Las falsas terapias contra la homosexualidad siguen vivas en Brasil
El suicidio de una influenciadora lesbiana y bolsonarista pone el foco sobre ¡®curas¡¯ que persisten aunque est¨¢n prohibidas hace m¨¢s de dos d¨¦cadas en el pa¨ªs latinoamericano
Durante un tercio de su vida ¡ªdesde los 14 a los 27 a?os¡ª, el brasile?o H¨¦der Bello, de 37 a?os, vivi¨® en un purgatorio. Estuvo embarcado en una lucha encarnizada contra s¨ª mismo para dejar de ser homosexual. Intent¨® con todas sus fuerzas erradicar la atracci¨®n que sent¨ªa por otros chicos que a sus propios ojos, a los de su familia y su comunidad lo convert¨ªan en la personificaci¨®n del pecado, en un ser abominable. Sufri¨® todas las modalidades imaginables de la llamada cura gay: sesiones de exorcismo, ayuno, flagelaci¨®n, sesiones de oraci¨®n, retiros religiosos, lecturas de la Biblia, supuesta terapia con psic¨®logos cristianos, incluido alg¨²n pastor evang¨¦lico¡ Durante aquellos a?os infernales, el ¨²nico prop¨®sito que guiaba su existencia era dejar de ser gay. Ya estudiaba Psicolog¨ªa en la Universidad Federal Fluminense cuando una psic¨®loga cristiana le ofreci¨® el tratamiento definitivo: electroshock. Bello se asust¨® tanto que supuso un punto y aparte definitivo en su vida. Este superviviente de las llamadas terapias de reversi¨®n sexual se dedica ahora a investigar y combatir unas pr¨¢cticas sin base cient¨ªfica que persisten en Brasil.
Cuatro terapeutas brasile?os han perdido en los ¨²ltimos cinco a?os su licencia por ofrecer supuestas curas gays, seg¨²n el diario O Globo, terapias que el Consejo de Psic¨®logos de Brasil proh¨ªbe desde 1999. Ya en 1990 la OMS elimin¨® la homosexualidad del listado de enfermedades mentales.
Cuando la OMS tom¨® la hist¨®rica decisi¨®n, Bello era todav¨ªa un ni?o que crec¨ªa en una familia evang¨¦lica en la zona rural de Nova Friburgo (Rio de Janeiro). ¡°Viv¨ªa en un ambiente con muchas restricciones. Todo giraba en torno a la familia, la iglesia y la escuela¡±, cuenta Bello en una entrevista por v¨ªdeollamada desde R¨ªo capital, donde vive. En su universo infantil, la televisi¨®n, las telenovelas¡ todo lo ajeno al reino de Dios se consideraba diab¨®lico. Creci¨® como un ni?o entregado a la m¨²sica g¨®spel sin saber qui¨¦n era Xuxa, la ¨ªdola de los cr¨ªos brasile?os de su generaci¨®n, sin educaci¨®n sexual, sin conocer a nadie LGTBI+ y sin siquiera o¨ªr la palabra homosexual.
Sali¨® de la burbuja al entrar en la escuela p¨²blica, ya en la adolescencia. All¨ª le llamaron por primera vez bichinha (marica). Supo que era un insulto aunque no lo entendiera.
El reciente suicidio de una influenciadora lesbiana y bolsonarista ha puesto el foco sobre estas falsas terapias. Semanas antes de fallecer, Karol Eller, de 36 a?os, anunci¨® p¨²blicamente que renunciaba a la homosexualidad tras un retiro religioso. ¡°Familia, triplicad las oraciones por m¨ª (¡). Renunci¨¦ a la pr¨¢ctica homosexual, a vicios, a los deseos de mi carne para vivir en Cristo¡±, proclam¨® en un mensaje a sus 700.000 seguidores. Todo el clan Bolsonaro y la ultraderecha enviaron su p¨¦same a la familia. Uno de sus mejores amigos era el diputado m¨¢s votado de Brasil, el ultraconservador Nikolas Ferreira, de 27 a?os, tan hom¨®fobo que le han multado por insultar en el hemiciclo a la diputada Duda Salabert, trans y de izquierdas.
Con la tragedia, las falsas terapias para corregir la sexualidad volvieron a titulares y tertulias. Si alguien crey¨® que la cura gay era cosa del pasado, se enga?a a tenor de la contundente alerta lanzada por el presidente del Consejo Federal de Psicolog¨ªa, Pedro Paulo Bicalho, en una conversaci¨®n con Agencia Brasil: ¡°Ahora mismo, mientras hacemos esta entrevista, muchas personas est¨¢n experimentando formas de encarcelamiento para revertir su orientaci¨®n sexual. Hay cientos de Karol Eller por ah¨ª sufriendo agravios, torturas psicol¨®gicas, enclaustramiento, por la sencilla raz¨®n de que se considera que su orientaci¨®n sexual est¨¢ mal. Desgraciadamente, no es un caso aislado¡±.
Otra diputada trans, Erika Hilton, ha presentado un proyecto de ley para que esas falsas terapias sean castigadas como la tortura mientras el Congreso se prepara para votar otra propuesta que legalizar¨ªa la cura gay.
El investigador Bello conoce bien ese tipo de estancias. ¡°El retiro al que ella [la fallecida Eller] asisti¨® fue muy similar a uno que yo hice de adolescente. No era espec¨ªfico para temas de homosexualidad¡±, explica. Son convivencias dise?adas para modificar comportamientos que los fundamentalistas consideran pecado, sea la atracci¨®n por personas del mismo g¨¦nero o el sexo prematrimonial.
Los efectos que sufren las v¨ªctimas son m¨²ltiples. ¡°Creo que lo peor es que te ves a ti mismo con odio, crees que eres el mal. Y entonces pueden llegar la depresi¨®n, la ansiedad, la automutilaci¨®n, los trastornos alimentarios, los intentos de suicidio¡¡±, alerta Bello.
?l logr¨® reconciliarse con su orientaci¨®n sexual, reconstruir su vida. Licenciado como psic¨®logo, centra su carrera profesional en investigar y combatir los mil procedimientos que llevan al calvario que ¨¦l padeci¨®. Particip¨® de un libro del Colegio de Psic¨®logos basado en los testimonios de 32 v¨ªctimas.
Pecado para los evang¨¦licos
Brasil siempre fue conservador, pero las ¨²ltimas d¨¦cadas las conquistas de los brasile?os LGTBI+ y de los progresistas en general, como el matrimonio igualitario con derecho a adopci¨®n, han coincidido con el empuje de las Iglesias evang¨¦licas, que no dejan de ganar fieles y poder. Si las estimaciones se cumplen, en 2030 los evang¨¦licos superar¨¢n a los cat¨®licos. En el universo evang¨¦lico, ¡°el discurso de que la homosexualidad es pecado es hegem¨®nico y algunas Iglesias, no todas, intentan pensar en estrategias de cura¡±, explica Bello, que a?ade que tambi¨¦n existen denominaciones progresistas y que dan la bienvenida a los fieles LGTBI+.
Avisa el investigador de que las culpas est¨¢n repartidas. ¡°No son solo las Iglesias cristianas evang¨¦licas y cat¨®licas las que realizan programas de cura gay. Existen muchos profesionales de la salud, de la educaci¨®n¡ algunas familias son v¨ªctimas porque se las culpa, pero otras buscan estos procedimientos y fuerzan a sus hijos a someterse a ellos¡±.
Los fundamentalistas brasile?os no se dieron por vencidos con la prohibici¨®n oficial de la cura gay e intentan dar la batalla en un frente especialmente sensible. Cuando Bello a¨²n luchaba contra la homosexualidad, intentaron convertirlo en un quintacolumnista. ¡°Una psic¨®loga cristiana me dijo: ¡®Mira, ser¨ªa muy interesante si pudieras estudiar Psicolog¨ªa y entrar en Consejo de Psicolog¨ªa para intentar cambiar las cosas desde dentro¡±. Rechaz¨® la propuesta, que tampoco es excepcional. ¡°Existen Iglesias que patrocinan a estudiantes para que hagan Psicolog¨ªa, es una estrategia¡±, cuenta.
Cinco a?os atr¨¢s, una defensora de las falsas terapias contra la homosexualidad concurri¨® a las elecciones para presidir el Colegio de Psic¨®logos. No gan¨®, pero obtuvo unos 5.000 votos, dice el investigador carioca.
Ir¨®nicamente, con el paso de los a?os y ya como parte de su nueva vida, Bello entr¨® en este organismo, pero con la misi¨®n de asegurarse de que las curas gay desaparecen y que los profesionales dejan su religi¨®n y sus creencias fuera de la consulta. Una reciente directiva del Colegio de Psic¨®logos en esa l¨ªnea ha levantado ampollas. El partido Novo la ha recurrido ante el Tribunal Supremo. Lo llamativo es que esta sigla liberal ni siquiera pertenece al n¨²cleo duro del poderoso lobby parlamentario evang¨¦lico.
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