Sexta ola en las residencias: la vacuna protege a los ancianos de la enfermedad grave y la muerte pese al alza de casos
Los centros registran un 56% m¨¢s de positivos en una semana, pero la tercera dosis frena el peor rostro de la covid. Los directores temen el impacto asistencial de las bajas del personal por el virus
La explosi¨®n de la sexta ola ha sacudido Espa?a y las residencias de ancianos tampoco se libran del nuevo envite del virus, atenuado por el efecto de las vacunas. Los contagios semanales en los centros de mayores, cuya situaci¨®n en nada se parece a la vivida en los momentos m¨¢s cr¨ªticos de la pandemia, se han disparado y, entre el 13 y el 19 de diciembre, ¨²ltima semana de la que el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso) ha reportado datos, se notificaron 613 contagios en 195 residencias, un 56% m¨¢s que los registrados la semana anterior. En apenas un mes, los contagios casi se han cuadruplicado: entre el 15 y el 21 de noviembre, solo se comunicaron 160 infecciones en 42 centros. El crecimiento de contagios observado en la poblaci¨®n general es muy similar en la misma semana de diciembre, cuando subieron un 60%. Pero si se comparan los datos de ese mes entre las residencias y el resto de Espa?a, el alza fue m¨¢s acusada: se multiplicaron por ocho entre la poblaci¨®n, dos veces m¨¢s que en los centros.
Los expertos consultados se?alan que, si bien el virus ha vuelto a entrar en los hogares de mayores, el impacto es menor que otras olas gracias a la protecci¨®n de las terceras dosis ¡ªlos ancianos de residencias fueron los primeros en recibirlas en septiembre¡ª y a las medidas severas de control que pesan a¨²n sobre este sector. Con todo, los directores contienen el aliento ante la explosi¨®n de casos en la calle: su mayor temor ahora es el impacto de las bajas del personal por covid, que puede poner en jaque el servicio asistencial. La semana pasada, m¨¢s de 1.400 trabajadores de residencias se infectaron, la cifra semanal m¨¢s alta desde la tercera ola.
El virus ha empezado a colarse de nuevo en las residencias de ancianos. Desde el inicio de la pandemia, un tercio de las 300.000 personas que viven en centros de mayores se han infectado y las comunidades han reportado m¨¢s de 30.000 fallecidos con covid confirmado o s¨ªntomas compatibles con la enfermedad. Ola tras ola, las residencias han vuelto a sufrir el envite del coronavirus, pero esta vez la virulencia es menor a la de otras ocasiones, aseguran todas las voces consultadas. Al menos, por ahora. La mayor¨ªa son casos leves o con pocos s¨ªntomas, explica Susana Ruiz, presidenta de la Federaci¨®n Lares en La Rioja y directora del centro de mayores m¨¢s grande de Logro?o: ¡°Las vacunas han hecho ese trabajo que ven¨ªan a hacer: que el impacto en los mayores fuese menor. No estamos viviendo tanta incidencia ni tanta letalidad. Si se contagian, lo pasan de forma leve¡±.
La curva de fallecidos, de hecho, aumenta, pero poco a poco: entre el 13 y el 19 de diciembre se reportaron 29 muertes, mientras que en la anterior fueron 24 y la primera de diciembre, 17. Fuentes del Imserso constatan que hay ¡°cierta calma¡± en los centros porque se aprecia que la gravedad se mantiene baja. Si bien la letalidad global desde el inicio de la pandemia en las residencias fue del 19%, el porcentaje de fallecidos entre los contagiados en el periodo actual (a partir de marzo, cuando empezaron a hacer efecto las vacunas) cay¨® al 9,3%.
La vacunaci¨®n es clave, coinciden los expertos. Los ancianos de residencias fueron los primeros en recibir la vacuna el pasado enero y tambi¨¦n han sido pioneros en estrenar la tercera dosis en septiembre. Los estudios del Ministerio de Sanidad constataron en abril que la efectividad de la vacuna en centros de mayores era de entre el 81% y el 88%, se evitaron infecciones asintom¨¢ticas y se previno hasta un 71% la hospitalizaci¨®n y un 82% las muertes. Sin embargo, el efecto protector de las vacunas decae con el tiempo y por eso era preciso otra inyecci¨®n adicional: un informe de Sanidad de octubre report¨® una posible ¡°p¨¦rdida de la inmunidad con el tiempo desde la vacunaci¨®n¡± porque, si bien la efectividad de los vacunados en mayo se situaba en el 96%, en los ancianos pinchados en marzo la efectividad ca¨ªa al 58%, 64%, 65% y 77%, frente a la infecci¨®n, la infecci¨®n sintom¨¢tica, la hospitalizaci¨®n y la defunci¨®n, respectivamente.
Las dosis adicionales comenzaron a administrarse en septiembre y, seg¨²n Sanidad, a fecha de este mi¨¦rcoles, el 87,3% de los mayores de 70 a?os en Espa?a han recibido el pinchazo. El efecto de la tercera dosis, de hecho, ya se empieza a notar y el ¨²ltimo informe de efectividad vacunal del ministerio apunta que la protecci¨®n se mantiene sobre el 86% y ¡°ya parece observarse el efecto beneficioso de la dosis de recuerdo a partir del mes de octubre¡±, recoge el estudio. Tambi¨¦n se ha acelerado la vacunaci¨®n entre el personal de residencias y, aunque Sanidad no da datos sobre los pinchazos a este colectivo espec¨ªfico, Cinta Pascual, presidenta de la patrona Ceaps (C¨ªrculo Empresarial de Atenci¨®n a las Personas), asegura que el 50% ya ha recibido la tercera dosis e incluso en las comunidades que iban m¨¢s rezagadas con las inyecciones a este colectivo ya han acelerado los pinchazos.
De puertas adentro de las residencias, se ha instalado la cautela, apunta Pascual: ¡°A nivel de miedo, cuando hemos sufrido lo que hemos sufrido, si nos dicen que viene el lobo [por la sexta ola], vemos 100 lobos. Pero ahora nos sentimos protegidos¡±. En los ¨²ltimos meses, las medidas de control en los centros se han relajado y se han flexibilizado las restricciones de visitas y salidas, pero siguen siendo r¨ªgidas respecto a las que hay en la calle y eso ha ayudado a contener la circulaci¨®n del virus. Cada comunidad marca sus propios protocolos, pero la mayor¨ªa coinciden en las medidas: hacen cribados peri¨®dicos a sus profesionales, se intensifican las medidas de protecci¨®n cuando van familiares ¡ªmascarilla siempre, mejor salidas al aire libre, higiene de manos, ventilaci¨®n en los centros¡ª, se solicita el pasaporte covid a las visitas y se sectorizan las residencias cuando hay un positivo. ¡°La vuelta total a la normalidad no la hemos tenido nunca. Las visitas, por ejemplo, siempre han sido con cita previa¡±, apunta Ruiz.
No se puede bajar la guardia, advierte I?aki Ant¨®n, portavoz de la Asociaci¨®n Catalana de Directores de Centros y Servicios de Atenci¨®n a la Dependencia Gerontol¨®gica (Ascad). ¡°La tercera dosis aminora la mortalidad y la gravedad de la enfermedad, pero tambi¨¦n fallece gente que tiene las tres vacunas porque son personas muy fr¨¢giles¡±, apunta. En la residencia que dirige en el municipio barcelon¨¦s de Poliny¨¤, se muri¨® una anciana hace pocos d¨ªas contagiada por un familiar y tambi¨¦n se infect¨® otra m¨¢s: ¡°Dada la situaci¨®n que hay en el entorno, la sensaci¨®n es de preocupaci¨®n. Hay que establecer barreras y controles internos porque esta variante se extiende de forma r¨¢pida. Las vacunas nos aten¨²an el impacto, pero no al 100%¡±.
Temor por las bajas laborales
El temor de los directores de los centros sanitarios, con todo, no est¨¢ solo en los residentes, sino tambi¨¦n en los trabajadores. En las bajas laborales por la explosi¨®n de contagios entre el personal. Desde hace tres semanas hay m¨¢s contagios de profesionales que de ancianos. ¡°Rara es la residencia¡±, dice Ant¨®n, que no tiene alg¨²n profesional contagiado: ¡°Si crecen los casos entre trabajadores, corremos el riesgo de desatenci¨®n. Es un peligro real¡±.
No hay tanta bolsa de trabajo en el mercado para sustituir las bajas y la operativa del reemplazo se complica, apunta Vicente Botella, presidente de la patronal catalana de peque?as residencias (Upimir): ¡°Adem¨¢s de la sobrecarga de trabajo, si se van cinco trabajadores y tienen que venir nuevos todos, estos no conocen a los residentes, no tienen trato con ellos y eso deteriora la atenci¨®n¡±. Jes¨²s Cubero, presidente de la patronal del sector Aeste, asegura que han pedido a las autoridades sanitarias que, en previsi¨®n de que crezcan los contagios, ¡°se habilite la contrataci¨®n como trabajadores de gente que no tiene la titulaci¨®n¡±, una medida que ya se tom¨® en la primera ola ante el aluvi¨®n de bajas, tambi¨¦n con profesionales sanitarios en los hospitales. Fuentes del Imserso se?alan, no obstante, que no es una demanda generalizada y no la ven ¡°oportuna¡±. Al menos, por ahora. Aunque comparten el temor ante el auge de positivos entre los profesionales: ¡°La cuesti¨®n es proteger al personal de cuidados porque la mayor preocupaci¨®n est¨¢ en mantener la continuidad asistencial¡±
De cara a las fiestas navide?as, tiempo de m¨¢s riesgo por la confluencia de la explosi¨®n de contagios con una mayor interacci¨®n social y familiar, la mayor¨ªa de autonom¨ªas no han endurecido las restricciones. En Castilla y Le¨®n, por ejemplo, s¨ª se pide que los residentes dispongan de una prueba diagn¨®stica antes de entrar al centro si van a pasar las Navidades con su familia. Madrid tambi¨¦n comparte esta recomendaci¨®n y pide limitar las actividades navide?as si implica que otras personas ajenas al centro tengan que acudir hasta all¨ª e intensificaci¨®n de los cribados (eran quincenales y ahora recomiendan una prueba semanal a los trabajadores vacunados y dos o tres pruebas cada siete d¨ªas a los no vacunados). Varias autonom¨ªas piden el pasaporte vacunal para acceder a los centros, como Arag¨®n, Navarra, La Rioja y Andaluc¨ªa.
Botella apunta que ¡°la mayor¨ªa de los familiares est¨¢ cumpliendo a rajatabla con las medidas de protecci¨®n¡±, pero admite que, en el contexto epid¨¦mico actual, teme las salidas prolongadas: ¡°Lo que nos da miedo es que ahora se los quieran llevar a dormir a casa tres d¨ªas. No es una comida, son varias comidas con burbujas diferentes y eso es un riesgo¡±. Pascual coincide en que, si bien siempre ha sido ¡°amante de que cada oveja estuviese en su corral en Navidad¡±, ahora pide cautela: ¡°Queremos facilitar al m¨¢ximo que nuestros mayores se vean, que tengan visitas de Navidad, pero con mucha precauci¨®n¡±. En los centros, adem¨¢s, se suelen hacer actividades navide?as por estas fechas y celebrar comidas especiales los d¨ªas festivos para las personas que se quedan.
Las familias rechazan m¨¢s limitaciones y tampoco las autoridades van en esta l¨ªnea. Fuentes del Imserso admiten que son ¡°poco partidarios¡± de incrementar las restricciones: ¡°Hay que hacer las cosas con seguridad, con tino, con calma, pero no afectar a derechos fundamentales de los residentes¡±. Mar¨ªa Jos¨¦ Carcel¨¦n, portavoz de la plataforma de familiares de residencias 5+1, apunta que hay muchas cosas por mejorar, ¡°como que se cumpla la sectorizaci¨®n y que no dejen entrar a voluntarios o estudiantes no vacunados¡±. Otro confinamiento es intolerable, denuncia: ¡°Otro encierro puede ser demoledor y no lo vamos a permitir. Si nos confinan, que nos confinen a todos, pero nos preocupa que lo hagan solo con ellos, que los discriminen por su edad y el lugar de residencia¡±, protesta. Una queja con la que coincide Miguel V¨¢zquez, presidente de la Plataforma Dignidad a las Personas de Residencias: ¡°Tenemos miedo de que los vuelvan a aislar porque eso ser¨ªa hundirlos en la miseria¡±.
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