Una de cada seis personas tiene infertilidad: ¡°Esta enfermedad es un duelo continuo¡±
Cuatro mujeres relatan su experiencia y critican que un problema con tan alta prevalencia siga siendo un tab¨²
Una de las tantas veces que Helena Fern¨¢ndez se refugi¨® en internet, lleg¨® a un blog en el que comenz¨® a leer su historia: su tristeza, su sentimiento de culpa, su angustia, su enfado, su soledad. No se lo pod¨ªa creer. Era otra mujer quien escrib¨ªa y relataba su propia experiencia, pero ella sinti¨® que estaba leyendo sobre s¨ª misma. ¡°Esta enfermedad es un duelo continuo¡±, cuenta. Empieza con cada regla que rompe la ilusi¨®n de que, esta vez s¨ª, iba a haber un embarazo. Cada tratamiento de fertilidad que no da resultado es un golpe. Cada aborto, la p¨¦rdida de un hijo que ya no va a nacer. La infertilidad afecta a una de cada seis personas en el mundo, hombres y mujeres, y la Organizaci¨®n Mundial de la Salud la considera un problema de salud p¨²blica. Sin embargo, Fern¨¢ndez sent¨ªa que nadie la comprend¨ªa cuando dio con aquel texto en la red. ¡°Todos pensamos que esto es algo que les pasa a otras personas, que no te va a ocurrir a ti¡±. Pero ocurre. ¡°Y sigue siendo un tab¨²¡±.
El relato de aquel blog podr¨ªa haberlo escrito la propia Fern¨¢ndez. Tambi¨¦n Paula Nistal, Mar¨ªa del Carmen Reyes o M¨ªriam Aguilar. Son las cuatro protagonistas de este art¨ªculo. Todas han lidiado con la infertilidad. Con la frustraci¨®n, el dolor y la desesperanza. Fern¨¢ndez y Nistal finalmente fueron madres, Reyes sigue en tratamiento, Aguilar decidi¨® dejar de intentarlo. El problema afecta a hombres y mujeres, ¡°pero se sigue pensando que no poder tener un hijo es responsabilidad de la mujer, es a ella a la que se le dice que se le va a pasar el arroz, es a ella a la que se le dice que se estresa [y por eso hay dificultades]¡±, se queja Fern¨¢ndez. La presi¨®n social es mayor. De aquella necesidad que ten¨ªa ella de que alguien le cogiera la mano y la ayudara a sostenerse naci¨® hace ya nueve a?os la asociaci¨®n de pacientes Red Nacional de Inf¨¦rtiles, que ahora tiene 2.700 socios, la mayor¨ªa mujeres. Este s¨¢bado marchan en Madrid para concienciar sobre la enfermedad.
En la web de la Sociedad Espa?ola de Fertilidad se explica que en un tercio de los casos, la infertilidad es consecuencia de factores femeninos; en otro tercio, masculinos, y en el resto de las ocasiones, la causa es de origen desconocido o una combinaci¨®n de factores entre el hombre y la mujer. Seg¨²n sus datos de 2019, basados en los registros de quienes recurrieron a la fecundaci¨®n in vitro con ¨®vulos propios, la indicaci¨®n fue por un factor femenino en el 40% de las veces; masculino en el 20% de las ocasiones, por causas de ambos en un 21% y por origen desconocido en un 11% (no suma el 100% porque tambi¨¦n hay otros casos a tener en cuenta, como por ejemplo parejas con enfermedades infecciosas).
La OMS describe la infertilidad como la enfermedad del sistema reproductivo masculino o femenino consistente en la imposibilidad de conseguir un embarazo despu¨¦s de al menos 12 meses de relaciones sexuales sin m¨¦todos anticonceptivos. En el mayor informe efectuado hasta la fecha, hace solo unos meses, el organismo internacional pidi¨® a los gobiernos que incrementen ¡°urgentemente el acceso a servicios de fertilidad asequibles y de alta calidad para quienes los requieren¡±. La Red Nacional de Inf¨¦rtiles, que preside Fern¨¢ndez, present¨® en abril en el Congreso de los Diputados su dec¨¢logo de peticiones. Entre ellas, el ¡°acceso igualitario a los tratamientos de fertilidad de todos los usuarios de la Seguridad Social, independientemente de su lugar de residencia, que se revise el l¨ªmite de edad en el acceso y el n¨²mero de intentos¡± en el sistema p¨²blico. Adem¨¢s, un programa de prevenci¨®n y que se reduzcan las listas de espera.
¡°Hay frases brutales¡±
Fern¨¢ndez y su pareja comenzaron a buscar el embarazo cuando ella ten¨ªa 32, y llevaban un a?o intent¨¢ndolo cuando un test dio, al fin, positivo. ¡°Se lo dijimos a todo el mundo¡±. A las pocas semanas, lo perdi¨®. Viv¨ªan en un pueblo peque?o, hab¨ªa gente que no lo sab¨ªa y segu¨ªa d¨¢ndole la enhorabuena. ¡°No te preocupes, es el primero, ya volver¨¢s a quedarte embarazada; mujer legrada, mujer embarazada¡±. Eso tuvo que escuchar por entonces. ¡°Hay frases brutales, que fueron haciendo mella y lleg¨® un momento en que dej¨¦ de compartir la situaci¨®n en la que estaba. Me sent¨ªa juzgada, no entendida¡±. Tuvo que ir al hospital y la experiencia la marc¨®. ¡°El m¨¦dico me dijo que pod¨ªa sacarlo con unas pinzas y as¨ª no ten¨ªamos que entrar en quir¨®fano. Cogi¨® los restos, los tir¨® en un cuenco met¨¢lico y dijo: ¡®Esto ya est¨¢'. Se quit¨® los guantes y se fue¡±. All¨ª se qued¨® ella, mirando aquel cuenco, devastada.
Despu¨¦s de aquello comenz¨® el tratamiento de reproducci¨®n asistida, por el sistema p¨²blico. Pasaron los meses y los a?os, y entretanto, tratamientos que no dieron resultado. Pinchazos, medicaci¨®n, un sinf¨ªn de consultas m¨¦dicas. Un segundo aborto. Antes del tercer tratamiento, sinti¨® que hab¨ªa llegado su l¨ªmite. ¡°Emocionalmente, ya no pod¨ªa m¨¢s. Acord¨¦ con mi pareja que ser¨ªa el ¨²ltimo¡±. Pero lleg¨® el embarazo y, pese a las complicaciones que la tuvieron m¨¢s de 30 d¨ªas ingresada, hace nueve a?os naci¨® su hijo. ¡°Cuando le o¨ªmos el latido del coraz¨®n por primera vez, lloramos como locos, hasta la ginec¨®loga, la responsable de medicina interna¡¡±, recuerda Fern¨¢ndez, que hoy tiene 45 a?os, vive en Zaragoza y ha cambiado de profesi¨®n: ya no es directora de formaci¨®n, se dedica plenamente a la presidencia de la asociaci¨®n.
En 2020, el ¨²ltimo a?o para el que hay datos, se llevaron a cabo en Espa?a ¡ªtanto por el sistema p¨²blico como por el privado¡ª, 152.236 tratamientos de reproducci¨®n asistida, un 16% menos que en 2019, seg¨²n los datos de la Sociedad Espa?ola de Fertilidad. El baj¨®n se atribuye a la pandemia, pero su presidente, Juan Jos¨¦ Espin¨®s, afirma que ya se han recuperado los niveles previos a la covid. Cuenta que cada vez llegan personas m¨¢s mayores. ¡°Pr¨¢cticamente, el 80% de los tratamientos se hace en centros privados¡±, dice. Tanto a parejas que tienen dificultades como a mujeres que deciden ser madres en solitario. ?l sostiene que quienes llegan a la privada lo hacen debido a las limitaciones que se encuentran en la p¨²blica. Por ejemplo, las listas de espera, que la Red Nacional de Inf¨¦rtiles asegura que pueden llegar a los dos a?os en algunas comunidades. ¡°Existe una norma gen¨¦rica por la cual se limita el acceso a t¨¦cnicas de reproducci¨®n asistida a las mujeres de m¨¢s de 40 a?os, pero cada comunidad fija sus m¨¢ximos; eso es lo que permite, por ejemplo, que en Madrid se haya subido a los 45. La donaci¨®n de ovocitos no se lleva a cabo en la mayor¨ªa de las autonom¨ªas. Hay regiones donde se excluye de los programas [a mujeres] por tener una baja reserva ov¨¢rica¡±, detalla Espin¨®s.
Mar¨ªa del Carmen Reyes, de 38 a?os, se cas¨® con su marido en 2016 y quisieron ser padres enseguida. ¡°El proceso consiste en esperar, esperar mucho¡±, dice. ¡°Siempre digo lo mismo: veo que la gente est¨¢ subiendo un bloque de pisos, cogen el ascensor y llegan a la azotea. Mi marido y yo vamos andando al primero, al segundo, al tercero, y ah¨ª nos dan una patada; y vuelta a empezar¡±. As¨ª describe c¨®mo se siente al ver que otras parejas tienen hijos y ellos no han podido. Hasta 2020 no se hicieron el primer tratamiento, por el sistema p¨²blico vasco, dado que ambos residen en Basauri (Bizkaia).
Ni este ni el segundo dieron ning¨²n resultado. Tampoco el tercero ni tampoco el cuarto, que fue el a?o pasado. ¡°Ah¨ª s¨ª me romp¨ª en pedazos porque sab¨ªa que era la ¨²ltima oportunidad [por el sistema p¨²blico]. Me dio la realidad en la cara y me dije: esp¨¦rate, que a lo mejor no lo consigo¡±. Reyes trabaja en una escuela infantil y estuvo de baja unos meses. ¡°Se me paraliz¨® la vida¡±. Hasta que recurri¨® a ayuda psicol¨®gica, y fue recomponi¨¦ndose. Est¨¢ pendiente de un quinto tratamiento, esta vez en la privada. Ahora est¨¢ m¨¢s fuerte, aunque hay d¨ªas en que sigue sinti¨¦ndose ¡°hundida¡±.
¡°Toqu¨¦ fondo y ahora me conozco mejor¡±
La historia de Paula Nistal culmina tras ocho tratamientos. Del octavo nacieron sus mellizas. Decir que el camino ha sido duro es poco. ¡°Tuve tres abortos en un a?o¡±. Y sigue: ¡°El deseo de ser madre lo he tenido siempre, pero no ve¨ªa el momento. Consegu¨ª mi plaza de funcionaria, luego compr¨¦ mi casa, form¨¦ una pareja estable. Cuando tuve todos los checks, nos pusimos en marcha y empezamos con los problemas de infertilidad. La noticia es como tirarte un jarro de agua fr¨ªa, pero multiplicando las dimensiones¡±. A los 43 a?os, esta madrile?a relata que su andadura fue por el sistema p¨²blico, pero que se gastaron unos 15.000 euros en pruebas que se hac¨ªan en cl¨ªnicas privadas y en medicaci¨®n.
Tambi¨¦n ella pidi¨® ayuda psicol¨®gica. ¡°Toqu¨¦ fondo tantas veces, que ahora me conozco mucho mejor¡±, dice. ¡°Con el segundo aborto, la psic¨®loga me dijo: no te veo tan mal. Le contest¨¦: ¡®Con el primer embarazo pens¨¦ que me mor¨ªa del dolor. Me duele en el alma, pero ahora s¨¦ que se puede salir¡¯. La p¨¦rdida a nivel psicol¨®gico es tan fuerte que hasta te duele el cuerpo¡±. Cuando se qued¨® embarazada de sus hijas, hasta la semana 20 no se atrevi¨® a contarlo. Encontrar a personas que estuvieran atravesando lo mismo que ella la ayud¨® a sobrellevar aquellos a?os.
El sentimiento de soledad, de duelo, es algo que destacan las cuatro entrevistadas. M¨ªriam Aguilar, que tiene 45 a?os y vive en Barcelona, cuenta que ahora se siente fuerte para contar su historia. ¡°Decid¨ª dejar de intentar ser madre despu¨¦s de ocho a?os. Eleg¨ª que no quer¨ªa hacer nada m¨¢s. Se puede parar, aunque la sociedad, los m¨¦dicos, la familia, los amigos¡ todo te invita a seguir¡±, resume. Pero tanto ella como su pareja estaban agotados.
Aguilar se qued¨® embarazada de forma natural cuatro veces, y las cuatro veces tuvo un aborto. ¡°Sent¨ªa que iba a tener un beb¨¦, y lo perd¨ªa. Me quedaba otra vez, y lo volv¨ªa a perder¡±. La decisi¨®n fue ¡°un alivio¡±. Ten¨ªa miedo, dice. ¡°Crecemos con la creencia de que si no tienes hijos no ser¨¢s feliz. Durante a?os, te proyectas en un futuro siendo algo que al final no eres. Esto ha sido una oportunidad para revisar qu¨¦ pienso y qu¨¦ quiero en la vida¡±. Ella no solo se ha sentido incomprendida mientras buscaba el embarazo, tambi¨¦n cuando decidieron parar. ¡°Es m¨¢s dif¨ªcil que la sociedad acepte que no vamos a ser madres a que nosotras mismas lo aceptemos¡±, critica. ¡°He querido ser madre mucho, pero tambi¨¦n he sabido reconocer d¨®nde estaban mis l¨ªmites y qu¨¦ era lo que yo no quer¨ªa, y seguramente en alg¨²n momento los he rebasado¡±. Ahora ayuda a otras personas que lidian con problemas de fertilidad. E insiste: ¡°Se puede parar¡±.
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