¡°Soy un mu?equito de trapo¡±: el futuro de la realidad virtual y el porno
Espa?a es uno de los pa¨ªses pioneros en un sector que est¨¢ aparentemente estancado, pero no detenido
"Aqu¨ª soy un mu?equito de trapo", dice el actor porno Miguel Zayas, que camina por el set del rodaje en chirucas de monta?a, camiseta y gorro de lana. Esas tres prendas son estrictamente las ¨²nicas que lleva. No le importa su aspecto y as¨ª habla y bromea: antes que actor fue militar, dice, y ya tiene pensado un maravilloso t¨ªtulo abarcador para su autobiograf¨ªa: "De cabo a rabo".
El gorro, explica, es porque tiene fr¨ªo.
Zayas est¨¢ a punto de empezar a rodar, pero su vestimenta de estar por casa importa poco: es una escena de cine porno en realidad virtual y de su cuerpo va a verse solo tronco y genitales. "Soy un toy boy", dice, un mu?eco. Su rol es poner los ojos detr¨¢s de dos c¨¢maras GoPro, esconder los brazos, moverse poco y, sobre todo, no jadear. La escena es literalmente el sue?o de muchos -dejarse hacer-, pero no tanto aqu¨ª, rodeado de c¨¢maras, operadores y en silencio sepulcral: "Es el trabajo m¨¢s dif¨ªcil. No puedo mover las manos. Apenas veo a la chica. No puedo tocar. Todo es cabeza", dice. Debe cumplir inm¨®vil.
Antes que actor fue militar, y ya tiene pensado un maravilloso t¨ªtulo abarcador para su autobiograf¨ªa: "De cabo a rabo".
La actriz, en cambio, tiene otro papel: "La realidad virtual cansa m¨¢s", dice Venus Afrodita, coprotagonista. La actriz habla, ejecuta y domina. Toda la acci¨®n depende de lo que haga. Es casi un mon¨®logo.
La escena empieza, de hecho, sin actor. Es una supuesta peluquer¨ªa y Venus mueve las manos junto a las c¨¢maras, como si lavara una cabeza que no existe. Luego habla sola a las c¨¢maras: "?Quieres alg¨²n corte de pelo espec¨ªfico? Tengo productos muy buenos. No solo las mujeres se cuidan el cuerpo. Los hombres tambi¨¦n". Al rato Zayas se sienta con su gorro. Se ha puesto los pantalones solo porque se los tienen que quitar.
La directora de la escena y de Contenidos de BadoinkVR, Dinorah Hernandez, apunta a Afrodita sus frases. Luego detalla las posturas con calma: "Empezamos con mamada, luego cubana y face to face". Su tono es el mismo con el que se dice "por favor, tr¨¢eme un caf¨¦".
La realidad virtual es inmersi¨®n. El espectador se pone unas gafas y entra en otro mundo. Puede mirar en varias direcciones. En el porno, cuando mira hacia abajo, ve el tronco de un hombre estirado. De ah¨ª el silencio y el debate sobre las manos: si el actor respira fuerte o saca los brazos indica otra presencia y naufraga la experiencia inmersiva. Cuando levanta la mirada, ve una actriz que se mueve por encima de ese tronco. Se acerca a la c¨¢mara y se aleja. Acerca tambi¨¦n partes concretas de su cuerpo. Es, en verdad, bastante real.
No acaba de cuajar
La realidad virtual es de esas promesas tecnol¨®gicas que o¨ªmos desde los 90 y nunca cuaja. Hace algo m¨¢s de cinco a?os volvi¨® con fuerza. En 2014, la compra de Oculus por Facebook por 2.000 millones de d¨®lares le dio fuerza. (Solo dos a?os antes hab¨ªan comprado Instagram por 1.000.) En octubre, cuatro a?os despu¨¦s, el CEO de Oculus, Brendan Iribe, abandon¨® Facebook ante las presuntas dudas de la apuesta de Mark Zuckerberg por la realidad virtual.
Quiz¨¢ la realidad virtual est¨¢ en el ciclo definido por Bill Gates: "Sobreestimamos el cambio que ocurrir¨¢ en los pr¨®ximos dos a?os e infraestimamos el cambio que ocurrir¨¢ en los pr¨®ximos diez".
El porno fue puntero en esta ola reciente de realidad virtual y, de momento, es un negocio para muchos estudios. Espa?a fue el pa¨ªs pionero. VirtualRealPorn inaugur¨® el sector en 2013 desde Zaragoza. La tecnolog¨ªa de rodaje sigue sin estar unificada. Otras dos compa?¨ªas empezaron o tienen su sede en Espa?a: BadoinkVR, que es una empresa norteamericana cuya rama de realidad virtual est¨¢ en Barcelona, y Virtual Taboo, que naci¨® en Barcelona y ahora es propiedad de la empresa norteamericana xHamster.
Una experiencia millennial
En escenas heterosexuales, el protagonismo absoluto de la mujer provoca que el porno en realidad virtual sea menos machista y agresivo. La inmersi¨®n lleva al espectador a ser protagonista y estar m¨¢s implicado en la acci¨®n: "Nos piden m¨¢s caricias, susurros y besos", dice Dinorah Hernandez, la directora de la escena. Clos explica que piden "experiencia de novia", como si fuera "una chica con la que se acuestan" y "quieren muchos besitos y que la chica descanse en el pecho al final".
Hernandez cree que son peticiones propias de los millennials: el 42,7% de suscriptores de BadoinkVr tienen menos de 34 a?os.
La misma tecnolog¨ªa tambi¨¦n lleva a eso: "Es mucho m¨¢s ¨ªntimo todo. No pueden hacerse movimientos muy sofisticados con las c¨¢maras", dice Marcos L¨®pez, de Virtual Taboo.
La velocidad del porno ¨Cy la facilidad para monetizar¨C hace que busque nuevas tecnolog¨ªas. "La pornograf¨ªa ha descubierto mercados nuevos", dice Marcos L¨®pez, cofundador de Virtual Taboo. La realidad virtual a secas es el presente. El futuro son nuevas opciones. Ya hay vaginas enlatadas que vibran cuando el v¨ªdeo lo reclama. Hay tambi¨¦n tecnolog¨ªa h¨¢ptica, que sirve para los juegos: permiten sentir disparos, roces. "Pero la parte genital est¨¢ poco desarrollada", dice Xavi Clos, director de producto de BadoinkVR, productores de la escena de Afrodita y Zayas.
La realidad virtual de momento solo tiene un punto de vista. El espectador no puede moverse por el mundo virtual. Pero tambi¨¦n se est¨¢ investigando. La industria piensa tambi¨¦n c¨®mo aprovechar la realidad aumentada, que permite ver objetos animados y a?adidos en el mundo real. O la realidad mixta o combinada, que es grabar actores que puedan insertarse en el dormitorio del usuario.
Si el porno es pionero, c¨®mo responde a la gran pregunta hoy alrededor de la realidad virtual: ?ha despegado como producto de consumo masivo? La respuesta es, de momento, no. "No ha despegado como se esperaba", dice Ignacio P¨¦rez, director de Relaciones Exteriores de VirtualRealPorn. "?Por qu¨¦ no despega? Porque la gente no lo ha probado. De momento, el mercado crece aunque no todo lo r¨¢pido que nos gustar¨ªa", a?ade Clos.
Falta algo, de momento. Hay al menos tres problemas. Primero, la calidad y precio de las gafas. La realidad virtual depende obviamente de las gafas. Hasta ahora la potencia que requer¨ªan las mejores necesitaba de un cable al ordenador. Con las Oculus Go ¨Clas m¨¢s c¨¦lebres¨C, ya no ocurre. En 2019 Facebook sacar¨¢ las Oculus Quest, que deber¨ªan dar m¨¢s prestaciones. Aunque, seg¨²n datos de BadoinkVR, un 20% de sus usuarios no tienen gafas y usan un sustituto de cart¨®n donde ponen el m¨®vil, que hace de pantalla. el precio es un problema.
Segundo, la falta de una killer app. Los picos de nuevos usuarios de realidad virtual llegan los d¨ªas despu¨¦s de Black Friday, Navidad. Se regalan m¨¢s gafas. Pero nadie exige unas gafas. No existe un juego, nueva aplicaci¨®n o nuevo entorno que arrastre a la industria. "Los juegos son experiencias limitadas. Falta el s¨²per juego, que llegue alguien y diga, por fin, esto es la realidad virtual", dice Clos. Aunque el gran consumo de momento no ha entrado en la realidad virtual, hay empresas que preparan contenido?para formaci¨®n de sus empleados. La compa?¨ªa Strivr ayuda a formar con realidad virtual a empleados de Walmart, Verizon o Chipotle.
Las compa?¨ªas no publican cifras de suscriptores, pero a unos 10 euros al mes de media, con unos pocos miles es posible sostener el negocio
Y tercer problema, la sensaci¨®n de extra?eza: es a¨²n raro estar en un lugar con otra gente mientras tus reacciones corporales te hacen estar disparando, conduciendo r¨¢pido o saltando.
El porno tampoco es para presumir, parecen pensar en Facebook. Google no permite sus anuncios, Facebook borra las im¨¢genes con desnudos. Pero en realidad virtual son protagonistas: "Seg¨²n datos de Facebook, la aplicaci¨®n de Oculus Go que m¨¢s se usa es para ver v¨ªdeos. No es un juego. No hay muchas pel¨ªculas en realidad virtual. La gente lo usa para ver porno. Somos el caso de uso n¨²mero 1", dice Clos.
El canal de Reddit
Zayas rueda de media la mitad de sus escenas mensuales para realidad virtual. Su impresi¨®n es que prospera: "Solo llevarme a Praga a rodar, pagarme los billetes, el hotel y las escenas ya es una pasta". Y los actores son baratos respecto a las actrices: en una ronda reciente de rodajes para realidad virtual, Zayas vio a otros dos actores y a cerca de 20 chicas. Las compa?¨ªas no publican cifras de suscriptores, pero a unos 10 euros al mes de media (el precio depende de si se hace mensual o anual), con unos pocos miles es posible sostener el negocio.
El canal oficial de debate profundo sobre realidad virtual porno est¨¢ en Reddit y tiene 30.000 suscriptores: OculusNSFW, se llama. Las empresas lanzan all¨ª sus tr¨¢ilers para que un grupo de usuarios que se toman en serio su afici¨®n, los analicen y critican. All¨ª hay por ejemplo se debate de sutilezas como la altura ideal del actor o discuten el lobby pro manos contra el anti manos: "Por favor hagan que sus se?ores controlen m¨¢s sus manos. En la escena de Elena, las manos del chico nunca han dejado de moverse y estuvieron en el plano durante el 98% del v¨ªdeo. Esto quiz¨¢ haga feliz al grupo pro manos, pero arruin¨® el v¨ªdeo para m¨ª", escribe un usuario.
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