Radiograf¨ªa carcelaria de los trans en Espa?a: 103 presos repartidos en m¨®dulos de hombres, mujeres y mixtos
Las personas trans representan el 0,18% de la poblaci¨®n reclusa de Espa?a, y su ubicaci¨®n en la c¨¢rcel responde a criterios individualizados
La semana pasada, varios medios de comunicaci¨®n aseguraron que seis reclusos del Centro Penitenciario de Villabona (Asturias) hab¨ªan solicitado cambiar de sexo en el Registro Civil tras la entrada en vigor, el 1 de marzo, de la nueva ley trans, con el supuesto fin de pasar a ocupar una celda en el m¨®dulo de mujeres. Sin embargo, el Ministerio del Interior solo tiene constancia de una petici¨®n, seg¨²n confirm¨® el ministro, Fernando Grande-Marlaska, durante la sesi¨®n de control al Gobierno del martes en el Senado. Fuentes de este organismo recuerdan, adem¨¢s, ¡°que la comunicaci¨®n con otras administraciones u organismos es un derecho de los internos, que pueden realizar este tr¨¢mite tanto en abierto como en sobre cerrado, sin que haya un registro del contenido de sus solicitudes¡±.
Pese al desmentido oficial, la noticia dispar¨® los bulos y la desinformaci¨®n sobre este colectivo, como ocurre desde que comenz¨® a tramitarse la norma. En este caso, sobre su estancia en las c¨¢rceles, el tratamiento que se les da, qu¨¦ procedimiento sigue Instituciones Penitenciarias con estas personas o si va a cambiar en algo tras la aprobaci¨®n de la ley.
EL PA?S ha preguntado al Ministerio del Interior y a los departamentos de Justicia de Catalu?a y Pa¨ªs Vasco, las dos comunidades aut¨®nomas que tienen transferidas la gesti¨®n de los centros penitenciarios de sus territorios, las cifras y los procedimientos que se siguen.
?Cu¨¢ntas personas trans hay cumpliendo condena en Espa?a?
Las estad¨ªsticas de las tres administraciones cifran en 103 el n¨²mero de personas trans actualmente encarceladas. De ellas, 61 son mujeres y 39, hombres. Adem¨¢s, hay dos personas no binarias y una persona trans m¨¢s, la ¨²nica que hay en Euskadi, de la que el Departamento de Igualdad y Justicia del Gobierno vasco ha declinado facilitar informaci¨®n sobre el g¨¦nero con el que quiere ser identificada para evitar que, al ser ¡°una sola persona¡±, cualquier dato permitiera identificarla. El n¨²mero total representa el 0,18% de toda la poblaci¨®n reclusa que, a 31 de diciembre pasado, sumaba 55.751 internos (51.780 hombres y 3.971 mujeres).
?C¨®mo est¨¢n repartidas las personas trans dentro de las prisiones?
De las 61 mujeres trans que est¨¢n cumpliendo condena, 26 est¨¢n en m¨®dulos de mujeres, 31 en celdas ubicadas en zonas de hombres y cuatro en m¨®dulos mixtos. De los 39 hombres trans, 29 est¨¢n en m¨®dulos de mujeres, nueve en espacios para hombres y uno est¨¢ en un m¨®dulo mixto, seg¨²n los datos facilitados por las tres administraciones. De las dos personas no binarias, una est¨¢ en un m¨®dulo de hombres y la segunda, en uno de mujeres. Respecto a la persona trans que cumple condena en el Pa¨ªs Vasco, el Ejecutivo de I?igo Urkullu ha declinado informar en qu¨¦ m¨®dulo est¨¢.
?Por qu¨¦ hay hombres trans en m¨®dulos de mujeres y mujeres trans en m¨®dulos de hombres?
La tres administraciones coinciden en se?alar que la transexualidad no es un factor determinante para decidir a qu¨¦ m¨®dulo va un recluso. Si bien todas lo tienen en cuenta, la decisi¨®n sobre la ubicaci¨®n final atiende a un conjunto de factores, como sucede con cualquier otro preso. Fuentes de Instituciones Penitenciarias explican que se busca ¡°lo m¨¢s beneficioso a nivel tratamental¡±, es decir, lo que se considera que es mejor para el propio recluso y su reinserci¨®n posterior. Desde el Pa¨ªs Vasco explican que en la situaci¨®n de la persona trans que hay dentro de su sistema penitenciario ¡°se ha atendido teniendo en cuenta sus circunstancias personales y, especialmente, su propia voluntad¡±. En Catalu?a operan de manera similar.
Adem¨¢s, como ocurre con cualquier interno, la casu¨ªstica de las personas trans en las c¨¢rceles es amplia: hay personas que ya entran con el cambio en el Registro Civil hecho. Otras, sin ¨¦l. Algunas no lo han culminado, pero ya han comenzado el proceso de hormonaci¨®n. Las hay que ya hicieron el cambio de sexo. ¡°Cada persona trans que entra en prisi¨®n tiene un contexto distinto, como cualquier otro interno, y se atiende en cada caso siempre a ese contexto¡±, recalcan desde Instituciones Penitenciarias.
?C¨®mo se decide a qu¨¦ m¨®dulo ir¨¢n los presos?
Tanto Instituciones Penitenciarias como el Departamento de Justicia de Catalu?a y Pa¨ªs Vasco funcionan de manera similar: siguiendo el principio de ¡°individualizaci¨®n cient¨ªfica¡± que es ¡°el que prima para todos los presos¡±, como apuntan desde Interior, es decir, caso a caso. Cada persona es derivada a uno u otro m¨®dulo tras el estudio multidisciplinar de su situaci¨®n y sus circunstancias, en el que intervienen diferentes profesionales penitenciarios como psic¨®logos, trabajadores sociales, profesionales sanitarios o educadores.
Adem¨¢s, tanto Instituciones Penitenciarias como el Departamento de Justicia de Catalu?a tienen dos protocolos internos que se redactaron hace a?os con el objetivo de evitar un trato discriminatorio para estos reclusos.
La instrucci¨®n en vigor de Instituciones Penitenciarias fue aprobada en 2006, durante los gobiernos socialistas de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Se redact¨® para sustituir una anterior, de 2001, que hab¨ªa establecido la ¡°identidad sexual aparente¡± ¨Des decir, la apariencia externa¨D como criterio para decidir d¨®nde ingresaba una persona trans. El documento de 2006 corrigi¨® esto y estableci¨® el reconocimiento del g¨¦nero sentido de la persona trans por parte de la Administraci¨®n Penitenciaria. Matizaba que ello no implicaba ¡°una nueva identidad jur¨ªdica, en el interior o el exterior de los recintos penitenciarios¡±, pero s¨ª derechos como ¡°la dignidad personal y el respeto correspondiente a la identidad reconocida, incluido el internamiento en los centros o m¨®dulos correspondientes¡±.
Lo que entonces fue un avance, hoy choca con la filosof¨ªa de la ley trans. La instrucci¨®n alude a ¡°preceptivos informes de valoraci¨®n m¨¦dica y psicol¨®gica¡± para las personas trans que vayan a entrar en prisi¨®n, que a¨²n no tengan el cambio hecho en el Registro y quieran ser reconocidos con su sexo sentido, mientras que la nueva ley establece como uno sus objetivos despatologizar la transexualidad en el tr¨¢mite administrativo ¡ªpuesto que no es una enfermedad y as¨ª lo reconoci¨® ya la Organizaci¨®n Mundial de la Salud en 2018¡ª, por lo que incorpora la autodeterminaci¨®n de g¨¦nero, es decir, que una persona pueda cambiar su nombre y sexo en el DNI solo con su voluntad. Para ello, retir¨® como requisitos para poder hacerlo, precisamente, tanto el informe m¨¦dico que avalara la disforia de g¨¦nero como los dos a?os de hormonaci¨®n que estas personas ten¨ªan que acreditar.
El protocolo de la Generalitat de Catalu?a es distinto al de Instituciones Penitenciarias. En 2019, los departamentos de Justicia y de Asuntos Sociales y Familia redactaron una instrucci¨®n con el objetivo de que el sistema penitenciario catal¨¢n tuviera ¡°la m¨¢xima sensibilidad con este colectivo¡± y garantizara que ¡°las personas transg¨¦nero internas en los centros penitenciarios sean tratadas de forma adecuada al g¨¦nero con el que se identifican¡±. A partir de ese momento, las personas trans en las c¨¢rceles catalanas pueden hacer el cambio de nombre dentro de prisi¨®n sin los informes m¨¦dicos que ped¨ªan antes, y tambi¨¦n pueden solicitar el traslado a un centro con internos de un sexo distinto. Hasta ese momento, ¡°la clasificaci¨®n se realizaba ¨²nicamente a partir del sexo que indicaba el documento de identidad¡±, explican desde el gobierno catal¨¢n.
Aun as¨ª, la decisi¨®n definitiva del ingreso o traslado a otro centro depender¨¢ de los informes del centro penitenciario y de la valoraci¨®n del Servicio de Clasificaci¨®n del Departamento de Justicia, para lo que tienen en cuenta ¡°el delito y el historial penitenciario (a valorar especialmente los delitos de violencia de g¨¦nero y/o los delitos contra la libertad sexual de mujeres y ni?os), la motivaci¨®n y los riesgos o ventajas que supondr¨ªa el traslado para la seguridad del propio solicitante¡±. De hecho, la instrucci¨®n especifica que incluso para aquellas personas que ya tienen el cambio en el Registro Civil, ¡°puede darse el caso de que no sea recomendable¡± cambiarla de m¨®dulo.
Para las personas trans que deciden ¡°empezar a vivir en un g¨¦nero diferente al asignado al nacer¡± una vez ya en prisi¨®n, la instrucci¨®n indica que se debe observar si esa decisi¨®n ¡°se mantiene de forma consistente y permanente, despu¨¦s de una evoluci¨®n (nunca superior a tres meses), y no responde a una demanda puntual o instrumental; sobre todo en los supuestos de petici¨®n de cambio a unidades o centro distinto del g¨¦nero asignado al nacer. Por ejemplo, un hombre que manifiesta g¨¦nero sentido de mujer y quiere cambio en unidades o centro de mujeres, o a la inversa¡±.
?C¨®mo afecta la ¡®ley trans¡¯ a la pol¨ªtica penitenciaria?
La pasada semana, la ministra de Igualdad, Irene Montero, asegur¨® en el Senado que la ley trans ¡°no afecta a la pol¨ªtica penitenciaria¡±, ya que la normativa establece el cauce burocr¨¢tico para la autodeterminaci¨®n de g¨¦nero solo en el Registro Civil, por lo que legalmente la ley y la instrucci¨®n de Instituciones Penitenciarias no chocan. No obstante, ambas normas muestran un disenso. La primera ha despatologizado administrativamente la transexualidad, mientras que la segunda solicita informes m¨¦dicos y psicol¨®gicos. En este sentido, un cambio es posible, teniendo en cuenta que la ley trans tiene apenas un mes en vigor, mientras que la instrucci¨®n tiene casi dos d¨¦cadas.
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