La unidad policial que integra todos los servicios para auxiliar a las v¨ªctimas de violencia machista
El grupo de la Polic¨ªa Local de Almonte, en Huelva, crea un modelo multidisciplinar para detectar, prevenir y hacer un seguimiento integral de las mujeres y menores
En Almonte (Huelva), si una trabajadora de los servicios sociales intuye que la persona a la que atiende est¨¢ descuidada o que el comportamiento de sus familiares ha cambiado, no pasa desapercibido; si un profesional sanitario sospecha que las visitas continuadas de una paciente para revisarse golpes o heridas no son causadas por ca¨ªdas espor¨¢dicas, como ella alega, no se queda en una mera conjetura; si una docente observa que un alumno empieza a bajar en su rendimiento escolar y que falta a las clases, no se pierde en un comentario en el claustro de profesores; si los vecinos escuchan gritos o golpes en la casa de al lado, tampoco se reduce a un comentario de reprobaci¨®n entre sus cuatro paredes. Todos estos comportamientos que pueden evidenciar s¨ªntomas de un posible maltrato contra la mujer se comunican a la unidad Prommesas, en la que la Polic¨ªa Local de este municipio de 24.577 habitantes ha conseguido involucrar a todos los servicios sociales locales que act¨²an como un radar para prevenir la violencia machista y contra los menores.
Paqui Borrero es la principal impulsora del Programa Mujer Menor en Servicios de Apoyo Social (que da lugar al acr¨®nimo Prommesas). Lo ide¨® cuando era la jefa de la Polic¨ªa Local de Almonte partiendo de una premisa clara: ¡°Estamos dedicando mucho tiempo a elaborar leyes, protocolos, ¨®rdenes¡ y muy poco a ver si se est¨¢n cumpliendo en el d¨ªa a d¨ªa en nuestros municipios. No estamos haciendo una evaluaci¨®n de la realidad, que es lo que s¨ª hacemos en esta unidad diariamente¡±, se?ala.
Borrero puso en marcha su unidad en 2012, despu¨¦s de haber intentado otra iniciativa, llamada Minerva, en 2006. Desde el primer momento se decidi¨® involucrar al resto de servicios sociales. ¡°Ellos son nuestros ojos, est¨¢n en las casas, observan la relaci¨®n de los familiares, ven muchas cosas a las que nosotros no podemos acceder¡±, explica. Esa colaboraci¨®n se fue tornando tan fluida que, finalmente, en 2014, la propia unidad policial se instal¨® en el edifico Mar¨ªa Zambrano, donde se encuentran el resto los servicios sociales de Almonte. ¡°Esto favorece la agilidad en la resoluci¨®n de problemas porque nosotros estamos junto a ellos y la comunicaci¨®n es directa e inmediata¡±, explica Antonio Luis Est¨¦vez, el responsable del centro.
Su presencia en ese edificio adem¨¢s de an¨®mala podr¨ªa resultar disuasoria, pero el hecho de que trabajen siempre de paisano ¡ªcomo recomienda la legislaci¨®n a la hora de trabajar con las v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero¨D no solo facilita la complicidad, sino que puede hasta servir de ayuda a las mujeres porque saben que si acuden all¨ª no van a ser se?aladas en el pueblo, como ocurrir¨ªa si las vieran entrar en la comisar¨ªa de la Polic¨ªa Local o a la sede de la Guardia Civil. Prommesas tiene sus instalaciones justo al lado del despacho de la psic¨®loga, la abogada para la mujer, la trabajadora social y el servicio de participaci¨®n ciudadana, que re¨²ne a las asociaciones vecinales, y justo encima de donde se encuentra el servicio de ayuda al domicilio, la oficina de atenci¨®n al emigrante, el servicio de educaci¨®n y el de atenci¨®n a mayores. Son los ojos y los o¨ªdos de la unidad.
La importancia del expediente ¨²nico
Cada 15 d¨ªas todos sus responsables se re¨²nen para hacer seguimiento de los casos abiertos y poner en com¨²n la informaci¨®n sobre personas o familias donde han detectado que podr¨ªa haber indicios de violencia machista o contra los menores. Tambi¨¦n hacen encuentros espec¨ªficos si hay un asunto concreto que as¨ª lo requiera. Toda esa informaci¨®n engrosa el expediente ¨²nico de cada una de las v¨ªctimas o perfiles sospechosos, un documento que exige la ley de violencia de g¨¦nero para hacer accesible la informaci¨®n de la v¨ªctima a cualquier profesional implicado en la intervenci¨®n, atenci¨®n o seguimiento de la mujer, pero que en la pr¨¢ctica es muy dif¨ªcil de cumplimentar precisamente porque la coordinaci¨®n multidisciplinar que ha logrado la unidad Prommesas es muy poco frecuente. ¡°Nosotros llevamos haci¨¦ndolo desde 2012. Ahora tambi¨¦n se ha puesto en marcha el llamado Protocolo Cero para que los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad puedan detectar casos de violencia de genero, y tambi¨¦n nosotros llevamos haci¨¦ndolo desde hace m¨¢s de una d¨¦cada¡±, afirma Borrero.
Ella tiene las claves de por qu¨¦ su unidad funciona. ¡°Esto va de personas, y no todas valen para trabajar en asuntos de violencia machista, se necesita una sensibilidad y, sobre todo, se necesita cre¨¦rselo, aqu¨ª estamos personas que creen en lo que hacen, que tienen puestas las gafas de ver y que saben que tienen que llegar hasta el final y cuestion¨¢rselo todo¡±, indica con vehemencia. Ahora forman parte de la unidad tres polic¨ªas locales ¡ªBorrero, Juan Antonio Alonso, el coordinador del equipo, y Roc¨ªo N¨²?ez¨D, pero, hasta la jubilaci¨®n hace unos meses de dos compa?eros, eran cinco en el grupo. Borrero no tiene prisa por encontrar sustitutos porque lo esencial para ella es que los nuevos mmiembros cumplan con esas premisas de voluntad e implicaci¨®n que son el mantra que imbrica toda la actividad de Prommesas.
Ese expediente ¨²nico donde aparecen los informes y las valoraciones de todo el equipo de los servicios sociales, del centro de salud y de los centros educativos es imprescindible para convencer al juez de que otorgue una orden de alejamiento y, adem¨¢s, empodera a la v¨ªctima porque le da muchas m¨¢s pruebas para convencerse de denunciar o para defender su caso m¨¢s all¨¢ que la presentaci¨®n de la denuncia y un parte de lesiones, si lo tiene. ¡°El 99% de las denuncias solo tienen esos dos elementos, se dice que la casa est¨¢ destrozada, pero no se aportan fotos. Nosotros aportamos las im¨¢genes y todo tipo de pruebas¡±, se?ala Bueno. ¡°Esto no va de poner una denuncia e irse a tu casa. Los cuerpos y fuerzas de seguridad no podemos ser c¨®mplices del silencio. Cuando luego nos lamentamos de que un juez no ha dictado una orden de protecci¨®n tendr¨ªamos que preguntarnos si nosotros hemos hecho bien nuestro trabajo cuando solo aportamos un papel con cuatro l¨ªneas de denuncia. Tenemos que hacer las cosas bien por las v¨ªctimas¡±, enfatiza Borrero.
Prommesas se coordina con la propia Polic¨ªa Local, que cuando tiene constancia de un caso de violencia machista acude directamente a la unidad; con la Guardia Civil, con quien comparte el 50% de las v¨ªctimas que se encuentran dentro del sistema VioG¨¦n; con el Servicio de Empleo P¨²blico Estatal (SEPE), para el control de la renta activa de inserci¨®n que perciben las mujeres que han sufrido violencia de g¨¦nero; con los juzgados, hasta el punto de que son la ¨²nica polic¨ªa local que act¨²a como polic¨ªa judicial en Almonte; con la Fiscal¨ªa de Menores, a la que aportan mucha informaci¨®n sobre la familia y el entorno del menor; con el centro de salud, al que acuden para solicitar cualquier tipo de documentaci¨®n sobre posibles episodios de maltrato que no les hubieran trasladado previamente para determinar si podr¨ªa haber alg¨²n episodio camuflado de violencia; y con los servicios sociales de Almonte, del que forman parte. ¡°Somos el nexo de uni¨®n con las tres administraciones¡±, explica Bueno.
Las mujeres que sufren violencia machista son la piedra angular del programa. Adem¨¢s del reparto equitativo con la Guardia Civil de las v¨ªctimas incluidas en el sistema VioG¨¦n ¡ªa la unidad le corresponden una media de 23 mujeres, explican¨D, tambi¨¦n se ocupan de tramitar todas las diligencias sobre casos no denunciados, pero que han podido ser detectados por los distintos profesionales que forman parte de ese radar multidisciplinar de Prommesas; realizan las valoraciones de riesgo de la v¨ªctima o se ocupan de los traslados a las casas de acogida y del cumplimiento de las ¨®rdenes de alejamiento. ¡°Hemos acompa?ado a los ni?os al colegio, les hemos hecho mochilas, avisamos a los compa?eros si alg¨²n agresor sale de permiso penitenciario para que est¨¦n prevenidos por su pudiera acercarse a la v¨ªctima¡Y tambi¨¦n hacemos seguimiento, las llamamos para que no se sientan solas¡±, explica Borrero.
Si les llega un caso nuevo o tienen sospechas activan sus redes y recaban los informes de todos los servicios sociales con los que trabajan y buscan antecedente penales del supuesto agresor para poder elaborar el expediente ¨²nico y citar a la v¨ªctima para que, si lo estima conveniente presente una denuncia. ¡°Si reh¨²sa, pero sabemos que hay menores le trasladamos el expediente al juez para que act¨²e en consecuencia, porque ellos tambi¨¦n son v¨ªctimas de la violencia de g¨¦nero¡±. Gracias a sus fuentes de detecci¨®n, la unidad consigui¨® desmantelar una red de venta de beb¨¦s. ¡°Fue una trabajadora social la que detect¨® que cada vez que iba a visitar a una mujer en concreto despu¨¦s de dar a luz a su casa, ella no sab¨ªa d¨®nde estaba nada y nos traslad¨® su sospecha¡±, explica Barrero. La investigaci¨®n llev¨® a constatar que esa mujer hab¨ªa sido contratada como vientre de alquiler y que el responsable le proporcionaba una casa en muy buenas condiciones solo para las visitas de la funcionaria.
Prevenir para no tener que detener
En Prommesas se act¨²a con una premisa. ¡°Detener es dif¨ªcil, pero m¨¢s dif¨ªcil es no tener que hacerlo¡±. Con esos radares multidisciplinares consiguen detectar entre tres y cuatro casos de violencia machista no denunciados. Su ubicaci¨®n estrat¨¦gica junto con el resto de servicios sociales evita la revictimizaci¨®n, porque permite atender a la mujer con absoluta discreci¨®n, una circunstancia que en un municipio donde todos se conocen es important¨ªsima, y favorece la proximidad. ¡°Muchas mujeres no quieren acudir a la Polic¨ªa, quieren primero tantear una asistencia m¨¢s social y si hay la m¨¢s m¨ªnima sospecha de maltrato, los compa?eros nos las derivan y al ir de paisanos se sienten m¨¢s c¨®modas¡±, explica Bueno.
Y para no tener que detener, el trabajo de prevenci¨®n es esencial. ¡°Cada a?o acabamos atendiendo el mismo n¨²mero de casos de violencia de g¨¦nero, alrededor de 30, eso significa que no estamos haciendo las cosas bien¡±, sentencia Borrero. Para ella la educaci¨®n es el principal motor de cambio y por eso las charlas en los institutos y con los alumnos de Bachillerato son esenciales. ¡°Se est¨¢ ense?ando ahora mucha educaci¨®n vial en las escuelas, pero y la igualdad, eso deber¨ªa ser transversal¡±, abunda. En esas presentaciones ante los chavales tambi¨¦n ha detectado potenciales casos que han ido a supervisar. ¡°Un chaval me dijo que su madre quer¨ªa trabajar, pero que su padre no la dejaba. Inmediatamente fui a preguntar a sus profesores y al director del centro c¨®mo era ese entorno familiar¡±, se?ala Borrero.
La unidad Prommesas, afortunadamente, no hace honor a su nombre y es una realidad que trabaja sobre el terreno para asegurarse de que ninguna v¨ªctima est¨¢ sola. Y con todo, son conscientes de que, aunque consiguen detectar nuevos casos al mes gracias a esas antenas que son los servicios sociales con los que trabajan ¡°no son la realidad¡±. ¡°Hay una poblaci¨®n flotante que no podemos detectar¡±, se lamenta Borrero, y para identificarlas siguen trabajando.
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