Qu¨¦ bonito reencuentro, ¡®Halt and Catch Fire¡¯
M¨¢s que de m¨¢quinas o de inform¨¢tica, este drama perdura en quien lo ve porque habla de la vida y del ser humano
Una de las mejores cosas de esta era de sobrepoblaci¨®n de plataformas, que disparan novedad tras novedad para atraer a unos espectadores cada vez m¨¢s perdidos en la jungla, es cuando se hace un par¨¦ntesis para volver a las historias que una vez te hicieron feliz. En tiempos en los que se echan tanto de menos los abrazos, los reencuentros con viejos conocidos de ficci¨®n compensan, aunque solo sea un poco, las ausencias reales. Reconforta volver a enamorarse de Don Draper, escuchar la risa de Tony Soprano o pasar verg¨¹enza ajena con Michael Scott. El placer es mayor cuando se trata de una serie que lleva mucho, demasiado, fuera de circulaci¨®n. Que Filmin haya recuperado Halt and Catch Fire en medio de la cuarentena ha sido una de las mejores noticias televisivas de estas ¨²ltimas semanas.
En 2014, AMC era uno de los canales de moda. Se hab¨ªa apuntado el tanto de Breaking Bad (que termin¨® en 2013). Todav¨ªa ten¨ªa en sus filas a Mad Men (terminar¨ªa en 2015) y el enorme ¨¦xito de The Walking Dead (en ese momento, en la cresta de la ola) le permit¨ªa el lujo de hacer apuestas un poco m¨¢s arriesgadas que sab¨ªan para minor¨ªas. Posiblemente sin Mad Men y The Walking Dead nunca habr¨ªa existido Halt and Catch Fire. La serie de los publicistas neoyorquinos era el referente m¨¢s claro en los comienzos de esta nueva apuesta. ¡°Un Mad Men con inform¨¢ticos¡±, parec¨ªa gritar aquella irregular (y, aun as¨ª, mejor que la media) primera temporada.
La serie creada por Christopher C. Rogers y Christopher Cantwell trataba un grupo de pioneros de la inform¨¢tica que se lanza a la aventura de construir un ordenador en los a?os ochenta. Su primera tanda de cap¨ªtulos arrastraba la herencia de Don Draper y los antih¨¦roes que poblaban la reciente edad dorada de las series. Lo hac¨ªa a trav¨¦s de su protagonista masculino, Joe MacMillan (Lee Pace), un ambicioso visionario de parlamentos e ideas grandilocuentes que beb¨ªa de Steve Jobs y de Ivan Boesky, el especulador financiero que inspir¨® a su vez al Gordon Gekko de Wall Street. Junto a ¨¦l estaban Cameron (Mackenzie Davis), una chica prodigio de la programaci¨®n, y el matrimonio de ingenieros Gordon (Scoot McNairy) y Donna (Kerry Bish¨¦).
Pero cuando realmente despega Halt and Catch Fire ¡ªt¨ªtulo que hace referencia a una instrucci¨®n de c¨®digo electr¨®nico¡ª es a partir de la segunda temporada, cuando sus responsables se dieron cuenta de las enormes posibilidades de llevar al primer t¨¦rmino a sus personajes femeninos. Cuando Donna y Cameron toman los mandos de la trama, la serie crece hasta convertirse en un excelente drama de personajes que luchan por perseguir sus sue?os.
Porque m¨¢s que de m¨¢quinas o de inform¨¢tica, Halt and Catch Fire perdura en quien la ve porque habla de la vida y del ser humano. De la lucha de las mujeres por su reconocimiento en un territorio de hombres. De la b¨²squeda de tu propia identidad. De personajes que se resisten a quedarse en el suelo tras cada ca¨ªda.
Qu¨¦ bien poder reencontrarse con Halt and Catch Fire para volver a mirarse en el espejo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.