Cronolog¨ªa de un desencuentro: Sam Altman y Elon Musk, una d¨¦cada de enfrentamiento permanente

Hace una d¨¦cada, en la lista de los principales fundadores de OpenAI, la empresa creadora de uno de los mayores desarrollos de inteligencia artificial (IA) hasta la fecha, figuraban dos socios cuyas personalidades han terminado protagonizando el m¨¢s impactante choque de la ¨¦lite tecnol¨®gica mundial: Sam Altman y Elon Musk. El ¨²ltimo episodio, la oferta del segundo para adquirir la compa?¨ªa de IA, es solo el ep¨ªlogo provisional de 10 a?os de enfrentamientos. Esta es la cronolog¨ªa del largo desencuentro dirimido en las redes, los tribunales, el mercado y en los c¨ªrculos de poder de la Casa Blanca.

Nace OpenAI. Una decena de inversores, entre los que se encontraban Sam Altman y Elon Musk, recaudan unos mil millones de d¨®lares para fundar en 2015 OpenAI. El objetivo, desarrollar los avances en redes neuronales para conseguir el siguiente paso, una inteligencia artificial capaz de responder y aprender a partir de una interacci¨®n humana b¨¢sica para realizar todo tipo de tareas, incluidas las creativas. En el concepto empiezan a surgir las primeras diferencias. Altman defiende que la organizaci¨®n no tenga ¨¢nimo de lucro y busque poner la IA al servicio de la humanidad. En solo dos a?os, poco antes del lanzamiento de ChatGPT, Elon Musk hace evidente sus discrepancias con el rumbo e insta a los gobernadores de Estados Unidos a supervisar y evitar los riesgos de la IA, que califica como ¡°la mayor amenaza existencial para la humanidad¡±.

Musk abandona la compa?¨ªa. El magnate propietario de Tesla y SpaceX, considerado el hombre m¨¢s rico del mundo, intenta hacerse con el control de la compa?¨ªa al creer que hab¨ªa intereses de otras empresas multinacionales. Altman y los otros fundadores rechazan su propuesta, Musk abandona OpenAI en febrero de 2018 y retira su plan de inversi¨®n sobre la misma.

Cr¨ªticas continuadas a OpenAI. A pesar de su marcha, o su despido, seg¨²n algunas fuentes de la compa?¨ªa de inteligencia artificial, Musk nunca deja de tener en la cabeza la corporaci¨®n y la critica abiertamente, especialmente con mensajes que contradec¨ªan el esp¨ªritu fundacional que defend¨ªa Altman: ¡°Transparencia¡±. Musk declara a MIT Technology Review que ¡°OpenAI deber¨ªa ser m¨¢s abierta¡±, que est¨¢ basada en una cultura del secretismo y carece de la seguridad necesaria.

Musk compra Twitter y nace ChatGPT. El magnate adquiere la red social en octubre de 2022, la despoja de todos los l¨ªmites de la moderaci¨®n de contenidos y la utiliza para sus proclamas ideol¨®gicas, incluidos los continuos ataques a la empresa que dej¨®. ¡°OpenAI se inici¨® como una organizaci¨®n de c¨®digo abierto y sin fines de lucro. Ninguna de las dos cosas siguen siendo ciertas¡±, dijo en su nueva red social. Altman replica que se trata de una ¡°corporaci¨®n de beneficios limitados¡±. ¡°Queremos aumentar nuestra capacidad de recaudar fondos sin dejar de cumplir nuestra misi¨®n y ninguna estructura legal preexistente que conozcamos logra el equilibrio adecuado¡±, justifica el director de OpenAI. Un mes despu¨¦s, ante el lanzamiento de ChatGPT, el robot conversacional que lleva la IA a los ordenadores y m¨®viles de todo el mundo, Musk acusa a Altman de haber usado su plataforma social para entrenar a ChatGPT.

El intento de frenar ChatGPT. El ¨¦xito de esta aplicaci¨®n, con millones de descargas, solo aviva el enfrentamiento entre las compa?¨ªas tecnol¨®gicas. Musk acusa a Altman de convertir la compa?¨ªa en una ¡°empresa de c¨®digo cerrado y de m¨¢ximo beneficio controlada efectivamente por Microsoft. No es lo que pretend¨ªa en absoluto¡±, seg¨²n proclama en X. Hace solo dos a?os, el magnate se suma a una carta firmada por un millar de personalidades que ped¨ªan una moratoria de seis meses en el desarrollo de la IA para afrontar los ¡°riesgos potenciales de la IA para la humanidad¡± y asegurar que los efectos sean ¡°positivos y manejables¡±.

Pelea p¨²blica y contraofensiva con xAI. Durante estos 10 a?os, los enfrentamientos p¨²blicos han continuado, especialmente tras la adquisici¨®n de Twitter para convertirla en X. Musk defiende la operaci¨®n para proclamarse en ¡°absolutista de la libertad de expresi¨®n¡±. ¡°Absolutismo de la libertad de expresi¨®n con esteroides¡±, replic¨® Altman. En 2023, Elon Musk presenta xAI, una compa?¨ªa centrada en la inteligencia artificial para competir cara a cara contra la empresa de la que fue fundador. A pesar de todo, el director general de OpenAI, con una personalidad opuesta a Musk, ha intentado rebajar el enfrentamiento sin ¨¦xito en alguna ocasi¨®n: ¡°Tenemos diferencias de opini¨®n en algunas partes, pero a ambos nos importa eso [la seguridad de la IA] y ¨¦l quiere asegurarse de que nosotros, el mundo, tengamos las mayores opciones de obtener un buen resultado¡±.

La rivalidad llega a los tribunales. Estos intentos de paz son infructuosos. Musk demanda por primera vez a Altman y OpenAI en marzo de 2024 alegando que la direcci¨®n de la empresa en los ¨²ltimos a?os ha violado sus principios fundacionales, que se ha transformado en ¡°una subsidiaria de facto de c¨®digo cerrado de la compa?¨ªa de tecnolog¨ªa m¨¢s grande del mundo [Microsoft]¡±. Posteriormente, Musk retir¨® la demanda, pero volvi¨® a reclamar a OpenAI en agosto de 2024 porque, supuestamente, fue ¡°enga?ado¡± para que cofundara la empresa. Tambi¨¦n acusa a OpenAI y Microsoft de constituir un lucrativo monopolio. OpenAI respondi¨® con una acusaci¨®n contra Musk por, presuntamente, montar una campa?a de acoso.

Celos ante el poder. La contribuci¨®n econ¨®mica y de la red social de Musk a la carrera presidencial de Donald Trump llevan al magnate tecnol¨®gico a convertirse en el ¡°primer amigo¡± del nuevo presidente de EE UU y este le premia este a?o con la direcci¨®n del Departamento de Eficiencia Gubernamental. Su ascenso pol¨ªtico aviva la animadversi¨®n contra el director de OpenAI al que apoda como ¡°Fraude Altman¡±. Pero Trump no entra en la pelea y anuncia una alianza (el proyecto Stargate, que incluye a la compa?¨ªa liderada por Altman) para invertir 500.000 millones. Musk niega la capacidad tecnol¨®gica y financiera del proyecto, a lo que el CEO de OpenAI responde, como siempre, escueto: ¡°Falso, como usted seguramente sabe. ?Quiere venir a visitar el primer sitio ya en marcha?¡±.

Escalada final. El final provisional del progresivo y permanente enfrentamiento entre los gigantes tecnol¨®gicos estalla este lunes, cuando un consorcio liderado por Elon Musk ha ofrecido 97.400 millones de d¨®lares por la compra de la fundaci¨®n que controla OpenAI. Altman respondi¨® en X: ¡°No, gracias, pero te compramos Twitter [nombre que ten¨ªa la red social antes de su cambio de propietario] por 9.740 millones de d¨®lares, si quieres¡±. Musk no tard¨® en replicar, tambi¨¦n en X, con un mensaje corto y un juego de palabras dif¨ªcil de traducir en el que alter¨® con una letra el nombre de pila de su enemigo: ¡°Scam [estafa] Altman¡±.