El futuro del aborto en Estados Unidos se decide en Kansas

Es temporada del voto en Estados Unidos, pero entre todas las citas previas a la m¨¢s importante, las elecciones legislativas de medio mandato de noviembre, destaca la del pr¨®ximo martes en Kansas. Sus ciudadanos est¨¢n llamados a seleccionar en las primarias a sus candidatos dem¨®cratas y republicanos, pero sobre todo a decidir si el Estado puede o no restringir o prohibir el derecho al aborto. La votaci¨®n es consecuencia del fallo d...

Es temporada del voto en Estados Unidos, pero entre todas las citas previas a la m¨¢s importante, las elecciones legislativas de medio mandato de noviembre, destaca la del pr¨®ximo martes en Kansas. Sus ciudadanos est¨¢n llamados a seleccionar en las primarias a sus candidatos dem¨®cratas y republicanos, pero sobre todo a decidir si el Estado puede o no restringir o prohibir el derecho al aborto. La votaci¨®n es consecuencia del fallo del Tribunal Supremo que el pasado 24 de junio derog¨® el precedente de medio siglo establecido por la sentencia Roe contra Wade, que en 1973 convirti¨® en constitucional la libertad de las mujeres para elegir la interrupci¨®n de sus embarazos hasta la 22? semana. La decisi¨®n judicial devolvi¨® la potestad para legislar a los Estados. Y Kansas est¨¢ a punto de hacer precisamente eso en una votaci¨®n trascendental, la primera de su calado tras la anulaci¨®n de Roe.

El texto que se somete a plebiscito es ciertamente confuso; tanto, que ambas partes han empleado una buena porci¨®n de los fondos invertidos en la campa?a en explicar qu¨¦ significar¨ªa votar s¨ª (que equivale a introducir un cambio en la Constituci¨®n del Estado que abrir¨ªa la puerta a prohibir el aborto) y las implicaciones de decir no. La enmienda al texto fundamental que se propone permitir¨ªa al ¡°pueblo, a trav¨¦s de sus representantes¡±, ¡°aprobar leyes sobre el aborto, incluidas, pero no solo, normas que tomen en cuenta las circunstancias del embarazo como resultado de una violaci¨®n o incesto, o situaciones en las que est¨¦ en juego la vida de la madre¡±. El nuevo p¨¢rrafo tambi¨¦n deja claro que ¡°los habitantes de Kansas valoran tanto a las mujeres como a los ni?os¡±.

De salir adelante el s¨ª, quedar¨ªa desactivada una sentencia del Tribunal Supremo de Kansas que en 2019 dictamin¨® que el aborto estaba protegido en la Constituci¨®n del Estado. Aquella decisi¨®n ha atado las manos durante este tiempo a los legisladores republicanos, que son mayor¨ªa en el Congreso y en el Senado y han declarado su deseo de prohibir el aborto. Esas mayor¨ªas son tan robustas como para pasar por encima de un posible veto de la gobernadora dem¨®crata Laura Kelly, que no podr¨ªa hacer nada si el martes los votantes escogen a?adir la enmienda a la constituci¨®n. Si la adenda prosperara, solo ser¨ªa posible deshacerse de ella en el futuro mediante una nueva votaci¨®n en las urnas. Hasta ahora, el aborto estaba permitido en Kansas durante las primeras 22 semanas desde la ¨²ltima menstruaci¨®n, y deb¨ªan pasar 24 horas entre la primera consulta, que puede ser remota, y la intervenci¨®n o la administraci¨®n de las p¨ªldoras abortivas.

Adem¨¢s de la abstrusa formulaci¨®n de la pregunta, los defensores del derecho a decidir critican el hecho de que se haya llamado a las urnas para un asunto de tanto calado el d¨ªa en el que se votan las primarias de la cita de noviembre, una elecci¨®n a todas luces menor (el martes tambi¨¦n hay primarias en M¨ªchigan, Arizona, Misuri y en el Estado de Washington). ¡°La gente est¨¢ comprensiblemente confundida¡±, explica en una entrevista telef¨®nica Emily Wales, presidenta y consejera delegada de Planned Parenthood Great Plains, proveedora de servicios de salud reproductiva con centros en Kansas, Oklahoma y el oeste de Misuri (dos Estados, estos ¨²ltimos, en los que el aborto est¨¢ prohibido).

Lenguaje enga?oso

¡°El lenguaje enga?oso de la enmienda es cosa de los legisladores, de mayor¨ªa abrumadoramente conservadora¡±, contin¨²a Wales. ¡°Habla conscientemente de violaci¨®n o incesto, pero en realidad no crea ninguna protecci¨®n para las v¨ªctimas de ambos delitos. Adem¨¢s, sugiere prohibir la financiaci¨®n p¨²blica del aborto, cuando hace tiempo que est¨¢ prohibida en Kansas. Tambi¨¦n es deliberado haber convocado la votaci¨®n el d¨ªa de las primarias. Los dem¨®cratas e independientes no acostumbran a participar en ellas, porque no suele haber mucha competencia entre los candidatos de sus filas, as¨ª que se presentan directamente en noviembre. Todos los habitantes deber¨ªan decidir, no solo aquellos que se enteren de que se est¨¢ produciendo una votaci¨®n crucial¡±. Kansas no ha escogido dem¨®crata en una elecci¨®n presidencial desde Lyndon B. Johnson en 1965.

Activistas de ambos lados han invertido dos millones de d¨®lares, seg¨²n la auditora AdTracking, en anuncios con dos objetivos: animar a ir a votar y aclarar lo que significa hacerlo a favor o en contra. Tambi¨¦n llevan semanas tocando puertas en mitad de una pavorosa ola de calor. Brittany Jones, de la organizaci¨®n antiabortista Value Them Both (llamada as¨ª por la parte del texto en la que los redactores se precian de valorar ¡°tanto a las mujeres como a los ni?os¡±), calcula que sus voluntarios han peinado ¡±m¨¢s de 100.000¡å casas. Los que defienden que se a?ada la enmienda dicen que no equivale a prohibir el aborto, sino a dejar abierta la posibilidad de regular sobre ¨¦l, pero en un audio obtenido por el medio local Kansas Reflector se escucha al senador republicano Mark Steffen decir durante una reuni¨®n en el condado de Reno que su objetivo es aprobar cuanto antes una norma ¡°que proteja la vida desde la concepci¨®n¡±.

Si el aborto acabara proscrito en Kansas, el ¡°desierto de los derechos de las mujeres¡±, como lo define Nancy Northup, presidenta del Centro para los Derechos Reproductivos, se har¨¢ un poco m¨¢s grande en el coraz¨®n del pa¨ªs (y no es figurado: el centro geogr¨¢fico de Estados Unidos est¨¢ en la localidad de Lebanon, al norte del Estado). Wales confirma que sus tres cl¨ªnicas en Kansas (donde, en total, hay cinco que practican abortos, incluida la que tom¨® el testigo del doctor George Tiller, que se hizo famoso por su decisi¨®n de practicar intervenciones tard¨ªas en casos excepcionales, y acab¨® asesinado en 2009 por un fan¨¢tico) reciben muchas pacientes de otros lugares en los que a estas les niegan la atenci¨®n, como Texas o Luisiana. ¡°Las llamadas se doblaron tras la sentencia del Supremo. Pero no podemos atender a todo el mundo. La gente busca desesperadamente una cita donde se la den, ya sea aqu¨ª, en Colorado o en Nuevo M¨¦xico¡±, explica Wales.

Oklahoma, la vecina del Sur, es una de esas zonas emisoras de pacientes. Andrea Gallegos, administradora ejecutiva de la cl¨ªnica Tulsa Women¡¯s Health Care, aclara en un correo electr¨®nico que dejaron de prestar servicios abortivos ¡°a mediados de mayo¡±, cuando el gobernador convirti¨® su trabajo ¡°en delito¡±. ¡°Ahora estamos en el proceso de cerrar nuestras cl¨ªnicas aqu¨ª, en Oklahoma, y en San Antonio (Texas), y de abrir nuevos centros en Nuevo M¨¦xico e Illinois, Estados en los que podremos seguir brindando atenci¨®n a las pacientes. Hemos estado derivando a muchas a Kansas, y me consta que las cl¨ªnicas est¨¢n sobrepasadas¡±, a?ade.

Kansas no es el ¨²nico Estado que decide el futuro del aborto en las urnas. Otros cuatro tienen previsto preguntar directamente a sus electores: California, M¨ªchigan y Vermont les cuestionar¨¢n si afirman el derecho, mientras que Kentucky preguntar¨¢, como Kansas, si lo rechazan. En otros cinco (Georgia, Arizona, Wisconsin, Pensilvania y Carolina del Norte), su porvenir depender¨¢ de qui¨¦n resulte elegido gobernador en las legislativas de noviembre. Desde la sentencia del Supremo, de la que ha pasado poco m¨¢s de un mes, 11 Estados ya han prohibido o restringido severamente el aborto, y, seg¨²n el Instituto Guttmacher, 43 cl¨ªnicas han cerrado en estas semanas en esos territorios.

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