicado con la ultraderecha al acecho, mientras en Italia Mario Draghi se est¨¢ pensando si se muda del Palacio Chigi al Quirinal para asumir la presidencia de Italia. Incluso fuera de la Uni¨®n Europea, el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, tropieza con dificultades y ha visto esta semana c¨®mo algunos diputados de su partido se rebelan contra las restricciones.
No ha pasado ni una semana desde que apareci¨® la variante ¨®micron y ya se ha abierto en canal el debate sobre la vacunaci¨®n obligatoria, pese a que por el momento no hay datos suficientes para confirmar si es m¨¢s transmisible o escapa a la efectividad de las vacunas. ¡°Pensar en una vacunaci¨®n obligatoria es un debate necesario¡±, ha respaldado este mi¨¦rcoles la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, cuando hablaba de esta medida que estudian varios pa¨ªses, entre ellos el suyo, Alemania. La pol¨ªtica germana ha recordado que en Europa todav¨ªa hay 150 millones de ciudadanos sin vacunar, un tercio de la poblaci¨®n.
Pero ese debate no es pac¨ªfico, como se vio hace algo m¨¢s de una semana en Austria, Holanda y B¨¦lgica, donde las protestas contra las medidas restrictivas acabaron con disturbios. Tampoco lo es en el seno de algunos gobiernos: en la coalici¨®n alemana que se aupar¨¢ al poder, los liberales se mostraban remisos hace poco. Las dudas jur¨ªdicas est¨¢n ah¨ª y abrir esa discusi¨®n en toda la Uni¨®n Europea puede llevar a convertir la medida en un problema donde no lo es (Espa?a, Portugal e Italia tienen tasas de vacunaci¨®n muy altas).
El abanico de medidas va m¨¢s all¨¢ de los pinchazos. A la suspensi¨®n de vuelos que los Veintisiete aprobaron para siete pa¨ªses del sur de ?frica se suma que Irlanda y Portugal ya han anunciado que pedir¨¢n pruebas PCR a los viajeros vacunados, aunque procedan de miembros de la UE, y Espa?a plantea una cuarentena para quienes hayan estado en contacto con los contagiados por la nueva variante. Las necesarias medidas para frenar la extensi¨®n del coronavirus tambi¨¦n llegan en mal momento en Polonia. El think tank Eurasia recuerda que la tasa de vacuaci¨®n de este pa¨ªs es baja, que los hospitales est¨¢n repletos y que la coalici¨®n de Gobierno tiene en su seno un partido m¨¢s a la derecha que el PiS opuesto a las restricciones.
Y sobre este escenario de incertidumbres pol¨ªticas, tambi¨¦n se agrava con la ¨®micron lo incierto de la recuperaci¨®n, como ha dicho este mi¨¦rcoles la OCDE. Una nueva sacudida a la econom¨ªa mundial llegar¨ªa sobre desequilibrios muy acentuados, como se est¨¢ viendo en la salida de la crisis, y con un volumen de deuda que en la zona euro llega al 100% del PIB y estrecha mucho el margen de reacci¨®n.
Reino Unido. El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, ha optado por aplicar gradualmente ¡ªcon tibieza, comparado con otras capitales europeas¡ª las nuevas restricciones contra la pandemia. Lo ha hecho mucho m¨¢s en respuesta a las preocupaciones expresadas por los empresarios brit¨¢nicos, que temen que la alarma desatada por la variante ¨®micron arruine la campa?a navide?a, que ante una posible rebeli¨®n en el seno del Partido Conservador. Un total de 32 diputados votaron en contra de las nuevas medidas el martes pasado, sobre todo al saber que la disposici¨®n legal preservaba los poderes de emergencia del Gobierno hasta finales de marzo, a pesar de que Johnson hab¨ªa prometido que todo volver¨ªa a ser revisado en el plazo de tres semanas. El diputado conservador Christopher Chope se quejaba: ¡°Todo esto forma parte de una campa?a de propaganda alarmista dise?ada para frenar la interacci¨®n entre los animales sociales que somos¡±. ¡°El objetivo es suprimir la libertad del individuo y los contactos sociales¡±, denunciaba Chope.
Lo cierto es que las nuevas medidas son relativamente tibias. Desde el martes pasado se recupera la obligatoriedad de mascarillas en comercios y transporte p¨²blico; los viajeros que lleguen al Reino Unido deber¨¢n someterse en las primeras 48 horas a una prueba de PCR ¡ªya no vale la de ant¨ªgenos¡ª y permanecer aislados hasta conocer el resultado negativo, y cualquiera que haya estado en contacto con un contagiado con la variante ¨®micron deber¨¢ hacer una cuarentena de 10 d¨ªas. Es esta ¨²ltima disposici¨®n la que m¨¢s solivianta a los diputados rebeldes, que recuerdan c¨®mo el pasado verano se dispararon los casos de personas rastreadas y obligadas a encerrarse en sus casas. Johnson cuenta, de todos modos, con el respaldo de la oposici¨®n laborista, que le exige incluso ir m¨¢s lejos: quieren mayor periodo de aislamiento para los viajeros que lleguen al Reino Unido y una PCR negativa previa al viaje. El comit¨¦ de expertos que asesora al Gobierno ha sugerido que la cuarentena se extienda cinco d¨ªas, aunque el reci¨¦n llegado est¨¦ doblemente vacunado y su PCR haya dado negativo en el segundo d¨ªa.
Alemania. El cambio de Gobierno en Alemania ha afectado a la lucha contra la cuarta ola de la pandemia, que el mi¨¦rcoles dej¨® la peor cifra diaria de fallecidos desde febrero, con 446 v¨ªctimas. La r¨¢pida propagaci¨®n del virus y la creciente saturaci¨®n de los hospitales de las zonas m¨¢s afectadas han a?adido presi¨®n a la formaci¨®n de un nuevo Ejecutivo tripartito liderado por el socialdem¨®crata Olaf Scholz, con los verdes y los liberales. La canciller en funciones, Angela Merkel, se re¨²ne este jueves con Scholz y los l¨ªderes de los Estados federados para acordar nuevas restricciones en la que ser¨¢ una de sus ¨²ltimas decisiones antes de abandonar el cargo. Se endurecer¨¢n las medidas para reducir contactos, probablemente ordenando el cierre del ocio nocturno, la prohibici¨®n de eventos masivos y limitaciones para los no vacunados, como la presentaci¨®n del pasaporte covid no solo para entrar a restaurantes sino tambi¨¦n en el comercio no esencial.
La vacunaci¨®n obligatoria general es una de las cuestiones que est¨¢n sobre la mesa, especialmente despu¨¦s de que Scholz se haya manifestado a favor de imponerla a partir de febrero. La propuesta, que no contaba en principio con el visto bueno de los liberales, ha obligado a su l¨ªder, Christian Lindner, a ir virando en su posici¨®n hasta aceptar esa idea a la vista de las bajas cifras de vacunaci¨®n. Todav¨ªa hay 14,4 millones de alemanes adultos sin inmunizarse. Se prev¨¦ que los partidos den libertad de voto a sus diputados cuando el asunto llegue al Bundestag. Varios liberales votar¨¢n en contra.
Tampoco la oposici¨®n ¡ªo no toda: la ultraderecha de AfD, s¨ª¡ª est¨¢ en contra. Destacados l¨ªderes conservadores, como el presidente de Baviera, Markus S?der (CSU), lo ha pedido p¨²blicamente. Sin embargo, el todav¨ªa ministro de Sanidad, Jens Spahn (CDU), es reticente, entre otras cosas porque es una medida a futuro que no aliviar¨ªa la complicada situaci¨®n actual. Los m¨¦dicos de cuidados intensivos alertaron el mi¨¦rcoles de que para Navidad las UCI podr¨ªan llegar a 6.000 pacientes ingresados, por encima del pico del invierno pasado.
Italia. Italia comienza a intuir una nueva oleada de restricciones a las puertas de Navidad. El pa¨ªs transalpino fue desde antes del verano uno de los m¨¢s restrictivos de Occidente, obligando a tener el certificado de vacunaci¨®n para todas las actividades p¨²blicas: asistir a espect¨¢culos, acceder a gimnasios y consumir en bares y restaurantes. En el mes de septiembre, adem¨¢s, se ampli¨® esa medida al ¨¢mbito laboral, lo que despert¨® fuertes protestas y divisiones en el Ejecutivo. Pero las restricciones han aumentado desde entonces. El presidente del Gobierno de Italia, Mario Draghi, anunci¨® la semana pasada que dicho certificado, que antes pod¨ªa renovarse con una prueba negativa de dos d¨ªas de antig¨¹edad o habiendo pasado la enfermedad, solo ser¨¢ v¨¢lido a partir del 6 de diciembre con las dos dosis de la vacuna. Pero aquellos que recibieron esa segunda inyecci¨®n hace m¨¢s de nueve meses tendr¨¢n obligatoriamente que ponerse la tercera si quieren seguir disfrutando de esos espacios. Todas estas medidas han despertado desde el comienzo tensiones con la derecha. La intuici¨®n de que pueden ir acompa?adas de cierres, restricciones o nuevos horarios para la actividad comercial, especialmente en regiones del norte de Italia como Alto-Adigio, ha generado ya algunas protestas en los partidos de la derecha como la Liga de Matteo Salvini.
Portugal. El pa¨ªs asiste a una escalada de contagios que recuerda a los momentos m¨¢s cr¨ªticos de la pandemia, aunque sin el impacto tan grave y letal que tuvo en olas anteriores. El martes pasado se contabilizaron 4.670 casos, un dato que no se alcanzaba desde hace meses. Los datos de mortalidad y gravedad est¨¢n, sin embargo, lejos de los peores registros gracias a la vacunaci¨®n. El primer ministro, el socialista Ant¨®nio Costa, advirti¨® este mi¨¦rcoles de que se podr¨ªan tomar medidas m¨¢s restrictivas para Navidad si los contagios siguen creciendo. El 1 de diciembre, Portugal entr¨® en el estado de ¡°calamidade¡±, que endurece las medidas para ingresar en el pa¨ªs y acceder a locales cerrados: test para discotecas y bares, certificados para restaurantes y recintos culturales con butaca asignada, entre otras. El Gobierno tambi¨¦n ha decretado una semana ¡°de contenci¨®n¡± del 2 al 9 de enero con teletrabajo obligatorio, aplazamiento de la vuelta al colegio y cierre de bares y discotecas, aunque la movilidad no se ver¨¢ limitada ni el resto de actividades comerciales. De momento, el Gobierno ha encontrado consenso en sus decisiones. Antes de tomar las nuevas medidas, que fueron en parte propuestas por t¨¦cnicos, Costa se reuni¨® con todos los partidos.
En cuanto al debate de la vacunaci¨®n obligatoria, en Portugal no est¨¢ en el horizonte: el pa¨ªs cuenta con m¨¢s del 86% de la poblaci¨®n con la pauta completa y ha emprendido una carrera acelerada para inocular la tercera dosis a la poblaci¨®n mayor. Si la ola se agrava, la ¨®micron se desboca y se planteara un posible confinamiento, s¨ª que podr¨ªa encontrar el rechazo de la oposici¨®n, que adem¨¢s se enfrentar¨ªa a un Gobierno en funciones a la espera de la nueva cita electoral, prevista para el 30 de enero.
Francia. A cinco meses de las elecciones presidenciales en Francia, la aparici¨®n de la variante ¨®micron ha ca¨ªdo como un jarro de agua fr¨ªa en el Gobierno de Emmanuel Macron, que desde el verano lo ha apostado todo a la vacunaci¨®n masiva y el pasaporte covid, y que acaba de acelerar la administraci¨®n de las dosis de refuerzo en la poblaci¨®n adulta. Salvo en regiones de ultramar como Martinica o Guadalupe, las protestas por estas medidas parecen cosa del pasado: las manifestaciones que en agosto sacaron a m¨¢s de 200.000 personas a las calles se han ido diluyendo hasta caer casi en el olvido.
Pero el gran miedo es que las vacunas no sirvan ante la ¨®micron, lo que derrumbar¨ªa la estrategia oficial. ¡°Podr¨ªa ser terrible en la opini¨®n p¨²blica¡±, admiti¨® a la emisora Europe 1 de forma an¨®nima un ministro de Macron. La noticia de que el primer ministro, Jean Castex, dio positivo en covid pese a haber completado su pauta tampoco ha ayudado. ¡°?Qui¨¦n es m¨¢s peligroso? ?Quien no est¨¢ vacunado pero tiene un test negativo y va a un restaurante o quien tiene la covid estando inmunizado, como Castex y va al mismo restaurante? El pasaporte sanitario no sirve para nada¡±, ha criticado la candidata de ultraderecha Marine Le Pen.
Hace justo un a?o, Francia sal¨ªa de su segundo encierro pand¨¦mico, pero a¨²n tardar¨ªa meses en recuperar cualquier viso de normalidad: museos, cines, teatros, bares o restaurantes permanecieron cerrados hasta bien entrada la primavera y los franceses vivieron largo tiempo bajo un toque de queda estricto. A tan pocos meses de la cita ante las urnas, repetir ese escenario ser¨ªa catastr¨®fico para Macron.
Pa¨ªses Bajos. El Gobierno holand¨¦s baraja la introducci¨®n de tres tipos de pasaportes covid para acceder al trabajo, la educaci¨®n y el ocio, y ha remitido para ello sendos proyectos de ley al Congreso. Es una propuesta delicada, dado el efecto que tendr¨ªa al hacer distinciones entre la poblaci¨®n. Cerrar¨ªa o entorpecer¨ªa el paso a los que no se hayan vacunado, lo que ha provocado ya tensiones pol¨ªticas y rechazo social. Adem¨¢s, el Ejecutivo est¨¢ en funciones desde la dimisi¨®n del Gobierno liberal en bloque en enero pasado debido al esc¨¢ndalo de los subsidios familiares, y debe contar con la aprobaci¨®n de la C¨¢mara para aplicar medidas pol¨ªticas de gran calado.
Hasta la fecha, las restricciones exigidas en Pa¨ªses Bajos ¡ªdesde el toque de queda a principios de a?o a los cierres parciales que entraron en vigor este domingo¡ª han sido recibidas con diversos grados de rechazo. La extrema derecha de Thierry Baudet es antivacunas y rechaza imposiciones de esta clase. El toque de queda impuesto en enero de 2021 ante el avance de la variante alfa no se hab¨ªa aprobado desde la Segunda Guerra Mundial. El Gobierno invoc¨® para ello una ley que otorga competencias extraordinarias y no requiere la participaci¨®n del Congreso o el Senado. Fue refrendado por el Congreso, pero desat¨® una ola de disturbios generalizada que se sald¨® con unas 600 detenciones. Este noviembre nuevos disturbios callejeros reflejaron la tensi¨®n acumulada durante la crisis. En origen, la protesta fue contra la posible imposici¨®n del pase solo para vacunados y los que hayan pasado la enfermedad, pero la sensaci¨®n de falta de libertad individual y malestar social fue aprovechada por grupos criminales muy violentos, seg¨²n la polic¨ªa. Un fen¨®meno que el Gobierno tiene ya en su radar.
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