Captadas en redes sociales, controladas por el m¨®vil, vendidas en Internet
Desde la b¨²squeda de v¨ªctimas en Facebook o Tinder, al blanqueo del dinero en criptomonedas, la tecnolog¨ªa facilita la trata de seres humanos con fines de explotaci¨®n sexual. Pero la esencia del crimen permanece: valerse del enga?o y la amenaza para esclavizar a mujeres vulnerables
Tras meses de infierno, al ser liberadas por la Guardia Civil, las dos mujeres nigerianas segu¨ªan completamente aterrorizadas. Si no volv¨ªan con la mafia de prostituci¨®n, una maldici¨®n vud¨² caer¨ªa sobre ellas. No hab¨ªa forma de convencerlas de que lo peor hab¨ªa pasado. As¨ª que los agentes, junto a la polic¨ªa nigeriana, montaron una videoconferencia con un pastor religioso en Benin City para deshacer el hechizo que el priest que las hab¨ªa captado ech¨® sobre ellas. En el mundo de la trata de personas con fines de explotaci¨®n sexual la tecnolog¨ªa convive con lo arcaico. Hay transferencias alrededor del globo en criptomonedas para blanquear dinero y rendijas en las habitaciones para que las ¡°chicas¡± echen los billetes del ¡°servicio¡± a una caja de caudales que controla la ¡°mami¡±. Captaci¨®n en redes sociales a trav¨¦s de perfiles falsos y bots, y familias que colaboran en la explotaci¨®n de sus hijas o hermanas; m¨®viles geolocalizados para tenerlas controladas y cerrojos en las puertas.
La tecnolog¨ªa lleva m¨¢s de una d¨¦cada entrando en todas las fases del delito, facilitando la tarea a los perpetradores, pero la esencia es la misma de siempre: valerse del enga?o, la amenaza y la violencia para esclavizar a mujeres vulnerables. Para reconstruir c¨®mo, EL PA?S ha mantenido conversaciones con los mandos especializados en trata de Polic¨ªa Nacional y Guardia Civil, las asociaciones de ayuda a las supervivientes, Apramp y Diacon¨ªa, y con Beatriz S¨¢nchez, fiscal de Extranjer¨ªa ¡ªel ¨®rgano que persigue el delito, ya que m¨¢s del 90% de las v¨ªctimas son extranjeras¡ª. Ella lo tiene claro: ¡°El paso a lo virtual complejiza las investigaciones, tenemos que ampliar la mirada y evolucionar, formarnos e innovar, usar las mismas herramientas que los tratantes, no queda otra¡±.
La pandemia ha acelerado la evoluci¨®n tecnol¨®gica del delito, coinciden los expertos. Pr¨¢cticamente desaparecidas de calles y pol¨ªgonos, con muchos clubes cerrados, las mujeres son explotadas en pisos o a domicilio (donde es m¨¢s dif¨ªcil que autoridades y ONG lleguen a ellas). Contactadas a trav¨¦s de p¨¢ginas web, controladas por WhatsApp; cada vez m¨¢s invisibilizadas y al mismo tiempo m¨¢s disponibles y rentables. Ocultas en una trama delictiva opaca, cuya envergadura solo puede ser aproximada: seg¨²n la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo (2017), se estima que 4,8 millones de personas son v¨ªctimas de la explotaci¨®n sexual forzosa en el mundo, el 99% mujeres y ni?as. En Espa?a, el balance estad¨ªstico del Ministerio de Interior (2020) informa de 3.867 personas en ¡°situaci¨®n de riesgo de trata y explotaci¨®n sexual¡± (identificadas durante inspecciones en lugares donde se ejerce la prostituci¨®n), aunque varios estudios apuntan a que el n¨²mero real podr¨ªa estar entre 20.000 y 40.000. El a?o pasado se liberaron 160 v¨ªctimas de trata sexual y a 415 de explotaci¨®n sexual (ambos delitos pueden solaparse: uno pena el comercio de personas, el otro, lo que se hace despu¨¦s con ellas). Es decir, se detecta solo la punta de un iceberg que se hunde cada vez m¨¢s gracias a la globalidad, el anonimato, la encriptaci¨®n y la dif¨ªcil trazabilidad que ofrece la tecnolog¨ªa a los delincuentes.
Captaci¨®n | Enga?adas en redes sociales
Todo empieza con un like. Al menos para la v¨ªctima. Los captadores han estado observ¨¢ndola antes. Su apariencia, su car¨¢cter, d¨®nde vive, si tiene trabajo, hijos, problemas sentimentales¡ Todo est¨¢ a plena vista en su perfil. ¡°La captaci¨®n es la esencia de la trata y la tecnolog¨ªa no solo la facilita, sino que ampl¨ªa el espectro¡±, dice el teniente F¨¦lix Dur¨¢n, jefe de la secci¨®n de Trata de seres humanos de la Guardia Civil (UCO). La clave de este delito es la vulnerabilidad de las v¨ªctimas, repiten las fuentes. Cuando captan en redes, los tratantes ya no solo buscan las vulnerabilidades cl¨¢sicas, sino ¡°tambi¨¦n v¨ªctimas de las que se puede obtener informaci¨®n e im¨¢genes sensibles, como desnudos, independientemente de su estatus socioecon¨®mico¡±, explica un estudio de la Organizaci¨®n para la Seguridad y la Cooperaci¨®n en Europa (OSCE).
En internet, los tratantes ¡°cazan activamente¡± con m¨¢s precisi¨®n, y ¡°pescan pasivamente¡± con menos esfuerzo a m¨¢s v¨ªctimas potenciales, seg¨²n las met¨¢foras del ¨²ltimo informe de la ONU al respecto. Quienes antes se paseaban por barrios marginales de Rumania, Venezuela o Brasil, ahora peinan tambi¨¦n Facebook, Tinder o Instagram, y lanzan b¨²squedas y anuncios masivos, a veces usando bots, en portales de empleo donde pueden concretar criterios de ubicaci¨®n, edad o nivel de estudios. Los anzuelos var¨ªan, pero siempre hay un fraude. En la mayor¨ªa, una oferta para ser camarera o cuidadora: en una situaci¨®n precaria es f¨¢cil picar, el estudio de la OSCE se?ala que en Filipinas la gente conf¨ªa m¨¢s en un anuncio de Facebook que en uno de la agencia gubernamental dedicada a promocionar y regular el trabajo en el extranjero.
El enga?o puede ser tambi¨¦n sentimental. En un modus operandi habitual, el lover boy [amante] da ese primer like en un perfil vulnerable y arranca una campa?a de halagos y promesas que acaba en una relaci¨®n rom¨¢ntica. El ¡°noviazgo¡± culmina en un viaje cuyo destino nada tiene que ver con el amor.
La Guardia Civil cre¨® en 2017, previa autorizaci¨®n judicial, su primer ¡°agente infiltrado virtual¡± para dejarse seducir por un lover boy rumano que ten¨ªan fichado gracias a una mujer liberada en una operaci¨®n anterior en la colonia Marconi. ¡°No sab¨ªamos hacerlo, es una pr¨¢ctica m¨¢s habitual en investigaciones contra el terrorismo internacional¡±, explican. Con la ayuda ¡°fundamental¡± de una traductora, fabricaron un perfil falso, ¡°que cumpl¨ªa todas las reglas de Galati¡±, la ciudad de donde provienen muchas de las mujeres explotadas en Espa?a: ¡°Una chica como las que a ¨¦l le gustaban, alta, morena, de ojos claros, con las vulnerabilidades econ¨®micas y familiares que buscaba¡±. Consiguieron mantener un romance virtual con el captador, que invit¨® a la mujer inventada a un ¡°tour por Espa?a¡±. La operaci¨®n finalmente se trunc¨®, pero la experiencia sirvi¨® para abrir una nueva forma de operar.
La captaci¨®n por redes convive con otra m¨¢s tradicional en el que la base son las relaciones previas: familiares enga?ando a familiares, amigos de amigos, l¨ªderes religiosos... Y el fraude ocurre tambi¨¦n cuando las v¨ªctimas s¨ª saben que el fin es la prostituci¨®n, porque las condiciones prometidas no tienen nada que ver con la atroz realidad con la que se encuentran las v¨ªctimas cuando llegan a Espa?a. En una sentencia de marzo de la Audiencia Provincial de Madrid varias testigos protegidas captadas en Paraguay por una compatriota explican c¨®mo aterrizaron con la promesa de ganar 3.000 euros al mes como ¡°chicas de compa?¨ªa¡± con total autonom¨ªa, para ahorrar algo y volver a casa en unos meses. Una vez en destino, desprovistas de sus m¨®viles y pasaportes, fueron encerradas en pisos de los que no pod¨ªan salir solas, ¡°disponibles las 24 horas, de lunes a lunes¡±, sin poder ¡°rechazar ning¨²n cliente ni servicio sexual¡± y conminadas ¡°a consumir drogas¡±. A una de ellas la obligaron a abortar, intervenci¨®n que se sum¨® a la deuda adquirida por el viaje.
A cambio, recib¨ªan ¡°exiguas cantidades¡± de dinero, debiendo reembolsar la mayor¨ªa de sus ganancias para pagar adem¨¢s de la deuda, el piso, la comida, las fotos para los anuncios de la web¡ Hay n¨²meros: les llegaban por WhatsApp unos 10 o 12 clientes al d¨ªa, que pagaban 80 euros la hora. Sin embargo, solo consegu¨ªan mandar a casa, y solo algunos meses, 200 euros como m¨¢ximo. Cuando se quejaban, la madame ¡°les hac¨ªa ver que sab¨ªa d¨®nde viv¨ªan sus familias, que pod¨ªa causarles da?o, y que les mostrar¨ªa las fotos que les hab¨ªan tomado para los anuncios¡±. Una de las chicas cuenta que ¡°su hermana le dijo que iba a venir a trabajar como chica de compa?¨ªa, no las condiciones. No se le ocurri¨® entrar en la p¨¢gina web, no sab¨ªa que se hac¨ªa por internet, cre¨ªa que tendr¨ªa que estar en una plaza¡±.
Control | El m¨®vil es una cadena
¡°Nunca est¨¢s sola, el tel¨¦fono es una herramienta de control constante, las cadenas son mentales¡±. Marcela, brasile?a superviviente de la trata, trabaja como mediadora en Apramp, en cuya sede, en plena calle Ballesta de Madrid, una docena de mujeres se ajetrean sobre m¨¢quinas de coser o reciben clases de castellano. La asociaci¨®n tiene un tel¨¦fono m¨®vil 24 horas (609 589 479) al que no paran de llegar whatsapps de todo tipo: peticiones de ayuda burocr¨¢tica (¡°c¨®mo denuncio a tal persona¡±), social (¡°tengo 25 a?os y un beb¨¦, he dejado la prostituci¨®n pero no encuentro trabajo¡±) o directamente policial (¡°estoy presa, no puedo llamar, me agrede¡±), conversaci¨®n que acaba con el env¨ªo de una ubicaci¨®n y una llamada a las autoridades por parte de la asociaci¨®n. Apramp llega a las mujeres explotadas gracias al boca a boca y al trabajo ¡°de cercan¨ªa¡± de sus mediadoras: ¡°Tenemos una treintena de supervivientes contratadas que detectan a las mujeres incluso en los lugares m¨¢s ocultos y las acompa?an en su proceso de reinserci¨®n, ya que han pasado por lo mismo¡±, explica su directora, la abogada Roc¨ªo Mora.
Marcela, a quien la organizaci¨®n que la controlaba le dio un m¨®vil sin saldo, ha visto de todo: mensajes constantes a las chicas en las barras de los clubes (¡°llevas mucho rato con ese¡±, ¡°haz que se pida otra copa¡±, ¡°sonr¨ªe m¨¢s¡±), mujeres en la calle conectadas todo el tiempo al proxeneta con el auricular del m¨®vil, c¨¢maras en las habitaciones de los pisos¡ Ya no hace falta que los chulos merodeen, el GPS informa de d¨®nde andan las mujeres. La fiscal no recuerda que los whatsapps coercitivos hayan servido de prueba en ninguna sentencia, aunque s¨ª hay alguna en la que se dice que los proxenetas los borran habitualmente. Otras veces no hace ni falta: ¡°?Qu¨¦ tal est¨¢ tu hijo Mateo, el que vive en la cuadra 4 de Medell¨ªn con su abuela?¡¯, es suficiente para intimidar a cualquier v¨ªctima¡±, ilustra un agente. Cuando las supervivientes llegan a las casas de acogida, han de entregar los m¨®viles (que son sustituidos por otros) y preferiblemente destruir la SIM para que no puedan ser localizadas por las organizaciones. En las ONG explican que es habitual que las mujeres vuelvan con los proxenetas cuando recuperan sus m¨®viles.
Oferta | Un inmenso mercado ¡®online¡¯
¡°No hay operaci¨®n en la que no aparezca pasion.com¡±, dice el inspector jefe de Polic¨ªa Nacional Fem¨ªn Trece?o. En la entrada de la sala donde trabajan pegados al PC los siete agentes del Grupo de Cibertrata, inaugurado esta primavera, hay un cartel que ellos mismos han dise?ado en el que aparece un rostro femenino dibujado con circuitos como de microchip. En el suelo, dos enormes mazos con los que reventar¨¢n la puerta f¨ªsica de un piso clandestino en el que hay mujeres obligadas a ejercer la prostituci¨®n. Los nuevos burdeles ya no necesitan de neones para que todo el mundo los vea. Pasion.com se cuela entre las 50 p¨¢ginas m¨¢s vistas de Espa?a, justo detr¨¢s de Netflix y por encima de las webs RTVE o Carrefour. El portal, que naci¨® como una escisi¨®n de Milanuncios y se publicita como ¡°l¨ªder en anuncios de contactos¡±, presume de contener 700.000. Ponerlos es gratis, aunque hacer que suban en el largu¨ªsimo chorro de fotos, muchas de cuerpos con caras emborronadas, cuesta dinero. Hay varios portales semejantes que monetizan la intermediaci¨®n con los clientes, con dise?os m¨¢s o menos cuidados y controles m¨¢s o menos laxos (de verificaci¨®n de im¨¢genes y de edad de las anunciantes).
En algunos anuncios aparece la palabra ¡°independiente¡±, aunque los expertos se?alan que es f¨¢cil comprobar que muchos tel¨¦fonos se repiten y que detr¨¢s de un n¨²mero de contactos hay sin duda situaciones de trata y explotaci¨®n, incluso de menores, como confirman varias sentencias en las que aparecen este tipo de webs.
Hace tres a?os el FBI cerr¨® en Estados Unidos la web de contactos clasificados backpage.com, y la secci¨®n de anuncios personales de Craiglist.com, por facilitar la trata y explotaci¨®n de personas, tras la aprobaci¨®n de dos controvertidas leyes aprobadas por Trump (FOSTA-SESTA Act). ¡°En Espa?a la prostituci¨®n no es ilegal y tampoco est¨¢ penado lucrarse de la prostituci¨®n ajena, a no ser que haya coacci¨®n¡±, explica el inspector de Polic¨ªa, apuntando que hasta no hace tanto la prensa generalista inclu¨ªa una secci¨®n de contactos (EL PA?S dej¨® de hacerlo en 2017). Internet solo ha ampliado el p¨²blico objetivo, reducido el riesgo percibido por los clientes y abaratado los costes de las mafias para publicitar su oferta.
Blanqueo | Del malet¨ªn a las bitcoins
¡°Hay de todo, maletines con billetes y bitcoins¡±, dice la fiscal. De nuevo la convivencia de lo de siempre con lo nuevo. El blanqueo de capitales a trav¨¦s de criptomonedas preocupa a todas las fuentes consultadas. Es quiz¨¢s la parte m¨¢s sofisticada tecnol¨®gicamente, pues en todas las otras fases del ¡°negocio¡± basta con tener un nivel de usuario (¡°No hace falta ser un hacker, ni contratar inform¨¢ticos, para enga?ar por Facebook o mandar whatsapps intimidantes, son los mismos perros con collares nuevos¡±, en palabras de una fuente).
Las investigaciones patrimoniales se complican con las finanzas online: ¡°Las m¨¢s opacas que existen, parecen dise?adas para el mal¡±, seg¨²n un polic¨ªa. M¨¢s a¨²n cuando se combinan con redes ancestrales de transferencias informales de fondos como la hawala, un sistema crediticio habitual en las redes delictivas que funciona a base de confianza y contrase?as y no pasa por los cauces bancarios legales. Se supone que data del siglo VIII y la Ruta de la Seda, y es de donde proviene, etimol¨®gicamente, la palabra aval.
?C¨®mo se equilibra la innovaci¨®n de las mafias? Usando las mismas armas, coinciden los expertos, aunque todos asumen que siempre van ¡°unos pasos por detr¨¢s de los malos¡±. Tambi¨¦n es clave la colaboraci¨®n entre autoridades de los distintos pa¨ªses y con las empresas tecnol¨®gicas que proveen los servicios. El informe de la OSCE, firmado a medias con Tech Against Trafficking, una colaboraci¨®n de entidades como Amazon o Microsoft con expertos en la trata de seres humanos, lista 300 iniciativas tecnol¨®gicas privadas (mayoritariamente) y p¨²blicas para luchar contra el delito.
El mes pasado, el seminario Desactiva la trata, organizado por la ONG Diacon¨ªa, inclu¨ªa una mesa redonda sobre el rol de la tecnolog¨ªa en el activismo. ¡°Tenemos que colar los mensajes en los sitios donde se meten ellos¡±, dice Eva M¨¢rquez, directora del ?rea de mujer y lucha contra la Trata en Diacon¨ªa, presumiendo de las visualizaciones de su ¨²ltima campa?a en Instagram. ¡°No podemos seguir repartiendo folletos cuando no sabemos ni la mitad de lo que pasa en internet¡±. En el seminario, una acad¨¦mica y un experto de Naciones Unidas detallaron un par de iniciativas: una carpeta digital para que las supervivientes gestionasen mejor los tr¨¢mites a los que se enfrentan en su reinserci¨®n y unos hackatones en los que universitarios de distintas disciplinas pensaron soluciones ¡°disruptivas¡± al problema. Peque?os pasos en una lucha desigual que empieza, seg¨²n todas las fuentes, por visibilizar un problema que permanece oculto a plena vista.
'Camgirls', ¡°un mel¨®n por abrir¡±
Durante el confinamiento, las webs de porno por streaming y suscripción se dispararon. Las restricciones de movilidad empujaban a los consumidores, y la crisis económica a muchos nuevos creadores de contenidos para adultos. Entre los expertos de explotación sexual nadie duda de que entre los miles de perfiles, algunos pueden ser fruto de la coacción. Todos los informes institucionales sobre tecnología y trata lo mencionan, la última campaña de la ONG Diaconia en Instagram apunta directamente a la “falsa idea de empoderamiento” de la popular Only Fans. Pedro J. Conellie, policía especializado en trata y autor junto a Mabel Lozano, del libro Pornoexplotación, que detalla algunos casos, admite que el tema de las camgirls [mujeres que hacen vídeos sexuales en directo] es “un melón por abrir”. Convencido de que hay vídeos coactivos, admite que es fenómeno “muy complicado de perseguir, investigar y demostrar” ya que la víctima, el cliente, la plataforma y sus servidores pueden estar en cuatro rincones distintos del globo y pueden existir contratos en apariencia legales. Aunque las autoridades policiales y judiciales no niegan que pueda existir algún caso en los que las mujeres están siendo obligadas a prostituirse virtualmente, no se han encontrado indicios de ninguno en concreto.
Si estas sufriendo o quieres denunciar una situaci¨®n de trata o explotaci¨®n sexual puedes contactar con:
Apramp > Tel¨¦fono 24 horas, tambi¨¦n por WhatsApp: 609589479
Diacon¨ªa > 670337153
Polic¨ªa Nacional > 900 10 50 90 y trata@policia.es
Guardia Civil > 062 y trata@guardiacivil.es
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