Una multitudinaria Marcha del Orgullo en Jerusal¨¦n planta cara a un Gobierno con ministros hom¨®fobos
Miles de israel¨ªes salen a las calles en una convocatoria marcada por el ministro a cargo de la polic¨ªa en la ciudad, que particip¨® en el pasado en una contramarcha que comparaba a los homosexuales con bestias
La Marcha del Orgullo en Jerusal¨¦n siempre ha sido una suerte de pica en Flandes, a diferencia de la de Tel Aviv, a apenas 50 kil¨®metros, mucho m¨¢s multitudinaria y festiva. En 2015, un jud¨ªo ultraortodoxo radical, Yishai Schlissel, mat¨® de una pu?alada a una participante de 16 a?os, Shira Banki. El asesino acababa de salir de la c¨¢rcel por herir a tres personas en un ataque id¨¦ntico una d¨¦cada antes. Al miedo que ti?e la convocatoria desde entonces se ha sumado otro este jueves, al celebrarse con el Gobierno m¨¢s derechista de la historia de Israel, y con la polic¨ªa que vigila la marcha al mando de Itamar Ben Gvir, un ministro ultraderechista que particip¨® en una ¡°Marcha de las Bestias¡±, un contraevento con burros y cabras para comparar a los homosexuales con animales de granja.
En el mismo gobierno, otro ministro, Bezalel Smotrich (Finanzas), se ha definido en el pasado como un ¡°hom¨®fobo orgulloso¡±; el de Legado, Amijai Eliyahu, escribi¨® en 2018 una columna de opini¨®n sobre el ¡°terrorismo LGBTQ+ y c¨®mo combatirlo¡±; y un secretario de Estado, Avi Maoz, se declar¨® la semana pasada ¡°lleno de verg¨¹enza de dolor¡± porque el primer presidente del Parlamento israel¨ª abiertamente homosexual, Amir Ohana, tome la palabra en ceremonias oficiales del Estado.
En vez de amedrentar, el contexto ha movilizado al colectivo, que ha sacado a las calles a miles de personas. 30.000, seg¨²n los organizadores, lo que supone 20.000 m¨¢s que el a?o pasado y 5.000 m¨¢s que en la demostraci¨®n de fuerza de 2016, tras el asesinato de Banki. Hila Peer, la presidenta de la organizaci¨®n pionera en defensa de sus derechos, HaAgud¨¢, ya hab¨ªa se?alado que la marcha de este a?o era ¡°la m¨¢s importante¡±.
Toby Klein ejemplifica la sensaci¨®n de excepcionalidad que se respiraba. Es directora de programas en A Wider Bridge (Un puente m¨¢s ancho), una ONG con sedes en Estados Unidos e Israel que conecta a personas LGTBI de ambos pa¨ªses y que naci¨® del ataque contra un centro gay en Tel Aviv en 2009, en el que murieron dos j¨®venes y cuyo culpable nunca ha sido hallado. Ella acude siempre a la marcha en Tel Aviv, pero este a?o ve¨ªa ¡°muy importante¡± personarse por vez primera en Jerusal¨¦n. ¡°Tenemos que estar aqu¨ª para mostrar que no vamos a permitir que reduzcan nuestros derechos¡±, se?ala.
La marcha, vigilada por 2.000 polic¨ªas y con controles en todos los accesos (la polic¨ªa impidi¨® entrar a un hombre con pistola, pese a tener licencia de armas, por ejemplo), ha transcurrido sin incidentes de peso. Solamente se ha generado una trifulca cuando varios agentes han intentado quitar una bandera palestina que ondeaba un grupo que protesta contra la ocupaci¨®n militar de Palestina.
El contexto de la cita no era solo la homofobia de algunos miembros del Gobierno, sino la controvertida reforma judicial que impulsa el Ejecutivo de Benjam¨ªn Netanyahu (en coalici¨®n con ultraortodoxos y ultranacionalistas) y, en general, la movilizaci¨®n ante la sensaci¨®n en una parte de la poblaci¨®n de que los derechos para las minor¨ªas, las mujeres y los jud¨ªos seculares est¨¢n en peligro. De hecho, los l¨ªderes de tres partidos de oposici¨®n ¨DYair Lapid (Yesh Atid), Benny Gantz (Unidad Nacional) y Meirav Mijaeli (Laborismo)¨D han tomado la palabra en un ultraprotegido evento en un parque antes del inicio de la marcha. Hoy jefe de la oposici¨®n, Lapid fue el a?o pasado el primer jefe de Gobierno israel¨ª en participar en el Orgullo, en Tel Aviv. Este jueves, en su primer discurso en el acto en Jerusal¨¦n, insisti¨® en vincular las causas: ¡°No hay una lucha por la democracia y una por los derechos LGTBI. Son la misma, por los mismos valores¡±, dijo ante un p¨²blico que abucheaba y coreaba ¡°Verg¨¹enza¡± cada vez que se mencionaba a alg¨²n ministro hom¨®fobo. ¡°Quieren devolvernos a todos al armario oscuro del miedo y del odio. Hay que recordar lo evidente: Si Israel no es un pa¨ªs seguro para los LGTBI, entonces no es un pa¨ªs seguro¡±, agreg¨®.
Shemesh sabe muy bien a qu¨¦ se refer¨ªa Lapid con no sentirse seguro. Hombre trans de 24 a?os, acudi¨® por primera vez a la marcha en 2019 con una mochila por si era apu?alado por la espalda, como la adolescente Banki cuatro a?os antes. Se lo aconsej¨® su madre. ¡°Este a?o ten¨ªa un poco de miedo de venir, pero justo hoy era muy importante que no ganase el miedo¡±, dice. Israel es el pa¨ªs de Oriente Pr¨®ximo m¨¢s tolerante con la homosexualidad, pero la diferencia entre Tel Aviv y Jerusal¨¦n es enorme y no se permiten los matrimonios entre personas del mismo sexo. No hay bodas civiles, solo religiosas.
La mejor prueba de que la marcha de este a?o era especial es la cantidad de camisetas, pancartas y banderas pertenecientes a otras batallas contra el Ejecutivo, como partidos de la oposici¨®n, el colectivo de mujeres Construimos alternativa o el de reservistas contra la reforma judicial Hermanos en Armas. Es el caso de Omri Tennehaus, de 42 a?os, que pertenece a este ¨²ltimo y ve¨ªa necesario viajar desde Kfar Saba (cerca de Tel Aviv) para ¡°reforzar¡± a los participantes habituales frente al ¡°clima de deslegitimaci¨®n¡± que impera ahora. O de Lola Rokni. A sus 54 a?os, es la primera vez que acude. Ataviada con una camiseta de Construimos Alternativa, insiste en la importancia de que tanto las mujeres, en general, como el colectivo gay, en particular, puedan ¡°ser libres en cualquier lugar, tambi¨¦n aqu¨ª¡±. Tambi¨¦n han acudido representantes diplom¨¢ticos europeos y el embajador de Estados Unidos, Tom Nides, ha hablado desde el estrado.
Dado el pasado de Ben Gvir, los organizadores hab¨ªan pedido por carta el s¨¢bado al primer ministro, Benjam¨ªn Netanyahu, que le retirase la batuta de la seguridad del acto. ¡°No es la persona adecuada para vigilar la marcha y desde luego no inspira seguridad y confianza a los participantes¡±, se?alaban. En la misiva recordaban que el ministro pidi¨® varias veces a los tribunales la cancelaci¨®n de marchas previas y represent¨® legalmente a un hermano del asesino, arrestado por sospechas de planear una acci¨®n similar en 2016. En una foto de 2009 se le puede ver manifest¨¢ndose entre un cartel que reza ¡°pervertidos enfermos¡± y otro con el mensaje: ¡°No queremos aqu¨ª banderas de maricones¡±. Una ¡°situaci¨®n kafkiana¡±, como la defini¨® en un comunicado Jonathan Valfer, presidente del comit¨¦ ejecutivo de Casa Abierta, la organizaci¨®n de defensa de los derechos LGTBIQ+ que empez¨® a organizar el Orgullo en Jerusal¨¦n en 2002 contra viento y marea.
El ministro, que se ha desmarcado de estas acciones, insisti¨® este jueves en que ten¨ªa claro su papel como ministro de Seguridad Nacional y que har¨ªa ¡°todo lo posible¡± para evitar otra ¡°locura¡± como el asesinato de 2015, a la vez que defendi¨® el derecho a contramanifestarse y pidi¨® que no se arreste a cualquiera solo por llevar atuendo religioso.
La marcha siempre viene precedida de amenazas. Tambi¨¦n este a?o, en el que tres personas han sido arrestadas por verter discursos de odio. Seg¨²n un sondeo de mayo del Instituto Israel¨ª de Estudios de G¨¦nero y LGTBIQ+, un 86% del colectivo se siente menos seguro en los ¨²ltimos tres meses y un 77% no conf¨ªa en la polic¨ªa como protecci¨®n. Adem¨¢s, HaAgud¨¢ dio cuenta el pasado marzo de que los incidentes hom¨®fobos se hab¨ªan multiplicado por cuatro respecto al mismo mes de 2022, mientras que Casa Abierta recibe desde principios de a?o una denuncia semanal de p¨¦rdida de empleo o despido por la identidad sexual. El Gobierno de Netanyahu jur¨® el pasado diciembre.
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