Las mujeres y laicos votar¨¢n por primera vez en el s¨ªnodo de los obispos
El Papa ha aprobado el cambio de las reglas en la asamblea de transformaciones de la Iglesia cat¨®lica
Las ¨²ltimas reuniones del S¨ªnodo, una suerte de c¨®nclave de los obispos que se re¨²ne con cierta periodicidad para avanzar en las reformas y an¨¢lisis de las necesidades de transformaci¨®n de la Iglesia cat¨®lica, ya hab¨ªan anticipado la apertura. Pero el Papa ha dado el paso definitivo este mi¨¦rcoles despejando el camino para la votaci¨®n que se celebra al final de cada una de estas reuniones a laicos y mujeres. Hasta ahora solo se permit¨ªa participar en la aprobaci¨®n del documento final que se redacta en cada uno de estos en encuentros a los prelados que hab¨ªan participado en ¨¦l, algo que ya suscit¨® las cr¨ªticas en el ¨²ltimo gran s¨ªnodo dedicado a la Amazon¨ªa. La medida supone un avance m¨¢s en la lenta apertura de la Iglesia.
Los papas han convocado desde el Concilio Vaticano Segundo ¡ªlos encuentros de los a?os sesenta que modernizaron la Iglesia¡ª a los obispos a Roma durante unas pocas semanas cada vez para abordar temas concretos que requer¨ªan de un cierto consenso y an¨¢lisis. Al final de cada una de estas citas, los obispos votan las propuestas concretas y se las presentan al Papa, que despu¨¦s emite un veredicto final teniendo en cuenta sus posiciones respecto a cada asunto que se trataba. La decisi¨®n de los prelados no es vinculante, pero s¨ª resulta determinante para que el Pont¨ªfice de turno construya su opini¨®n. Y cada vez m¨¢s, los temas tocan asuntos fundamentales de derechos sociales que implican al mundo laico y, sobre todo, a las mujeres.
El Papa ya les hab¨ªa abierto esa puerta, pero como meras consultoras. Y mantenerlas al margen de las decisiones finales resultaba cada vez m¨¢s extra?o, aunque a la mayor¨ªa de los obispos les incomodase el cambio.
Los organizadores de la Asamblea General Ordinaria del S¨ªnodo de los Obispos anunciaron esta novedad ante el S¨ªnodo sobre la sinodalidad que se est¨¢ preparando en estos a?os y que culminar¨¢ con dos reuniones en Roma en octubre de 2023 y de 2024. Se trata de una asamblea que pretende abrir la toma de decisiones de la Iglesia y convertirla en una estructura m¨¢s horizontal. Especialmente teniendo en cuenta las exigencias de progreso que llegan desde la Iglesia alemana, una de las m¨¢s ricas y poderosas del mundo.
La rama germ¨¢nica del catolicismo, de hecho, ha tensado la cuerda en los ¨²ltimos tiempos hasta niveles ins¨®litos en su petici¨®n de abrirse a los homosexuales y a las mujeres, especialmente para que pueda reflexionarse acerca de su ordenaci¨®n como sacerdotes. Una petici¨®n que hasta ahora ha ca¨ªdo en saco roto ¡ªen Roma se ha llegado a hablar de un posible cisma si no se atend¨ªa¡ª y ante la que el Papa se ha sentido siempre inc¨®modo.
La principal novedad ahora es que los 10 cl¨¦rigos que participaban en dichas asambleas ¡ªpersonas que reciben las ¨®rdenes sagradas y cumplen funciones espirituales o religiosas¡ª ser¨¢n ¡°sustituidos por cinco religiosas y cinco religiosos pertenecientes a Institutos de vida consagrada, elegidos por las respectivas organizaciones representativas de las Superioras Generales y de los Superiores Generales¡± y con derecho al voto. La reivindicaci¨®n que encabezaban desde hace a?os las religiosas y las asociaciones de mujeres cat¨®licas reclamaba que, m¨¢s all¨¢ de su presencia decorativa en los s¨ªnodos, pudieran tener voz y voto en la aprobaci¨®n del documento final.
La otra gran novedad es que se eliminar¨¢ la figura de los auditores, y se sustituir¨¢ por ¡°otros 70 miembros, no obispos, que representen a otros fieles y que pueden ser sacerdotes, personas consagradas, di¨¢conos o fieles laicos y que procedan de las Iglesias locales¡±. Ser¨¢n elegidos por el papa de una lista de 140 personas indicadas durante las reuniones Internacionales de las Conferencias Episcopales y la Asamblea de Patriarcas de las Iglesias Orientales Cat¨®licas. El Papa, de forma orientativa, espera que de ese nuevo grupo de 70 personas, al menos el 50% sean mujeres. ¡±Todos ellos tendr¨¢n derecho al voto¡±, se lee en el documento.
La aparente importancia del cambio contrasta con el fr¨ªo anuncio de la medida realizada por sus responsables. Una tibieza que responder¨ªa a la necesidad de no incomodar a los obispos, que ver¨¢n reducido su papel en la asamblea de ahora en adelante. Jean-Claude Hollerich, arzobispo de Luxemburgo y relator del S¨ªnodo de la sinodalidad, de hecho, subray¨® que ¡°no es una revoluci¨®n, pues la asamblea sigue siendo una reuni¨®n de obispos, con una participaci¨®n de no obispos¡±, ya que cerca del 75 % de los participantes seguir¨¢n siendo obispos. Tambi¨¦n diluy¨® su relevancia el cardenal Mario Grech, secretario general del S¨ªnodo, que agreg¨® que ¡°seguir¨¢ siendo un S¨ªnodo de obispos, pero habr¨¢ esta participaci¨®n como miembros de laicos¡±.
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