Wikileaks, una voz contra la censura

Desde diciembre de 2006, las mordazas de los poderes p¨²blicos y econ¨®micos cuentan con un inc¨®modo altavoz en la Red. Con el ¨¢nimo de hacer p¨²blicos para el ciudadano comprometidos documentos que los Gobiernos o las empresas intentan en vano silenciar, el portal ciudadano Wikileaks (tambi¨¦n en Twitter y en Facebook) se erige en la era de Internet como una alternativa real que pueda servir de contrapeso al silencio impuesto por lo que el grupo denomina los "reg¨ªmenes opresivos".

Con m¨¢s de un mill¨®n de documentos o informes en su haber en algo m¨¢s de tres a?os de existencia, Wikileaks (wikifiltraciones, en castellano), ofrece a cualquier usuario la posibilidad de alojar an¨®nimamente mediante una conexi¨®n cifrada textos, audios o v¨ªdeos confidenciales cuya autenticidad el portal se encarga posteriormente de verificar. El sitio, creado por periodistas y activistas an¨®nimos al modo de la enciclopedia participativa Wikipedia, se alimenta de las donaciones y, seg¨²n asegura, no acepta publicidad ni ayudas p¨²blicas. Una falta de financiaci¨®n que hace algo m¨¢s de un mes le oblig¨® a cerrar temporalmente.

El portal, que en los ¨²ltimos meses ya hab¨ªa difundido las comunicaciones realizadas desde el World Trade Center durante los atentados del 11-S, las identidades de los miembros de un partido de ideolog¨ªa xen¨®foba en Reino Unido o un informe medioambiental sobre las acciones emprendidas por una multinacional en Costa de Marfil, hizo ayer p¨²blico un controvertido v¨ªdeo grabado en Bagdad desde un helic¨®ptero militar estadounidense.

Las pol¨¦micas im¨¢genes, confirmadas como aut¨¦nticas por un portavoz del Ej¨¦rcito de EE UU, contradicen, en este caso, la versi¨®n oficial del Pent¨¢gono sobre la muerte "en defensa propia" de 11 personas en Irak en 2007, entre ellos un periodista de la agencia Reuters. Su empresa ya hab¨ªa argumentado, sin ¨¦xito, su derecho a obtenerlas.

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