Facebook prepara un tribunal de apelaci¨®n para usuarios entre dudas sobre su alcance
Cuarenta expertos decidir¨¢n sobre la eliminaci¨®n de miles de publicaciones pol¨¦micas y podr¨¢n obligar a la compa?¨ªa a restaurarlas
Dar el pecho en Facebook era pecado. Hasta hace poco, la imagen de una madre amamantando a su beb¨¦ pod¨ªa ser eliminada sin miramientos por violar las normas internas que proh¨ªben la desnudez. Un grupo de afectadas incluso cre¨® una p¨¢gina de protesta: ¡°Facebook, esperamos m¨¢s de ti. ?Deja de clasificar las im¨¢genes como obscenas!¡±. La retirada de este tipo de publicaciones se ha convertido en ejemplo de los l¨ªmites del gigante tecnol¨®gico para controlar eficazmente el rastro dejado por sus m¨¢s de 2.000 millones de seguidores.
Estas madres y todos aquellos usuarios que no est¨¦n de acuerdo con la eliminaci¨®n de sus publicaciones ahora tendr¨¢n una puerta a la que tocar. Inmerso en una crisis de confianza sin precedentes, Facebook avanza hacia la creaci¨®n de su Tribunal Supremo particular. Sin togas ni mazos de juez, con una jurisdicci¨®n virtual y ciudadanos que se llaman ¡°usuarios¡±, el Consejo Asesor de Contenido tendr¨¢ la ¨²ltima palabra sobre la eliminaci¨®n de ciertos mensajes y podr¨¢ obligar a la empresa a restaurarlos. Aunque est¨¢ previsto que empiece a emitir juicios a finales de este a?o, todav¨ªa quedan muchos flecos sueltos y los expertos tienen dudas sobre su impacto e independencia.
Para allanar el camino, Facebook ha lanzado una consulta p¨²blica por internet y est¨¢ organizando reuniones con la sociedad civil. La ¨²ltima, celebrada en Ciudad de M¨¦xico esta semana y a la que EL PA?S ha podido asistir, ha reunido a unas sesenta personas de toda Latinoam¨¦rica, entre periodistas, abogados y activistas, para debatir el dise?o del nuevo organismo. La compa?¨ªa ha reservado toda una planta en el lujoso hotel Marriott de la capital mexicana. En la principal sala de conferencias colgaba un tel¨®n azul oscuro, el color de Facebook, junto a seis mesas con un ipad, libreta y bol¨ªgrafo para uso de cada participante durante los dos d¨ªas que dura el programa. Sobrevolando la escenograf¨ªa, una pregunta: ?es esto real o un lavado de cara simb¨®lico?
Ante las dudas, el vicepresidente de Facebook para Integridad, Guy Rosen, advierte: ¡°No es un ejercicio de relaciones p¨²blicas¡±. La idea llega tras la bater¨ªa de esc¨¢ndalos que ha sacudido Facebook en 2018. Desde la fuga masiva de datos de Cambridge Analytica a su inacci¨®n ante los mensajes de odio en el conflicto ¨¦tnico de Myanmar, el annus horribilis de la empresa ha colocado a su fundador Mark Zuckerberg entre la espada y la pared. ¡°Facebook no deber¨ªa tomar tantas decisiones importantes sobre libertad de expresi¨®n y seguridad por s¨ª mismo¡±, reconoci¨® en noviembre pasado.
Hasta ahora, Facebook ha manejado a placer la varita juzgadora. Y lo ha hecho millones de veces. Solo en la categor¨ªa de incitaci¨®n al odio, la compa?¨ªa elimin¨® tres millones de publicaciones de julio a septiembre de 2018, seg¨²n su ¨²ltimo Informe de Transparencia. La compa?¨ªa quiere que el nuevo Consejo se encargue de decidir sobre los casos m¨¢s dif¨ªciles; los m¨¢s medi¨¢ticos o aquellos cuyos matices necesiten del conocimiento de las eminencias que previsiblemente lo compondr¨¢n. Tanto Facebook como los usuarios podr¨¢n apelar a ¨¦l.
Ser¨¢n apenas cuarenta personas frente a millones de comentarios, un desequilibrio que preocupa a los expertos. ¡°El Consejo decidir¨¢ sobre una peque?¨ªsima fracci¨®n de casos, por lo que el impacto puede acabar siendo muy peque?o¡±, dice Eduardo Ferreyra, abogado de la ONG argentina Asociaci¨®n por los Derechos Civiles, presente en la reciente reuni¨®n en Ciudad de M¨¦xico. ¡°Deber¨ªa de tener alg¨²n tipo de influencia en el desarrollo de los est¨¢ndares o en el dise?o del algoritmo¡±.
Por ahora, el sacrosanto algoritmo est¨¢ fuera de la mesa y, en cuanto a las normas, Facebook solo contempla que el Consejo pueda emitir ¡°recomendaciones¡±. La empresa mantendr¨¢ para s¨ª las riendas sobre los est¨¢ndares que regulan la eliminaci¨®n de comentarios controvertidos y que varios activistas han criticado por no estar basados en reglas ampliamente reconocidas. ¡°El lenguaje com¨²n no deben de ser los Community Standards, sino un marco de derechos humanos¡±, opina Vladimir Cort¨¦s, de la ONG mexicana Art¨ªculo 19.
M¨¢s all¨¢ de las atribuciones, hay dudas sobre la independencia y la selecci¨®n de sus miembros. Seg¨²n el borrador, Facebook elegir¨¢ a los cuarenta primeros, que servir¨¢n a tiempo parcial por un periodo de tres a?os, en funci¨®n de criterios todav¨ªa vagos como la ¡°diversidad de conocimientos y perspectivas¡± ¡ªno se menciona, por ejemplo, la igualdad de g¨¦nero¡ª. En cuanto a su financiaci¨®n, Facebook est¨¢ considerando crear un fondo fiduciario independiente, despu¨¦s de que expertos expresaran su preocupaci¨®n sobre un modelo de financiaci¨®n directa.
Los mismos responsables de Facebook reconocen que el Consejo no es una panacea, sino la punta de una pir¨¢mide mucho mayor en cuya base est¨¢n los revisores de contenido. Estos son los peones encargados de valorar cada comentario pol¨¦mico y de decidir si se mantiene o se elimina. Son apenas 14.000, distribuidos en unos 20 pa¨ªses y reciben formaci¨®n sobre cientos de directrices que cambian constantemente.
Pese al crecimiento del n¨²mero de revisores, el doble que hace un a?o, la red sigue qued¨¢ndose corta. Seg¨²n un reportaje reciente del New York Times, estos empleados subcontratados se enfrentan a jornadas extenuantes en las que tienen que abordar hasta 1.000 casos. Rosen matiza ese extremo: ¡°No fijamos objetivos; si necesitan m¨¢s tiempo, lo pueden tener¡±. Adem¨¢s, se?ala, los avances tecnol¨®gicos permiten afinar cada vez m¨¢s la detecci¨®n de mensajes controvertidos y eliminarlos sin necesidad de mano de obra. Aun as¨ª, se siguen dando acciones contradictorias; algunas veces se eliminan mensajes inofensivos, y otras se dejan publicaciones como la retransmisi¨®n en vivo del terrorista que asesin¨® recientemente a 50 personas en una mezquita de Nueva Zelanda.?
El Consejo, la punta de lanza del nuevo sistema de vigilancia, puede ser la ¨²ltima oportunidad de Facebook. Hay voces poderosas, como la del cofundador de la compa?¨ªa Chris Hughes, que han llamado a la creaci¨®n de una agencia gubernamental independiente encargada de regular el contenido. ¡°Puede que acabe siendo as¨ª¡±, reconoce Rosen, ¡°pero nosotros tenemos un calendario muy ambicioso y no estoy seguro de que el Gobierno pueda levantarse tan r¨¢pido¡±.
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