La ley del ¡®solo s¨ª es s¨ª¡¯ sale adelante: el Congreso respalda con amplia mayor¨ªa la legislaci¨®n sobre libertad sexual
El consentimiento libre de las mujeres es el eje de la norma, que pone en marcha un itinerario de asistencia integral para las v¨ªctimas de esta violencia e incorpora agravantes como la sumisi¨®n qu¨ªmica
Este 25 de agosto de 2022 Espa?a tiene una marca m¨¢s en su historia legislativa, una que ampl¨ªa la protecci¨®n de las mujeres y aglutina una demanda social desde hace varios a?os, porque este jueves, despu¨¦s de m¨¢s de un a?o de recorrido, se ha aprobado la llamada ley del solo s¨ª es s¨ª. Ha salido del Congreso de los Diputados, con el voto en contra de PP y Vox, y solo queda que sea sancionada por el Rey. De ah¨ª ir¨¢ al Bolet¨ªn Oficial del Estado y entrar¨¢ en vigor en las pr¨®ximas semanas. El consentimiento como eje en las relaciones sexuales, la voluntad de las mujeres y su libertad para decidir ya son ley.
En el primer pleno, extraordinario, tras el periodo estival, se ha votado la convalidaci¨®n de tres reales decretos ¡ªel de ahorro energ¨¦tico, ayudas al transporte y becas de estudio¡ª y la aprobaci¨®n definitiva de varias leyes: la nueva de aut¨®nomos, de incendios, la de ciencia, la concursal y la Ley de Garant¨ªa Integral de Libertad Sexual. Esta ¨²ltima, con 205 votos a favor, 141 en contra (84 del PP, 52 de Vox, uno del PNV y cuatro del grupo mixto) y tres abstenciones (dos de la CUP y una de PRC), ha salido, ¡°por fin, adelante¡±. Las comillas son de Andrea Fern¨¢ndez, la secretaria de Igualdad del PSOE, que al tel¨¦fono recuerda ¡°aquellos momentos en que sal¨ªamos a la calle a pedir estos derechos para nosotras, para las mujeres¡±.
Fern¨¢ndez no obvia ni oculta la emoci¨®n: ¡°Ha sido una victoria del movimiento feminista, de las movilizaciones, de las luchas y de la reivindicaci¨®n social, y eso es lo m¨¢s bonito, sobre todo para todas las mujeres que estuvimos en la calle¡±. Ver que aquellos ¡°esfuerzos no solo tuvieron repercusi¨®n en su momento en el Tribunal Supremo, sino que se ha convertido en una ley integral y asistencial completa¡±. Eso, para la socialista es ¡°lo m¨¢s importante¡±. Y tambi¨¦n lo recordaba en declaraciones a medios la ma?ana de este jueves la ministra de Igualdad, Irene Montero, ¡°el itinerario de atenci¨®n integral y reparaci¨®n¡± que aporta el Estado con este nuevo texto.
Ese itinerario se pondr¨¢ en marcha a trav¨¦s de los llamados centros de crisis 24 horas, uno por cada provincia. La previsi¨®n del Gobierno es que al menos 50 est¨¦n abiertos para 2023; Igualdad ha destinado a ellos 66 millones de euros de los fondos europeos. ¡°Es lo que va a garantizar que cualquier mujer es asistida desde el primer momento por m¨¦dicos y psic¨®logos, y eso ofrece unas garant¨ªas primero para la v¨ªctima, y luego de cara al proceso penal¡±, a?ade Fern¨¢ndez. Entre las ¡°grandes mejoras¡± que los dos partidos del Gobierno de coalici¨®n comparten est¨¢n esos centros, y la eliminaci¨®n de la diferencia entre abuso y violaci¨®n.
¡°Por fin nuestro pa¨ªs reconoce por ley que el consentimiento es lo que tiene que estar en el centro de nuestras relaciones sexuales, ninguna mujer va a tener que demostrar que hubo violencia o intimidaci¨®n en una agresi¨®n para que sea considerada como agresi¨®n, reconocemos todas las agresiones como violencias machistas¡±, ahond¨® Montero.
Esta norma, cuyo germen est¨¢ en la violaci¨®n grupal por cinco hombres a una mujer de 18 a?os el 7 de julio de 2016 en Pamplona, es la estructura legal del cambio de percepci¨®n social frente a la violencia sexual que produjo el caso de La Manada y el posterior proceso judicial. Los tres lemas m¨¢s repetidos a lo largo de los ¨²ltimos a?os, ¡ªel ¡°hermana, yo s¨ª te creo¡±, el ¡°no es abuso, es violaci¨®n¡±, y el ¡°solo s¨ª es s¨ª¡±¡ª son la esencia de su articulado y de su objetivo: empujar un cambio judicial que entienda la violencia sexual con su contexto y sus caracter¨ªsticas actuales, que para que se perpetre una violaci¨®n no tiene por qu¨¦ existir violencia o intimidaci¨®n, y que el consentimiento solo lo da un s¨ª: ni una duda, ni un silencio.
Y es eso, el consentimiento, lo que se coloca como eje. Ya no ser¨¢n cuestiones como la respuesta o la resistencia que interpongan las mujeres ante una agresi¨®n, sino su voluntad. ¡°Solo se entender¨¢ que hay consentimiento cuando se haya manifestado libremente mediante actos que, en atenci¨®n a las circunstancias del caso, expresen de manera clara la voluntad de la persona¡±, dice el texto de la norma, que va mucho m¨¢s all¨¢.
Incorpora no solo una serie de medidas en distintos ¨¢mbitos para garantizar el derecho de las mujeres ¡°a su libertad sexual¡±, sino tambi¨¦n ¡°la reparaci¨®n de las v¨ªctimas¡± y el reconocimiento, por primera vez, de las v¨ªctimas de violencia sexual, de explotaci¨®n sexual y de trata con fines de explotaci¨®n sexual como v¨ªctimas de violencia machista. Tambi¨¦n la mutilaci¨®n genital femenina y los matrimonios forzados entran en ese concepto de violencia. Ha incluido agravantes como la sumisi¨®n qu¨ªmica en una agresi¨®n sexual, que hasta ahora se considera abuso; y los asesinatos por violencia sexual ser¨¢n contabilizados como violencia machista, para lo que se est¨¢ terminando de perfilar una estad¨ªstica espec¨ªfica que previsiblemente ser¨¢ publicada oficialmente durante el mes de septiembre; e incluye tambi¨¦n la violencia digital.
Un proceso arduo
Llegar hasta aqu¨ª no ha sido f¨¢cil. Lo ha hecho despu¨¦s de 14 meses de tr¨¢mites legislativos, dif¨ªciles, entre los socios de coalici¨®n y los grupos de investidura, y ha sido, junto a la llamada ley trans (todav¨ªa en proceso), una de las que m¨¢s choques ha provocado entre los dos partidos en el Gobierno. Tambi¨¦n con otros ¨®rganos como el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), porque el cambio que supone incluir una definici¨®n concreta de consentimiento fue una de las cuestiones que m¨¢s debate levant¨®, entre los grupos de la derecha y con el CGPJ ¡ªuno de los ¨®rganos consultivos que emiten informes sobre las leyes org¨¢nicas¡ª, que no estuvo a favor de esa conceptualizaci¨®n.
Tras todos los debates por el articulado, la normativa lleg¨® al Congreso por primera vez el 26 de mayo. All¨ª se le dio luz verde con 201 votos a favor, 140 en contra (todos los diputados de PP y Vox) y tres abstenciones del grupo mixto (Albert Botran y Mireia Veh¨ª, de la CUP, y Jos¨¦ Mar¨ªa Maz¨®n, del Partido Regionalista de Cantabria). Quedaba el Senado.
A la C¨¢mara alta lleg¨® el 19 de julio. Y contra todo pron¨®stico, porque se daba por hecho que ese d¨ªa saldr¨ªa lista para ser sancionada por el Rey y entrar en vigor en el Bolet¨ªn Oficial del Estado, no ocurri¨®. Una inesperada maniobra parlamentaria lo impidi¨®. El Ejecutivo esperaba que el Senado se limitase en el pleno de ese d¨ªa a ratificar el texto llegado del Congreso, pero el PP uni¨® sus votos a una enmienda intrascendente de Junts per Catalunya, una enmienda cuyo texto ya era parte de la redacci¨®n de la norma. As¨ª, sali¨® adelante y oblig¨® a enviar de nuevo el proyecto a la C¨¢mara baja para que diera su aprobaci¨®n final.
Eso ha ocurrido este jueves. Seis a?os y 49 d¨ªas despu¨¦s de aquellos sanfermines de 2016 que supusieron el origen de esta ley, cuando ocurri¨® la violaci¨®n m¨²ltiple a una mujer de 18 a?os en un portal de Pamplona. De aquella noche, de la decisi¨®n de aquella mujer de denunciar y de seguir hacia delante a lo largo de tres a?os de proceso ¡ªque ella condensa en un ¡°pa¡¯lante¡±¡ª, del movimiento feminista, social, de las transformaciones judiciales y el avance pol¨ªtico, hoy, el solo s¨ª es s¨ª es ley.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.