El juicio por abusos sexuales en el programa ¡®Gran Hermano¡¯ pone el foco en el consentimiento
Arranca el proceso contra un exconcursante para el que la Fiscal¨ªa pide dos a?os y seis meses de prisi¨®n
Cuatro veces Carlota Prado dijo ¡°no¡± a su pareja, Jos¨¦ Mar¨ªa L¨®pez, de alguna forma. Fue una noche de viernes de hace cuatro a?os, en una de las camas de la llamada ¡°habitaci¨®n grande¡±, en la casa del programa de televisi¨®n Gran Hermano. Primero fue un balbuceo d¨¦bil: ¡°No puedo¡±. Despu¨¦s, ¡°hasta en dos ocasiones levant¨® la mano como queriendo decirle que parara¡±. Y una ¨²ltima, cuando Prado le dijo a L¨®pez ¡°quita¡± y se dio la vuelta. Pero ¨¦l sigui¨® bajo el edred¨®n con el que cubri¨® a ambos. Solo se detuvo cuando por megafon¨ªa, la ¡°s¨²per¡± que en aquel momento vigilaba la casa, les llam¨® la atenci¨®n: orden¨® que ¡°se colocaran bien los micr¨®fonos¡±, que es la se?al para que los concursantes paren inmediatamente lo que est¨¦n haciendo. Son los hechos que relatan dos escritos, el de la Fiscal¨ªa Provincial de Madrid y el del auto de diligencias previas tras la denuncia de Prado a L¨®pez por presunto abuso sexual. El acusado ha defendido su inocencia desde el primer momento.
La Fiscal¨ªa solicita dos a?os y seis meses de prisi¨®n para L¨®pez, una indemnizaci¨®n de 6.000 euros por los da?os morales causados a la v¨ªctima, una cantidad ¡°id¨¦ntica¡± a la productora del programa ¡°por los da?os ocasionados a ra¨ªz de la exhibici¨®n a la perjudicada de las im¨¢genes grabadas¡± y la prohibici¨®n de comunicarse o acercarse a la v¨ªctima a menos de 500 metros y durante cuatro a?os. La acusaci¨®n particular, la de Prado, solicita siete a?os de prisi¨®n, ese mismo periodo para el alejamiento del acusado y 100.000 euros por da?os morales a Prado (siendo responsable civil subsidiaria la productora, Zeppelin) y otros 100.000 adicionales por el mismo motivo a Zeppelin. El juicio oral comienza este martes. ?La clave? El consentimiento.
Uno que los documentos jur¨ªdicos establecen que Prado deneg¨® de forma expresa ¡ª¡±no puedo¡±, ¡°quita¡±¡ª, tambi¨¦n que lo hizo de forma gestual ¡ªcon la mano levantada, ¡°vertical¡±, hacia L¨®pez¡ª, y reflejan la ausencia de consentimiento afirmativo. Ella ¡°se hallaba sin apenas moverse, boca arriba, con los ojos cerrados desde que se meti¨® en la cama¡±. ?l ¡°le dijo que abriera los ojos y pudo abrirlos muy poco, cerr¨¢ndolos al momento y sin volver a abrirlos pese a la insistencia de Jos¨¦ Mar¨ªa, quien le lleg¨® a mover la cabeza para enfrentarla a ¨¦l. Tampoco esta le respondi¨® a la pregunta ¡®?qu¨¦ te pasa?¡±.
Todas esas cuestiones denotan una ¡°falta absoluta de consentimiento¡±, afirma el exdelegado del Gobierno contra la violencia de G¨¦nero Miguel Lorente, ¡°que siempre es el elemento clave de cualquier violencia sexual¡±. En este caso, algo muy poco frecuente en este tipo de delitos, las pruebas documentales permiten conocer qu¨¦ estaba viendo exactamente la responsable del programa aquella noche, la llamada ¡°s¨²per¡±. Lo hac¨ªa a trav¨¦s de las pantallas, que funcionan 24 horas al d¨ªa, y fue ella quien detuvo lo que estaba ocurriendo despu¨¦s de aproximadamente cinco minutos.
¡±Les estaba observando a trav¨¦s de las c¨¢maras y quien ostentaba facultades para comunicarse por megafon¨ªa con los concursantes, asistencia de los mismos en el llamado ¡®confesionario¡¯ y organizaci¨®n del contenido del programa 24 horas¡±, describe el auto de diligencias previas. Este martes esa mujer acudir¨¢, junto a otros miembros del equipo de Zeppelin, en calidad de testigo.
Seg¨²n Lorente, m¨¦dico forense y experto del Observatorio contra la Violencia Dom¨¦stica y de G¨¦nero del Consejo General del Poder Judicial, de la descripci¨®n de esa grabaci¨®n se desprende que el consentimiento de Prado no solo ¡°no se dio¡±, sino que se ve agravado por una serie de circunstancias que en otro momento habr¨ªan sido contempladas como atenuantes: ser pareja y el alcohol.
Ambos, con 24 a?os en aquel momento, llevaban 50 d¨ªas manteniendo una relaci¨®n dentro del reality. El auto de diligencias previas explica que ¡°regresaban de una fiesta concertada por el referido programa en la que se facilitaba alcohol a los participantes, habiendo bebido Carlota aproximadamente cuatro chupitos de posible tequila, a diferencia de Jos¨¦ Mar¨ªa que no inger¨ªa alcohol en dichos eventos¡±. El texto de la Fiscal¨ªa a?ade: ¡°Por lo que [Prado] alcanz¨® un estado de embriaguez que fue acentu¨¢ndose y evidenci¨¢ndose a partir de la media noche¡±.
Un ¡°s¨ª¡± una vez no implica un ¡°s¨ª de por vida¡±
A esa circunstancia, suma Lorente, hay que a?adir un elemento m¨¢s: ¡°Que son pareja¡±. Explica que en estos casos la defensa puede ¡°jugar¡± con los argumentos. Usar algunos como ¡°que habitualmente mantienen relaciones, porque est¨¢n juntos; o que en otras ocasiones se habr¨¢n producido relaciones sin que hubiese deseo absoluto y que luego han acabado de forma muy feliz, pueden jugar con esa continuidad en la relaci¨®n¡±. Sin embargo, ¡°el consentimiento es puntual y no hay d¨¦bito¡±, es decir, que un s¨ª una vez no implica que ese s¨ª ¡°sea v¨¢lido de por vida¡±.
Ese ¡°s¨ª¡±, a la 1.30 de aquel 4 de noviembre de 2017, a Mar¨ªa Acale le parece evidente que no existi¨®: ¡°Dec¨ªa como pod¨ªa que no quer¨ªa¡±. La catedr¨¢tica de Derecho Penal en la Universidad de Jerez no ve que puedan existir ¡°dificultades¡± en este juicio. Lo dice en referencia a la prueba documental, y a¨²n con ese documento audiovisual y lo aparentemente ¡°claro¡± que le parece el caso, para Acale ¡°la perspectiva de g¨¦nero es necesaria¡± en dos sentidos.
Por un lado, ¡°porque el estado de embriaguez hac¨ªa a la mujer incapaz de autodeterminarse, es necesario exigir la certeza del consentimiento¡±. Y por otro, ¡°incidiendo en el comportamiento de ese hombre. El aprovechamiento de una situaci¨®n de inimputabilidad en el que se encuentra una mujer que ha querido beber¡±.
La b¨²squeda del placer sin tener en cuenta a la otra persona
Lorente habla de c¨®mo aparece la visi¨®n androc¨¦ntrica de las relaciones cuando se produce esa situaci¨®n: ¡°Un hombre que quiere sexo y usa a su pareja como una mu?eca hinchable, busca su satisfacci¨®n y su placer sin tenerla en cuenta, sin tener en cuenta el impacto emocional, psicol¨®gico y f¨ªsico que le puede causar y sin el m¨ªnimo respeto para algo que debe ser siempre compartido¡±.
En cualquier caso, apunta Acale, tambi¨¦n una de las participantes en la redacci¨®n de la nueva ley de libertad sexual, ¡°ese proyecto de ley que sigue tramit¨¢ndose, pasa precisamente por suavizar la importancia de la violencia o la intimidaci¨®n¡±. Porque ahora, la diferencia entre abuso y agresi¨®n en la legislaci¨®n espa?ola la marca que el agresor use violencia o intimidaci¨®n para cometer el delito.
La propuesta que hay para la nueva norma, ¡ªla conocida como la del solo s¨ª es s¨ª y que se encuentra en una de las ¨²ltimas fases para su aprobaci¨®n¡ª quiere eliminar del C¨®digo Penal el abuso sexual, para que el delito no lo fije ni esa violencia ni esa intimidaci¨®n que puede usar el agresor, sino el consentimiento de la v¨ªctima, que se convierte en el eje principal y que es definido por primera vez en el marco legal.
En ese sentido, y seg¨²n el texto que se maneja hasta ahora, para que se d¨¦ ese s¨ª la mujer tiene que hacer una manifestaci¨®n libre por actos ¡°exteriores, concluyentes e inequ¨ªvocos¡± de su voluntad de participar en la relaci¨®n y esa manifestaci¨®n tiene que ser entendida ¡°conforme a sus circunstancias concurrentes¡±. A¨²n quedan los ¨²ltimos pasos para que esa norma entre en vigor, pero ¡°este¡±, concluye Lorente, ¡°es un caso de agresi¨®n sexual en toda regla¡±.
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