De las camisetas calefactoras a las chaquetas que cargan el m¨®vil: la revoluci¨®n de la ropa inteligente
Las prendas tecnol¨®gicas han entrado con fuerza en los ¨¢mbitos deportivo, laboral y de salud, pero son dif¨ªciles de encontrar en el sector textil a gran escala
¡°?Adelante gadgetogabardina!¡±, exclama el inspector Gadget antes de pulsar en un bot¨®n que hace que su gabardina se infle y le permita flotar en el aire. Esta es solo una de las prendas del famoso personaje de dibujos animados: desde el gadgetoparaguas, una mano con un paraguas que le sale del sombrero, a las gadegetoventosas, que le salen de los zapatos para caminar por distintas superficies. El inspector ya contaba en los a?os 80 con ropa inteligente, que por aquel entonces solo exist¨ªa en la ciencia ficci¨®n. Pero la revoluci¨®n tecnol¨®gica ha llegado al mundo de la moda y este tipo de prendas podr¨ªan no estar tan lejos.
La tecnolog¨ªa wearable (para llevar puesta) ha entrado con fuerza en el mercado: su uso ha crecido de un 21% en 2014 a un 49% en 2016, seg¨²n un informe de la consultor¨ªa PwC. Pero el sector de la ropa inteligente, seg¨²n los expertos consultados, apenas acaba de despegar. Cientifica, una consultor¨ªa especializada en textiles inteligentes, wearables y nanotecnolog¨ªa, espera que este sector, que en 2016 factur¨® unos 16 millones de euros, alcance en 2025 un volumen de negocio superior a los 104 millones de euros.
Estas prendas, que han entrado con fuerza en el sector deportivo, laboral y de salud, son dif¨ªciles de encontrar en el sector textil a gran escala. Pero ya hay algunas grandes marcas que apuestan por ellas. Levi?s y Google han lanzado una chaqueta con botones y sensores que controlan el m¨®vil. Con ella puesta el usuario puede cambiar el volumen del reproductor, coger llamadas o recibir impulsos desde Google Maps, algo ¨²til cuando caminas y necesitas orientarte. Tommy Hilfiger sac¨® a la venta en 2014 una edici¨®n limitada de una chaqueta que en su parte posterior posee celdas para capturar energ¨ªa solar y cargar dispositivos.
Pero el principal obst¨¢culo a la hora de adquirir ropa inteligente es el precio: la chaqueta de Google cuesta 286 euros y la de Tommy Hilfiger, 480 euros. ¡°Por el momento este tipo de ropa es un lujo¡±, explica Anastasia Pistofidou, fundadora del laboratorio de textiles y materiales en Fab Lab Barcelona. Esto se debe a que las prendas est¨¢n fabricadas con materiales conductivos, que ¡°son muy caros¡±, y de momento ¡°tienen un ciclo de 100 lavados¡±.
Para Federico Sainz, fundador de Sepiia, una de las barreras para que la ropa inteligente triunfe es que ¡°hay una falta de formaci¨®n del mundo de la moda hacia la tecnolog¨ªa¡±. Su empresa, que naci¨® en febrero de 2016, fabrica camisas para hombres que son antimanchas, antiolores y antiarrugas. Con menos de dos a?os de vida, ya vende 400 camisas al mes a un precio de 84 euros cada una a trav¨¦s de su tienda online y en los pr¨®ximos meses lanzar¨¢ la colecci¨®n de polos y de mujer. ¡°La prenda es muy ¨²til para la gente que viaja mucho, le gusta el deporte y, por ejemplo, va al trabajo en bici¡±, sostiene. Jes¨²s Solanillos, un analista programador de 41 a?os de Madrid, tiene una blanca y est¨¢ pensando en comprarse otra. ¡°La suelo llevar cuando voy a alguna reuni¨®n de trabajo donde s¨¦ que luego vamos a comer y puede haber alg¨²n ¡®accidente¡¯ y puedo mancharme¡±, explica.
La principal barrera para que la ropa inteligente triunfe es el precio
Otra de las limitaciones en el caso de algunas prendas es la duraci¨®n de la bater¨ªa. David Requena es fundador de Wendu, una empresa que fabrica camisetas capaces de regular la temperatura entre 20 y 40 grados con el m¨®vil. La bater¨ªa del dispositivo a pleno rendimiento tiene una duraci¨®n de entre tres o cuatro horas. Requena reconoce que en un futuro les gustar¨ªa prolongar este tiempo a ocho horas: una jornada laboral. La empresa acaba de sacar el producto a la venta por 80 euros y se va a reunir con la Polic¨ªa Nacional o el Ministerio de Defensa. La prenda est¨¢ pensada para el uso militar y el personal que est¨¢ a la intemperie. ¡°Es como si llevaran consigo una calefacci¨®n¡±, se?ala Requena. Pero tambi¨¦n puede ser ¨²til para ¡°personas que tienen ciertas enfermedades o toman f¨¢rmacos que les producen un desequilibrio en la temperatura corporal¡±.
En el ¨¢mbito laboral hay, por ejemplo, chalecos que permiten medir si un empleado se ha ca¨ªdo o con sensores de gases t¨®xicos o guantes que permiten identificar piezas. Mientras tanto, en el sector de la salud hay desde prendas que tratan de detectar convulsiones epil¨¦pticas a sujetadores que intentan detectar un tumor maligno en el pecho. Pero principalmente se utiliza para monitorizar constantes vitales como el ritmo card¨ªaco, la respiraci¨®n o la temperatura.
Lo mismo ocurre en el deportivo: Nike ha integrado en unas camisetas un chip para obtener informaci¨®n ¨²til y generar estad¨ªsticas de los jugadores de la NBA. Y la empresa Firstvision ha creado una camiseta con un sistema de c¨¢maras que permiten tener una visi¨®n en primera persona durante las retransmisiones deportivas. La prenda est¨¢ pensada para los jugadores y ¨¢rbitros de deporte profesional. ¡°La productora del partido puede pinchar en directo el punto de vista de esta c¨¢mara o puede hacer replays de los momentos m¨¢s destacados¡±, se?ala Roger Ant¨²nez, CEO de Firstvision.
"Hay una falta de formaci¨®n del mundo de la moda hacia la tecnolog¨ªa", se?ala Fernando Sainz
Esta tecnolog¨ªa ya se ha usado en partidos oficiales de baloncesto con la Euroliga o de balonmano con la Champions. Y es que seg¨²n afirma Pedro Diezma, fundador de la empresa Zerintia Technologies, los clientes principales de la ropa inteligente en este sector son deportistas de ¨¦lite. ¡°Un deportista normal utiliza un reloj wearable, fundamentalmente por el precio. Te puedes hacer con un reloj por unos 20 euros, sin embargo una prenda de este tipo cuesta m¨¢s de 300¡±, se?ala.
El precio de la ropa inteligente bajar¨¢ ¡°cuando las grandes marcas empiecen a utilizar tecnolog¨ªa para dar utilidad a sus prendas, probablemente de aqu¨ª a dos a?os¡±. Pero para Virginia Garc¨ªa, directora de la Unidad de Tejidos Funcionales de Eurecat, es dif¨ªcil que estas prendas lleguen al consumo masivo: ¡°La tecnolog¨ªa debe evolucionar mucho para que el sector textil de gran escala sea capaz de asumirla, los costes sean equivalentes y a la persona le d¨¦ igual comprarlo con o sin tecnolog¨ªa¡±. Garc¨ªa sostiene que las prendas que pueden triunfar son las que no necesitan una bater¨ªa y no modifican el aspecto de la prenda. El sector y los materiales han evolucionado mucho en los ¨²ltimos a?os: ¡°Los sensores eran mucho m¨¢s grandes hace 10 a?os. Ahora apenas notas que llevas tecnolog¨ªa. Ese es el gran salto de los wearables textiles: el llevarlos y no ser consciente de que los llevas¡±.
¡°Si una camiseta me masajea, igual me interesa¡±
"Una persona que se viste cada d¨ªa no quiere que le monitoricemos el ritmo cardiaco, lo que busca es mejorar el confort o la est¨¦tica", se?ala la directora de la Unidad de Tejidos Funcionales de Eurecat, Virginia Garc¨ªa. Por ello, propone funcionalizar el tejido para hacer que tenga un efecto antiestr¨¦s o anticansancio: "Si una camiseta interior me da un masaje, igual s¨ª que me interesa". Otras opciones son usar tecnolog¨ªa LED que ayude a la iluminaci¨®n de la prenda o aplicar tratamientos a los tejidos para que la ropa reaccione a ciertos est¨ªmulos. Por ejemplo, tejidos fotocr¨®micos que cambien el dise?o o el color con la luz del sol o materiales que trabajan con microc¨¢psulas que liberan una sustancia con el roce con la piel para neutralizar el olor.
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