Elo¨ªsa D¨ªaz, la joven que super¨® a su ¨¦poca
La doctora D¨ªaz es la mujer que super¨® a su ¨¦poca y que dej¨® en rid¨ªculo a quienes dudaban
Un decreto y un biombo. Estas dos expresiones del poder convirtieron a Elo¨ªsa D¨ªaz Insunza en la primera m¨¦dica chilena y de Am¨¦rica Latina. El decreto del ministro Amun¨¢tegui declar¨® en 1877 que las mujeres ¡°deben ser admitidas a rendir ex¨¢menes v¨¢lidos para obtener t¨ªtulos profesionales, con tal que se sometan para ello a las mismas disposiciones a que est¨¢n sujetos los hombres¡±. En cuanto al biombo, este fue instalado durante las c¨¢tedras para que las miradas masculinas no se distrajeran con la nueva estudiante, con esta pionera que ya hab¨ªa pagado el costo de entrada con la excelencia de su examen de admisi¨®n, pero que deb¨ªa seguir separada por temores arcaicos. La doctora Elo¨ªsa D¨ªaz es esa mujer, la joven que super¨® a su ¨¦poca y que dej¨® en rid¨ªculo a quienes dudaban.
Quienes optamos por la salud en nuestra formaci¨®n acad¨¦mica y social sentimos, ya bien avanzado el siglo XX, la vigencia de esta historia. En las aulas, en las ceremonias, Elo¨ªsa sigui¨® de alguna forma con nosotras. Porque no se puede borrar ni el peso de la discriminaci¨®n ni el impacto de pol¨ªticas p¨²blicas habilitadoras de la igualdad. Ambas inspiran luchas y la b¨²squeda de mayores nuevas conquistas.
La historia de la Dra. D¨ªaz tambi¨¦n nos recuerda que no es f¨¢cil ser pionera. La sociedad siempre ha pedido excepcionalidad a las mujeres para conseguir lo que otros heredan desde hace siglos. Es una carga desproporcionada. Sin embargo, es una carga m¨¢s ligera cuando es compartida, cuando en la voz de una mujer se amplifican miles de otras voces, miles de otras aspiraciones que s¨®lo esperan ver una senda accesible. Es lo que representa Ernestina P¨¦rez Barahona, la segunda mujer chilena en estudiar en la facultad de Medicina y en titularse. Lo hizo una semana despu¨¦s de Elo¨ªsa. Sus caminos se cruzaron. Sus logros y dificultades se hermanaron. No hay una sin la otra.
Porque cuando se derriba un muro, todas las mujeres nos ponemos en movimiento. Esa es la mayor inspiraci¨®n que nos regal¨® la doctora Elo¨ªsa D¨ªaz.