La beca de comedor tambi¨¦n se va de vacaciones: ¡°Temo que los ni?os vean la nevera sin un yogur¡±

La pr¨®xima semana los m¨¢s peque?os empiezan sus vacaciones de verano, pero los ¨²ltimos coletazos del curso escolar tienen en vilo a muchas familias con dificultades para llenar la despensa. Sus hijos dejar¨¢n de recibir la beca de comedor, que les garantiza una comida diaria completa y equilibrada desde el mes de septiembre hasta junio. Ana Mar¨ªa Ciufulica, de 36 a?os, tiene sentimientos encontrados. Se siente feliz porque podr¨¢ estar m¨¢s tiempo con sus tres ni?os, pero la incertidumbre y la tristeza la invaden cuando piensa en su bienestar. ¡°C¨®mo voy a explicarles que no puedo darles lo que piden. Temo que abran la nevera y no vean un yogur. Me dar¨ªa mucha verg¨¹enza¡±, cuenta en su casa de L¡¯Hospitalet de Llobregat, en Barcelona. M¨¢s de 850.000 menores reciben esta ayuda alimentaria, pero solo el 14,3% de los 200 centros educativos encuestados por la ONG Educo, en toda Espa?a, afirman que el alumnado becado tendr¨¢ la comida asegurada durante el periodo estival, seg¨²n un informe que se ha presentado este jueves.

¡°No es la primera vez que llego a la caja del supermercado y tengo que dejar productos porque no me llega el dinero. He afrontado alguna semana con solo 50 euros. Compramos pescado una vez al mes, cuando cobramos¡±, cuenta Ciufulica. Est¨¢ de baja laboral desde hace dos meses por escoliosis y lumbago. Es limpiadora en un hotel y su marido trabaja en el sector de la construcci¨®n. Destinan casi el 40% de los ingresos al pago del alquiler. Insiste en que les quedan 800 euros mensuales disponibles, que son absorbidos por la compra de comida para cinco personas, y, muchas veces, les resultan insuficientes. Tiene dos hijas de 13 y 7 a?os y un ni?o de 4.

Cuando ella no contaba con empleo, como el verano pasado, viv¨ªan solo con el salario de su pareja y la situaci¨®n era m¨¢s delicada. Las becas de comedor son concedidas por las comunidades aut¨®nomas, en funci¨®n de la renta familiar, y est¨¢n destinadas a alumnos de Educaci¨®n Infantil, Primaria y Secundaria Obligatoria de centros financiados con fondos p¨²blicos. La ONG Educo concede una ayuda complementaria a las familias vulnerables, cuando no reciben la subvenci¨®n completa.

¡°No pasamos hambre, pero estamos muy limitados. No podemos decir que estamos bien, vamos justos¡±, explica Ciufulica. Ha recibido ayudas sociales para hacer frente a algunas facturas de luz y gas y siempre busca marcas blancas. Sus hijos reciben el 75% de la beca comedor durante el curso escolar y la ONG Educo aporta el 25% restante para el peque?o, pero el remanente de las ni?as lo paga de su bolsillo. La Confederaci¨®n Espa?ola de Padres y Madres del Alumnado advierte de la disparidad del precio seg¨²n la autonom¨ªa. En La Rioja comer en el colegio cuesta 4,5 euros diarios, sin embargo, en Catalu?a asciende a los 7, uno de los precios m¨¢s altos de Espa?a.

Pero este informe, llamado Los derechos de la infancia no se van de vacaciones, denuncia el olvido que sufren los ni?os en verano, a los que se les pierde la pista cuando esta ayuda se termina. Educo no puede tener una fotograf¨ªa completa de su situaci¨®n por la falta de informaci¨®n y coordinaci¨®n administrativa. Reprocha la falta de un seguimiento durante 80 d¨ªas de los derechos b¨¢sicos como la habitabilidad de la vivienda, el ocio o la alimentaci¨®n, que pasa a ser un asunto privado.

Para la infancia m¨¢s vulnerable existen algunos apoyos durante estos casi tres meses de vacaciones, como ayudas para comprar alimentos o ir a colonias y excursiones donde se asegura al menos una comida al d¨ªa. Pero los ni?os de Ciufulica acudieron el a?o pasado al campamento de verano y ten¨ªa que recogerles a mediod¨ªa porque el almuerzo no era gratis. Tampoco pod¨ªa dejarles ir a excursiones con pernocta debido al alto coste.

No siempre hay plazas gratuitas para todos y las subvenciones para apuntarse a actividades son escasas o no cubren todos los d¨ªas de vacaciones. Tambi¨¦n es complicado saber si estas incluyen las tres comidas en el periodo no lectivo. Cuesta mucho ver la complementariedad entre las ayudas que dan las comunidades aut¨®nomas, las diputaciones provinciales, los ayuntamientos o las entidades sociales, seg¨²n denuncia la ONG.

Prueba de ello es que cuando Educo pregunt¨® en febrero a 200 colegios sobre este tema, solo uno de cada siete centros afirm¨® que sus alumnos becados tendr¨¢n una continuidad alimentaria en julio y agosto. Salvo muy contadas excepciones, las becas comedor se suspenden en verano. El 6,7% de las escuelas detall¨® que esa garant¨ªa ser¨¢ parcial y no cubrir¨¢ todo el verano, el 28,6% desconoc¨ªa la situaci¨®n, el 25,7% declar¨® que los ni?os no tendr¨¢n ayuda para comer o que esta ser¨¢ muy pobre y el 24,8% sab¨ªa de la existencia de ofertas con actividades y comida, pero reconoc¨ªa que no todas las familias pueden acceder a ellas.

B¨¢rbara G¨¢mez, madrile?a de 43 a?os, tambi¨¦n est¨¢ preocupada por la llegada de las vacaciones. ¡°Tirar¨¦ de congelador, ofertas y ayudas de la abuela. Cocino mucha pasta y arroz, si hay que repetir, se repite¡±, concluye. Durante el curso se ahorra m¨¢s de 200 euros mensuales en comida gracias a la beca comedor, con una cobertura total financiada por la ONG Educo y la Comunidad de Madrid. ¡°Lo que no consigo equilibrar en casa, lo aseguro en el colegio¡±.

Considera imprescindible que sus dos hijos, de nueve y seis a?os, tengan esta ayuda. Vivi¨® durante casi una d¨¦cada en Inglaterra con los dos peque?os y su expareja, pero desde que volvi¨® a Espa?a, en 2018, ha encadenado diferentes trabajos inestables y temporales, por ejemplo, de recepcionista, asesora financiera o responsable de marketing.

Su vivienda cuesta 1.000 euros y destina al hogar m¨¢s de la mitad de su salario. Desde diciembre es interina en el Ayuntamiento de Madrid y puede sobrellevar mejor los gastos, pero hubo una ¨¦poca en la que su principal fuente de ingresos eran los 480 euros mensuales del Servicio P¨²blico de Empleo Estatal, por no poder cobrar el paro. Lamenta que el padre de los ni?os ¡°no aporte la cuant¨ªa correspondiente de manutenci¨®n por hijo¡±. No puede vivir con su madre porque a su peque?o le diagnosticaron trastorno del espectro autista y necesita m¨¢s espacio. Los cr¨¦ditos que ha pedido estos a?os atr¨¢s para sufragar gastos de comida, material escolar o dentistas la ahogan cada mes.

¡°Intento comprar alimentos pr¨®ximos a la fecha de caducidad porque les bajan el precio. A veces, recurro a productos elaborados como los fideos asi¨¢ticos instant¨¢neos o la boller¨ªa industrial, s¨¦ que esto no es sano, pero es lo m¨¢s econ¨®mico¡±, cuenta G¨¢mez. Seg¨²n la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Alimentaci¨®n y la Agricultura, en Espa?a la dieta saludable cuesta seis veces m¨¢s que una comida suficiente, que solo cubre las necesidades energ¨¦ticas.

Las frutas, las hortalizas y los alimentos de origen animal son, en general, m¨¢s costosos que los productos con un alto contenido en grasas, az¨²car o sal. ¡°No consumimos muchas cosas frescas, pero s¨ª intento comprar pescado con frecuencia¡±, apunta G¨¢mez. M¨¢s de medio mill¨®n de menores no pueden permitirse comer carne, pollo, pescado o su equivalente proteico cada dos d¨ªas.

Ciufulica ha llegado a prescindir de su medicaci¨®n para el dolor de espalda, cuyo coste es de 35 euros, aun con la cobertura de la Seguridad Social, por alimentar a los peque?os. ¡°Con ese dinero compro comida para dos d¨ªas¡±, asegura. En m¨¢s de una ocasi¨®n se le han acabado los cereales del desayuno y no ha podido reponerlos en el mismo mes. ¡°Los ni?os se disgustaron mucho¡±, recuerda.

Educo insiste en que el comedor escolar no solo proporciona una alimentaci¨®n adecuada, sino tambi¨¦n los aprendizajes necesarios para una vida saludable. ¡°Comen bien, socializan y se relacionan¡±, insiste Ciufulica. Por ello, a la ONG no solo le preocupa la nutrici¨®n infantil estival, tambi¨¦n el derecho al ocio de los menores. No hay claridad sobre c¨®mo se conceden las ayudas a las actividades de verano, si de forma directa a las familias o a trav¨¦s de otras entidades, y se desconoce el presupuesto destinado y el total de beneficiarios. Adem¨¢s, en muchos casos se prioriza la conciliaci¨®n por delante de la situaci¨®n econ¨®mica de las familias, seg¨²n Educo.

¡°Los ni?os en verano preguntan todo el rato cu¨¢ndo volver¨¢n al colegio¡±, confiesa Ciufulica, que considera inviable ir de vacaciones. Como ella, en Espa?a m¨¢s de un mill¨®n de familias no se lo pueden permitir. Educo advierte de que muchos menores est¨¢n la mayor parte del d¨ªa en casas sin una temperatura adecuada y pegados a una pantalla, mientras sus padres trabajan, y alerta de que esto tambi¨¦n compromete el aprendizaje del pr¨®ximo curso escolar.

¡°Cada septiembre vuelven a empezar de cero con los h¨¢bitos saludables relativos a la actividad f¨ªsica, a la alimentaci¨®n, al sue?o o al bienestar emocional¡±, apunta Ana Bel¨¦n Granados, la directora del CEIP Manuel Aza?a de Alcal¨¢ de Henares (Madrid), uno de los centros que han participado en el informe.

Los derechos de la infancia no deber¨ªan irse de vacaciones. Por ello, Ciufulica reclama m¨¢s ayudas y G¨¢mez pide mayor atenci¨®n para las familias monoparentales: ¡°Se me parte el alma cuando mi hija me ofrece su hucha porque me ve apurada, yo le digo que la guarde¡±. Conf¨ªa en que todo mejore.