Sean Combs, en prisi¨®n a la espera de juicio por tr¨¢fico de personas, acumula ya 11 denuncias por abuso sexual
El rapero tambi¨¦n conocido como Puff Daddy fue detenido hace una semana y acusado de tr¨¢fico sexual, asociaci¨®n il¨ªcita y transporte para ejercer la prostituci¨®n. Ahora una mujer le acusa de drogarla y violarla en 2001
Sean Combs est¨¢ en la c¨¢rcel a la espera de juicio, pero eso no evita que pueda ser denunciado. Este martes se ha conocido que una mujer de nombre Thalia Graves le ha demandado por abuso sexual y violaci¨®n, en la que ser¨ªa la denuncia n¨²mero 11 en apenas 10 meses contra el rapero, productor y empresario, ganador de tres premios Grammy. Ella misma ha dado una rueda de prensa horas despu¨¦s donde, sumida en llanto, ha hablado de las graves consecuencias que aquellos hechos le provocaron.
Seg¨²n unos documentos a los que ha tenido acceso inicialmente la web TMZ, Graves denuncia tanto a Combs como a uno de sus guardaespaldas, llamado Joseph Sherman, por haber abusado sexualmente de ella y tambi¨¦n por violarla en el a?o 2001, as¨ª como de grabar lo ocurrido. La mujer explica en los documentos judiciales que conoci¨® al m¨²sico cuando ella ten¨ªa 25 a?os a trav¨¦s de su novio, que entonces era empleado en Bad Boy Records, la discogr¨¢fica del artista. En el verano de 2001 comparti¨® un viaje en coche con Combs y Sherman, que le ofrecieron una copa de vino; tras consumirla empez¨® a sentirse ¡°mareada y f¨ªsicamente d¨¦bil¡±, seg¨²n los documentos, y que incluso lleg¨® a perder la consciencia. Al despertar se vio desnuda y maniatada en el estudio de Combs en Manhattan, mientras el m¨²sico le aplastaba la cabeza contra una mesa de billar hasta que ella vomit¨®; sin embargo, ¨¦l no cej¨® en su violencia. Explica que, en sus idas y venidas de consciencia, ambos la violaron.
Thalia Graves tambi¨¦n asegura en la demanda que hasta ahora no se hab¨ªa atrevido a denunciar porque ten¨ªa miedo de las represalias de ambos atacantes. Pas¨® por una depresi¨®n durante cuatro a?os, llegando a pensar en el suicidio, y tambi¨¦n tuvo graves problemas de ansiedad, que se agravaron en noviembre de 2023, cuando supo que el ataque fue grabado y que ambos ¡°segu¨ªan mostrando el v¨ªdeo de la violaci¨®n durante a?os y lo vendieron como pornograf¨ªa¡±.
Horas despu¨¦s de conocerse la denuncia, Graves y su abogada, la conocida y poderosa letrada Gloria Allred, han convocado a la prensa para hablar de la cuesti¨®n. ¡°Es un dolor que llega hasta lo m¨¢s profundo de lo que eres¡±, ha afirmado Graves entre l¨¢grimas, explicando que ¡°la verg¨¹enza¡± y ¡°la culpa¡± todav¨ªa la persiguen y la afectan en su d¨ªa a d¨ªa, en el que tiene ¡°flashbacks, pesadillas y pensamientos intrusivos¡±. ¡°Paso por rachas en las que me siento distante y retra¨ªda. Me cuesta mucho salir de casa. El trauma de la agresi¨®n se ha cobrado un peaje en mi salud mental¡±, ha explicado, afirmando que tiene ¡°cicatrices emocionales¡± y que le cuesta confiar en la gente y mantener relaciones sentimentales y sexuales. Allred ha explicado que por cuestiones legales no puede hablar del caso en profundidad, pero que en ning¨²n caso su clienta ¡°autoriz¨® la grabaci¨®n en v¨ªdeo, del mismo modo que nunca habr¨ªa consentido ser una v¨ªctima en el modo en el que lo fue¡±.
Esta es la decimoprimera demanda que recibe el m¨²sico ¡ªtambi¨¦n conocido como Puff Daddy o Diddy¡ª desde noviembre de 2023, cuando su exnovia, Casandra Ventura (artista conocida como Cassie), hizo p¨²blicas sus violaciones, abusos, palizas y amenazas en una demanda que, sin embargo, retir¨® apenas un d¨ªa despu¨¦s tras un acuerdo extrajudicial. Pero aquello sent¨® las bases para que llegaran otro pu?ado de ellas, la mayor¨ªa por parte de mujeres que relataban los abusos constantes por parte de Combs y c¨®mo este jugaba con sus vidas y sus carreras para mantenerlas sumisas, temerosas y calladas.
Todo ello hizo que el pasado lunes 16 de septiembre fuera detenido en Nueva York, como parte del veredicto realizado en secreto por un gran jurado. El martes 17, hace ahora una semana, se conocieron los cargos. Combs fue acusado de tr¨¢fico sexual, asociaci¨®n il¨ªcita y transporte para ejercer la prostituci¨®n. En la acusaci¨®n, de 14 folios, se lee que ¡°durante d¨¦cadas el acusado abus¨®, amenaz¨® y coercion¨® a mujeres y a otras personas a su alrededor para cumplir sus deseos sexuales, proteger su reputaci¨®n y esconder su conducta. Para ello, Combs confi¨® en empleados, fuentes y en la influencia de su imperio de distintas caras, que dirig¨ªa y controlaba, creando una empresa criminal en la que sus miembros y socios se dedican, o trataron de dedicarse, entre otros cr¨ªmenes, al tr¨¢fico sexual, los trabajos forzados, el secuestro, el robo y la obstrucci¨®n a la justicia¡±.
La pena m¨ªnima que enfrenta Combs es de 15 a?os de c¨¢rcel por el delito de tr¨¢fico sexual, pero puede llegar a pasar toda su vida en prisi¨®n. ?l se ha declarado ¡°no culpable¡±. Aunque sus abogados pidieron que esperara al juicio ¡ªprevisto para el 12 de noviembre¡ª fuera de la c¨¢rcel gracias a una fianza de 50 millones de d¨®lares, la jueza se neg¨®. Est¨¢ en un protocolo espec¨ªfico antisuicidios y, desde el lunes, encarcelado en el centro de detenci¨®n de Brooklyn, donde comparte espacio con otros presos de alto perfil como el expresidente de Honduras Juan Orlando Hern¨¢ndez y el ex director ejecutivo de FTX, Sam Bankman-Fried, y en el que no tiene que compartir ¨¢reas comunes con otros reclusos.
Hasta ahora, las demandas contra Combs han sido otras nueve, 10 con la de Thalia Graves. En noviembre de 2023, dos mujeres demandaron: Joi Dickerson-Neal, que le acus¨® de violarla y grabarlo en 1991, cuando ella ten¨ªa 19 a?os; y Liza Gardner, que aseguraba que en 1990 las agredi¨® a ella y a una amiga. Solo un mes despu¨¦s denunci¨® una cuarta mujer an¨®nima, en una de las demandas fundamentales del proceso judicial: denunci¨® que traficaron con ella sexualmente y la trasladaron en un avi¨®n de Detroit al estudio del m¨²sico en Nueva York para violarla cuando era, adem¨¢s, menor de edad.
Ya en febrero, un productor con el que Combs trabajaba habitualmente llamado Rodney Jones Jr. le acus¨® de tocamientos no consentidos, y en mayo llegaron dos m¨¢s. Primero, la de una modelo llamada Crystal McKinney, que contaba que en 2003 ¨¦l le oblig¨® a practicarle sexo oral tras drogarla en su estudio. Segundo, la de April Lampros, que describi¨® las agresiones de Combs cuando ella era una estudiante de en Nueva York a quien ¨¦l le hac¨ªa promesas de futuro. En julio, Adria English, que trabaj¨® en una fiesta en los Hamptons en 2004, le acusaba de un delito de tr¨¢fico sexual, de obligarla a beber alcohol y consumir drogas y de ofrecerla a amigos para mantener ¡°intercambios sexuales¡±.
La novena demanda es, hasta el momento, la ¨²nica que hasta ahora ten¨ªa sentencia y que se ha conocido a posteriori de esta. Tuvo lugar en junio pero se supo en septiembre. Derrick Lee Cardello-Smith, de 51 a?os y preso en M¨ªchigan, le acusa de abusar de ¨¦l en una fiesta en 1997. La juez le impuso a Combs una multa ejemplarizante de 100 millones de d¨®lares, ya que no se present¨® en el juicio. Hasta ahora, antes de la de Graves, la ¨²ltima denuncia hab¨ªa sido interpuesta por una cantante llamada Dawn Richard, vocalista de Danity Kane (un grupo que precisamente ¨¦l cre¨® en un programa de televisi¨®n), que acusa al rapero de abusos sexuales y amenazas. Ella asegura que el rapero la manipul¨® durante a?os y que la obligaba a seguir sus instrucciones, como presentarse a reuniones en ropa interior; si no lo hac¨ªa, no la dejaba cantar o le apagaba el micr¨®fono. Tambi¨¦n la manoseaba y golpeaba en las nalgas, le arrojaba objetos cuando se enfadaba, y, en ocasiones, no le pagaba y la privaba, a ella y a sus compa?eras, de alimento y de sue?o.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.