Crece el antifeminismo entre adolescentes: el mito de la denuncia falsa, la mujer casta y el hombre conquistador
El Centro Reina Sof¨ªa de Fad Juventud constata en un informe el retroceso de las ideas igualitarias, la negaci¨®n de la violencia machista y la brecha entre chicos y chicas
El 22 de abril, de este a?o, Hugo Monteagudo colg¨® en su cuenta de TikTok uno de sus clips. Este: ¡°Una mujer que cada fin de semana est¨¢ con un t¨ªo o sale de fiesta y se enrolla con dos o tres, no pasa nada, eres libre de hacer lo que quieras, pero con 30 a?os vas a estar sola, ning¨²n t¨ªo te va a querer. Pierdes todo tu valor como mujer cuando te expones, dejas de ser exclusiva. Si cualquier hombre puede tenerte, ?qu¨¦ valor tienes? Cero¡±. Monteagudo tiene 19 a?os y m¨¢s de 2,2 millones de seguidores en esa red. Es alguien a quien ven, escuchan y siguen adolescentes de toda Espa?a. Condensa bien el ideario que flota ahora mismo entre chicos y chicas: confusi¨®n, negacionismo de la violencia de g¨¦nero, mitos que no terminan de irse sobre c¨®mo han de ser las mujeres y los hombres, polarizaci¨®n entre ellos y ellas, y antifeminismo. Cada vez m¨¢s. Lo reflejan diversos estudios en los ¨²ltimos a?os. El ¨²ltimo, cualitativo, del Centro Reina Sof¨ªa de Fad Juventud, presentado este mi¨¦rcoles, tiene una conclusi¨®n clara: ¡°A pesar del ¨¦xito social del movimiento feminista, con el que se identifican una mayor¨ªa de j¨®venes (46,4%), en los ¨²ltimos cinco a?os estamos viviendo un aumento del antifeminismo entre los adolescentes que considera que el feminismo ha impuesto un pensamiento ¨²nico¡±.
Al avance en los derechos de los mujeres y la expansi¨®n del feminismo, se est¨¢ produciendo una contrarreacci¨®n que cuaja en la pol¨ªtica, en la poblaci¨®n adulta y, de una forma que preocupa a expertos y educadores, entre los m¨¢s j¨®venes. Porque no son solo cuestiones de discurso o argumentaci¨®n, sino tambi¨¦n de hechos y realidades, como la violencia de g¨¦nero. No la niegan ¡°al completo¡±, dice el informe, ¡°pero s¨ª banalizan o minimizan su importancia¡± con argumentos como ¡°que la violencia de g¨¦nero est¨¢ mal definida¡±, que ¡°las medidas que se toman no son adecuadas¡±, que ¡°muchas de las cosas que recoge han pasado siempre y no es para tanto¡±, que ¡°son cosas que pasan m¨¢s bien en otros pa¨ªses o ¨¦pocas¡±, que ¡°en el fondo es inevitable y no se puede erradicar, ¡°que la v¨ªctima tambi¨¦n tiene culpa¡±, que ¡°las mujeres tambi¨¦n lo hacen¡±, y que ¡°est¨¢ magnificado medi¨¢ticamente¡±.
El informe de Fad Juventud ¡ªCulpables hasta que se demuestre lo contrario. Percepciones y discursos de adolescentes espa?oles sobre masculinidades y violencia de g¨¦nero¡ª no solo ten¨ªa el objetivo de saber qu¨¦ pasaba sino por qu¨¦ pasaba. De ah¨ª que el estudio fuese cualitativo y en tres fases. Se realiz¨® entre mayo y diciembre del pasado a?o con entrevistas a especialistas en distintas ¨¢reas (sexualidad, masculinidad, relaciones t¨®xicas...), con entrevistas grupales a chicos y chicas, por separado, de entre los 14 y los 17 a?os de 4? de la ESO de un centro p¨²blico de Educaci¨®n Secundaria de un barrio al suroeste de Madrid ¡ªuna forma de selecci¨®n que ¡°buscaba superar un sesgo de autoselecci¨®n de los y las participantes, que supone una gran barrera de acceso para estudiar el negacionismo de la violencia de g¨¦nero¡±¡ª, y con talleres con esos mismos adolescentes, ya todos juntos, despu¨¦s de las entrevistas, para que pusieran en com¨²n las ideas y las debatieran, y crearan material de sensibilizaci¨®n y prevenci¨®n.
De esas horas con ese grupo de adolescentes tambi¨¦n vieron las continuas contradicciones y la confusi¨®n, a veces, en la que est¨¢n sumidos. Por ejemplo, esos discursos negacionistas iban cambiando ¡°al imaginar a personas cercanas en esa situaci¨®n¡±, o ¡°al imaginar posibles soluciones para la violencia de g¨¦nero y/o violencia sexual¡±, ¡°cuando hablan de historias reales cercanas¡±, ¡°cuando se hac¨ªa un esfuerzo por des-jerarquizar la situaci¨®n del grupo y se permit¨ªa hablar y dudar sin demasiadas consecuencias (romper con la ret¨®rica de la cancelaci¨®n y la libertad de expresi¨®n¡±, y ¡°cuando se hablaba de alfabetizaci¨®n medi¨¢tica y empezaban a cuestionar c¨®mo estaban informados sobre la actualidad¡±.
Culpables hasta que se demuestre lo contrario
Pero no solo encontraron argumentos ambiguos o cambiantes, tambi¨¦n consensos. Seis: que ¡°el feminismo actual est¨¢ perjudicando a los hombres¡±, ¡°que la presunci¨®n de inocencia ya no existe para ellos¡±, ¡°que las violaciones suponen un problema en Espa?a, contra el que hay que hacer algo¡±, que ¡°hay una serie de actores (ya sea una ¨¦lite perversa y/o la no respuesta de la sociedad) que nos han llevado a una situaci¨®n donde ser hombre joven es bastante complicado¡±, que ¡°el feminismo de antes era algo bastante positivo para la sociedad¡±, y que ¡°la sociedad es algo externo que contamina c¨®mo realmente somos en esencia los individuos¡±. Y ellos no son los ¨²nicos que lo piensan, tambi¨¦n ellas, ¡°que se?alan la desprotecci¨®n jur¨ªdica de los hombres como algo negativo para ellos y tambi¨¦n para las mujeres que s¨ª sufren violencia de verdad¡±, apunta el estudio.
Se cruzaron adem¨¢s otros mitos extendidos, como el de las denuncias falsas, el de la mujer casta y respetable, el de la mujer santa y el hombre conquistador que, incide el an¨¢lisis, ¡°dificulta la construcci¨®n de relaciones sanas en esta etapa de la vida¡±. Y les lleva a cierto desbarajuste entre lo que piensan de s¨ª mismos y del sexo o g¨¦nero contrario, entre c¨®mo quieren ser y c¨®mo todav¨ªa creen que deber¨ªan ser.
Aunque cada vez est¨¢n m¨¢s lejos de la llamada masculinidad tradicional, siguen manteniendo rasgos como la idea del ¡°hombre hecho a s¨ª mismo¡±, la del ¡°hombre heterosexual y muy activo sexualmente¡± o la del ¡°hombre con liderazgo, decisi¨®n e independencia¡±. Sin embargo, seg¨²n el informe, esas son ¡°actitudes con las que no se sienten del todo c¨®modos¡±. ¡°De hecho, admiten necesitar expresar p¨²blicamente que lo est¨¢n pasando mal y lamentan que la sociedad les meta a todos ¡°en el mismo saco¡±. Tambi¨¦n critican que las chicas busquen ¡°fuckboys superficiales con m¨¢s capital social, en vez de buscar chicos que las vayan a cuidar y querer¡±, a?ade.
La panor¨¢mica es que ellos tienen un ¡°sentimiento de ser v¨ªctimas¡± de un sistema que los cancela, y que acaba derivando en posturas antifeministas ¡°porque sienten que les sit¨²a en una situaci¨®n de inferioridad y vulnerabilidad frente a las mujeres¡±, por un lado. Y una ¡°creciente polarizaci¨®n¡± entre chicos y chicas: ¡°Al mismo tiempo que los chicos se acercan a posiciones posmachistas, las chicas siguen defendiendo posturas feministas, aunque no siempre se definan como tal¡±. En cifras, el 46,4% se considera feminista frente a un 41,8% que dice no serlo, y hay amplio consenso mayoritario en que la violencia de g¨¦nero es un problema social muy grave (74,2%). Sin embargo, lo interesante para expertos y especialistas de Fad Juventud es ver las posiciones intermedias, por ser el grupo ¡°m¨¢s numeroso entre los hombres j¨®venes (44,7%)¡±.
Estos ¡°podr¨ªan estar sosteniendo postulados machistas, solo que adaptados a los nuevos tiempos, motivo por el que pasan m¨¢s desapercibidos¡±. ?Cu¨¢les son esos postulados? Que el feminismo ¡°busca perjudicar a los hombres¡± (34,7%) o que ¡°no se ocupa de problemas reales, solo se usa como herramienta pol¨ªtica¡± (38,1%). Y por encima del 45%, piensan que ¡°no se puede debatir con feministas porque te acusan de machista muy r¨¢pido¡± o que ¡°los hombres suelen tener trabajos m¨¢s duros que las mujeres¡±.
Para Beatriz Mart¨ªn Padura, directora general de Fad Juventud, ¡°es importante¡± poner el foco en c¨®mo se construyen las identidades de los adolescentes, ampliando ¡°la consideraci¨®n sobre la masculinidad¡±, ya que ¡°estos rasgos atribuibles a chicos o chicas son una construcci¨®n sociocultural que cala en los comportamientos¡±. Y, si no se trabaja ¡°sobre las masculinidades, es imposible trabajar con cambios de actitud¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.