Adolescentes sobre la nueva ley: ¡°Nunca he pensado en lo del aborto, pero s¨¦ que a los 16 no querr¨ªa ser madre¡±
Adolescentes y progenitores tienen una perspectiva distinta sobre la devoluci¨®n de la capacidad de decidir abortar sin permiso de los progenitores que Igualdad plantea en la reforma de la ley del aborto, pero coinciden en algo: lo importante es prevenir para no llegar a esa situaci¨®n
¡°Nunca he pensado en el aborto, la verdad, pero lo que s¨ª s¨¦ es que no querr¨ªa ser madre a los 16¡å. Lo dice Clara, acaba de cumplir 17 a?os, y asegura que este no es uno de los temas de los que habla con sus amigas. Tampoco Paula, Marta, Alba, M¨ªa, Alicia, Marina, Bea, Mercedes, Luc¨ªa o Rosario. El aborto no est¨¢ entre sus preocupaciones y esperan que siga sin estarlo. A todas, menos a una, les parece bien la bajada de la edad a los 16 para abortar sin permiso de madres y padres que el Ministerio de Igualdad ha incluido en la reforma de la ley del aborto que ir¨¢ el pr¨®ximo martes al Consejo de Ministros. Y todas a?aden algo: ¡°Se lo dir¨ªa a mi madre¡±.
?Y si sus madres no estuvieran de acuerdo? Casi todas acaban respondiendo lo mismo: decidir¨ªan abortar. Para madres y padres es distinto. Las posiciones van del rechazo frontal al apoyo, aunque deseando que nunca llegue el momento. Muchos se debaten entre el respeto a la autonom¨ªa de sus hijas y el miedo a no saber qu¨¦ pasa en sus vidas. Lourdes Gait¨¢n, doctora en Sociolog¨ªa y fundadora de Grupo de Sociolog¨ªa de la Adolescencia y la Infancia (GSIA) incide en los cambios vividos por la sociedad desde la primera regulaci¨®n del aborto, en 1985. ¡°No es lo mismo ser ni?a hoy que hace 20 a?os o 50. Las j¨®venes tienen ahora acceso a tecnolog¨ªas y medios de comunicaci¨®n que les permiten adquirir experiencias y conocimientos, tienen m¨¢s elementos para tener criterio¡±.
¡°Decir que somos ni?as dependientes a los 16 y que a los 18 es como si explotara un globo y ya no lo somos es una raya arbitraria que usamos para tener el control de quienes son m¨¢s peque?os que nosotros¡±, dice Gait¨¢n. De ah¨ª las repercusiones en el ¨¢mbito familiar. ¡°Si nuestras hijas legalmente nos tienen que pedir permiso para trabajar y no pueden votar... ?Para este momento si consideramos que est¨¢n preparadas?¡±, reflexiona Silvia, que es madre.
S¨ª hay otros ¨¢mbitos en los que los 16 a?os son el l¨ªmite: es la edad de consentimiento sexual y la establecida por la ley de autonom¨ªa del paciente. Gait¨¢n lo enlaza con los derechos de los ni?os: ¡°Padres y madres, la ni?a no es suya, no les pertenece¡±, afirma la soci¨®loga a sabiendas de que es un concepto dif¨ªcil de encajar. Tambi¨¦n para las adolescentes. A pesar del tan repetido ¡°hago lo que me da la gana¡±, llegado un momento cr¨ªtico, como un embarazo con 16 a?os, el muro de contenci¨®n que puede suponer la familia, importa.
¡°Seguramente me har¨ªan tenerlo¡±
Marta y M¨ªa saben que la decisi¨®n de su familia pesar¨ªa m¨¢s que la suya, y sienten adem¨¢s que as¨ª debe ser. Marta tiene 16: ¡°Me parece bien [la bajada de la edad] por un lado, por otro no tanto. Al ser menor quiz¨¢ el control lo deber¨ªan tener los padres¡±. Ella se lo contar¨ªa ¡°primero¡± a su madre: ¡°Sabr¨ªa guiarme. Aunque seguramente me har¨ªan tenerlo¡±. M¨ªa, que cumpli¨® 18 en abril, es la ¨²nica que no est¨¢ de acuerdo con el l¨ªmite en los 16: ¡°Los padres est¨¢n para algo. A la primera que yo avisar¨ªa ser¨ªa a mi madre. A los 16 hubiese abortado seguro, ahora con 18¡ Creo que no¡±. Y Luc¨ªa, de 17, piensa ¡°en todas esas que no tienen la confianza con sus madres¡±.
Esas, dice Ada Santana, presidenta de la Federaci¨®n de Mujeres J¨®venes, son la parte vulnerable: ¡°Es preocupante que una mujer de 16 a?os se quede embarazada, pero las que nos preocupan m¨¢s son las que no podr¨¢n contarlo en casa, es a ellas a quienes tenemos que proteger¡±. Juan Jos¨¦, padre, le da vueltas a eso: ¡°El problema est¨¢ en familias en las que si el padre se entera de que la hija est¨¢ embarazada, le pega una paliza... Y si el embarazo se vuelve peligroso, ?depende de que ese padre la autorice?¡±. Pueden parecer situaciones extremas, pero ocurren.
Santana apunta a las muchas madres que defienden su derecho a ¡°proteger a sus hijas¡±. ¡±?Entienden que sus hijas no tienen capacidad para decidir abortar pero s¨ª para ser madres a los 16?¡±. Marina, que cumplir¨¢ 16 a?os el pr¨®ximo agosto, habla de ¡°locura¡± y de c¨®mo ¡°es comprensible lo que sienten los padres¡±, pero ¡°en ning¨²n caso se puede permitir que decidan¡± sobre eso: ¡°Me pongo en la situaci¨®n de que me obligaran a tener un beb¨¦ el a?o que viene y se me viene el mundo encima¡±.
La rotura del patr¨®n hogar y familia a favor del desarrollo personal
En las ¨²ltimas d¨¦cadas las generaciones han crecido y se han socializado de otra manera. Sobre todo las mujeres. ¡°Las chicas j¨®venes rompieron ya casi del todo con aquel patr¨®n de que a los 18 el sue?o es casarse y tener hijos¡±, expone Santana. Las mujeres han conquistado espacio p¨²blico y libertad. ¡°Las nuevas generaciones no est¨¢n dispuestas a renunciar a eso, hay un cambio de concepci¨®n que pasa por crecer, desarrollarse profesionalmente, encontrar su autonom¨ªa...¡±, a?ade.
El estudio de maternidades juveniles de la Fundaci¨®n Fad Juventud, de 2017, que recogi¨® datos de mujeres entre los 18 y los 35 a?os, refleja que la inmensa mayor¨ªa entre los 18 y los 24 no quer¨ªan ser madres en ese momento (64,8%), un 12,8% no sab¨ªa si le gustar¨ªa o no ser madre y un 10,2% ten¨ªa claro que no quer¨ªa tener hijos. Solo un 8,1% respond¨ªa ¡°pronto¡± a la idea de tenerlos. Rosario, que con la ley actual puede abortar desde el a?o pasado, tiene claro que hace tres a?os, cuando ten¨ªa 16, hubiese ido ¡°de cabeza¡± a cont¨¢rselo a su madre: ¡°Y abortar. No ten¨ªa el cuerpo, ni la mentalidad, ni el dinero, ni nada para tener hijos. Si tengo uno para que lo cuiden mis padres no quiero¡±.
Seg¨²n el ¨²ltimo informe del Ministerio de Sanidad sobre interrupci¨®n voluntaria del embarazo, con datos de 2020, la tasa de mujeres por cada 1.000 que abortan por debajo de los 19 a?os es la segunda m¨¢s baja, con un 7,41 y ha descendido a casi la mitad desde 2011 (13,68). Solo la de mujeres por encima de los 40, con un 3,97, es menor. Y la m¨¢s alta est¨¢ en la de 20 a 24, con 15,81.
Educar, prevenir, educar, prevenir
En el origen est¨¢ la forma de evitar ¡°algo que no es banal¡±, resalta Lourdes Gait¨¢n: ¡°El aborto es un riesgo f¨ªsico y psicol¨®gico. Para prevenirlo es necesario promover el acceso de chicas y chicos a medios anticonceptivos y promover que los chicos los usen¡±. A veces, dice el informe Entre la confianza y la violencia: ambivalencias en las sexualidades juveniles, de Fad, tanto la p¨ªldora del d¨ªa despu¨¦s como la interrupci¨®n voluntaria del embarazo ¡°se plantean como atenuantes de la gravedad de un posible embarazo no deseado¡±. Y matiza: ¡°Esta idea suele ser planteada por los chicos¡±. La clave en este punto es la educaci¨®n afectivo sexual.
El borrador de la reforma de la ley del aborto de Igualdad tiene esta cuesti¨®n como prioritaria. Y no es nueva. Esta formaci¨®n est¨¢ desde hace a?os en la teor¨ªa y las pol¨ªticas de los gobiernos progresistas. Sin embargo, en la pr¨¢ctica, jam¨¢s se ha materializado. En una entrevista con este peri¨®dico el pasado marzo, la ministra, Irene Montero, hac¨ªa referencia a esa educaci¨®n con la palabra ¡°fundamental¡± y ¡°obligatoria¡±.
En el documento que maneja su ¨¢rea, se hace referencia a que la reforma ¡°viene a cubrir las lagunas de la regulaci¨®n anterior¡±. Y se lee: ¡°Se ampl¨ªa el objeto de la norma, dando un mayor peso a la educaci¨®n sexual, que pasa a ser obligatoria en todas las etapas educativas¡±. Tambi¨¦n se alude a campa?as peri¨®dicas institucionales y contempla ¡°la incorporaci¨®n de contenidos de calidad, adaptados y suficientes sobre salud, derechos sexuales y reproductivos en las carreras relacionadas con las ciencias jur¨ªdicas, las ciencias de la educaci¨®n, las ciencias sociales y en los curr¨ªculos de oposiciones vinculada a estas¡±.
¡°Lo que s¨ª s¨¦ seguro es que una chica de 16 a?os no est¨¢ capacitada para ser madre¡±
?lvaro Garc¨ªa es profesor de secundaria en un instituto madrile?o y cree que ¡°hay niveles de madurez distintos a los 16 a?os¡±. Pero lo que ¡°s¨ª¡± sabe, ¡°seguro¡±, es que una chica de 16 ¡°no est¨¢ capacitada¡± para ser madre. ¡°Tiene que aprender y experimentar muchas otras cosas antes. Adem¨¢s, los cuidados no recaen solo en ella sino en la familia¡±.
Para este educador, ¡°es preferible que con esa edad reciba atenci¨®n psicol¨®gica p¨²blica de un profesional que la ayude a valorar su situaci¨®n y tomar una decisi¨®n a que la familia, que muchas veces por convicciones no piensa en las consecuencias, decida por ella¡±. La confianza que se haya trabajado en cada casa es fundamental. Cristina, madre, tiene ¡°abierta¡± la puerta a sus hijas, ¡°para todo, y ellas lo saben¡±. Pero es consciente de que ¡°no en todas partes es igual¡±. Gait¨¢n, la soci¨®loga, se decanta por que ¡°no necesiten permiso pero s¨ª consulta, apoyo¡±.
Paula, que cumpli¨® en marzo la mayor¨ªa de edad, cree que ¡°los padres son tutores y no estar¨ªa bien hacerlo sin que lo supieran¡±. Alba, de 16, ¡°jam¨¢s lo har¨ªa¡± sin dec¨ªrselo a su madre: ¡°Ella me acompa?ar¨ªa, yo me sentir¨ªa m¨¢s tranquila¡±. Mar¨ªa, ya con 18, va m¨¢s all¨¢, pero tambi¨¦n con su madre: ¡°Eres t¨² quien tiene el beb¨¦, es tu decisi¨®n. Eso s¨ª, yo se lo dir¨ªa a mi madre, ser¨ªa la ¨²nica persona a la que se lo dir¨ªa¡±.
Hace unos d¨ªas, Leslie Jamison, ensayista estadounidense, escrib¨ªa en este peri¨®dico: ¡°La crianza de los hijos cambia completamente los pilares b¨¢sicos de la experiencia: tiempo, sue?o, dinero, soledad. En otras palabras: cada momento del cuidado de los hijos ¡ªcada hora, cada d¨ªa¡ª es un argumento de por qu¨¦ es importante que la maternidad y la paternidad sean una elecci¨®n. El aborto no tiene que ver ¨²nicamente con el embarazo o el parto; tiene que ver con toda esa vida que le sigue: una vida de responsabilidad absoluta, sin paliativos, sin interrupciones; y tambi¨¦n con la vida del ni?o¡±.
"La cosa es no llegar ah¨ª"
“La cosa es no llegar ahí, digo yo”. Habla Bea rapidísimo, a punto de cumplir los 18, en un audio de Instagram: “A veces el problema es cómo no llegas ahí, porque no veas si hay trampas por el camino: cuando hay que convencer a tu novio, o no tu novio, de que o con condón o nada”, o “cuando te crees que porque estás enamorada ya no hace falta”.
El informe Entre la confianza y la violencia: ambivalencias en las sexualidades juveniles, de Fad Juventud, ahonda en “la carga que se traslada a las mujeres, en muchos de los casos, a la hora de conseguir que se introduzca el preservativo dentro de la relación sexual”. Eso genera, según el informe, “un escenario de fuerte desigualdad" a la hora de "abordar la prevención en el marco de sus relaciones sexo afectivas”.
Mercedes no sabe explicar “por qué, pero está como la cosa de que si le dices lo del preservativo se va a molestar” y “a veces, cedes”. Pero sí sabe que “al final, si pasa algo, a la que le caen las consecuencias es a ti”. El estudio de Fad constata “los procesos de dominación y las situaciones de desprotección a las que se enfrentan las jóvenes hoy día donde ellas aún siguen soportando, en muchos casos, todo el peso, simbólico y físico, tanto del uso del condón como de asumir las consecuencias”.
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