¡®The Mandalorian¡¯: La fuerza acompa?a a Baby Yoda
La segunda temporada de ¡®The Mandalorian¡¯, que ofrece Disney +, confirma la solidez de una serie que despunta dentro del universo ¡®Star Wars¡¯
Cada pel¨ªcula de la interminable saga Star Wars iba acompa?ada de nuevas criaturas. Y, generalmente, desde los remotos tiempos de los empalagosos Ewoks en El Retorno del Jedi o del insoportable Jar Jar Binks de La amenaza fantasma, pinchaban en hueso con los fans, que a?oraban las criaturas de la primera, el extra?o encanto de todos los seres gal¨¢cticos que se concentraban en la escena de la cantina de Mos Eisley. Muy pocos bichos entraban a formar parte de la imaginaci¨®n colectiva con el mismo peso que Chewbacca, R2D2 o C3PO, m¨¢s bien parec¨ªan monigotes destinados a vender merchandising. Hasta que llegaron Baby Yoda y The Mandalorian, cuya segunda temporada arranc¨® este viernes en Disney +.
La serie creada por Jon Favreau, un veterano de la factor¨ªa Marvel, que pertenece a Disney, represent¨® una gran sorpresa porque donde parec¨ªa que solo se pod¨ªan sacar copias de copias de copias de repente surgi¨® una idea original que, sin embargo, era tremendamente cercana a la trilog¨ªa primigenia, una mezcla de western, historias de caballeros medievales, rayos l¨¢ser y viajes gal¨¢cticos. Los ocho cap¨ªtulos de la primera temporada nos mandaron a una galaxia muy lejana en mitad del confinamiento ¨Cse estren¨® en Espa?a en marzo¨C y esta segunda arranca cuando planea un segundo encierro.
Aunque manten¨ªa la imposible mezcla de g¨¦neros de la saga que cre¨® George Lucas en 1977, con la que cambi¨® la historia del cine porque inaugur¨® una nueva relaci¨®n de los espectadores con las pel¨ªculas, The Mandalorian se centra sobre todo en uno de los escenarios de aquella extra?a combinaci¨®n: el viejo Oeste, con un tono indudablemente crepuscular. El primer cap¨ªtulo de esta segunda temporada es tambi¨¦n un western puro con un poblado polvoriento, un sheriff cansado y heroico ¡ªinterpretado por el gran Timoty Olyphant, el protagonista de Justified¡ª, los moradores de las arenas convertidos en apaches, un sal¨®n con chupitos de un extra?o l¨ªquido azul fosforito ¡ªlicencia po¨¦tica gal¨¢ctica¡ª y un forastero cuya llegada anuncia problemas, acompa?ado de un bicho verde de grandes orejas que, aunque de momento no tiene nombre, se le conoce como Baby Yoda, que se desplaza en un canastillo flotante.
El protagonista de la serie es el mandaloriano del t¨ªtulo, un implacable cazador de recompensas gal¨¢ctico que pertenece a un cr¨ªptico culto y que lleva una armadura que ya quisieran para s¨ª los caballeros del rey Arturo. Como tantos h¨¦roes a su pesar, un arquetipo inagotable del western, al principio de la primera temporada deja de ser un villano y se convierte en salvador de la extra?a criatura (cuya estirpe es de sobra conocida por todos los aficionados a la saga), que le hab¨ªan encargado entregar a los mal¨¦ficos ¨²ltimos representantes del imperio difunto. En esta segunda, se dispone a recorrer de nuevo los rincones de la Galaxia para buscar a otros miembros de la especie a la que pertenece la criatura y dejarla a salvo con los suyos. El h¨¦roe que no estaba destinado a serlo y una b¨²squeda imposible en paisajes interminables son una combinaci¨®n que ha dado muchos momentos de gloria al cine cl¨¢sico y que The Mandalorian sabe explotar a fondo.
El actor detr¨¢s del casco ¨Clos mandalorianos no se pueden descubrir nunca¨C es el chileno Pedro Pascal que, con una voz implacable, logra aportar todos los matices posibles a su personaje solo con palabras. Sin embargo, el propio int¨¦rprete reconoc¨ªa en una entrevista reciente con Good Morning Am¨¦rica que le hab¨ªan comido la tostada cinematogr¨¢fica: ¡°Estoy ganando muchos puntos con los hijos de mis amigos y mis sobrinos porque tengo antes que nadie los juguetes de The Mandalorian. Baby Yoda es fabuloso y los detalles son incre¨ªbles: el movimiento de sus orejas, su piel verde de melocot¨®n. Es incre¨ªble lo que la Industrial Light and Magic ha hecho con este mu?eco¡±.
Es indudable que la serie ofrece muchos hallazgos: fichar a grandes actores para peque?os papeles como Werner Herzog, Nick Nolte, Giancarlo Esposito o Taika Waititi; escenarios espectaculares, un dise?o impecable de cada una de las criaturas, incluso el momento en el que transcurre resulta apasionante para los fans de la familia Skywalker: al final de la trilog¨ªa original, cuando el imperio ha sido aparentemente derrotado y se multiplican los bandoleros y los conflictos locales en medio del vac¨ªo de poder. Pero, por encima de todo, su ¨¦xito reposa en Baby Yoda.
No se trata solamente de lo bien que est¨¢ hecho y de la idea genial de crear un Yoda peque?o, un beb¨¦ de 50 a?os que no habla, pero al que se entiende perfectamente ¡ªcomo ocurr¨ªa con R2D2 o Chewbacca¨C; sino del misterio que entra?a: ?De d¨®nde viene? ?Qu¨¦ hac¨ªa en aquel poblado perdido en el que le encontramos en la primera temporada? ?Por qu¨¦ es tan importante para el imperio? Y, por encima de todo, ?lograr¨¢ controlar sus poderes en esta segunda temporada?
El ¨¦xito de The Mandalorian, de la que se estrenar¨¢n ocho cap¨ªtulos de esta segunda temporada que culmina el 18 de diciembre, muestra con claridad por donde circulan los caminos de la ficci¨®n y dice mucho sobre el cine actual (no importa que se emita por cap¨ªtulos porque su factura es sin duda cinematogr¨¢fica): la estrella es un mu?eco y se ha estrenado en televisi¨®n sin escatimar medios. Y, cada viernes a las 08.00 de la ma?ana (hora peninsular espa?ola), miles de personas estar¨¢n pendientes de las aventuras de extra?as criaturas que buscan su lugar en una galaxia muy lejana.
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