Sumisi¨®n qu¨ªmica: qu¨¦ pasa cuando las v¨ªctimas de una violaci¨®n no recuerdan qu¨¦ sucedi¨®
Psic¨®logas, abogadas y expertas hablan de las diferencias y complicaciones de las agresiones de las que no existe memoria consciente, y que van desde las psicol¨®gicas hasta las emocionales y jur¨ªdicas
Despertar en una cama que no es la tuya. Despertar en tu cama con alguien que no sabes qui¨¦n es. Despertar en un vag¨®n de metro mientras decenas de personas suben y bajan a tu alrededor. Despertar sola en casa con escozor en la vagina, o con dolor, o con un mordisco, o con un golpe sin saber por qu¨¦ o c¨®mo llegaron ah¨ª. O sin nada de lo anterior pero con la sensaci¨®n de que algo ha pasado y no se sabe bien qu¨¦. Una vez o muchas veces. La angustia de no tener ninguna imagen de las ¨²ltimas horas y la desesperaci¨®n de no saber qu¨¦ ocurri¨®. O no con nitidez. Pensar: ¡°?Qu¨¦ hice?¡±, ¡°?qu¨¦ dije?¡±, ¡°?por qu¨¦ me fui a?¡± o ¡°?por qu¨¦ me fui con?¡±. Que de repente una canci¨®n genere malestar o aparezcan n¨¢useas con el olor a coche nuevo, que desconcierte que te agarren la mano.
As¨ª, como en una espiral oscura, despiertan y viven a veces las mujeres que han sufrido una agresi¨®n sexual de la que no recuerdan nada, aquellas en las que se usaron drogas, o alcohol, o ambas, la llamada sumisi¨®n qu¨ªmica, ya sea oportunista ¡ªaprovecharse de lo que la otra persona ha bebido o consumido, la m¨¢s com¨²n¡ª, o proactiva ¡ªdrogar directamente con el objetivo de agredir¡ª; y que ocurren en discotecas o bares o fiestas o festivales; pero tambi¨¦n en lo que llamamos hogar, en parejas, en familias. Un vac¨ªo de memoria que dificulta procesar lo que ocurri¨®, integrarlo en la propia vida, y seguir.
?Cu¨¢ntas? No se conoce con exactitud: la bolsa oculta de violencia sexual se estima en el 90%. En general, en Espa?a se calcula que solo se conocen una de cada 10 agresiones. Las ¨²ltimas cifras facilitadas por el Ministerio de Interior a este diario de agresiones sexuales con y sin penetraci¨®n en las que el medio empleado han sido drogas o f¨¢rmacos, reflejan una subida: 28 en 2015, 33 en 2016, 43 en 2017, 50 en 2018 y 59 en 2019. En 2020, y a pesar de los confinamientos y las restricciones por la pandemia, se produjeron 39. En 2021 fueron 64, en 2022 se registraron 160; y este a?o, solo hasta junio, 136.
La otra estad¨ªstica conocida, la del Instituto Nacional de Toxicolog¨ªa y Ciencias Forenses, de 2021, de las 3.001 agresiones sexuales constatadas ese a?o, en 994 se practicaron an¨¢lisis ante la sospecha de que pudieran haberse cometido con la v¨ªctima bajo sumisi¨®n qu¨ªmica y hubo resultado positivo en el 72% de los casos. La estimaci¨®n del instituto con los n¨²meros de los ¨²ltimos cinco a?os, es que ¡°aproximadamente el 33% de las agresiones sexuales pueden ser de este tipo, es decir, una de cada tres¡±, cifr¨® entonces la ministra de Justicia, Pilar Llop, cuando present¨® ese an¨¢lisis.
Lo que s¨ª existe son relatos y teor¨ªa ¡ªpor la experiencia de quienes la sufren, y quieren y pueden contarla, y de profesionales de distintos ¨¢mbitos que las acompa?an despu¨¦s¡ª, de cu¨¢les son las consecuencias para ellas cuando su memoria es un fundido a negro. ¡°Imagina esas madres o padres a quienes les desaparece un hijo, la desesperaci¨®n que tienen cuando saben y c¨®mo se vuelve mucho peor cuando no saben, porque pueden imaginar cosas mucho m¨¢s terribles de las que pasaron. No tener recuerdos alarga el proceso¡±, explica Victoria Carbajal, la directora del centro de crisis 24 horas para violencia sexual de Asturias, uno de los dos que por el momento hay abiertos en Espa?a, junto al de Madrid. En ese centro, de las 476 mujeres que han atendido desde el 25 de noviembre de 2020, cuando abrieron, 48 sufrieron una agresi¨®n en la que medi¨® sumisi¨®n qu¨ªmica. ¡°Y esas son solo las que localizamos en las que estaba clar¨ªsimo¡±, dice.
Para ellas, como para cualquier otra, ¡°la intervenci¨®n que precisan es la misma¡±, dice Yolanda Trigueros, la coordinadora de Cimascam (el Centro de Atenci¨®n Integral a Mujeres V¨ªctimas de Violencia Sexual de la Comunidad de Madrid), abierto desde 2009, es decir, ¡°una intervenci¨®n integral que garantice la recuperaci¨®n a la que tienen derecho¡±.
El no recuerdo y la culpa
Sin embargo, hay dos diferencias fundamentales. Una, desde el punto de vista psicol¨®gico, relacionada con el no recuerdo: ¡°Con lo que la mujer sabe que ha pasado, pero es un saber sin nombre y sin certeza, trabajamos con lo imaginado y lo temido¡±. La otra es ¡°una culpa que de alguna forma se diferencia de la normal, esa que se asigna a las mujeres por la cultura de la violaci¨®n se potencia, por no haber hecho lo suficiente para cuidarse¡±.
El pasado lunes, Trigueros atendi¨® a una mujer que hab¨ªa acudido al centro: ¡°Me dec¨ªa: ¡®Yo me di cuenta de que algo me hab¨ªa pasado nada m¨¢s despertarme, pero no lo entend¨ª hasta d¨ªas despu¨¦s¡¯. Porque hay que reconstruir esa historia, hay veces que los flashbacks vienen horas despu¨¦s, d¨ªas despu¨¦s o meses despu¨¦s, cuando vienen, porque no siempre lo hacen¡±.
Seg¨²n el informe sobre violencia sexual m¨¢s amplio hasta la fecha ¡ªAn¨¢lisis emp¨ªrico integrado y estimaci¨®n cuantitativa de los comportamientos sexuales violentos (no consentidos) en Espa?a¡ª, ¡°la informaci¨®n disponible sobre los hechos de violencia sexual sobre las v¨ªctimas, generalmente reportadas por ellas mismas, corresponde a una infra-valoraci¨®n de la realidad de la misma¡±, y ¡°existen numerosas barreras, sobre todo psicol¨®gicas, que son las causantes de que las v¨ªctimas no informen de lo que les ha pasado como si fueran simples ¡°grabadoras¡± de las experiencias vividas¡±. Entre ellas, no identificar lo que les ha sucedido como agresi¨®n, la confusi¨®n, el estr¨¦s, la autoinculpaci¨®n y ¡°aut¨¦nticos problemas de amnesia y dificultades de recuerdo¡±.
Y quiz¨¢s esa memoria no es visual ni auditiva, pero est¨¢. ¡°El cuerpo tiene su propia memoria. Que yo no lo recuerde no significa que mi cuerpo lo haya olvidado¡±, apunta Violeta Garc¨ªa, psic¨®loga experta en violencia sexual. Y pueden empezar a sucederse reacciones de rechazo o de miedo o de angustia que no se entiendan ni se sepa de d¨®nde vienen: cuando alguien te retira el pelo, un roce en un brazo, que se acerquen por detr¨¢s, un olor, un sonido, una voz, una canci¨®n, una palabra. ¡°Cosas que te pasan y que no puedes colocar ni darles sentido, pero tu cuerpo es la cinta de v¨ªdeo donde se ha grabado eso, no solo es mi memoria declarativa la que se encarga de narrar lo que me ha ocurrido: pesadillas, emociones intensas, o flashbacks pueden aparecer, aunque solo tengan contenido sensorial y no visual¡±.
En una agresi¨®n sexual en la que se est¨¢ consciente, dice esta experta de la Asociaci¨®n de Asistencia a Mujeres Agredidas Sexualmente de Catalu?a, se puede narrar de alguna manera: ¡°Colocarnos en alg¨²n sitio para integrarlo y seguir adelante; cuando no, aunque lo integramos y seguimos adelante, hay una sensaci¨®n muy grande de impotencia, de descontrol, de indefensi¨®n¡±. Y en esa no defensa, algo que en los ¨²ltimos a?os se ha sumado como ¡°punto de vulnerabilidad¡±: saber, o temer, haber sido grabadas, y ¡°mucho miedo a que se extienda, que pueda verlo nuestra familia, nuestros amigos, o nosotras mismas¡±.
Denuncias y juicios
Toda esa oscuridad y esos miedos, no solo tienen repercusiones f¨ªsicas, psicol¨®gicas y emocionales para ellas. Tambi¨¦n jur¨ªdicas. Carbajal, la directora del centro de Asturias, abogada, recuerda que en un proceso, cuando una mujer no recuerda y en los an¨¢lisis forenses no aparecen sustancias, ¡°la tendencia muchas veces sigue siendo no creerlas¡±. Marta Calder¨®n, la hom¨®loga de Carbajal en el centro de crisis de Madrid, abierto desde el pasado febrero, incide en c¨®mo ¡°se dificulta much¨ªsimo todo el proceso de denuncia y jur¨ªdico¡±.
El problema, dice Calder¨®n, es que muchas veces la propia denuncia se interpone despu¨¦s de d¨ªas o semanas o meses, si es que llega a hacerse. ¡°Para cuando la mujer ha podido poner un poco de luz a esa oscuridad, cuando ya ellas mismas han hecho una investigaci¨®n preguntando a sus amigos, a su familia, a su pareja, mirando su m¨®vil, ya no hay forma de obtener pruebas¡±. En el centro madrile?o han atendido en estos 10 meses a 500 mujeres, de ellas, 165 han iniciado un proceso; y de esas, el 15% verbalizan o tienen sospechas de sumisi¨®n qu¨ªmica (25). Solo una ¡°lo ha podido demostrar con informe forense¡±, explica Marta Calder¨®n, la coordinadora.
Tras la denuncia, durante el proceso judicial, Calder¨®n explica que la sumisi¨®n qu¨ªmica ¡°genera poca credibilidad¡± porque ¡°hay una dificultad a?adida en el relato, porque no suele haber inmediatez de la acreditaci¨®n de lo que ha ocurrido, porque esos flashes de recuerdos vienen d¨ªas o meses despu¨¦s, si ha habido una denuncia es posible que luego quiera hacerse una ampliaci¨®n o modificaci¨®n y eso hace que en vez de aumentar la credibilidad de lo que ha ocurrido, reste¡±.
Un testimonio que ¡°puede tener fuerza si existe buena formaci¨®n¡± de fiscales, jueces y juezas, abogac¨ªa y polic¨ªas, dice Garc¨ªa, la psic¨®loga, para que puedan entrevistar y recabar informaci¨®n ¡°de forma exhaustiva, sin victimizar, que corrobora el relato de la v¨ªctima, y que viene tanto de la informaci¨®n perif¨¦rica [todo lo que rodea a los hechos delictivos, el contexto y las circunstancias que puede dar claves], como de la corporal [marcas visibles o invisibles, como moratones o la sensaci¨®n de no soportar, de repente, que las toquen]¡±. Son indicios, se?ala, ¡°y ninguno es por s¨ª solo una certeza o una prueba, pero conociendo c¨®mo funciona la violencia sexual, pueden ponerse en relaci¨®n de manera informada¡±.
Y ¡°ayudar¡± a entender una violencia que hasta ahora es en la que menos se ha profundizado, y a las mujeres que la sufren. Yolanda Trigueros, del centro de la Comunidad de Madrid pronuncia horror: ¡°La violencia sexual es una forma de aterrorizar y de quitar el poder a las mujeres. Pero si adem¨¢s no tienes recuerdo, es como entrar en ese vac¨ªo, en esa incertidumbre. Que cualquiera lo imagine durante un segundo. Es el horror¡±.
Los centros de crisis de Asturias y Madrid atienden las 24 horas, los 365 d¨ªas del a?o, a mujeres de cualquier edad, nacionalidad o situaci¨®n administrativa. El n¨²mero de tel¨¦fono del centro de Asturias es el 677 985 985, se puede llamar, enviar mensajes y WhatsApp; y su correo electr¨®nico es centrodecrisis@asturias.org. En Madrid, el tel¨¦fono es el 900 599 316, y el email es centrodecrisis24@madrid.org. Ante una agresi¨®n, tambi¨¦n se puede llamar al 016, que atiende todas las violencias, las 24 horas del d¨ªa, todos los d¨ªas del a?o, en 53 idiomas diferentes. El n¨²mero no queda registrado en la factura telef¨®nica, pero hay que borrar la llamada del dispositivo. Tambi¨¦n se puede contactar a trav¨¦s del correo electr¨®nico 016-online@igualdad.gob.es y por WhatsApp en el n¨²mero 600 000 016. Los menores pueden dirigirse al tel¨¦fono de la Fundaci¨®n ANAR 900 20 20 10. Si es una situaci¨®n de emergencia, se puede llamar al 112 o a los tel¨¦fonos de la Polic¨ªa Nacional (091) y de la Guardia Civil (062). Y en caso de no poder llamar, se puede recurrir a la aplicaci¨®n ALERTCOPS, desde la que se env¨ªa una se?al de alerta a la Polic¨ªa con geolocalizaci¨®n.
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