Una guardia civil se escuda en la ¡®ley trans¡¯ para impugnar una sanci¨®n por llevar el pelo largo
La agente comunic¨® formalmente a sus superiores el cambio de sexo registral despu¨¦s de ser expedientada
Una guardia civil destinada en Caravaca de la Cruz (Murcia) cambi¨® de g¨¦nero al amparo de la Ley para la Igualdad Real y Efectiva de las Personas Trans, aprobada en diciembre de 2022 y conocida popularmente como ley trans, pero no comunic¨® formalmente esta circunstancia a sus mandos hasta meses despu¨¦s. La notificaci¨®n de esta modificaci¨®n del sexo registral la realiz¨® despu¨¦s de que sus superiores le abrieron un expediente disciplinario por llevar el pelo m¨¢s largo de lo que permite la normativa interna para los agentes hombres. El expediente ha concluido en una sanci¨®n leve, seg¨²n la documentaci¨®n y testimonios a los que ha tenido acceso EL PA?S. La agente ha mantenido hasta ahora su nombre de var¨®n y el aspecto anterior a su inscripci¨®n como mujer en el registro salvo por la longitud del pelo. Justicia para la Guardia Civil (Jucil, la asociaci¨®n profesional mayoritaria entre los agentes del instituto armado y a la que pertenece la afectada) se ha desmarcado del incidente y apunta a que la actitud de la agente busca en realidad ¡°fines distintos y ajenos al sentido de igualdad¡±. Este diario ha intentado recabar la versi¨®n de la guardia civil, sin ¨¦xito, al no lograr localizarla.
El caso se inici¨® a finales del a?o pasado, cuando la agente fue advertida por sus superiores en al menos dos ocasiones de que llevaba el pelo m¨¢s largo de lo que se fija para los varones cuando visten el uniforme en una circular de la Guardia Civil de 1996 a¨²n en vigor. Esta norma interna recoge que en estos ¡°el corte de pelo ser¨¢ ¡®cl¨¢sico¡¯ en disminuci¨®n hacia el cuello, de forma que ¨¦ste quede al descubierto aproximadamente dos cent¨ªmetros por encima del borde de la camisa, as¨ª como los pabellones auditivos¡±. Tambi¨¦n regula que las patillas ¡°se cortar¨¢n horizontalmente, sin que desciendan por debajo de la altura media del pabell¨®n de la oreja, ni asciendan tanto que queden suprimidas¡±. En el caso de las mujeres, la normativa s¨ª permite llevar el pelo largo siempre que se recoja en una coleta, un mo?o o una trenza y esta no impida colocar la prenda de cabeza, ya sea el tricornio o la gorra reglamentaria. Ante la negativa a cortarse el pelo para adecuarlo a la norma para varones, la agente, que presta uniformada un servicio de atenci¨®n al p¨²blico, fue expedientada el pasado 9 de enero.
La respuesta de la agente se produjo 10 d¨ªas despu¨¦s con la presentaci¨®n de una instancia al coronel jefe de la Guardia Civil en Murcia para pedir autorizaci¨®n para ¡°llevar el pelo largo¡±. En aquel escrito, en el que alegaba que ¡°en la legislaci¨®n vigente no existe una prohibici¨®n expresa¡± para poder hacerlo siempre y cuando no impida ¡°la correcta colocaci¨®n de cada uno de los elementos del uniforme¡±, la agente tampoco aludi¨® a su cambio de g¨¦nero y, de hecho, se refer¨ªa a s¨ª misma en todo momento como var¨®n. As¨ª, hablaba de ¡°destinado¡±, ¡°interesado¡± o se se inclu¨ªa entre los ¡°componentes masculinos del Cuerpo¡±.
La respuesta del alto mando se produjo el 6 de febrero en forma de resoluci¨®n en la que rechazaba la petici¨®n al concluir que en el caso de la agente ¨Dque en aquel momento segu¨ªa sin comunicar su cambio de g¨¦nero¨D, llevar el pelo largo ¡°romper¨ªa los signos externos de polic¨ªa personal y aspecto f¨ªsico del personal que forma parte de esta instituci¨®n¡±.
Tras esta resoluci¨®n, la agente entreg¨® a comienzos de abril el escrito en el que informaba formalmente por primera vez que el a?o anterior hab¨ªa obtenido ¡°una modificaci¨®n¡± en su partida de nacimiento. ¡°Variando mi menci¨®n registral de var¨®n a mujer¡±, lo que corroboraba adjuntando una copia de su DNI y de su partida de nacimiento en los que ya constaba esta circunstancia. En el documento, la guardia civil solicitaba que se le reconociera ¡°el cambio de sexo, sin ning¨²n tipo de discriminaci¨®n y recibiendo un trato igual al resto de compa?eros.¡±
Sus superiores consideraron que esta comunicaci¨®n no cambiaba los hechos y apuntaban a que su ¨²nico fin era evitar la sanci¨®n. Por ello, el expediente disciplinario sigui¨® adelante y, finalmente, la pasada semana se le comunicaba una ¡°reprensi¨®n¡± [reprobaci¨®n expresa] como autor de una falta leve contemplada en el art¨ªculo 17 del R¨¦gimen Disciplinario de la Guardia Civil. La agente ha recurrido la sanci¨®n al considerar que, al ser mujer y llevar el pelo recogido, cumple la normativa interna. Fuentes del Instituto armado aseguran, sin embargo, que lo ha hecho fuera de plazo.
El caso, que se conoci¨® el pasado domingo tras hacerlo p¨²blico La Opini¨®n de Murcia, ha creado malestar en el seno de la Guardia Civil, donde ya hay una docena de agentes que se han acogido a la ley trans para cambiar de g¨¦nero sin que hubiera transcendido hasta ahora la existencia de ning¨²n problema. De hecho, esta es la primera vez que se produce un incidente. El secretario general de Jucil, Ernesto Vilari?o, ha asegurado a este diario que su asociaci¨®n, a la que est¨¢ afiliada la guardia civil sancionada, ¡°pretende, en este sentido, actuar con el m¨¢ximo rigor en la defensa de los intereses y derechos de sus asociados, siempre que estos intereses respondan a los principios democr¨¢ticos en los que se asienta la asociaci¨®n. No as¨ª, en la defensa de intereses espurios que se pretendan hacer pasar por otros tan leg¨ªtimos como la debida igualdad de trato ante el mando de todos los guardias civiles, con independencia de su g¨¦nero¡±, a?ade.
El caso de la agente de Caravaca no es el primero en el ¨¢mbito del Ministerio del Interior respecto a la ley trans. En marzo de 2023 varios medios de comunicaci¨®n aseguraron que seis reclusos del Centro Penitenciario de Villabona (Asturias) hab¨ªan solicitado cambiar de sexo con el supuesto fin de pasar a ocupar una celda en un m¨®dulo de mujeres. El propio ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, tuvo que salir entonces a desmentirlo e informar de que, en realidad, solo se hab¨ªa producido una petici¨®n.
Seg¨²n las estad¨ªsticas de Interior y de los gobiernos vasco y catal¨¢n ¨Dque tienen transferidas la gesti¨®n de las prisiones de sus comunidades¨D, hay un centenar de personas trans encarceladas en Espa?a, lo que representa menos del 0,2% de los 55.000 reclusos existentes. La tres administraciones se?alaron entonces que la transexualidad no es un factor determinante para decidir a qu¨¦ m¨®dulo va un recluso, sino que se siguen criterios individualizados. Si bien todas lo tienen en cuenta el cambio de g¨¦nero, la decisi¨®n sobre la ubicaci¨®n final de un interno atiende a un conjunto de factores, incluido el delito, la condena y otras circunstancias, como sucede con cualquier otro preso.
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